martes, 30 de septiembre de 2014

Hidronimia en -obre

Decía Longnon hace casi un siglo en Les noms de lieu de la France (1920) que "vera es la forma latina de una palabra posiblemente gala que se habría conservado en el bretón armoricano gouer, con el significado de río; aunque algunos celtistas consideran que esta última palabra está por un antiguo wober".

En realidad el olvidado Longnon no andaba nada desencaminado, salvo por la filiación gala de la palabra, porque vera (ribera, con su doble sentido alusivo a la corriente y a la orilla), gouer y el antiguo wober entroncan con la entrada āpero de Pokorny, "orilla", responsable de los resultados del inglés antiguo ofer, antiguo frisón over, alemán antiguo över / uover, "shore". Y aún podríamos añadir a la lista de este hidrónimo paleoeuropeo los topónimo gallegos en -obre (-ouure / -ovre / -obre, en documentación medieval).

El diccionario de anglo-sajón de Bosworth en la entrada O'fer, define el término como margo, ripa, littus: St. Marie Offeres, St. Mary Overies / Overs = Sancta Maria Ripae / ad Ripam.

En The Place-Names of Cambridgeshire leemos que el topónimo Over se deletreaba Overe en 1210, o Ovre y Oure en el Domesday Book, el acusativo singular era ofre, y el dativo ofer, significando la orilla del mar o, sobre todo, la ribera de un río; este Over se sitúa en lo que fue una antigua plataforma o terraza fluvial.

De aquí, por supuesto, que la topografía de estos lugares se caracterice por su elevación con respecto al cauce o valle, y se infiere que la elevación no era tanta, presumiblemente, cuando se le dio el nombre de "orilla". Es por esto que suponemos que estos topónimos se insertan en un estrato arqueotoponímico muy antiguo, que pertenecen sin duda a una paleolengua datable geológicamente por la antigüedad del aterrazamiento.

Solo a modo de ejemplo, en el medieval Anovre, actual Ombre (Pontedeume), podría estar presente la raíz hidronímica *ANA, la misma que la del clásico Anas, actual Guadiana (o como la del Anaris, según aportación del profesor Juan José Moralejo, que emparenta ambos topónimos en su estudio Hidronimia prerromana de Gallaecia). Este factor potencia la consideración de la segunda parte del topónimo, -ovre, como hidrónimo, significando todo él "la ribera o terraza del Anas". Y así podríamos continuar analizando el resto de la toponimia en -obre, y hasta a lo mejor lo vamos haciendo, si la hipótesis que la considera proveniente del celta bris < * brix, forma supuestamente reducida del celta briga, nos lo permite.

Pasemos ahora a algunos topónimos germanos como Gronover, Hannover, o Nienover, documentados en la Edad Media como Gronovere, Hanovere / Hanober / Hanöfra, y Nyenovere. Excuso extenderme en su carácter de compuestos con este elemento uover / ufer, "orilla, ribera". En algún caso, como en el de la forma medieval Honoverbergen, aparece el lexema berg en la composición, homólogo del briga céltico, hecho que excluye por completo, por si quedara alguna duda, que el elemento over en la toponimia germana guarde cualquier tipo de relación etimológica con los temas berg o briga. Honoverbergen sería un asentamiento en altura (berg) situado en la ribera de un río, o en la costa.

Hace años ya habíamos visto que no todos los documentos epigráficos rematados en la cadena -briga o similar son, efectivamente, topónimos compuestos con briga, "asentamiento fortificado" ("Notas sobre -briga integrando topónimos", Celtiberia.net, 2006): los documentos epigráficos en que se mencionan por ejemplo Caelobricoi, o Veigebreaego, no nos hablan de ninguna Caeliobriga o Veigebriga, sino que son epítetos teonímicos formados a partir de topónimos en -obre o -ebre mediante la adición de un sufijo derivativo. Es decir, las formas básicas serían Caelobre y Veigebre, que originarían los topónimos actuales Callobre o tal vez Sillobre (con seseo y ae > e > i por inflexión), así como un posible *Veixebre. Prósper propone un análisis semejante para el epíteto teonímico Eberobrigae, que podría ser un adjetivo femenino formado por derivación a partir de Eberobre, y no el genitivo de Eberobriga (Lenguas y religiones prerromanas del occidente de la Península Ibérica, 2002).

