martes, 21 de noviembre de 2023

Esculturas zoomorfas prerromanas de Galicia

Recuperamos un traballo de 2006 publicado na web Celtiberia.net. co pseudónimo de Onnega. Trátase dunha colaboración, polo que a autoría dos textos indícase cando non son meus; a autoría das fotografías tamén, en tódolos casos. Tódalas fotografías son de 2006, salvo que se indique outra data.
 

PROVINCIA DE A CORUÑA


1. El oso y el jabalí. Verracos en Pontedeume. El verraco de Narahío


"También ay en esta puente el oso y el jabalín, que son las armas de Fernán Pérez de Andrade” (Jerónimo del Hoyo, s. XVII).

Verracos del puente de Pontedeume según fotografía tomada de la Historia de Pontedeume y su comarca, de Antonio Couceiro Freijomil, Ed. Compostela, 1944.

El oso y el jabalí son dos tallas supuestamente medievales cuya primera ubicación conocida era entre los arcos segundo y tercero del puente de Pontedeume: “un oso dun lado e un xabarín do outro, colocados no oco das tallamares e postos riba duns pedestais” (Antonio Couceiro Freijomil, Historia de Pontedeume, 4ª ed., 1995). Hoy están un poco más adelante, en la rotonda de entrada a la villa, expuestos directamente a la agresión del agua y los gases del tráfico de la nacional [no 2010 foron trasladados ós xardíns da Casa da Cultura].

Por la descripción que hace de ellos Antonio de la Iglesia sabemos que sufrieron las consecuencias de un acto vandálico en la Guerra de la Independencia (1808-1814), por parte de un oficial del Regimiento Hibernia: "en los cortamar del pilar que sigue al 2ª ojo o arco se hallaban las figuras de un javalí y un oso de cantería, hechos e imitados a la perfección, de extraña grandeza y de una pieza, mirando el uno al otro sobre pedestales que los hacían registrar descubiertos fuera del alto del antepecho del puente; los cuales pocos años hace que con el motivo de las tropas en la Villa, un oficial del regimiento de Ybernia y un soldado de otro, para abultar valentía y fuerza, derribaron en el suelo, y con cuyos golpes se les rompieron las piernas, y así se hallan hoy, sin que la Justicia ni la Villa hubiesen reclamado ni pretendido que por cuenta de dichos valentones se hiciesen otras de nuevo" (Papeles de don Antonio de la Iglesia González y don Santiago de la Iglesia Santos - Arquivo Galiciana).



Verracos de la rotonda de Pontedeume.
(C) Onnega.

Fernán Pérez de Andrade (s XIV) fue el primer señor de Pontedeume. Promotor de varias construcciones de la comarca, entre las que destacó en la época el puente de Pontedeume (1). Sus armas (2), como se ha indicado antes, eran el oso y el jabalí, emblemas de origen celta que dispararon la imaginación de Murguía: los Andrade fueron “la más genuina representante de las antiguas dinastías celtas” y “como prueba de su antigüedad, puede citarse el hecho de haber escogido esta familia el jabalí por divisa” (Murguía, Galicia). Los estudios realizados hasta la fecha no encuentran en la familia Andrade ningún origen mítico celta, como mucho podemos remontarla documentalmente hasta el siglo XII. Los Andrade eran originarios de Andrade, lugar de Pontedeume: “el topónimo Andrade fue anterior al antropónimo, pues no todos los individuos que en la documentación del siglo XIII aparecen con el antropónimo Andrade pertenecieron a la familia que nos ocupa” (De Castro Álvarez y López Sangil, Cátedra, nº 7, 2000) y “en el Tumbo de Caaveiro la mención del topónimo Andrade de cronología más temprana aparece en un documento de 1104” (ib.). Existe como topónimo en Lugo (Calde), Santiago (San Martiño de Aríns) y Ourense (San Cibrao de Las).

No es probable que esta familia escogiese como emblema un motivo celta (verraco) a no ser que en la zona los hubiese y todavía mantuviesen un significado especial para los pobladores. ¿O debemos suponerle a los Andrade un conocimiento sobre simbología celta mantenido de generación en generación hasta que Fernán Pérez decide usarlo como emblema? Esta transmisión generacional implicaría conocimientos sobre las proporciones del modelo, coincidentes con las de los verracos, y la ubicación de los mismos. Otra posibilidad es que sea un símbolo importado, pero entonces carecería de significado para el pueblo, y en definitiva de lo que se trata es de que el pueblo se identifique con el señor, y de que el señor porte un símbolo legítimo, propio, fácil de reconocer por sus vasallos.

