En la base de datos de Toponimia de Galicia aparecen varios lugares denominados Marmoiral o Marmoriais, así como un par de Mormeiral. En Portugal, asimismo, es un topónimo frecuente. Sobre ellos revisaremos el tema del arca marmorica que contenía, según dicen, los restos de Jacobo hijo del Zebedeo, o Santiago el Mayor. Los estudiosos que se han ocupado de este tipo de topónimos destacan la conexión directa de los mismos con tumbas o túmulos, o con algún tipo de monumento funerario conmemorativo, datados a lo largo de varias épocas, con lo que es difícil establecer a qué construcción se refería concretamente el término en cada momento. Llama la atención que en alguno de los casos hasta se recordaba a quién pertenecía:
- viam de Murmurais (año 1197)
- solebat andare caminum per Montizelos per unus mormorales qui sedent ibi (sin fecha). Los "montizelos" o mámoas apuntan a una necrópolis tumular
- ad pia do marmoiral (s. XIII). Aquí "pia" indica que el marmoiral era un conjunto de sepulcros antropomorfos tallados en la roca
- via veteris venit ad mormoriali domni Pelagii Truitosendiz (s. XIII)
- viam de Murmurais (año 1197)
- solebat andare caminum per Montizelos per unus mormorales qui sedent ibi (sin fecha). Los "montizelos" o mámoas apuntan a una necrópolis tumular
- ad pia do marmoiral (s. XIII). Aquí "pia" indica que el marmoiral era un conjunto de sepulcros antropomorfos tallados en la roca
- via veteris venit ad mormoriali domni Pelagii Truitosendiz (s. XIII)
- per marcos qui sunt positi in Marmorialibus et deinde per petram in qua est crux fixa (s. XIII)
Las explicaciones ofrecidas hasta la fecha van en dos direcciones principales, explicar el topónimo por el material con que estarían construidos, del latín marmoris, "mármol" (Rodríguez Colmenero), o por corrupción del latín memorialis, idea de tanto peso que ha acabado por traspasar el terreno de la mera hipótesis para sustituir en varios casos al topónimo y al nombre original.
Pero seguro que resulta aclaratorio para investigar su origen saber que en caló los términos mermóri y mnemóri designan una tumba, un sepulcro, lo mismo que el griego moderno mermourion. Y precisamente ninguno de ellos tiene nada que ver con el mármol, lo que nos conduce a cuestionar el material supuestamente mármoreo con el que, se cree, se construyó la tumba primitiva en que los discípulos depositaron el cuerpo del apóstol Santiago. Esa tumba sobre la que más tarde se construyó una catedral.
Así todas las referencias convienen en que Santiago estaba tumulatum o sepultum en un arca, que en el contexto galaico tiene el significado principal de "cista megalítica funeraria" (1). Por este motivo supongo que las fuentes históricas que describen su sepulcro utilizan léxico derivado de la raíz MERMOR-, "sepultura", para calificar al arca que contenía su cuerpo, con el objeto de indicar que sería una cista funeraria y así distinguirla de otros tipos de arcas.
Por otra parte, la existencia real de esta raíz MERMOR- en Galicia se comprueba con la conservación en la toponimia de la forma abundancial Marmoiral, "campo de túmulos, necrópolis".
En Santiago además tenemos el importante dato que proporciona la microtoponimia histórica del casco viejo, Porta da Mámoa, que indica que el área fue una necrópolis tumular; hecho refrendado por los significados de Compostela y Quintana, "cementerio". Esta Porta da Mámoa o de Susannis (del latín sursum, "arriba") abriría la ciudad al actual montecillo, más bien túmulo, de Santa Susana, bajo el cual se cree que hay otra cámara megalítica cristianizada con la capilla dedicada a la falsa advocación de Susana, motivada por el topónimo Susannis (Carro García, "Outeiro de Santa Susana, castro y mámoa de Santiago de Compostela").
Pero seguro que resulta aclaratorio para investigar su origen saber que en caló los términos mermóri y mnemóri designan una tumba, un sepulcro, lo mismo que el griego moderno mermourion. Y precisamente ninguno de ellos tiene nada que ver con el mármol, lo que nos conduce a cuestionar el material supuestamente mármoreo con el que, se cree, se construyó la tumba primitiva en que los discípulos depositaron el cuerpo del apóstol Santiago. Esa tumba sobre la que más tarde se construyó una catedral.
Así todas las referencias convienen en que Santiago estaba tumulatum o sepultum en un arca, que en el contexto galaico tiene el significado principal de "cista megalítica funeraria" (1). Por este motivo supongo que las fuentes históricas que describen su sepulcro utilizan léxico derivado de la raíz MERMOR-, "sepultura", para calificar al arca que contenía su cuerpo, con el objeto de indicar que sería una cista funeraria y así distinguirla de otros tipos de arcas.