En Francia el caso es todavía más complicado, pues de la lista de topónimos de Ernest Nègre (Toponymie générale de la France) supuestamente provenientes de briga, solo está documentado uno como tal (Eburobriga), el resto encaja en la serie de topónimos en -obre provenientes de la base paleoeuropea over, "ribera, orilla, terraza de un río". Un lugar como Moyeuvre se documenta por primera vez glosado como Modover Superior (Dictionaire Topographique de la France), glosa y forma que remiten a la base paleoeuropa over, "terraza, bancal", lo que no es obstáculo para que Nègre lo considere un topónimo en -briga, lo mismo que Vendeuvre, mientras que en las islas británicas el mismo, Wendover o Gwenddwr, se liga al céltico dubron, "río, agua". Aunque queden voces discrepantes, con las que coincido, que sugieren para Candever / Cendefer / Candover que la forma efer podría ser una mutación de ofer, "terraza de un río" (Richard G. Roberts, The Place-names of Sussex).

Ya con clara aplicación como hidrónimos, Dauzat recoge en Francia los siguientes: Argentouyre, Bindouyre (también Bendouyre y Bengouyre; compuesto con la variante gouer de que hablaba Longnon), Douctouyre, Senouyre, Touvre (Tolveram en el s. XI), Touyre (también Lectouyre; que en este caso explica como compuesto con el elemento celta durum, "fortificación"), Vernazoubre, Vernobre, etc.

Parece claro que Vendabre (provincia de A Coruña, documentado en el año 887), Wendover, Gwenddwr y Vendeuvre o Bendouyre son variantes de un mismo nombre de carácter hidronímico, formado mediante la base paleoeuropea over, "orilla, línea de costa, tierra firme elevada sobre la línea del agua".
 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Choupana

En Galicia existen 27 lugares denominados Choupana o A Choupana (Base de datos de Toponimia de Galicia), concentrados la mayor parte entre Santiago de Compostela y Mazaricos.

Su significado, a veces puesto equivocadamente en relación con la existencia de chopos (lat. populum > ploppus > choupo / chopo), nos lo proporciona cualquier diccionario de gallego o portugués:

Diccionario de sinónimos da lingua galega (ed. Xosé Mª Gómez Clemente y Pedro Benavente Jareño): barraca, cabana, caseta, casopa, chabola, chamizo, choupela, choza, palloza, y figuradamente, sepulcro, tumba. Esta acepción figurada como sepulcro la encontramos también en Portugal, donde a veces el topónimo Choupana designa sepulturas megalíticas, mientras que aquí se prefiere Casota (As antas de Portugal, Luís Chaves).

Diccionario de diccionarios: Eladio Rodríguez recoge en las dos primeras acepciones "casucha, choza, cabaña rústica para campesinos, pastores o familias de muy escasos medios económicos", y "choza hecha de maderas viejas y generalmente cubierta de colmo"; también nos resultará muy útil la tercera, que considera una acepción jocosa, "taberna", ya que nos dará pie a introducir nuestra propuesta etimológica romance un poco más abajo.

El Elucidário de Viterbo, en la entrada "sibana" proporciona los siguientes sinónimos: "barraca, choupana, tenda de campo, palhoça, cabana".

