viernes, 27 de julio de 2018

Cruces del antiguo Camiño dos Arrieiros

Revisando mis notas de campo de 2007 para ver qué había anotado sobre el túmulo de Penas Verdes, veo con nostalgia la vieja estela cruciforme de la carretera a Rediz. No la recoge Juan José Burgoa en su trabajo de 2013 sobre As cruces de pedra do Camiño Vello dos Arrieiros (Cátedra). Es normal que no la haya descrito porque es inédita, y aunque en su estudio maneja fuentes de Celtiberia.net (que no detalla), yo no la había publicado entonces. Aprovecho para referenciar sus fuentes celtibéricas, todas de mi autoría y firmadas con el pseudónimo Onnega / Onega:

  1. Un camino prehistórico: Camiño dos Arrieiros, julio de 2007
  2. Cristo de Mouraz, enero de 2008
  3. Necrópolis de Pena Branca, enero de 2008


Estela cruciforme de Rediz-O Campo-Azcoito. (C) Dolores González de la Peña, 2007.

Es una pequeña cruz de pizarra con las siguientes dimensiones: 58 cm de ancho; 72 cm de alto. Los brazos son muy desiguales y recuerdan un poco a las cruces en forma de mariposa de Bretaña, las medidas de los bordes de cada uno son: 24, 29, 27 y 28 cm (en el sentido de las agujas del reloj). En ella se han grabado una cruz en el centro, cuyo brazo inferior se curva en forma de anzuelo hacia el brazo derecho de la cruz; bajo ella dos letras invertidas, AP, y una tercera letra, C, girada hacia el brazo derecho. La cruz se encuentra chantada en un pequeño túmulo junto a la carretera, pasado Rediz y antes del cruce que lleva a O Campo y Azcoito, a la izquierda de la vía. El túmulo, de pequeñas dimensiones, podría ser una mamoíña, o únicamente una forma de resaltar la cruz sobre un rudo pedestal de tierra. El revés de la estela también tiene grabada en el centro otra cruz, como la delantera, pero con todos los brazos rectos.

En el supuesto caso de verificarse que el montículo de tierra sea una mamoíña, tendríamos ya dos cruces sobre túmulo en A Faladora (junto con el Cristo de A Faladora). No está catalogada ni inventariada.

Ubicación del montículo con la estela cruciforme. Se ve al lado izquierdo de la carretera, antes del cruce con los indicadores que señalan a O Campo, Azcoito y Curuxeira.

Examinando la microtoponimia del visor PBA de la Xunta, veo un sugerente Coto dos Frades en las inmediaciones, y algo más arriba Cruz de Salgado. Las letras grabadas en la cruz coinciden con las iniciales de algunos de los nombres de lugar de la zona: C = Curuxeira / Campo?; A = Azcoito?; AP= As Pontes? También la numeración de los marcos en las mojoneras es bastante corriente (si consideramos la posibilidad de que sea una cruz de término, o una estela funeraria reutilizada como cruz de término).

Pero entre nuestras favoritas, además del Cristo da Faladora, está la cruz de Chao do Bidueiro, en el lugar de Suapena, inmediato a A Pena Moura. Fue dibujada por Maciñeira exactamente tal y como se ve desde el camino.


Cruz de Chao do Bidueiro (Suapena). (C) Dolores González de la Peña, 2007.

No quiero acabar sin mencionar otra cruz que falta en el estudio de Burgoa, ya que casi toca Pena de Francia; es precisamente la de Pena de Francia.


(C) Dolores González de la Peña, 2014.

jueves, 26 de julio de 2018

Gran menhir o pedrafita de A Faladora, con su G.II-1 y G.II-2

Lo que cambian las cosas en 11 años... Hemos pasado de no saber distinguir un menhir que tenemos delante de las narices, a que aparezcan como setas (menhires de Melide, por ejemplo).


(C) Dolores González de la Peña, 2007. Gran menhir de Pena Faladora.

