viernes, 13 de marzo de 2009

La mesa del rey Arturo

Como casi todo el mundo sabe, la palabra bretona daol, "mesa, altar", integra el compuesto daol-men > dolmen, que no significa otra cosa que mesa de piedra, o altar de piedra, por el parecido formal entre un dolmen y una mesa o altar, principalmente por la losa de cobertura, que ejercería en esta comparación la función de encimera.

En fin, muchos dólmenes se llaman mesas, en la Bretaña francesa tenemos la famosa Table des Marchands (en francés, Mesa de los Mercaderes) en la zona del Morbihan, de donde era, según creo, San Carantoc.


Table des Marchands a principios del siglo pasado.


En uno de los relatos de la vida de este santo se nos cuenta que regresó a su patria y de allí fue hacia Gales, pero perdió su altar en el mar (en aquella época los santos del occidente atlántico solían desplazarse por mar sobre barcas de piedra, sus altares, a modo de tablas de surf !!, véase por ejemplo la llegada del cuerpo del apóstol Santiago, también en barca de piedra; o el caso de San Patricio, que se dirigió hacia la costa bretona sobre su altar: "super altare suum Cornubiam appulit"). En esta patria, sin que quede muy claro si el autor se refiere a la de Carantoc o a Gales, Carantoc se encuentra con Arturo y le pregunta si ha visto su altar, Arturo antes de responderle le pone como condición que mate a una serpiente. Resuelto el asunto, Arturo le muestra dónde estaba el altar, que el propio Arturo había intentado transformar en mesa sin éxito, pues todo lo que ponía sobre ella era arrojado a gran distancia: "Et acceptum altare quod cogitaveret Arthur in mensam facere, sed quotquot apponebatur super illam, jactabatur in longinquo".

Esta pequeña leyenda tan sintética parece concentrar la clave que explica la cualidad de la mesa de Arturo como reminiscencia de costumbres paganas, no cristianas; la mesa del rey era de piedra... en definitiva, un megalito, muchos de los cuales se han construido en Bretaña reutilizando estelas anteriores: en la fotografía la losa de cobertura de la Table des Marchands aparece cortada, hace relativamente poco se descubrió la parte que le falta reutilizada en otro megalito próximo, Gavrinis. Las dos juntas habrían formado un monolito de unos 14 m mucho más antiguo que los dólmenes. La leyenda también es coherente con los dos periodos megalíticos bretones, un primer periodo de grandes estelas, y un segundo periodo de dólmenes en los que se reutilizan a menudo fragmentos o estelas completas en su construcción.

¿Cómo era el altar de Carantoc? era excelso y nadie comprendía su aspecto, "nemo intelligebat colorem" (Lives of Cambro British Saints, William Jenkins Rees y Thomas Wakeman). Parece una descripción bastante extraña para un altar, a no ser que su aspecto fuese algo así:


Varias interpretaciones de la estela megalítica unida de Table des Marchands-Gavrinis, según ilustración de Cassen y Vaquero Lastres: El deseo pasmado.

Estos dos autores, Cassen y Vaquero Lastres, sostienen que el primer diseño de la estela es un cetáceo, concretamente un cachalote. De ser así, este hecho podría haber originado la creencia en navegaciones occidentales sobre altares de piedra como éste, y sobre ballenas (Viaje de San Brandán).

Por otra parte, y ya para finalizar, creo que convendría separar bien esta leyenda sobre la mesa de piedra de lo que era la Tabla Redonda supuestamente inventada por Arturo. La Tabula Rotunda o hastiludium era un lugar circular y vallado donde se celebraban los torneos, su etimología es, pues, la misma que la del español tablado (para justas o torneos), el latín tabula. La versión "Mensa Rotunda" no deja de ser una sustitución errónea que nos transforma a Arturo y a sus caballeros en comensales.

Aquí también teníamos nuestras tablas, pero no sé si eran redondas: "Este rrey don Alonso de Castilla, como quier que en aquel tienpo estuuiese sin guerra, sienpre cataua como se trabajase en offiçio de caualleria faziendo torneos e poniendo tablas e justando, e quando esto no fazie algo, corrie monte; e por esto, e porque los caualleros no perdiesen de vsar armas e otrosi estuuiesen aperçebidos para la guerra quando menester les fuese" (Gran Crónica de Alfonso XI, s. XIV).