Cabeza Quiles en su nueva obra A toponimia celta de Galicia (Toxosoutos, 2014, pg. 113) considera que Choupana o A Choupana "é outro topónimo de orixe incerta con correspondencias que traspasan o ámbito do celta, pero con paralelismos e semellanzas nese dominio lingüístico; caso do irlandés medio schoppe, "choza, tenda", e o irlandés moderno siopa, nun principio tamén choza e despois, por extensión de significado, tenda, en inglés shop".

Sin ninguna duda el nombre común y topónimo Choupana habrá de ponerse en relación con la entrada schoppa de Du Cange, donde se define el término como "officina" en el sentido de tienda o despacho (despacho de pan). De schoppa o eschoppa surge el inglés shope o shop, "tienda", y el francés antiguo eschoppe. Según este diccionario el significado original de la palabra era el de "aedificium rusticum, tugurium, casa", es decir, los mismos que tiene el gallego-portugués choupana, cuya terminación en -ana podría deberse a la analogía con cabana. Aníbal Otero consideraba que choupelo, con otro sufijo, de tipo diminutivo, "cabaña para ganado lanar o cabrío, en el monte", provendría del latín clupeus / clipeus, "escudo". A pesar de esta propuesta románica, el étimo de choupana, choupelo y shop parece de tipo germano, aunque oscuro. Si bien el latín caupona, "tienda-taberna, mesón, posada", podría ser el étimo románico que estábamos buscando, que nos habría llegado desde el francés, intermediación que justificaría los resultados con fricativa palatal del inglés (shop), y africada palatal del gallego-portugués (choupana).

Sobre la Choupana santiaguesa existen documentos muy interesantes que refieren que en el siglo XVI "don Antonio Vallesteros avia edificado casas en la Choupana, termino de dicho lugar y que para ello avia desecho otras casas que alli avia antiguas" (posiblemente las pallozas que originaron el topónimo). En la recopilación presentada por el Proxexto Rochaforte también se menciona un amilladoiro en la Choupana, lo que apuntaría a, tal vez, vestigios de antiguas sepulturas (casotas, choupanas, como se les denomina en Portugal). Finalmente, y ya que el camino francés discurría a través de A Choupana, como consta en la documentación citada del Proxecto Rochaforte, en el lugar podrían haber existido cauponas, "posadas, mesones, albergues", para atender al alojamiento y restauración de los peregrinos. En este sentido, la distribución de los topónimos Choupana, geolocalizados en el Google Maps de la base de datos de Toponimia de Galicia, dejaría de ser aparentemente aleatoria para puntear las rutas de peregrinación jacobeas desde la costa, o quien sabe si alguna per loca maritima romana.




domingo, 21 de septiembre de 2014

Estrechando el cerco a San Gonzalo, obispo santo


Relieve con el único retrato conocido de San Gonzalo, con su báculo. Monasterio de San Martín de Xubia.

En la primera parte de este reportaje (San Gonzalo, obispo de Xubia) vimos que Cal Pardo identificaba al obispo Don Gonzalo Froilaz, hermano del Conde de Traba, con la figura legendaria de San Gonzalo, el obispo dumiense. Vimos también que San Martín de Xubia fue sede dumiense, y que el obispo Don Gonzalo Froilaz condujo el cuerpo de su padre a San Martín de Xubia, no a San Martín de Mondoñedo: "Obiit famulus Dei Froylani, prolix Veremundiz, [...] et aductus est in locus Sancti Martini per manus Gundisalbus Episcopus".

Aportamos ahora una prueba gráfica irrefutable. En el interior de San Martín de Xubia existe un antiguo sepulcro adosado a la pared de la nave de la derecha, el del padre de Don Gonzalo Froilaz, cuyo arcosolio tiene esculpidas en relieve, como custodias del cuerpo allí depositado, las figuras de un obispo y un guerrero, que serían los dos hijos de Froilán Vermúdez: el Conde de Traba y el obispo Don Gonzalo.