Cuando en 2007 recorrí el Camiño dos Arrieiros por la sierra de A Faladora para localizar, con el libro de Maciñeira bajo el brazo y siguiendo las recomendaciones de X.M. Bello Diéguez, los principales túmulos y dólmenes descritos por él, me topé por casualidad con un menhir tumbado que, aunque no tenía claro que fuese un menhir, algo me decía que sí. Sobre todo tras ver la ingente cantidad de fotos de menhires tumbados y medio hundidos en la tierra que nuestro compañero de Celtiberia.net, Cromlech, colgaba sin cesar (v. Ruta de menhires de Legaire. Araba). Tras publicar en aquella web con otro pseudónimo medieval, Onnega, los resultados de nuestro recorrido, Un camino prehistórico: Camiño dos Arrieiros, con documentación y fotos (Forno dos Mouros, Cristo da Faladora, necrópolis de Pena Faladora, y por supuesto el posible menhir, que identifiqué como el menhir que había descrito Barros Sivelo y que Maciñeira no logró encontrar) los comentarios fueron bastante desesperanzadores, incluso rozando el pitorreo (pero era divertido):

-"el primer menhir metamórfico, menuda primicia noraboa..."

El caso es que nadie nace aprendido, como se suele decir. Y todos los cambios requieren tiempo para asimilarlos. Salvando la diferencia, y si se me permite la comparación exagerada, algo parecido le ocurrió a Sautuola con Altamira, hasta que empezaron a aparecer más cuevas pintadas. Hoy, 11 años después de aquella aventura, en la que también encontramos el alineamiento de marcos territoriales en el que se integraba el menhir (tal vez reutilizado para este fin), resulta que ya es un bien catalogado como menhir, y tiene hasta su G.II-1 (ÁREA DE PROTECCION INTEGRAL) y su G.II-2 (ÁREA DE RESPETO) desde noviembre del año pasado. ¡Ave María Santísima! Prometo que no volveré a pronunciar en vano el nombre de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural.

¡Vade retro maquinaria pesada! No podréis acercaros a su perímetro de seguridad.


Ficha del menhir en el inventario de Patrimonio. Si se abre por completo la ventana aparecen los datos referidos a su nivel de protección. (C) Visor de Aproveitamentos Forestais, Xunta de Galicia.


(C) Dolores González de la Peña, 2007. Alineamiento que señala el límite territorial que corre por el Alto da Faladora, publicado por primera vez en Celtiberia.net 2007 (Un camino prehistórico: Camiño dos Arrieiros). ¿Tal vez un límite territorial de origen prehistórico?

Mámoa das Penas Verdes 2 / A Pena Moura (As Pontes)


Fotografiada por mí en 2007 mientras recorríamos el Camiño dos Arrieiros bordeado por los túmulos descritos por Federico Maciñeira (Bares. Puerto hispánico de la primitiva navegación occidental, 1947, ed. Bouza Brey) ahora la identifico correctamente gracias a los visores de la Xunta. Se trata de la mismísima Pena Moura, que da nombre al lugar.

Me la indicó un lugareño que trabajaba su leira en A Pena Moura cuando le pregunté dónde estaba el famoso Forno dos Mouros: "sí, está por alá arriba onde os molinos; hay moitos, algúns ten chantos coma personas...; pero aquí ten outros, detrás do depósito de auga".

Se trata de una mámoa con restos de la coraza y la cámara, que todavía conserva la losa de cobertura y una lancha completamente descolocada hincada en la informe masa tumular. Presenta como peculiaridad el hecho de estar situada apoyándose en el crestón o afloramiento que se ve al fondo y que se inicia aquí a un nivel más bajo. Es posible que se haya aprovechado parte de él en la construcción funeraria, tal vez como parapeto o primitivo contrafuerte.

Otra vista, más cerca, de la cámara. (C) Dolores González de la Peña, 2007.

