Santuario de Adai. (C) Petroglifo y altar de Adai, Megaliticia, 2015.
García Quintela y Santos Estévez, en colaboración con Rosa Brañas Abad, consideraron la posibilidad de que el altar de Adai - Lugo (descubierto por Juan Núñez Jato y Laura Rodríguez Varela) fuese un santuario dedicado al dios Lug, o un lucus (Santuarios de la Galicia céltica, Abada Editores, 2008 cap. 3: "Lucus, Lugdunum, Lucaria, Lugnasad, Augusto, Lug y Santiago"). Plantean que en los 18 agujeros del contorno se habrían hincado postes y que por la línea que los une habría corrido un "estrecho murete", delimitando un recinto de carácter sacro. A continuación indicamos los casos similares localizados en Europa que se exponen en su estudio:
- El santuario de Gournay-sur-Aronde (Picardía).
- Le Donon (Alsacia), donde se puede intuir una estructura de 18 huecos para postes, tallados también en una plataforma de piedra.
- El santuario de Frilford (Inglaterra), en el que 6 agujeros se disponen en el centro de un círculo definido por un foso; "en dos de ellos se encontraron una reja de arado y una panoplia en miniatura".
- Uno de los santuarios de Maiden Castle (Inglaterra), de 6 agujeros para postes.
- El santuario de Knokaulin (Kildare, Irlanda), formado a base de círculos concéntricos, dos centrales de postes, rodeados por varios fosos que cierran el conjunto.
- El santuario de Piavalle (Como, Italia), con 6 agujeros para postes sobre una plataforma de piedra; la disposición irregular de los mismos "se explica considerando diversos alineamientos astronómicos".
- El templo de Jano en Gabias (Lacio, Italia), con fosos tallados en la toba volcánica, destinados a plantar árboles detrás y a los lados del templo.
Los autores consideran todos estos casos luci, "bosques sagrados", en los que se acota "un espacio determinado mediante su circunvalación con árboles". Aducen asimismo el teónimo galo Sexarbori deo, quizá en conexión con los 6 huecos de postes que a menudo aparecen en estos santuarios, o la leyenda irlandesa de Oengus, que construía un lucus con 3 árboles. Sobre la relación del santuario de Adai con la ciudad romana de Lucus Augusti (Lugo), dicen los autores que "la fundación romana [de la ciudad de Lugo] respetó la localización extra-urbana del centro religioso tradicional [...] y centro de agregación de las poblaciones indígenas en torno a sus jefes".
En los puntos precedentes he destacado en negrita los aspectos más relevantes del estudio comparativo de Quintela, Santos y Brañas, que podrían indicar, en mi opinión, que estos recintos sacros sean auguracula:
- Delimitación por fosos de carácter pomerial.
- Existencia de depósitos fundacionales (principalmente el arado y la panoplia de Frilford), que sugieren una estrecha relación con el rito del surco primigenio excavado por un arado conducido por un buey y una vaca, con cuyo trazado se establecía el pomerium de la ciudad, su límite, marcado mediante cipos o menhires a lo largo de la línea pomerial. En el auguraculum, versión en miniatura del recinto urbano, los cipos pomeriales estarían ubicados en los agujeros para postes.
- La localización de estos recintos sacros fuera de la ciudad, en el arx, pero en un lugar de dominio desde donde puede observarse toda ella.
Vista de Lugo ante el posible auguraculum de Adai. (C) Andregoto Galíndez, 2019.
Siguiendo esta línea interpretativa podemos considerar el topónimo Portomeilán, a medio camino entre Lugo y Adai como procedente del céltico Medio-lanum, cuya etimología prefigura un centro territorial, político y cosmológico: "ciudades construidas con un sentido axial y cosmológico de acuerdo con los ritos y la ideología celtas [...]. Este hecho exigiría, al fundar una ciudad, orientarla [...] de acuerdo con el orden cósmico siguiendo los preceptos de la ideología celta, por lo que las fundaciones estarían precedidas de la toma de augurios y de la interpretación de presagios, como ocurrió en Lugdunum [...], lo que prueba rituales específicos de fundación en el mundo céltico" (Teutates. El héroe fundador, M. Almagro-Gorbea y A. L. Lorrio, 2011). Quintela, Santos y Brañas descartan esta etimología Meilán < Mediolanum y en consecuencia no desarrollan esta línea de investigación al partir de la forma errónea documentada como *Mamilani (pg. 122 del estudio citado).
Para la toma de augurios, basados en examinar el vuelo de las aves, es necesario un santuario-observatorio que en Roma se denominaba auguraculum. Basaremos el análisis de estos observatorios en los datos itálicos aportados por el estudio de André Magdelain ("Le pomerium archaïque et le mundus", en Jus imperium auctoritas. Études de droit romain, 1990) sin suponer por ello que el de Adai sea de origen romano, pues en el estudio comparativo de Quintela, Santos y Brañas, y en la cita precedente Almagro-Gorbea y Lorrio, se deduce la existencia de estos recintos sacros también en el ámbito europeo celto-atlántico.