La ubicación de verracos en los puentes de la comarca construidos o rehechos por Fernán Pérez, no debería considerarse idea original del señor feudal, pues tradicionalmente estas esculturas zoomorfas aparecen junto a cursos de agua o en los puentes (cfr. el verraco de Salamanca, en el puente): el conocido Ponte do Porco todavía lleva el nombre alusivo al verraco que hubo en él (3), y en el Puente de Ferrería (Narahío) “se conserva junto al puente un gran jabalí de piedra […] que se sacó del lecho del río hace años”. Así pues, cabe la posibilidad de que las esculturas ya estuviesen en estos lugares antes de que Andrade construyese o rehiciese los puentes de su dominio territorial.

Verraco de Narahío. (C) Onnega.

La idea que propongo en este artículo (verracos prehistóricos reutilizados como emblema familiar de Andrade) ya ha sido planteada por otros autores y rechazada de plano y sin argumentos por parte de Taboada Chivite ("La cultura de los verracos en el noroeste hispánico", CEG, 1949). Entre los que aceptan su carácter prerromano cabe destacar a José Pijoán (Summa Artis, VI: "El arte prehistórico europeo", 1934), Vales Villamarín, Ángel Núñez Sobrino ("El verraco de Narahío", Monografías do Museo de Pontevedra, Vigo, 1982) y José Francisco Correa Arias (Fernán Pérez de Andrade, O Bóo, Toxosoutos, Vigo 2004). Concretamente estos dos últimos destacan la particularidad de las coviñas o cazoletas horadadas en las esculturas. En el caso del verraco de Narahío forman una hilera que se inicia en el ano y recorre el lomo. La coviña frontal tiene un contorno cuadrangular similar al que se puede observar en el verraco de Mingorría (Ávila).

Cazoleta cuadrada en el verraco de Narahío. (C) Onnega.

En la reciente fotogrametría de Álex Negreira se ve que son dos cazoletas cuadradas,
y que en el lomo parece haber una cruz. (C) Álex Negreira, 2022.

Sobre el significado de estas cazoletas, además de que pudiesen servir para contener líquidos u ofrendas que interviniesen en rituales, podríamos traer a colación que en el arte rupestre paleolítico los orificios de este tipo (pintados o grabados) se asocian con heridas producidas por impacto de armas sobre el animal.

Núñez Sobrino en el artículo citado menciona una aclaración de Vales Villamarín (1974) sobre la cuestión de la antigüedad de los verracos de la rotonda: el oso y el jabalí que sostienen la urna de FPA en Betanzos son "réplica, bastante mejorada, de las toscas esculturas zoomorfas, de origen céltico, halladas no sabemos donde por FPA y que éste quiso asentar en el puente antiguo de Pontedeume". Idea que comparto: los del sepulcro de Betanzos son de factura diferente, medieval.


Oso y jabalí de factura medieval que sostienen el sepulcro de Fernán Pérez de Andrade en la iglesia de San Francisco (Betanzos, A Coruña). Con respecto a las tallas de los verracos del puente de Pontedeume y de Narahío se nota a simple vista que estos son de estilo distinto, más arcaico.
(C) Onnega.

Respecto a la ubicación primitiva, parece que hay acuerdo en que FPA los trasladó desde algún punto para instalarlos junto a los puentes que rehizo o construyó. Yo no lo creo, los puentes, situados en antiguos vados fronterizos (ríos = límites), son la ubicación perfecta para los verracos si admitimos su función de término o mojón. No creo, pues, que FPA los reubicase en los puentes, sino que los mantuvo donde estuvieron siempre.

Según testimonio del Padre Sarmiento (1745) había otros dos, uno en el puente de Xubia y otro en Ponte do Porco. Todos situados en el territorio que viene identificándose con el que poblaron los ártabros o arrotrebas. Sobre estos dos de Pontedeume el padre Sarmiento nos dice: "o oriental non é lobo, mais un oso, sen letras. O occidental é un xabaril, ou porco bravo e ten no lombo seis ringleiras de caracteres que, todo o máis, serán do século XIV. O contido está en lingua galega ao parecer; lese "ano de Jesuchristo" e que se fixo a ponte en seis anos. A tradición é que os que a fabricaron tiñan nome alusivo aos dous animais. Outros, que o Conde de Lemus dedicado á caza matara a un xabaril e a un oso espantable, e que alí mandounos pór en memoria" (4).