En apoyo de esta hipótesis, Criado Boado y Vaquero Lastres ("Monumentos, nudos en el pañuelo. Megalitos, nudos en el espacio: análisis del emplazamiento de los monumentos tumulares gallegos", Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, T. 6, 1993, págs. 205-248) dicen que existen "ejemplos de monumentos megalíticos en los que la cámara ha sido construida utilizando y aprovechando una afloración de roca del sustrato. Algunos ejemplos aportados por Maciñeira y pertenecientes a Serra Faladoira permiten documentar que, si bien este fenómeno no es general, tampoco es excepcional o accidental". De todas formas, este caso concreto de Penas Verdes no fue descrito ni estudiado por Maciñeira, pero sería representativo de la tipología.

Esa pluralidad de ejemplos aportados por Maciñeira a los que aluden Vaquero y Criado, finalmente se reduce a una muestra que mencionaría don Federico en la obra que estamos consultando: sería la de Monte do Grou, que no soy capaz de encontrar en el texto al no indicar estos autores la página correspondiente en su cita. Busco y rebusco en mi Bares. Puerto antiguo... y no encuentro nada sobre esta extrañísima tipología semihipogea que a lo mejor es exclusiva del megalitismo gallego, y merecedora de un estudio más pormenorizado.

Sin embargo, sí existe el túmulo aludido en Monte Grou. Cándido Rico, de la web Megalitos Arqueolóxico, me había informado de su existencia en 2008: "leí que te interesaban aquellos casos en los que un afloramiento natural era aprovechado para una cámara. Te recomiendo la subida a la cumbre del Monte Grou en As Pontes, donde al lado de un mojón de referencia geodésica de Endesa, encontrarás un túmulo con esas características".

Así que recurro de nuevo a Cándido Rico, que me informa del error en la cita bibliográfica de Vaquero y Criado. Maciñeira describe el túmulo de Monte Grou en su otra obra sobre los túmulos de Ortegal. Así es, concretamente en la parte publicada en el BRAG , nº 273, pg. 316: "sobre el lugar de O Grou en dirección O. y en un rellano que forma el encuentro de dos laderas en las altas estribaciones de la montaña, encuéntrase la medoña 168 [...]. Al SO. de ésta como a unos 400 m y no lejos del castro natural [cerro] número VI [de su plano], aparece también aislado de los grupos anteriores y siguientes el túmulo 169, de unos 15 m de diámetro. Ocupa la cúspide de un elevado cabezo que ante los contrafuertes de la elevada montaña, en plano inferior a éstos, cierra y domina el valle por aquella parte, al N. del lugar Castro de Uz, sirviéndole de majestuoso coronamiento. Y en la gran excavación que le han efectuado los buscadores de tesoros dos mouros, pude observar la interesantísima circunstancia, según indica el croquis que acompaño, de haberse utilizado una saliente de la pizarrosa roca sobre el terreno para que por su más adecuada cara sirviese de soporte parietal de una cámara, caso que se repite en la comarca en el nº 14 de la vía Faladora [nº 73 de la obra Bares. Puerto hispánico...., 1947, pg. 78 - necrópolis de Pena Branca: "aprovecharon una apropiada saliente de la roca sobre el suelo, a fin de que hiciese las veces de soporte del menguado dolmen por el W"].

Por lo que veo, los dos ejemplos de Maciñeira en Monte Grou y Pena Branca se refieren al aprovechamiento como ortostato de una lancha solitaria que aflora de la tierra de forma natural, y no al adosamiento total y semihipogeo del túmulo a un largo crestón pizarroso que recorre la dorsal. En principio parecen dos formas constructivas distintas: en la descrita por Maciñeira se aprovecha un elemento pétreo natural similar a un ortostato para construir la cámara in situ, quedando integrado en la construcción, y en el caso de Penas Verdes la cámara penetra, a modo de hipogeo, un largo crestón pizarroso que forma el largo contrafuerte natural del cordal.