Siguiendo a Magdelain, en el texto umbro de las Tablas Iguvinas se describe la forma y delimitación ritual de un auguraculum. En primer lugar se mencionan dos anglutos en la plataforma, uno más elevado y otro hondo, "sans qu'il y ait lieu d'imaginer une dénivellation du sol", dice el autor. Pero lo cierto es que en el auguraculum de Adai la plataforma sí aparece completamente desnivelada, mostrando un extremo más elevado que el otro. A continuación, existiría una línea rodeando el pomerium del recinto y uniendo sus extremos, así como una figura en forma de cuadrilátero; todo ello perceptible todavía en la plataforma de Adai. La observación augural se realizaba dividiendo el campo del recinto en dos sectores o dos regiones auspiciales, derecha e izquierda, cada una con referencias visuales materializadas en forma de cipos (7 a un lado y 6 al otro en el caso que se detalla en las Tablas Iguvinas), que en Adai irían colocados en los 18 agujeros para postes que recorren su contorno, con simetría 9-9. El terreno alrededor del templo augural recibía el nombre de tesca, "ce terme de la langue religieuse désigne des terres sauvages, habitées par des génies inconnus". Finalmente, el rito de la liberatio et effatio renovado periódicamente expulsaba de la ciudad y su ager a estos espíritus sin nombre, considerados hostiles.
Podemos plantear ahora que el depósito fundacional denominado mundus no se situase en el centro de las ciudades, sino en el centro de su auguraculum, rodeado por un pomerium augural y no urbano. Ello explicaría la existencia de ofrendas de carácter fundacional como el arado encontrado en una de las fosas del santuario de Frilford, así como la posición central ligeramente desplazada de la doble fosa de Adai. Magdelain nos informa de que los arqueólogos intentan ubicar el depósito fundacional de Roma, su mundus, en el cruce de las líneas catastrales del cardo y el decumano, o bien en su arx (fuera de la ciudad, donde se situaban los observatorios augurales). La palabra mundus, de etimología controvertida, que repasa Magdelain, aparece ligada a los conceptos de mundo, cosmos, bóveda celeste y fundación de un asentamiento, por lo que no descartamos que pueda estar en la base de los topónimos que se analizan en el artículo Mundo (blog Rebúmbio remoído, peneirado..., 2018).
¿Cuál sería la localización más apropiada para esta miniatura del universo? Para Magdelain en el centro de la ciudad; para mí, en el centro de la ciudad en miniatura, en su auguraculum.
Otro interesante estudio dedicado al santuario de Adai es el de Vázquez Liz, Prieto-Martínez y Núñez Jato, "El pasado olvidado: El sitio del II y I Milenio BC de Pena Fita (Adai, Lugo) en el contexto de las 'longhouses' del NW peninsular", GALLAECIA 34, 2015. En él plantean que desde un punto de vista estrictamente formal el santuario de Adai se puede considerar una longhouse neolítica, "aunque a un nivel mayor de detalle presenta ciertos rasgos que la alejan claramente de la función doméstica común a los otros casos y la relacionan más bien con un lugar de desarrollo de actividades estacionales o con un lugar cultual: el soporte pétreo utilizado para acondicionar la base, la considerable inclinación y las irregularidades del mismo, la presencia de varios elementos estructurales internos (varias cazoletas, una pileta y un suave rebaje que delimita un espacio o recinto) [...], así como un emplazamiento entre dos afloramientos graníticos que restringen considerablemente su campo visual".
Grata a David Outeiro e a Regheiro pola visita guiada ao oenach de Adai.
Para la toma de augurios, basados en examinar el vuelo de las aves, es necesario un santuario-observatorio que en Roma se denominaba auguraculum. Basaremos el análisis de estos observatorios en los datos itálicos aportados por el estudio de André Magdelain ("Le pomerium archaïque et le mundus", en Jus imperium auctoritas. Études de droit romain, 1990) sin suponer por ello que el de Adai sea de origen romano, pues en el estudio comparativo de Quintela, Santos y Brañas, y en la cita precedente Almagro-Gorbea y Lorrio, se deduce la existencia de estos recintos sacros también en el ámbito europeo celto-atlántico.
Siguiendo a Magdelain, en el texto umbro de las Tablas Iguvinas se describe la forma y delimitación ritual de un auguraculum. En primer lugar se mencionan dos anglutos en la plataforma, uno más elevado y otro hondo, "sans qu'il y ait lieu d'imaginer une dénivellation du sol", dice el autor. Pero lo cierto es que en el auguraculum de Adai la plataforma sí aparece completamente desnivelada, mostrando un extremo más elevado que el otro. A continuación, existiría una línea rodeando el pomerium del recinto y uniendo sus extremos, así como una figura en forma de cuadrilátero; todo ello perceptible todavía en la plataforma de Adai. La observación augural se realizaba dividiendo el campo del recinto en dos sectores o dos regiones auspiciales, derecha e izquierda, cada una con referencias visuales materializadas en forma de cipos (7 a un lado y 6 al otro en el caso que se detalla en las Tablas Iguvinas), que en Adai irían colocados en los 18 agujeros para postes que recorren su contorno, con simetría 9-9. El terreno alrededor del templo augural recibía el nombre de tesca, "ce terme de la langue religieuse désigne des terres sauvages, habitées par des génies inconnus". Finalmente, el rito de la liberatio et effatio renovado periódicamente expulsaba de la ciudad y su ager a estos espíritus sin nombre, considerados hostiles.