7 comentarios:

  1. ¿Quién dijo que lo de navegar por el cantábrico en barcos de piedra es una leyenda?

    http://www.ctv.es/USERS/correcaminos/capitulos/monumentos.htm#muelle

    :)

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  2. http://www.saber.es/web/biblioteca/libros/puerto-candas-proyectos-reformas-ampliacion-siglos-xvi-xxi/html/t09.htm#1et

    Otra más

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  3. Parabéns polo teu blog. Quero apuntar dúas cousas que teñen que ver ca tradición galega das Barcas de Pedra.Na parroquia de san Isidro de Postmarcos (A Pobra), en Entreríos, frente o Mosteiro de San Xoan de Misalela, pódese ver varada unha barca de pedra granítica de cinco metros de eslora. A lenda dí que esa é a barca na que chegou a ese lugar San Mauro, o fundador do mosteiro.No disco “Camiños da fin da terra” o grupo Lúar na Lubre ten unha canción chamada “A barca de pedra”. Esta peza procede de Muxía e narra a chegada da Virxe a esas terras nunha barca de pedra. A obra é un Alalá (unha das expresións máis antigas da música do noso país, sen métrica e as veces sen letra).“Ten o camarín de pedra. Nosa señora da Barca, Ten o camarín de pedra.”De novo parabéns. Saúdos. Roi

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  4. Roi, es muy interesante lo que dices sobre el Santuario da Barca, las partes que se conservan son la barca, la vela y el timón (3). Creo que éste era el Promontorio Sacro, y no el Cabo San Vicente:

    Artemidoro comparaba al Promontorio Sacro con un barco porque allí había tres pequeñas insulas (pedazos?) con forma de restos de un navío, además se realizaban extraños rituales moviendo unas piedras (la de abalar) y el sol se hundía en el mar con enorme estrépito, dato que coincide con la observación del romano Decimo Junio Bruto que se retira de Gallaecia aterrorizado al ver el sol hundiéndose en el mar.

    Además pone allí un templo dedicado a Hércules, que cae cerca de la torre coruñesa...

    Pero como esto daría para una tesis doctoral sobre geografía antigua, mejor dejo de suponer.

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  5. También tenéis otra barca de piedra en Padrón, donde recuerda López Ferreiro, según tradición, utilizaba el Santiago Apostolo para cruzar el río e incluso, para otros, la utilizó para acercarse a estas costas desde de Palestina. ¡Jopé!, menudos remos y por supuesto el grado de salinidad del mar en aquella epoca debería encontrarse próximo al 100 %.

    Del Promontorium Sacrum...mejor dejarlo donde siempre estuvo, allá por el Algarve cuyo tópónimo se mantiene y Plinio nos lo relató. Ahora bien, si queremos uno por estas nuestras Rías, pues nada en Santa Uxia da Ribeira tenemos unas islitas de nombre Sagres y que por allí se puede empezar para esa posible Tesis Doctoral.

    Todo es posible. Y a La Torre de Hércules...lo de la Torre de Hércules.

    No obstante las leyendas, a veces, relajan un montón.

    Otro Anónimo.

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  6. http://en.wikipedia.org/wiki/Concrete_ship

    No hace falta que el grado salino sea muy grande para que flote un barco de piedra, ya lo veis ahí.

    También aparece ahí un barco de piedra hundido para hacer un dique, que es lo que se hizo en Candás. Mira que yo me puse todo emocionado porque recordaba lo del "barco de piedra" del muelle de Candás, pero mi gozo en un pozo. En ese caso era un barco de piedra de verdad :)


    Saludos

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  7. Bueno bueno bueno...Técnicamente muy poquitas cosas serían irrealizables, por ejemplo la construcción de una hermosa ciudad sobre un batimétrico arenoso de los fondos marinos de cualquiera de nuestras rías o frente a la antigua de Aboño por detrás de la Campa de Torres, por poner un ejemplo. :)

    Ya sabemos que no es cuestión de salinidad, ¡caray!, los buques con casco en hierro: ¡flotan!. No es cosa de la casuística, sino más bien de aquel viejo Arquímides y su principio. (Arq., o, el que todo cuerpo dentro de un líquido experimenta una sensación de...mojado, o, lo de los empujes arriba/abajo). Él explica su principio para que la piedra y el acero no se hundan si previamente les hacemos un “agujerito”.

    Sí, es cierto eso que comentas de barcos cargados con piedra para hundirles y hacer dique. Me acuerdo, por ejemplo, aquella barcaza que se trajo, por orden de Calígula, de Alejandría el obelisco que hoy se puede ver en la Plaza de San Pedro de Roma y que inicialmente fue erigido por donde el stadio de juegos al pie del Monte Vaticano. Pues bien, esa enorme barcaza cargada de piedra se fondeó en la entrada de la ampliación del Portus Taianus, es decir el nuevo Portus de Claudio, y allí con algo más de piedra para sus fundamentos se edificó el Faro Romano de lo que se llamó Portus Ostiae.

    Ya ves, nada nuevo bal el sol, y las historias se repiten tanto o más que los cebollines.

    S2

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