jueves, 29 de marzo de 2018

Madroa, Madroñal, Medronhal, Madroñera


Dolmen de A Madroa (Casa dos Mouros de Candeán, Vigo). (C) Galicia Máxica.

Los nombres de los menhires como el de Pedra do Carallo o Padrón y los de los túmulos funerarios que albergan dólmenes, las Mámoas o Madroas, nos indican que los megalitos en la antigüedad estaban categorizados sexualmente como macho y hembra, representaciones del sexo masculino y femenino que emerge o se introduce en la Tierra. Los menhires se consideraban símbolos fálicos del padre (de ahí que sea posible que el topónimo Padrón provenga, no del latín petra, "piedra", sino de patrono, "padre, padrón, patrono"), y los túmulos funerarios, símbolo uterino de la madre, por su cualidad hipogea o subterránea.

Dedicaremos estas notas a empoderar filológicamente los megalitos hembra (los dólmenes), cuyo rol femenino es apenas conocido precisamente por ser hembras, o bien se minimiza su carácter de posibles úteros ctónicos por la imposibilidad de demostrar las hipótesis propuestas que lo sustentan, cargadas con frecuencia de intuiciones un tanto místico-teosóficas. El rol masculino o fálico de los menhires no necesita empoderamiento alguno, pues ha sido objeto de suficientes estudios, como el interesante capítulo que les dedica Fernando Alonso Romero ("La finalidad de los menhires según el folklore", en su obra Cultos y creencias en torno a los megalitos del área atlántica europea, Andavira, 2012).

Si nos centramos en uno de los nombres que reciben los túmulos funerarios en Galicia, madroa < latín matrona, "madre", veremos cómo las variantes toponímicas abundanciales tipo Madroñal / Medronhal o Madroñera aparecen casi siempre en contexto megalítico y probablemente indican la existencia de necrópolis tumulares, por lo que están muy lejos de ser, como se podría pensar a primera vista, fitotopónimos motivados por plantaciones del arbusto llamado madroño:
  • Dolmen de A Madroa en Candeán, Vigo
  • Anta do Medronhal, Portalegre (Portugal)
  • Necrópolis del Madroñal, Caminomorisco, Las Hurdes
  • Dolmen de la Madroñera, Trujillo
Dolmen del Madroñal en Caminomorisco. (C) Antonio González, para megalitos.arqueoloxico.com

Respecto al último caso mencionado, se trata de un conjunto desaparecido, del que conservamos testimonio: "otro monumento vamos á exponer á vuestra consideración de no menor importancia y de antigüedad desconocida; pero indudablemente druídico, es un dolmen, ó sea templo de Hadas, hace pocos años descubierto y destruido por la mano del hombre. Oid el extracto de su descripción que me hizo mi amigo el erudito licenciado en leyes y ex-diputado á Cortes D. Antonio Malo de Molina. "Conforme se sale de Trujillo, dice, por el camino de la Madroñera, más allá de la huerta de..." (Joaquín Rodríguez, en Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, 1878).

La conocida etimología propuesta por el Padre Sarmiento para el nombre común mámoa o mamoa, que reciben los túmulos funerarios, y sus variantes peninsulares, como mambla, mamblilla o incluso mambrilla o membrilla, que no tiene que ver con el frutal llamado membrillo (véase el excelente artículo de Pedro J. Ripoll publicado en 2005: "La Membrilleja: un topónimo del Campo de Calatrava"), parte del latín mammula, diminutivo de mamma, pero precisemos que la expresión mama no sólo designa las mamas o tetas de la madre, sino, sobre todo, a la madre misma. Siendo mama, "madre", una palabra de origen onomatopéyico, con seguridad podemos afirmar su existencia antes de la romanización de la Península. La utilización del diminutivo en la formación de mámoa, y de forma redundante en mamoínha, dota a la expresión de un valor afectivo y cariñoso que le viene muy bien a un posible culto prehistórico dedicado a la Madre Tierra, evolucionado posteriormente al culto a las Matres o Matronae. 

Los nombres galaicos madroa y madorna (< matrona, "madre") y mámoa (< mammula, "mamaíña") reflejan el carácter materno y uterino de los dólmenes, como el nombre común padrón ( < patrono, "padre") aplicado a los menhires indica su carácter fálico y relativo al padre. 

Pueden rastrearse en la toponimia actual e histórica más nombres de túmulos megalíticos que apoyan nuestra hipótesis etimológica: Mama Furada (As Pontes de García Rodríguez), Anta da Santa Madre de Deus (Pavia - Portugal). En el País Vasco los dólmenes están asociados con la figura mitológica de Mairi, la constructora de megalitos, lo que nos recuerda que ya habíamos señalado como posible etimología del euskera Mairi el gascón maire, "madre", a su vez proveniente del latín matrem.

Estela megalítica de Guernsey conocida como La Gran' Mère du Chimquière, la abuela del cementerio. Evidencia la evolución del culto a la Madre Tierra del megalitismo al de las Matres, y finalmente a la devoción mariana.

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