Mundus o fosa para depósito fundacional de Lugo; auguraculum de Adai.
(C) Andregoto Galíndez, 2019.
Podemos plantear ahora que el depósito fundacional denominado mundus no se situase en el centro de las ciudades, sino en el centro de su auguraculum, rodeado por un pomerium augural y no urbano. Ello explicaría la existencia de ofrendas de carácter fundacional como el arado encontrado en una de las fosas del santuario de Frilford, así como la posición central ligeramente desplazada de la doble fosa de Adai. Magdelain nos informa de que los arqueólogos intentan ubicar el depósito fundacional de Roma, su mundus, en el cruce de las líneas catastrales del cardo y el decumano, o bien en su arx (fuera de la ciudad, donde se situaban los observatorios augurales). La palabra mundus, de etimología controvertida, que repasa Magdelain, aparece ligada a los conceptos de mundo, cosmos, bóveda celeste y fundación de un asentamiento, por lo que no descartamos que pueda estar en la base de los topónimos que se analizan en el artículo Mundo (blog Rebúmbio remoído, peneirado..., 2018).
¿Cuál sería la localización más apropiada para esta miniatura del universo? Para Magdelain en el centro de la ciudad; para mí, en el centro de la ciudad en miniatura, en su auguraculum.
Otro interesante estudio dedicado al santuario de Adai es el de Vázquez Liz, Prieto-Martínez y Núñez Jato, "El pasado olvidado: El sitio del II y I Milenio BC de Pena Fita (Adai, Lugo) en el contexto de las 'longhouses' del NW peninsular", GALLAECIA 34, 2015. En él plantean que desde un punto de vista estrictamente formal el santuario de Adai se puede considerar una longhouse neolítica, "aunque a un nivel mayor de detalle presenta ciertos rasgos que la alejan claramente de la función doméstica común a los otros casos y la relacionan más bien con un lugar de desarrollo de actividades estacionales o con un lugar cultual: el soporte pétreo utilizado para acondicionar la base, la considerable inclinación y las irregularidades del mismo, la presencia de varios elementos estructurales internos (varias cazoletas, una pileta y un suave rebaje que delimita un espacio o recinto) [...], así como un emplazamiento entre dos afloramientos graníticos que restringen considerablemente su campo visual".
Grata a David Outeiro e a Regheiro pola visita guiada ao oenach de Adai.
Ten sentido iso que contas. Só quería apuntar que o topónimo Meilán, dun lugar veciño de Adai, xa foi considerado naquel primeiro estudo que citas, pois é obvio o paralelismo con outros "meiláns" da Céltica, procedentes dun "mediolanum". Pero a etimoloxía parecía non corresponder coa forma toponímica atopada en documentación antiga: "Mamulani" (de mámoas, supoño...) Aquela conexión citábase no texto, pero, como non se continuou a pesquisa, a cousa quedou así... Saúdos!
ResponderEliminarOla Rosa, a etimoloxía clásica para os Meilán de Galicia é o nome de posesor xermánico Manilanus, en xenitivo Manilani, con perda do -n- dá Mailán > Meilán. A primeira documentación dos Meilán galegos é Manilani (séc. VIII) máis dita testemuña podería ser unha pseudolatinización dunha forma Meilán procedente de Mediolanum. É a idea da que parto, aínda que non o diga. Grazas e saúdos!
ResponderEliminarRosa, falades do Santiago de Meilán nas páxinas 118-22, e polo que vexo non fúchedes á fonte mellor xa que o "Mamilán" ese non é correcto, na documentación é maioritaria a forma Manilani: "eclesia iusimus facere quam dicunt sancti Iacobi de Manilani super portum Agari que est fundata in uilla Auezani". E como dixen, Manilani pode ser unha pseudolatinización dun Meilán procedente de Mediolanum, o que vos vai mellor para vosa hipótese.
ResponderEliminarSi, si, xa digo que non se continuou a pesquisa e tampouco ningún de nós somos filólogos... A forma Mamilani seguramente será errada, pero me gustaría que me explicases como Manilani pode remontar a Mediolanum, sexa pseudolatinización ou non. Graciñas. :-)
ResponderEliminarComo bitemático, Medio Lanum > Meilán / Milán.
ResponderEliminarAgora ben, temos un Manilani documentado no século VIII como a forma máis antiga do actual Santiago de Meilán. Eu penso que o escriba escoita Meilán e primeiro restitúe *Mailani, que lle parece máis elegante e culto que deixar o diptongo ei, xa que sabe que o ei ven xeralmente de ai, e que ás veces o ai é resultado dunha caída consonántica, entón logo restitúe a suposta caída coa consonante que mellor lle cadra, cecáis porque lle soa a nome xermano: Manilani, aínda que temos tambén noutro texto a forma villam Magilani, co que podería ser outro intento de restitución.