En Galicia hemos conocido la existencia del Greenman y su posible conexión con el dios Cernunnos y la figura cornuda del caldero de Gundestrup gracias al trabajo de Alfredro Erías, "El hombre que vomita ramas (green man u hombre verde, Santiago el Verde...) y algunas figuras de resucitados de la Galicia Medieval", Anuario Brigantino, 2009.
Greenman de la girola del Monasterio de Monfero, descubierto recientemente por nosotros. (C) Ángel Facio.
Tras el empacho visual de Greenmen al que me sometí voluntariamente estas vacaciones, voy a hacer unas amargas observaciones que permitirán contextualizar adecuamente el tema de la regeneración o renacimiento asociado a la figura del Hombre Verde.
Greenman de Kilpeck.
Podemos empezar diciendo que no existe ninguna divinidad gala llamada Cernunnos. Repito con el tonillo de la grabación de R ("no existe ningún teléfono con ese número"), no existe ningún dios galo con ese nombre. Su nombre es Cervunnos (cervunus, variante arcaica de cervinus, "cervuno, como un ciervo": Simonet, Glosario de voces ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes). La lectura errónea del único texto (se trata de un hápax) por el cual conocemos el nombre del dios cornudo se debe, en mi opinión, a la necesidad consciente de apartarse de lo latino o lo ibérico, o simplemente, de lo normal, buscando ante todo la idiosincrasia céltica de la Galia, y por supuesto, al manifiesto deterioro de los dígrafos VV grabados en el Pilar de los Navegantes, que pueden interpretarse como VU, NU, NN, UN...
Pasemos ahora a los torques o monilia que cuelgan de los cuernos de la divinidad cervuna, o a los torques del cervomorfo del caldero de Gundestrup. Según una de las metamorfosis de Ovidio, los adornos que portaba un ciervo consagrado a las Ninfas eran un torques, una bulla y unos pendientes: "ingens ceruus erat", "cornua fulgebant auro", "pendebant tereti gemmata monilia collo", "bulla super frontem", etc. (Metamorfosis, libro X). Este bello mito nos narra, por si fuera poco, la muerte de un ciervo sagrado y el renacimiento de su amigo a la vida vegetal en forma de árbol: "in viridem verti coeperunt membra colorem" = sus miembros comenzaron a volverse de color verde. Convendría no perder de vista el resto de metamorfosis de humanos en vegetales de la obra en cuestión. Sobre el tema de los ciervos portando torques al cuello pueden leerse las notas a Aristóteles, De mirabilius auscultationibus. No era infrecuente, por otra parte, que otros animales, como los caballos, se adornaran con torques como marca de preciada pertenencia.
Y llegados hasta aquí, creo que es independiente el mito del Greenman (el tema ovídico del ser humano transformado en vegetal por mediación divina) del tema cervuno. El ciervo es arbóreo por naturaleza, el ser humano no. Sobre la cornamenta de los cérvidos han escrito mucho los clásicos. Era equiparada con la copa de los árboles, denominándose ramosa cornua, cornibus arboreis... De modo milagroso podía crecer sobre ella hiedra verde, como se ve en las figuras de Gundestrup y en la extraordinaria ¿pila bautismal? de Hospital de Quiroga (Lugo). Un pasmoso hecho que recogen así: "hedera in multis creatur, et quod mirabilius, visa est in cornibus cervi etiam aliquando" = la hiedra se cría sobre muchos árboles, y, lo que resulta maravilloso, de vez en cuando se ve en los cuernos de los ciervos; "hederam suis enatam cornibus gerens viridem" (Aristóteles).
Ciervo verde vomitando ramas iluminando el libro primero de las Geórgicas de Virgilio
(Dijon, ms. 497, s. XIII; procedente de Oxford).
(Dijon, ms. 497, s. XIII; procedente de Oxford).
E o nosso Vestio Alonieco?
ResponderEliminarÉ verdade! moitas grazas. Teño que repasalo, en conexión con Cervunnos ou a figura de Gundestrup.
ResponderEliminarBom, a verdade é que nom sei se realmente há algo estudado sobre Vestio, mas iconograficamente a semelhança com Cervunnos é mais que sugerente. Saudos!
ResponderEliminarLin unha etimoloxía de Prosper sobre o Vestio Alonieco que vai de pastos e chairas. Sen aportar case que nengún argumento non me convenceu. Eu sei que a esa figura lle chamaban o demo de Lourizán, é por iso que o Vestio penso que é o becho (bicha > bestia), e o Alonieco, nese contexto, podería ser unha forma arcaica celtico-galaica ou paleouropea de dicir Longo, o Becho Longo (Gran Becho), ou sexa, o demo de entón, que non sería cristián, claro.
ResponderEliminarInteressante, abofé. Bom, agora lembro que Jean Markale, num dos primeiros livros que lhe lera, especulava com que a imagem do Demo medieval fosse umha herança da "estética" do velho Cervunnos... Claro que ao amigo Jean encantava-lhe ver em tudo a longa mão dos celtas, hehehe.
ResponderEliminarPois... non sei que che diga, gústame a idea de Markale.
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