" 'Son tantos los indicios de que San Gonzalo haya sido Obispo de San Martín de Mondoñedo que CASI puede tenerse por cierto' palabras que dejan traslucir clarísimamente la posibilidad que el mismo Navarrete reconocía que el Obispo Santo no lo hubiese sido de Mondoñedo" ("Las invasiones piráticas en Galicia y el Obispo Santo", José Villa-amil y Castro, Revista de España, 1869, vol. 9, pg. 561).

Cabe dudar de que la invasión normanda y el milagro de la derrota hayan tenido lugar en la costa de Mondoñedo pues un documento del cartulario de San Martín de Xubia nos cuenta la invasión normanda de nuestras tierras hasta Sada (San Xiao de Mondego, en Nendos) y su recuperación por mediación de San Martín y San Gonzalo: "uilla quos fuit de auiorum uel parentum meorum et est ipsa uilla in territorio Trasancos, in dextros ipsius monasterio, uilla nomine Domini Mironi [Domirón] [...] et post hoc uenerunt gentes laudomanes in ipsius prouinciis et destructa est ueritas et exaltata est mendacitas et tenuerunt illa [San Xiao de Mondego] homines que non fuerunt ex proienie nostra ad usu fructuario, dominus autem et patronis mei sancti Martino concessit nobis illa sicut nostra ueritas et per iussione domini Gondisalui episcopi duminiense sedis" (CODOLGA). Es posible que la variante "duminiense" provenga de una contaminación  con el nombre de la villa de Domini Mironi (Domirón, limitando con el priorato de San Martín de Xubia) lo que probaría directamente la ubicación de la sede dumiense en Xubia.


Conocemos la existencia legendaria de una fuente santa vinculada a San Gonzalo, situada junto al monasterio. Tal vez sea esta vieja fuente tras el priorato de San Martín de Xubia.

martes, 16 de septiembre de 2014

A Graña, Brión, A Brixería

Estos topónimos ferrolanos constituyen probablemente un caso de redundancia mediante el cual se expresa en dos lenguas distintas un mismo significado. Se trata de un fenómeno bastante corriente en la toponimia, toda vez que los hablantes olvidan el significado de un topónimo si ha dejado de usarse como nombre común, pero si la razón que lo ha originado sigue presente, es muy probable que surja otro nombre en la nueva lengua que refleje esa misma motivación.

"per antas de super ponte usque ad uestram grangiam de Brion" (CODOLGA, Tumbo de Sobrado, año 1200)

El primero de ellos es un derivado del latín vulgar granea, "celeiro", que origina las variantes graña (Grañas do Sor) y granxa, esta última a través del francés grange. Una graña es, por lo tanto, un asentamiento agrícola donde se cultivan y almacenan los frutos de la tierra.

La toponimia del tipo Brión se ha emparentado con el término céltico briga, "asentamiento", suponiéndole la pérdida de la -g- intervocálica propia de las lenguas celtas. Y en relación con el campo semántico de los asentamientos agrícolas, con el modo de vida neolítico que instaura por primera vez la habitación fija, tenemos en irlandés bruighe, "granja", y también bruìghean, "palacio, asentamiento real". Estos significados conservados en los descendientes irlandeses del céltico común briga, "asentamiento", nos ayudan a plantear la posible reiteración semántica entre los topónimos Graña y Brión, ya que según creo la granja medieval de A Graña se habría situado sobre un predio anterior prerromano también dedicado a trabajos agrícolas: un antiguo asentamiento de origen neolítico, deducido de la presencia de esas antas o túmulos megalíticos que se mencionan en el texto de Sobrado y que todavía pueden ser vistos por los que se atrevan a explorar los montes de Brión.

