El cuerpo como carcasa, cáscara inútil que se ve animada cuando es habitada por un huésped, es motivo central de infinidad de relatos y películas de terror y ciencia ficción. Esta tradición no es tan moderna como pudiera parecer a primera vista, pues por ejemplo el emperador Adriano definió el alma como huésped y compañera del cuerpo: "Animula vagula, blandula, hospes comesque corporis".
Así, de esta antigua y universal concepción del cuerpo humano como habitáculo en que mora un huésped (el alma o espíritu) surgen estos relatos sobre los outsiders en los que un intruso, extraño o parásito, a veces procedente de otros planetas, a veces diabólico, ocupa una vaina que no le pertenece, alojándose circunstancialmente y poseyendo o anulando al supuestamente verdadero inquilino. Situación que solo puede revertirse recurriendo a "exorcismi terribiles contra malignos spiritus possidentes corpora humana", como nos indica el título de una obra del s. XVI desaparecida.
En la literatura se constata que los huéspedes no son otra cosa que espíritus malignos: en El Mágico Prodigioso de Calderón, Cipriano está entregado al demonio, presentado por el autor como huésped y amigo del protagonista; en el Convidado de piedra, también de Calderón, el huésped (invitado o convidado) es el espíritu de un difunto.
En la literatura se constata que los huéspedes no son otra cosa que espíritus malignos: en El Mágico Prodigioso de Calderón, Cipriano está entregado al demonio, presentado por el autor como huésped y amigo del protagonista; en el Convidado de piedra, también de Calderón, el huésped (invitado o convidado) es el espíritu de un difunto.
Etimológicamente huésped y guáspida (asturiano, forma diptongada en uá) / huéspeda (León) remiten como resulta evidente al latín hospitem, "huésped", no a hostem, "enemigo". Y siendo guáspida / huéspeda unas de las variantes por las cuales se conoce a la güestia o hueste, "estantigua, compaña", necesariamente los cuatro términos procederán de hos(pi)tem, los dos últimos con contracción por caída silábica en posición átona, como en catalán o en francés hoste, hôte, "huésped".
El problema interpretativo surge porque el latín hostem, "enemigo", también evoluciona hacia un resultado hueste, lo que explica que con frecuencia se haya confundido a la huéspeda, guáspida, güestia o hueste antigua con un ejército de enemigos, por ejemplo en la glosa latina del término hispano hueste: "vulgari hispanico exercitus antiquus vocantur [...]; nec tamen certum est eos malignos spiritus esse" = "en romance hispano se les llama ejército antiguo, más también es cierto que son espíritus malignos" (Guillaume d'Auvergne).
Constantino Cabal en el estudio que dedica al asunto, es del mismo parecer: "Huésped [y no enemigo] el alma éralo sin duda, porque disponía de las casas de los vivos como prolongación afectuosa. Los celtas no cerraban las puertas de las suyas a la noche, a fin de que si los muertos querían descansar en ellas pudieran hacerlo sin inconveniente" (Los dioses de la muerte, 1925).
Derrida en sus Aporías (1996) estudió la relación ideológica y etimológica entre espectralidad y hospitalidad a través de la serie hospes, hostage, guest, ghost..., pero se ve que no era aficionado al género de terror ni a la ciencia ficción y no llegó a establecer que el vínculo entre ambas venía dado por el hecho de ser, espectros y huéspedes, inquilinos quiméricos, locataires de estancias y cuerpos, como aquel de Polanski.
Carcasa o vaina de Donald Sutherland poseída por una entidad alienígena en una de las versiones de La invasión de los ultracuerpos (Invasion of body snatchers, Kaufman, 1978).
Qué ben que volveses! E que estupendo o comentario!
ResponderEliminarCreo que tod@s estamos cheos de hóspedes, que nos impiden vivir de verdade a nosa vida: a mirada dos adultos sobre a nosa infancia, as frustracións que non soubemos asimilar e superar, a culpa... Todo actúa por encima da nosa verdadeira identidade, aínda que esteamos tan afeitos a velo que só o detectemos en casos extremos de perda de consciencia.
Un bico moi grande
Carlos
Bom, e nom esqueçamos o "corpo aberto", que entraria de cheio em toda esta tradiçom "hospitalária" :)
ResponderEliminar¡Qué bien tener lectores todavía tras largas ausencias! Lamentablemente mis aportaciones seguirán siendo esporádicas porque mi huéspeda me está obligando a estudiar :) esperemos que la cosa no se alargue demasiado...
ResponderEliminarUn bico Carlos, gracias por esas aproximaciones que van completando el perfil de nuestros huéspedes.
Ulmo, muy bien traído el tema del corpo aberto, gracias.
"vulgari hispanico exercitus antiquus vocantur..."
ResponderEliminarhoste antigua estantigua