Entre mis notas de 2007 había contrastado también la hipótesis de Tilley, "The powers of rocks: Topography and monument construction on Bodmin Moor" (World Archaelogy, 1996, nº 2), y Bradley, "Ruined Buildings, Ruined Stones: Enclosures, Tombs and Natural Places in the Neolithic of South-West England" (World Archaeology, 1998, Vol. 30, nº1). Estos autores destacaban, respectivamente, una predilección por la ubicación de los megalitos en la proximidad de crestones y afloramientos rocosos (Tilley) y un modelo constructivo megalítico imitativo de los crestones y afloramientos (Bradley). Pero esta nueva tipología de túmulos funerarios semihipogeos adosados e integrados en el propio crestón, supera con creces todas las expectivas indicadas por Tilley y Bradley.

Túmulo adosado al largo crestón rocoso que remata A Panda da Serra. (C) Dolores González de la Peña, 2016.

Otro caso que tengo fotografiado en la misma zona es el Túmulo da Panda da Serra, que según el visor PBA de la Xunta es la mámoa 4 del grupo que denominan "Cruz da Serra Faladora" (al que pertenece el famoso Forno dos Mouros). También adosado a crestón, tiene un aire con el de Penas Verdes no sólo por este motivo, sino también por el enorme ortostato (seguramente menhir) que decora el túmulo.

Libreta de campo de 2007 con las anotaciones y dibujo del túmulo de Penas Verdes / Pena Moura. (C) Dolores González de la Peña.

El orofitotopónimo Penas Verdes, motivado por el intenso color verde de la hierba y del tapiz vegetal que cubre los crestones y el túmulo, anuncia tal vez un lugar especialmente húmedo. Habrá de estudiarse en relación con el colorido de otros penedos de la zona: Pena Moura y Pena Branca.

martes, 24 de julio de 2018

Seré, As Somozas

Mañana están de patrón en Santiago Seré (As Somozas).

Con seguridad Seré es un topónimo de origen germano proveniente del nombre propio del antiguo posesor de la villa. Así, encontramos algunos eslabones perdidos en la documentación gallega:
  1. "hae sunt generationes de dono Seereo, alias Segeredo, ille qui fundavit Monasterium de Cinis. dominus Seereus genuit Acenda Seereiz..." (año 1136, documentos de Monfero)
  2. "duas leyras quas habeo in Segeree"  "in ipso monte de Segeree" (año 1273, Oseira)
Del caso genitivo, "villa Segeredi" (villa de Segeredo) > Seré, con lenición y desaparición de las oclusivas sonoras intervocálicas -g- y -d-, propia del sustrato celta. El final vocálico en -é alterna con el más frecuente -ei.

Por su parte, el patronímico o apellido Seriz o Serez, como se puede ver en el documento de Monfero, está ligado a Segeredo, no a Sigerico. Por lo tanto, topónimos españoles como Castrojeriz y Jerez, a pesar del Sigerico propuesto por Galmés de Fuentes (Los topónimos: sus blasones y trofeos, 2000, pg. 63), se explican mejor fonéticamente como patronímicos formados a partir del antropónimo germano Segeredo. Lo mismo puede decirse de los topónimos gallegos Xeré (Palas de Rei y Guntín) y Xerez (A Teixeira), que presentarían palatalización de s- inicial, como en sepia > xibia o xiba. Y, asimismo, de los topónimos portugueses Gerei (Arcos de Valdevez) y Gerizes (Merelim, Braga), a los que Almeida Fernandes (Toponímia portuguesa: exame a um dicionário, 1999) no consigue encontrarles étimo adecuado entre la antroponimia germana.

El uso del topónimo como orónimo se documenta entre los textos de Oseira, por ello, como hipótesis, cabría considerar que la Serra do Gerês tenga esta misma etimología. Se trata de una remota posibilidad: Paulo Martínez Lema me recuerda el artículo que don Edelmiro Bascuas dedicó al orónimo "AQUIS OCERENSIS, DIOSA OCAERA, MONTE UGERES Y O GERÊS: ¿*OGER- O *UGER-?" (Paleohispánica, 7, 2007), asegurando prácticamente su etimología prerromana (documentado en la Edad Media mayoritariamente bajo la forma Ugeres: alpes Ugeres 1074, mons Ugeredi 1095, monte Ugeres 1096, subtus Ogeres 1100).