También brughaidhe, derivado de bruighe, significa granjero o colono en irlandés; en escocés, y debido a sucesivas aspiraciones y leniciones, origina bruidhe / Bruce, que acaba significando "rey". Estos vínculos filológicos nos sumergen de lleno en el origen del sedentarismo neolítico, en la relevancia de la agricultura y en el papel fundamental de la figura del colono / granjero, rey de su diminuto reino. La etimología no nos muestra a guerreros habitando poblados fortificados en colinas, nos conduce a granjeros y colonos neolíticos sedentarios, aunque sin duda dispuestos a tomar las armas si su reino peligraba. No me cabe ninguna duda.

Patrick Weston Joyce en Irish Names of Places nos contaba que bruighean, además de significar mansión real o casa grande, en el sentido de nuestros pazos agrícolas, también significaba hospedería o albergue de caminantes, y añadía que el propietario de estos establecimientos era el granjero (pg. 279 del capítulo "Habitations and Fortresses").

Y John Fechan (Tourism on the farm) añade que "in the tradition of Gaelic Ireland, surviving down to the sixteenth century, the stranger, the visitor, the guest was accorded a very special regard [...] The house of hospitality was know as the brugh or bruighean" [...] "There were open houses of hospitality throughout the country for the reception of travellers and strangers, where bed and food were always kept ready". Es de suponer que la tradición local irlandesa de hospedar al caminante, tiene su continuidad en algunas granjas, Bed & Breakfast y Youth Hostels, claro que adaptados a los tiempos capitalistas en que vivimos la gratuidad del pasado brilla por su ausencia.

Austero Youth Hostel dublinés.


Y tampoco es gratuito este giro semántico desde los asentamientos, a las granjas y a las hospederías, porque precisamente en Brión la documentación medieval registra una hostería o alberguería de unos frades, irmandiños o, tal vez, de una especie de fianna: "briaria qui fuit de fratribus", que Don Edelmiro Bascuas no creía posible relacionar con el término briga que estamos analizando (comunicación en el II Congreso Internacional de Onomástica Galega, 2007). En mi opinión, no se descarta que en el documentado "briaria" haya habido una pérdida de -g- intervocálica, por lo que podemos suponer un étimo brigaria / bergaria, "granja, hospedería", que muy probablemente se conserve en el actual A Brixería de Ferrol, y en las variantes Brixaría, Berxaría, Berxería, Bergieira, Brijeira, etc. de otras zonas de Galicia y Portugal.

sábado, 13 de septiembre de 2014

OOPARTS: escritura, megalitos y sepulcros antropomorfos



Plaquita con escritura encontrada en un dolmen de Vila Pouca de Aguiar, necrópolis de Chã das Arcas, y conservada en el Museo de Vila Real (Portugal). Esta y otras piezas de la necrópolis fueron consideradas falsas o, cuando menos, introducciones posteriores a la época de los megalitos. Para Haarmann (Historia Universal de la Escritura, Gredos, 2001, pgs. 66-68) "su relación con el culto de los muertos está fuera de duda, aunque no está en absoluto claro si los signos incisos son símbolos mágicos o algún tipo de signos parecidos a la escritura. Dado que estas piedras están aisladas desde el punto de vista histórico-cultural, huelga hacer caso de especulaciones según las cuales las piedras de Alvão serían documentos de una escritura mediterránea desaparecida. Si estos grupos de símbolos no son signos de escritura, la única interpretación alternativa y coherente que queda es la hipótesis de que se han practicado en las piedras símbolos culturales-rituales".


Sepulcro antropomorfo exento, también encontrado en una sierra de Vila Pouca de Aguiar. Presenta una inscripción, que ciertamente no es romana, con signos muy semejantes a los de la plaquita de Chã das Arcas (recorte tomado de la revista O Arqueólogo português, 1916, pg. 369). 

