lunes, 9 de marzo de 2009

Parecidos razonables

Una de las series toponímicas que más fascinación ejerce sobre los profesionales, aficionados y legos en la materia etimológica es la integrada por el grupo de topónimos en -obre: Sillobre, Barallobre, Bañobre, Callobre, Illobre, Tiobre... Han sido estudiados por diversos autores, desde Menéndez Pidal, que consideraba -obre un simple sufijo adjunto a un nombre de posesor, hasta Moralejo Laso, que proporcionó la hipótesis que se viene aceptando en la actualidad (-bre, no -obre, como variante de briga, "fortaleza"), pasando por un largo etcétera de expertos, como por ejemplo Longnon, que prefería ver en ellos un elemento hidronímico *wober, "arroyo", que se conservaría en el bretón gouer.

Lo más curiosos de esta serie es su altísima concentración en el norte de la provincia de A Coruña, y es esta presencia masiva la que ha motivado propuestas de corte étnico; -bre podría ser una variante propia del pueblo ártabro, que se supone que estaba establecido por la zona en cuestión. En el cartulario de Redon (Bretaña) aparecen los siguientes nombres propios: Haelwobri / Haelowiri, Catwobri, Breselwobri, Maenwobri, Drewobri.  Y precisamente la zona norte de la provincia de A Coruña está próxima a la sede de los britones de Mailoc; no sería extraño que nuestros topónimos y los bretones fuesen del mismo tipo, antropónimos compuestos (bitemáticos) con un segundo elemento wobri / obre, que, si hacemos caso a las glosas oxonienses: guobri = gravis.

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