Dolmen de Poulnabrone en el Burren (Irlanda, condado de Clare). (C) Dolores González de la Peña
El nombre de este famoso dolmen irlandés, Poulnabrone, suele verterse al gaélico como Poll na mBron = pozo de los lamentos), aunque existen otras interpretaciones que encajan la pronunciación con palabras irlandesas de distintos deletreos, como bro = molino de mano.
Pero aquí lo que me parece clarísimo, si nos atenemos al folklore atlántico que considera los túmulos megalíticos como entradas al Sídh, Inframundo o Más Allá, es que la fonética de la segunda palabra del compuesto cuadra con la pronunciación del goidélico bruidne, "hospedería", término con el cual se designaban los palacios encantados subterráneos donde se alojaban los difuntos, y cuyas entradas se situaban en las portal tombs como ésta de Poulnabrone o, mejor, Poll na Bruidne: la entrada subterránea, el hoyo que conduce al palacio u hostal del Más Allá.
En Irlanda había hasta cinco hostels de este tipo, cuyos hospederos eran los dioses del Inframundo Da Derga, Da Choca, Macc Da Tó, Forgall Manach y Mac Da Réo. Su existencia figurada nos ha llegado a través de la literatura goidélica en obras como Togail Bruidne Da Derga, La destrucción de la Hospedería de Da Derga, donde el rey Conaire encuentra su muerte.
En Galicia la arquitectura mítica de estas ciudades o palacios subterráneos de los mouros ha sido estudiada someramente, por ejemplo, por Buenaventura Aparicio Casado en A sociedade campesiña na mitoloxía popular galega; se caracterizan por ser estructuras de amplias cavidades abovedadas sostenidas por columnas de oro. También Mar Llinares señala que los mouros suelen habitar hermosos palacios de oro. Son las mismas hospederías o fairy palaces (bruidne) que nos han llegado mejor documentadas por el potente folklore irlandés.
Así, es muy posible que la etimología del término galaico-portugués anta, con el que se conocen mayoritariamente los dólmenes en nuestro territorio, provenga del latín anta, "jambas de una puerta, entrada", sobreentendiéndose que son entradas al Otro Mundo ("antae, quae sunt latera ostiorum", Paulus Diaconus).
Según el folklore gallego, a través de estas puertas megalíticas se accede al Inframundo donde se celebran, como en las historias que se desarrollan en las bruidne irlandesas, banquetes organizados por hospederos demoníacos. El paralelismo lo ofrece el conjunto de tradiciones en las que un humano desciende al Inframundo convidado por un mouro. Tenreiro Bermúdez (1) considera que "o ciclo de lendas que teñen como protagonista a un ser humano convidado no mundo subterráneo, ameazado por un mouro que detecta a súa presencia porque cheira a cristianiño vivo" es un intento de demonizar la figura de los mouros; pero en mi opinión no es que el cristianismo trate de demonizar estas figuras de nuestro folklore, más bien cabría interpretar que estos seres, como habitantes muertos del Inframundo, ya eran considerados diabólicos mucho antes.
(1) M. Tenreiro Bermúdez: "Os mouros. Notas sobre a permanencia do mito no folclore", Anuario Brigantino, 2002, pg. 39-62.
Así, es muy posible que la etimología del término galaico-portugués anta, con el que se conocen mayoritariamente los dólmenes en nuestro territorio, provenga del latín anta, "jambas de una puerta, entrada", sobreentendiéndose que son entradas al Otro Mundo ("antae, quae sunt latera ostiorum", Paulus Diaconus).
Según el folklore gallego, a través de estas puertas megalíticas se accede al Inframundo donde se celebran, como en las historias que se desarrollan en las bruidne irlandesas, banquetes organizados por hospederos demoníacos. El paralelismo lo ofrece el conjunto de tradiciones en las que un humano desciende al Inframundo convidado por un mouro. Tenreiro Bermúdez (1) considera que "o ciclo de lendas que teñen como protagonista a un ser humano convidado no mundo subterráneo, ameazado por un mouro que detecta a súa presencia porque cheira a cristianiño vivo" es un intento de demonizar la figura de los mouros; pero en mi opinión no es que el cristianismo trate de demonizar estas figuras de nuestro folklore, más bien cabría interpretar que estos seres, como habitantes muertos del Inframundo, ya eran considerados diabólicos mucho antes.
Otra impresionante portal tomb irlandesa: dolmen de Kilclooney en Portnoo (condado de Donegal).
(C) Dolores González de la Peña
(1) M. Tenreiro Bermúdez: "Os mouros. Notas sobre a permanencia do mito no folclore", Anuario Brigantino, 2002, pg. 39-62.
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