Dice en el recorte Rocha Peixoto que "a epocha a que pertencem as sepulturas abertas em pedra, avulsas ou na rocha natural, tem sido e continuará a ser, materia em debate, mercê do mutismo epigraphico ou figurativo em que se exhiben". A continuación, la respuesta de Leite de Vasconcelos, que no puede ser menos acertada si con ella pretende ubicar temporalmente el sepulcro antropomorfo en una época postromana; el signario común con la plaquita de Chã das Arcas, de contexto megalítico, nos obliga a considerar la posibilidad de que estos dos modos funerarios, cremación (dólmenes) e inhumación (sepulcros antropomorfos), coexistiesen en algún momento, y que incluso uno fuese continuación del otro, como parece sugerir la necrópolis de Sierra de la Martilla en Loja (Granada), donde la transición entre dólmenes, hipogeos y sepulcros excavados en la roca es casi imperceptible.

La Virgen de Altagracia - Garrovillas de Alconétar

Dice la tradición que la Virgen de Altagracia apareció en un hueco entre unas peñas. Hoy ese hueco está cubierto por el altar de la iglesia, y se accede a él introduciéndose por una puertecilla lateral para, inmediatamente, descender unos escalones. Es algo complicado, pero resulta mucho más difícil salir subiendo los peldaños completamente encogida para poder pasar por el vano de entrada sin darse el inevitable golpe en la cabeza.


En el interior de la cueva, que poco o nada tiene de gruta tal y como se conserva, se observan engastadas en el envés enlucido del frontal del altar dos piedras oscuras, de superficie pulida y forma cónica, que constituyen la manifestación aquiropoiética de la divinidad, la imagen de la Virgen creada milagrosamente, sin artificio o intervención de la mano humana, pues eso significa aquiropoiesis. Otros ejemplos de imágenes divinas proyectadas sin artificio en la piedra son los casos de la Virgen de Pastoriza y la Virgen de Chamorro (La Virgen de Pastoriza).


Nada más verlas en el habitáculo en que la tradición local sitúa la aparición de la Virgen, ocupando un espacio destacado en el envés del frontal, y sin función aparente alguna, por ejemplo de soporte de la mesa, me di cuenta de que podríamos estar ante otro caso similar a aquel que nos contaba el Rey Sabio en su cantiga 29: "Esta é como Santa Maria fez parecer nas pedras omagees a ssa semellança" (Esta trata de como Santa María hizo aparecer en las piedras imágenes a su semejanza).

Para mi sorpresa, el ermitaño me confirmó mi suposición: al preguntarle yo por las dos piedras me explicó que había otra leyenda local según la cual la Virgen se había aparecido en ellas.

Puede ampliarse la información etnográfica del lugar en el excelente artículo de Tomás Martín Gil, Excursiones a viejas ermitas: la de Nuestra Señora de Altagracia en Garrovillas. La visita al castro, a las tumbas antropomorfas, a los posibles aunque polémicos dólmenes del valle de Altagracia, y en general al conjunto del santuario prerromano, es recomendable realizarla en otoño o primavera, y por la tarde (salvo los miércoles) si queremos que el atento ermitaño nos instruya y guíe en el recorrido.

Newton - nemeton

El fenómeno fónico más llamativo de las lenguas célticas es la aspiración de ciertas consonantes, en virtud de la cual los sonidos se transforman en otros con los que guardan cierta relación fonológica. Según Patrick Weston Joyce (Irish Names of Places, v. I, pg. 19) en la escritura irlandesa la aspiración se indica colocando un punto sobre la letra original o una h tras ella; mediante este recurso las letras / sonidos originales se conservan en la escritura aunque su pronunciación esté completamente alterada; por el contrario, en la versión inglesa de los topónimos irlandeses estos nuevos sonidos aspirados son expresados en la escritura sin respetar la conservadora norma precitada, utilizando directamente las letras que representan los nuevos sonidos surgidos tras la aspiración.

Uno de los sonidos que presenta aspiración es la nasal bilabial [m] que pasa a pronuciarse [w]. En la escritura irlandesa la nueva pronunciación se indicaría colocando una h a continuación del sonido etimológico (mh), y según la norma inglesa se usaría directamente la letra que representa el nuevo sonido (w).

