viernes, 4 de octubre de 2019

El espíritu de los animales

Del Castro de Vilouzás en Condós (Paderne) sale un largo camino pecuario que lleva al Rego da Azureira. Tiene el interesante nombre de Camiño das Ánimas. Como camino pecuario suponemos que la etimología ha de estar relacionada con animalia, cuyas derivaciones en gallego han ido hacia la pérdida de la vocal pretónica y la conversión en lateral de la n en posición implosiva. Así se registra en un documento de Toxos Outos del año 1259: "una uaca tenrraria et unum almalium et unum anelium [< agniculum]". O Curral dos Almallas (Muíños - Requiás); Porto Dalmallos / *Porto Salmallos (en Aranga, junto al límite con Guitiriz y cerca de A Pena das Cruces: registro catastral del Visor PBA de la Xunta).

Dado que anima, "espíritu, aliento vital, alma", y animalia, "animal, dotado de espíritu, ser animado", tienen un mismo origen, no extraña que la etimología popular las haya reunido de nuevo, haciendo de un Camiño das *Animallas, un Camiño das Ánimas. No obstante, dudo que sea mera asociación por homofonía, ya que todavía estamos lejos de precisar cuál es el valor simbólico o el significado último del ánima en la concepción mítica galaica. ¿Habrá algún vínculo entre nuestras ánimas y los espíritus animales que desempeñaron un papel principal en las religiones de la prehistoria?

Según la tesis de Lara D. Bishop (The Social Significance of Cattle in Early Neolithic Southern Britain, Universidad de Manchester, 2016) los frecuentes enterramientos de ganado doméstico en los long barrows (túmulos), chambered tombs (dólmenes) y causewayed enclosures (recintos de terraplén circular) del neolítico británico se deben a que los animales recibieron un tratamiento semejante al de los humanos, considerándolos parte de la familia o clan, ligados a los ancestros.

Boma masai con sus caminos pecuarios periféricos. (C) Yann Arthus Bertrand.

La tesis de Bishop en realidad admitiría otra formulación: ¿en el neolítico los animales recibieron un tratamiento similar al de los seres humanos, o tal vez los humanos comenzaron a ser tratados con el mismo rango y consideración que tenían los animales, hasta desplazarlos? En el poblado masai de la fotografía el recinto pecuario ocupa el centro, mientras que en los recintos castreños, la croa está ocupada por los humanos, y los curros pecuarios se sitúan en la periferia.

Animales benditos, O Bieiteiro



  1. "Animales benditos puede haber muchos, pero conocidos no se trata na más que el buey, la vaca..." (María Cátedra Tomás, "Bendito y maldito. Categorías de clasificación en el universo vaqueiro", Cuadernos del Norte, nº 35, 1985, pgs. 70-85).
  2. "Son benditos además los animales domésticos (a excepción de la mula) y especialmente la vaca y el buey" (María Cátedra Tomás: "Algo fuera de su sitio: El origen de las enfermedades entre los vaqueiros de alzada", en Los espacios rurales cantábricos y su evolución, ed. García Merino, 1990).

Según se desprende de estos testimonios, bieito a nivel popular pudo haber sido sinónimo de animal doméstico frente al salvaje, y más concretamente del ganado bovino. El microtopónimo Bieiteiro alrededor de pazos (junto a Pazo, San Fiz de Monfero), castros y en parajes dedicados al pastoreo puede indicar un prado destinado al ganado doméstico vacuno si no le vemos aplicación como fitotopónimo en el sentido botánico de bieiteiro, "sambucus nigra".

Jules Guex en su obra La montagne et ses noms. Études de toponymie alpine (1946, pg. 218) supone que el topónimo Pont dèl Beniter podría aludir a un benditero que serviría para bendecir los alpages, (pastos de verano). Nosotros pensamos que, en todo caso, el Beniter de Guex se referirá al pasto bendecido, siguiendo la costumbre popular de bendecir las tierras, mejor que al recipiente que contiene el agua bendita.

Bieiteiros alrededor del Castro da Carreira de Abaixo (Valdoviño). (C) Visor PBA de la Xunta.

A Cortiña do Bieiteiro en Abelleira, junto a A Pena do Couso - Riotorto. (C) Visor PBA de la Xunta.
Se juntan topónimos del campo semántico pecuario o de ganadería que resultan redundantes hasta límites insospechados: Becerreira, Abelleira (derivado de vitulum > vello / bello, "becerro", con artículo aglutinado), y Bieiteiro, si finalmente estamos en lo cierto.

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