sábado, 23 de mayo de 2020

Continuidad habitacional del Neolítico al Hierro: estructura de los curros

Castro de A Brixaría (Grixalba - Sobrado).

¿Cómo bajaron los pastores gandeiros neolíticos, constructores de megalitos, a ocupar los castros del Hierro? Pues así, como en la fotografía aérea del Vuelo americano de 1956-57. El castro se concibió como un curro para proteger al ganado, al que se accedía por la  Boca do Curro. Los animales pacían estacionalmente en libertad en las penichairas cercanas. Además del microtopónimo Boca do Curro, podemos alegar el propio topónimo A Brixaría. Según Du Cange BERGARIA es un recinto para ganado (un curro): "Equos suos in Bergaria, sita ante portam ipsius monasterii". Por otro lado, comprobamos que el microtopónimo Castrillón se aplica no al curro castreño que ahora denominamos castro o croa, sino al aterrazamiento de cultivo.

Estructura de los curros


La estructura de los curros, según se conservan en Labrada (Abadín), se puede presentar de dos formas:

1. Los que se sitúan en lo alto se compartimentan con pequeñas chousas circulares más o menos concéntricas y un tanto laberínticas, dispuestas de tal forma que van encauzando al ganado hacia las trapelas finales (microtopónimos Trapelos y Trapelas). Observamos esta disposición en los curros de Libergón y Lestide. Nos parece que la estructura que conduce a la trapela puede ser muy antigua, quizá vestigio de una técnica cinegética o ganadera prehistórica. Hemos tratado la etimología de la toponimia Trapa y Trapela en "Castañoso en el Libro de la Montería". Encontramos un enorme parecido con los boma de los masai, poblados que albergaban tanto al ganado como a los pastores.

Pensamos que pueden adscribirse a la tipología de parcelarios de monte PM1 de Bouhier (Grupos de cerrados curvilíneos), característica de A Capelada, Herbeira, Montes do Limo y Bergantiños occidental. Según este autor, los cerrados curvilíneos sirvieron esencialmente de curros, y justifica su forma circular porque sería la más adecuada para resistir los empujes del ganado. Sus funciones, siempre siguiendo a Bouhier: reservas de toxo, pasto para caballos y en algún caso para vacas. Son "legado dun pasado moi remoto [...] moi ben representados nas zonas onde os eidos arcaicos son máis numerosos" (Bouhier, Galicia, trad. de Benxamín Casal, pg. 760).

Curros de Libergón y Lestido en Labrada (Abadín).

Grupos de cerrados curvilíneos de A Golpa (Cariño), entre Herbeira y los Montes do Limo, en la zona indicada por Bouhier. Sólo visibles en la fotografía aérea del Vuelo americano de 1956-57.

2. Los curros más cercanos al asentamiento humano protohistórico (castro, protocastro, o uno de los núcleos embrionarios de Bouhier) se disponen siguiendo aterrazamientos, y controlan el ganado más delicado, por ejemplo las vacas recién paridas y sus xatos. Así sucede en el Curro das Bestas, situado un poco más abajo y al este de los que acabamos de ver en Labrada (Abadín). Tiene forma ahusada porque sigue un aterrazamiento; en uno de sus extremos encontramos el microtopónimo Paridoiro en otra plataforma situada en el segundo escalón.


Es bastante probable que la propuesta de Eduardo y Romualdo Seva y Juan Luis Román del Cerro sea de aplicación a Galicia. Estos autores afirman que los sistemas integrados por bancales y bordas habrían formado "asentamientos para vivienda o puestos de control de paso de ganado entre valles. Estas antiguas estructuras se localizan en puntos estratégicos, pasos o collados" ("El origen prehistórico de los bancales/borda como habitación y refugio ganadero en la montaña de Alicante (España)", Mediterránea. Serie de estudios biológicos, 2005, nº 18).

Caballos bravos en la Serra do Forgoselo, Currovello (San Boulo de Caaveiro - A Capela).
(C) Dolores González de la Peña, 2006.

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