lunes, 13 de febrero de 2017

Dos motivos vegetales del antroido de Mugares

A mi gran amiga Henar Miguel, la primera mujer que salió a caballo
vistiendo la túnica blanca en la Encamisá de Torrejoncillo

Se acerca el antroido y con esta ocasión voy a dedicar unas líneas a dos elementos vegetales presentes en la indumentaria que se usa en el de Mugares (Toén, Ourense), concretamente a las camelias y la hiedra.

Falda de Señorita cosida con flores de fieltro por Ángeles, de la Asociación Amencer, Mugares - Toén. (C) Dolores González de la Peña

Como novedad, este año son de fieltro las flores que decoran las prendas de las Señoritas y los Labardeiros, pero antes las flores eran de papel de seda. Sospechaba yo que, dada la remota antigüedad de esta celebración y de los carnavales en su conjunto, mucho antes se habrían utilizado flores naturales, pues no se justifica una fiesta que hunde sus raíces en la Prehistoria (véase mi artículo Los bigotes del peliqueiro) con un elemento como son las flores de papel, material evidentemente inexistente en aquella remota época. También supuse que una de las flores elegidas tardiamente para engalanar las blancas telas de faldas y bombachas fue la camelia, esa flor tan gallega aunque foránea, y así nos lo confirmó Ángeles, de la Asociación Amencer; añadió que como las camelias no abundaban por entonces en Mugares, iban a cogerlas a un pazo cercano.

Para interpretar correctamente el motivo floral en su contexto debemos analizar el otro elemento vegetal, así como tener en cuenta que el indicio que apunta a que en esta concreta celebración se representa un proceso iniciático prehistórico (trance chamánico) es el hecho de que sólo los quintos podían ser Labardeiros; sólo los jóvenes que iban a la mili, sustiyendo el tránsito o trance chamánico por otro rito de tránsito como fue hasta hace unos años ir a la mili.

Frutos dionisíacos de la hiedra, con los que se engarzan los collares de los Labardeiros. (C) Dolores González de la Peña.

Estos hombres en tránsito, los Labardeiros de Mugares, se adornan además con collares realizados con los frutos de la hiedra, unas bolitas negras y verdes. Fernando Alonso Romero trata excepcionalmente el tema de la hiedra en relación con los chamanes de la Prehistoria y también con el chamán cornudo representado en el caldero de Gundestrup rodeado de hojas de hiedra que lo enlazan a su espíritu animal en forma de ciervo.

Caldero de Gundestrup. (C) Wikipedia.

La hiedra no solo posee propiedades intoxicantes conocidas desde la antigüedad, sino que además era un adorno de invierno en las fiestas dionisíacas, "es significativo que a los poetas se les coronara con hojas de hiedra; lo cual nos lleva a pensar en la posibilidad de que a esta planta se la relacionase con la imaginación, la fantasía y la videncia; es decir, con las manifestaciones propias también del chamán, del adivino o del brujo" (F. Alonso Romero, "Las hojas de hiedra representadas en el caldero celta de Gundestrup, su significado mitológico y práctico", Estudios transfronterizos celtas España-Portugal, 2014, ed. R. Sainero). Resulta esclarecedor también que la hiedra, las hojas de hiedra, adornen por ejemplo la camisa y los calzones de los troiteiros de Bande. El adorno de hiedra (Κισσοκόμης) era el nombre que recibía Dioniso.

En el contexto iniciático del trance chamánico, donde estamos situando el origen del carnaval y las mascaradas de invierno, propiciado antaño por el consumo de plantas con propiedades alucinógenas, cobraría sentido considerar, como hace Wallis (Shamans/neo-Shamans: Ecstasies, Alternative Archaeologies and Contemporary Pagans) en su lectura de los elementos vegetales representados en el caldero de Gundestrup, que las flores de los vestidos del antroido de Mugares, hoy de fieltro, antes de papel, y mucho antes flores naturales (camelias), fueron en un principio amapolas, Papaver Somniferum. El motivo de amapolas bordadas decorando antiguas vestimentas religiosas (vestes papaveratas) como son las casullas sacerdotales, apunta a una posible reminiscencia chamánica. "En algunas culturas el chamán varón renuncia a su sexualidad, lo que podría acabar generando una homosexualidad ritual. Es corriente que en las mascaradas que estamos viendo aparezcan también hombres disfrazados de mujeres" (1).

 Papaver somniferum. (C) Wikipedia.

Agradecimientos: a Ángeles, de la Asociación de Mulleres Rurais "Amencer" de Mugares, y a Pancho Gallego de Amigos do Arqueolóxico, Castelo de San Antón.

(1) Dolores González de la Peña: comentario 3 al artículo "Los bigotes del peliqueiro", Celtiberia.net, 2007.

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