Algunos verracos habrán sido sustraídos; otros, reutilizados o destruidos, y otros irán apareciendo con el tiempo. Varias cabezas de verracos ya se conocían en el Sur gallego, atribuyéndose a una continuación de los verracos lusitanos y deteniendo ahí su expansión. Sin embargo, si tenemos en cuenta estos, vemos que la talla no consistía únicamente en cabezas, y que su expansión no se limitaba al Sur de Galicia.

Para finalizar: ninguna monografía sobre zoomorfos prerromanos en la península incluye estos tres, pero todas intentan explicar o bien por qué se excluyen del estudio (alegando una cronología medieval), o por qué, siendo prerromanos, aparecen descontextualizados o aislados. La idea más curiosa es la Guadalupe López Monteagudo: "el hecho de que los Andrade procedan de Ávila hace posible tanto que tales esculturas [las de Pontedeume] sean antiguas y fueran trasladadas de la Meseta a Galicia, como que se trate de monumentos medievales erigidos por esta familia en conmemoración de sus orígenes abulenses" (5). Primera noticia que tengo sobre el origen abulense de la casa gallega de Andrade, detalle que no aparece en ninguna de las obras mencionadas que se ocupan de su genealogía (Correa Arias, de Castro Álvarez y López Sangil).

(1) No podemos asegurar si lo rehizo por completo o parcialmente. Pero la primera documentación sobre el puente data de 1162. Suele creerse que antes de que Fernán Pérez emprendiese la obra, el puente había sido de madera (José Francisco Correa Arias, Cátedra, nº 5, 1995).
(2) Se trata de una creencia falsa: el Padre Crespo Pozo nos dice que FPA no las utilizó nunca en su escudo. Sin embargo, en la comarca se entienden como armas (emblema = armas).
(3) Según Couceiro Freijomil “o nome débese á cabeza de xabarín que aparece no arco central”.
(4) Fr. Martín Sarmiento, Viaxe a Galicia (1745), ed. de JL Pensado, Toxosoutos, Noia, 2001.
(5) Guadalupe López Monteagudo, Esculturas zoomorfas celtas de la Península Ibérica, Madrid, CSIC, 1989, p. 15.

2. Los zoomorfos de Betanzos


Dos tallas de jabalí, un macho y una hembra, se sitúan en el tejado de las iglesias de San Francisco y Sta. María do Azogue. Ambas esculturas sostienen una cruz, la utilización de verracos como sostén de símbolos se produce en varias ocasiones: en Bragança el "pelourinho" o picota está sostenido por una "porca" prerromana ("A porca da vila"). Es bastante probable que estemos ante otro caso de apropiación del símbolo prerromano por parte del mismo Andrade, ya que ambas iglesias se deben, de nuevo, a él. En el caso de Sta. María do Azogue se sabe que hubo un templo anterior al que ordenó construir Andrade, lo que abre una posible conexión entre estos zoomorfos y lo sagrado, suponiendo que el espacio sagrado de Sta. María remita a un lugar de culto prerromano. También se abre otra línea interesante, que es la de considerar los verracos por parejas (macho y hembra) en relación con posibles cultos de fertilidad.

Jabalí macho sobre el tejado de la iglesia de San Francisco de Betanzos.
(C) Onnega.

Jabalí hembra en el tejado de Santa María do Azogue (Betanzos). (C) Onnega.

Un par de estos zoomorfos también aparecen en el interior de la iglesia de San Francisco.
(C) Onnega.

3. Los verracos de Santa Catalina de Montefaro (Ares)


Otra vez Andrade como promotor de la construcción del monasterio, y por eso otra vez la datación medieval de la escultura. Como se puede observar en la fotografía, la talla no llega al bulto redondo probablemente por estar destinada en origen a adosarse a un muro. Presenta pezuñas muy bien definidas y excelente estado de conservación, protegida por el liquen tan compacto que la cubre. El cuerpo ovoide es una tendencia en los verracos de esta zona (cfr. el Narahío).

Jabalí de Montefaro. (C) Onnega.

Una segunda talla sobre una peana apuntada, también procedente de Montefaro, se conserva en el patio del museo del Castillo de San Antón (A Coruña). Según nos indica su director, José María Bello Diéguez, ciertamente es una dificultad, a la hora de postular el origen prerromano de algunos "verracos" [éste, los de San Francisco de Betanzos, Santa María do Azogue y el de Bergondo], el hecho de que hayan sido esculpidos en el mismo bloque que sus bases, talladas para adaptarse a su destino en la cumbrera de los tejados. Por este motivo este subtipo no debe considerarse prerromano.

