martes, 28 de abril de 2020

Rechena y As Picureas: la formación de los aterrazamientos castreños

O Castro, en San Salvador de Parga (Guitiriz - Lugo), justo entre Locencia y Lobeiras. (C) Visor PBA de la Xunta de Galicia.

Existen numerosos castros sin catalogar que presentan una estructura semejante al de la fotografía aérea que acompaña a esta entrada: una croa sin defensa o parapeto se localiza en la plataforma superior de una serie de aterrazamientos, que normalmente se desenvuelven orientados al este y al sur, quizá para mejor aprovechar las horas de sol en el desarrollo de los cultivos (Castro de Ans de Tellado - Carral). El caso de la fotografía fue fácil de identificar gracias al topónimo O Castro; en otros casos encontraremos microtoponimia orientativa como Torre / Torreón (v. supra), A Croa (en O Adro, San Martiño de Rodís - Cerceda)  o O Altiño (en San Xián de Cabaleiros, Oleiros - Tordoia), etc. Esta tipología castreña en abierto, sin defensas (tal vez por no haberlas tenido nunca, o haber prescindido de ellas en algún momento posterior para favorecer la continuidad habitacional del sitio), y sobre aterrazamientos, es tan numerosa que su inventario podría incrementar considerablemente el número de castros existentes en Galicia.

Sistema de aterrazamientos de los posibles castros de Rodís (Cerceda), anunciados por la toponimia circundante: Os Castros, Petón y el propio topónimo Rodís, derivado del latín rotam, "rueda", en alusión a las formas redondas que adoptan los recintos. (C) Visor PBA de la Xunta de Galicia.

El microtopónimo Escairo ya lo habíamos tratado como indicador de un aterrazamiento. Resulta también interesante el microtopónimo Rechena, que parece ser una foma singular con mantenimiento de la -n- intervocálica procedente del latín replenam, "rellena", tal y como se recoge en un texto medieval de Sobrado del año 1174: "per illum regarium de Pinna Mala usque ad riuulum Minii et quomodo se diuidit de Replenata et inde per illam Castaninam, et inde per ueredam de Barreo" (CODOLGA). Rechena, entonces, aludiría a la técnica del relleno nivelador del terreno, indicando por lo tanto una intervención humana en la formación de las terrazas. Respecto a su origen, discutido en profundidad, se ha alegado en algún caso que la nivelación habría sido consecuencia indirecta de repetir tareas agrícolas (arar y estercar) sobre un mismo terreno.

Bouhier, siguiendo a Cuevillas, señala que estos aterrazamientos son de origen castreño y dedicados a la agricultura (La Galice, 1979, pg. 1338). Sin embargo, algún microtopónimo como As Picureas, que designa el sistema de terrazas del Castro de Oca en Coristanco, remite a la ganadería, latín pecus (1), significando que en estos lugares se pudo haber alternado la agricultura con la dedicación a pastos para el ganado. Otros autores, más precisos, sostienen que el origen de los bancales está estrechamente vinculado al aprovechamiento ganadero desde la prehistoria: Eduardo y Romualdo Seva y Juan Luis Román del Cerro afirman que los sistemas integrados por bancales y bordas habrían formado "asentamientos para vivienda o puestos de control de paso de ganado entre valles. Estas antiguas estructuras se localizan en puntos estratégicos, pasos o collados" ("El origen prehistórico de los bancales/borda como habitación y refugio ganadero en la montaña de Alicante (España)", Mediterránea. Serie de estudios biológicos, 2005, nº 18).

(1) Crespo y Pozo: Picureas - "lo mismo que la palabra pecorea, indica bien que se trata de pastos que aprovechan los ganados".

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