Teniendo presente esta prevención, que la m > w, podríamos empezar con Kirknewton (Escocia) restituyendo un etimológico nemeton, "recinto sagrado", cuya aspiración (nemheton) acaba por grafiarse a la inglesa (newton), convirtiendo casi en tarea imposible averiguar si la toponimia del tipo Newton está motivada por el establecimiento de nuevas granjas o por la presencia de sacellos o recintos sacros celtas; a no ser en casos puntuales, como este de Kirknewton, donde la lectura "círculo del nemeton" o "templo del nemeton" viene como anillo al dedo (véase Iglesias y círculos de piedra para la etimología de kirk) habida cuenta de la existencia de los círculos de piedra de Hethpool en Kirknewton, y del antiguo topónimo Medionemeton en la zona del muro de Antonino, próxima a Kirknewton.

Resulta interesante constatar que la teima de considerar de origen celta estos recintos sacros, sacellos o nemetos, ya proliferaba entre los antiguos romanos.

Asimismo, es incluso posible que la toponimia galesa que contiene el término newydd, "nuevo", sea, por lo menos en algún caso, un ejemplo de confluencia entre newydd y la escritura fonética, a la inglesa, de un antiguo nemed con aspiración (v. Johan Kaspar Zeuss: Grammatica Celtica, donde recoge la forma escocesa nemed = sacellum y galesa nwf = sacer). Quizá la presencia de dólmenes, considerados templos o recintos sagrados en la antigüedad, haya motivado los topónimos galeses Plas Newydd y Tynewydd (Annals and Antiquities of the Counties and County Families of Wales, Thomas Nicholas). En A history of the Island of Mona or Anglesey Angharad Llwyd nos informa de que "on a farm called Ty Newydd is a cromlech". ¿Coincidencia?

jueves, 11 de septiembre de 2014

Veterum volvens monumenta virorum


Una comunicación que Vicente Paredes dirigió a Leite de Vasconcelos, y que éste recogió en O Arqueólogo Portugués 1916, nos informaba de que los dólmenes de Garrovillas de Alconétar estaban situados "à orillas del riachuelo Guadancil, en el sitio denominado Vegas de Garrote [...], atravesada dicha Vega, ó llano, por la vía férrea".

En la antigua minuta cartográfica del IGN se percibe con nitidez el trazado de la vieja vía del tren que, entre los puntos kilométricos 294 y 295 atraviesa el llano entre el cerro Garrote y el arroyo de Guadancil. Por lo que hemos podido comprobar este verano, la trinchera del viejo ferrocarril, que todavía está allí cortando el paisaje del pantano, no solo atravesaba el llano de Garrote, sino también, y suponemos que involuntariamente, por desconocimiento, alguno de los numerosos túmulos megalíticos que formaban la necrópolis de Guadancil.


Lanchas de pizarra caídas sobre cúmulo de grandes guijarros en el borde superior de la trinchera. Posiblemente sean restos, respectivamente, de los ortostatos que formaban una cámara megalítica semisubterránea, y de la masa tumular tipo cairn que cubría la estructura.



Lanchas de pizarra desguazadas en dos zonas inmediatas a la trinchera. Son evidentes restos de ortostatos pertenecientes a alguno de los megalitos de Guadancil.
 
La situación intermedia de estos restos respecto a la elevada posición de los dólmenes del cerro Garrote y a los ribereños del Guadancil, actualmente sumergidos bajo el pantano y solo observables en épocas de sequía estival, sugieren una continuidad entre ambas necrópolis, que pasarían a formar un único conjunto megalítico disperso por un paisaje topográficamente variado, de montaña, ladera y ribera.
 
Bibliografía:
 
- Mélida, José Ramón: Catálogo Monumental y Artístico de la Provincia de Cáceres (CSIC, 1918, vol. I: pg. 26-28 y lámina VIII)