Detalles del otro jabalí que, procedente del Monasterio de Montefaro, se custodia en el Museo Arqueológico de A Coruña (Castillo de San Antón). (C) elpater.
De izquierda a derecha y de arriba abajo:
1. Vista general del jabalí y su cruz.
2. El jabalí está echado, con las patas dobladas.
3 y 4. Detalles de los ojos, las orejas, el hocico, la boca y los agujeros en los extremos de ésta.
5. Cresta del espinazo sobre el lomo.
6. Remate posterior, similar al del jabalí de San Salvador de Bergondo.

Escultura zoomorfa (jabalí) del monasterio de San Salvador de Bergondo. (C) Onnega.


4. Verracos perdidos


Según testimonio del Padre Sarmiento en su Viaje a Galicia (1745) hubo un zoomorfo en el puente de Xubia (Neda, A Coruña): “Ao entrar na ponte de Xuvia e a súa ría, á esquerda, está un porco, ou xabaril de pedra, como o da Ponte do Porco, e o que está en Pontes de Eume”.

Sobre el de Ponte do Porco (Miño, A Coruña): “Ao cruzalo, á esquerda rexistrei un porco de pedra, xa afundido no chan, e con sinal de que tivera caracteres”. No parece que se refiera a la cabeza exenta a la que aludía Couceiro Freijomil, y menos a un grabado como el que apareció en el Lambre.

En la misma obra, Sarmiento refiere que de Xubia a Narahío hay una legua, y que por allí también pasa el río Xubia. Menciono este detalle porque parece sugerir un vínculo entre ambos lugares mediante el río; la existencia de verracos en su desembocadura y en el curso alto podría explicarse si la ubicación de los zoomorfos estuviese ligada a un culto a las aguas.

Cabeza incrustada en el viejo puente - Ponte do Porco. (C) Cainceiro.

Grabado de un porquiño encontrado en el Lambre, cerca de Ponte do Porco (Museo das Mariñas de Betanzos). (C) Onnega.

5. Toros


Buey o toro en la iglesia de San Pedro de Porzomillos (Oza dos Ríos).
(C) Dolores González de la Peña, 2021.

Buey o toro (tiene los cuernos rotos) en la iglesia de San Xiao de Mandaio (Cesuras).
(C) Onnega.

Buey en la iglesia de Santa Cruz de Mondoi (Oza dos Ríos).
(C) Dolores González de la Peña, 2021.

PROVINCIA DE LUGO


1. El verraco de Monterroso / Abo


El verraco del castro de Seteiglesias (Monterroso, Lugo) se encuentra en el Museo Parroquial de Monterroso. Apareció con motivo del raseo de un campo público llamado Caracacho en la ladera del castro, al lado de la iglesia de Seteiglesias y el lugar de Fondevila; ambos se encuentran junto con el castro formando un triángulo de unos trescientos metros de lado. Lo recogió en su día el párroco D. Carlos Méndez Vázquez.

Verraco prerromano de Monterroso. (C) Abo.

A pesar de que le falta la cabeza y está fragmentado puede observarse que sus proporciones y estilo son muy parecidos al de Narahío. No alcanza el metro de longitud y presenta restos de "coviñas" en su cuerpo.

Bibliografía: Carlos Méndez Vázquez, Castros de Monterroso, Alvarellos, Lugo, 1983.


2. Verracos de O Vicedo


Bien conservados y de traza prerromana. Uno en la iglesia de San Pablo de Riobarba y otro en la de Santa Mª de Cabanas, dos lugares distantes entre sí unos 10 km. Son los más pequeños del inventario, no superando el metro de longitud. El excelente estado de conservación de estos y otros verracos de tejado podría explicarse por su reutilización en lugares inaccesibles. Otro aspecto destacable es la ubicación de machos en iglesias con advocación masculina (San Francisco, San Pablo), mientras que lo que podrían ser hembras irían en iglesias de advocación femenina. Pero la distancia a la que se encuentran algunas piezas no permite asegurar esta relación.


Verraco de la iglesia de San Pablo de Riobarba (O Vicedo, Lugo).
(C) Facio.


Verraco de la iglesia de Santa María de Cabanas (O Vicedo, Lugo).
(C) Facio.


3. Cerdito de Ourol 


Según Correa Arias en la biografía sobre Andrade ya mencionada varias veces a lo largo de este trabajo, en los montes del Sor (Lugo) hay tres esculturas de jabalíes vinculados con Andrade. Dos de ellos ya los hemos visto (O Vicedo), y también hemos planteado la posibilidad de que se tratase de una reutilización de piezas prerromanas ordenada por Fernán Pérez. Nos queda por presentar el tercer zoomorfo mencionado por Correa en el Sor. Este autor parece aceptar una cronología medieval para las tres esculturas.