Por otra parte, la existencia real de esta raíz MERMOR- en Galicia se comprueba con la conservación en la toponimia de la forma abundancial Marmoiral, "campo de túmulos, necrópolis".
En Santiago además tenemos el importante dato que proporciona la microtoponimia histórica del casco viejo, Porta da Mámoa, que indica que el área fue una necrópolis tumular; hecho refrendado por los significados de Compostela y Quintana, "cementerio". Esta Porta da Mámoa o de Susannis (del latín sursum, "arriba") abriría la ciudad al actual montecillo, más bien túmulo, de Santa Susana, bajo el cual se cree que hay otra cámara megalítica cristianizada con la capilla dedicada a la falsa advocación de Susana, motivada por el topónimo Susannis (Carro García, "Outeiro de Santa Susana, castro y mámoa de Santiago de Compostela").
El paso del tiempo y exégesis inadecuadas produjeron interpretaciones populares y pseudocultas de la frase arca marmorici, que operaron en la transmisión de los textos transformando sus elementos, el arca en arcos y el mermóri en mármol: "Teodomiro cavando e desmontando achou una casiña pequena de arcos de marmores" (2). Aunque sin perderse la idea fundamental de que su sepulcro fue una cista, casiña o casota, según denominaciones más recientes.
Santiago, el druida Prisciliano o vaya usted a saber quién, sepulto en su casiña megalítica sobre la cual se construyó una catedral, como suponía Louis Charpentier que sucedió con la de Chartres... Santiago, cuyos restos, según decían los caballeros cambeadores o campeadores (3), aparecieron en compañía de su báculo: "tiña a cabeza courtada e o bordón dentro". Y hasta resulta muy oportuno que el apóstol de la cabeza cortada acabase siendo venerado entre los celtas atlánticos.
Bordón o báculo de pizarra de contexto megalítico. Montemor-o-Novo, 4º al 3er. milenio a. C.
(C) Museo Nacional de Arqueología de Portugal.
(C) Museo Nacional de Arqueología de Portugal.
La continuidad de la sacralidad de estos antiguos monumentos funerarios a lo largo del tiempo está muy extendida por todos los países de tradición megalítica, y origina curiosas mezclas eclécticas, como la conocida Capilla de la Santa Cruz de Cangas de Onís, construida sobre un dolmen, o la de los Sept Saints en Bretaña, cuya cripta es otro dolmen.
(1) López Ferreiro, Las tradiciones populares acerca del sepulcro del apóstol Santiago, 1883. Este autor en su estudio sobre el sepulcro no acaba de reducir el arca a una cista a pesar de recoger entre las acepciones de la palabra arca en primer lugar la de cámara megalítica. Ni Celso García de la Riega: "al sepulcro de Santiago no pudo dársele el nombre de arca en semejante sentido".
(2) López Ferreiro, obra mencionada.
(3) Libro de la cofradía de los cambeadores
(2) López Ferreiro, obra mencionada.
(3) Libro de la cofradía de los cambeadores
Interessantíssimo, como sempre!
ResponderEliminarO da cabeça cortada de Santiago também daria para estabelecer conexons mui evidentes com toda a área megalítica (e céltica) atlántica. A cabeça de Bran Vendigeit no texto do "Mabinogion", a cabeça feminina topada numha das entradas ao castro de Chao Samartim...
Graciñas Ulmo :) engadín unha pequena consideración sobre o tema da cabeza cortada, que é evidentemente de raigame celta ou anterior, como moi ben sinalas.
ResponderEliminarpois ao final não era eu, em serio, palavrinha do neno Chus ;-)
ResponderEliminarCoisas da minha época de pessoalidade multiple internética, que ao final -como aos seriall killers, até me saiam imitadores que clonavam ainda mais aos meus diversos paredros
Se non fuches ti, foi André Pena, non queda outra :) É o que ten ser unha ciberestrela.
ResponderEliminarMagnífico post para min tamén, Andregoto. Parabéns.
ResponderEliminarO da casiña ou casota (creo que mellor 'casopa') lémbrame o oratorio primitivo que quedou anexionado á catedra, a capela da Corticela, á que se accede por unhas escaleiras en corredor situadas á esquerda, segundo entramos, pola porta da Acibechería. O seu nome popular -chámase tamé a capela de Nosa Señora a Antiga- ten ese significado de 'pendello', 'corte pequena'.
Unha aperta grande
Carlos
Pois tampouco: André pensava que era eu e me votava a bronca por que dizia que claro, que logo a gente pensava que era él e ...em fim "problemas de identidade" ;-)
ResponderEliminarMesmo chegaria a duvidar se não che era eu mesmo sonambulo, mas daquela não tinha intenete na casa ;-)
ResponderEliminarGraciñas Carlos, moi interesante o que apuntas da Corticela :)
ResponderEliminarArcheoten, pois entón xa que non fúchedes ningún dos dous deixo a cousa sen referencia.