El tercer zoomorfo se encuentra en el concello de Ourol (Lugo), aunque en línea con los de O Vicedo, justo bajo el de Cabanas. Es una pieza compleja porque aunque no cabe ninguna duda de la relación de Andrade con esta iglesia lucense, tampoco pasa desapercibido su arcaísmo: formalmente idéntico al verraco prerromano de Narahío. Su longitud aproximada es de 85 cm, está reutilizado como sostén de una cruz y carece de peana tallada en bloque junto con la figura. Es posible que también tuviese focus en la testa, pero esta zona se encuentra parcialmente deteriorada y no hay forma de saberlo. Presenta sexo bien definido y el rabito enroscado propio de los suidos. La manera de representar la hendidura de la boca coincide con la utilizada en el de Narahío.

A la izquierda el cerdito de Ourol, a la derecha el de Narahío. (C) Onnega.

Reciente fotogrametría de Álex Negreira que muestra el deterioro de la testa del verraco de Ourol.
(C) Álex Negreira, 2022.

PROVINCIA DE OURENSE


1. El verraco de Viana do Bolo / Abo


Verraco procedente de Bembibre (Viana do Bolo, Ourense) ingresado en el Museo de Ourense por el arqueólogo e historiador Don Jesús Taboada Chivite. "Se hallaba colocado en la pared de una casa del pueblo de Bembibre, Ayuntamiento de Viana del Bollo. Sobresalía la cabeza hacia fuera, destacando en la fachada del edificio como un adorno de la casa, sin ninguna finalidad constructiva o utilitaria. Le falta parte de la quijada inferior y tiene jeta prominente de jabalí, pero con las orejas lacias y no erectas. Procede de un castro situado a unos trescientos metros al oeste del pueblo, conocido por Eirexario, o también Vila de Sen. La tradición recogida por nuestro informador asegura que dicho pueblo era, en la antigüedad, el más importante de la comarca, y que desapareció a principios del siglo pasado" (1). En otro lugar lo describe como "formado por sólo la cabeza esculpida en el extremo de un bloque granítico para embutir en el paramento de la casa con expresión de orejas y hocico" (2).

Verraco de Bembibre (Viana do Bolo). En la actualidad se encuentra en el jardín del Museo de Ourense.
(C) Taboada Chivite.


(1) Jesús Taboada Chivite, "La cultura de los verracos en el Noroeste hispánico", CEG, vol. IV, nº 12, 1949, págs. 5-26.
(2) Jesús Taboada Chivite, Escultura celto-romana, Ed. Castrelos, Vigo, 1965 (Col. Cuadernos de arte gallego, 3).

2. Zoomorfo de Vilamaior (Verín) / Lilit


(C) Manuela Sánchez

Pieza reutilizada para coronar la fuente del Santuario de los Remedios en Vilamaior, Verín (Ourense). Se trata de una talla que no llega al bulto redondo, muestra al animal en actitud de marcha y con el hocico levantado, parece que la peana y la figura fueron talladas en el mismo bloque. Llamamos la atención sobre algunos aspectos:
  1. La ubicación del zoomorfo en un lugar abundante en manantiales, donde hay indicios de que hubo actividades rituales previas (delimitación de un espacio sagrado): según una tradición oral una noche apareció la Virgen sobre una roca marcando con sangre el círculo donde se tendría que construir el santuario actual. La leyenda parece pervivencia cristianizada de un ritual fundacional anterior.
  2. El antiguo nombre de la zona era Campo da Parafita (< petra ficta). Étimo que indica un hito o demarcación territorial, que, junto con la leyenda recogida y la existencia de varios manantiales, reforzaría la idea de un espacio sagrado prerromano: los santuarios prerromanos se ubicaban en lugares fronterizos, con alguna fuente en sus inmediaciones (1).
  3. La colocación en la misma fuente de otra pieza reutilizada que recuerda a una divinidad acuática con cola de tritón. Tanto al jabalí como al supuesto tritón los habrían encontrado en el Campo da Parafita; con esto continuaríamos dejando abierta la hipótesis ya comentada de una posible relación de los verracos con un culto a las aguas.

Posible tritón sobre el caño de la fuente del Santuario de los Remedios. (C) Manuela Sánchez.

(1) V. por ej. para esta cuestión la monografía de Rosa Brañas: Deuses, heroes e lugares sagrados, Sotelo Blanco, Santiago de Compostela, 2000, cap. 3.

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