* Esta hipótese foi logo mencionada no 2021 por Gonzalo Navaza, sen citar a súa fonte (este blog), na súa obra Os nomes dos concellos da provincia de A Coruña, px. 93.

domingo, 22 de julio de 2018

A Santa Compaña cos marcos ao lombo

En el Arquivo do Galego Oral, excelente proyecto cuya infraestructura web es una lástima que no se aproveche para ir completándolo, se recoge una leyenda de Santa Eulalia de Chacín (Mazaricos) grabada por Ángeles Conde García en 1993:

"Si, da Compaña falaban moito, e que andaban cos marcos ó lombo... A xente que ía para o outro mundo viña, e despois os que tiñan o costume de nas colleitas disque tirar a terra para o seu lado, despois viñan e andaban cos marcos ó lombo, porque disque non lles chegaba a terra. E andaban..." (http://ilg.usc.es/ago/audios/39.ogg - ruta: Textos - Temas - Crenzas - Compaña).

También en la recopilación de Contos Galegos de Tradición Oral (Nigratrea, 2002), de Camiño Noia Campos, se recoge la obligación del difunto (alma en pena) de restituir el marco a su sitio, aunque en este caso no lo lleve él sobre su espalda. "O pai aparecido" (pg. 226):

-"Meu pai, que é o que quer? A ver, que llo fagho".
-"Fas dúas misas, unha por a túa nai [...] despois vas a un campo e cambias o marco daquel sitio e polo nun sitio de alí que é onde lle pertenese. Entonses cando ti marques, poñas o marco nese sitio, eu estarei ben".

Constantino Cabal en Los dioses de la muerte. La mitología asturiana, localiza la creencia en el alma en pena portadora de marcos o mojones tanto en Asturias como en Bretaña.

Yo encuentro ejemplos en Francia, como:
  • "J'ai entendu ma mère raconter qu'on rencontrait la nuit un homme portant une pierre sur sa tête (de son vivant, il avait arraché une borne)" (Bulletin de la Société Archéologique du Finistèrre 1975). Le oí a mi madre contar que se encontró por la noche con un hombre que llevaba una piedra sobre la cabeza (cuando estaba vivo él había movido un marco).
  • "L'âme dunne personne qui, de son vivant, a déplacé les pierres bornales à son avantage apparaît sur la forme d'une femme toute noire portant une pierre; elle parcours sous anciennes propiétés, sautant d'une place á la outre et demandant où elle la placera" (Milin, Revue d'histoire des religions, 1896). El alma de una persona que de viva había desplazado los marcos para beneficiarse, se aparecía bajo la forma de una mujer, toda de negro, llevando una piedra; recorría sus antiguas propiedades saltando de un sitio a otro preguntándose dónde la colocaría.

Evidentemente, todo esto ha de ponerse en relación con la conocida pervivencia del marco galaico como equivalente del dios Terminus romano (también un marco, pedrafita o menhir de delimitación). En el derecho romano ya estaba tipificado el delito de mover los marcos: "movere terminos etiam est extraordinarium crimen" (Digesto romano-hispanum..., Juan Sala Bañuls). Pero no es esto lo que quería destacar; como se ve en la selección, la leyenda del alma en pena portadora del marco puede ser interpretada como castigo (Sísifo), o como penitencia purgatoria (reposición del marco a su sitio original). Aquí nos inclinamos a pensar que esta segunda interpretación está contaminada por el cristianismo, siendo la primera la original. En cualquier caso, el mitema habrá de estudiarse conjuntamente con el tipo de leyendas conocido como "La moura constructora de megalitos", que hasta ahora se consideraba el único mito en que aparecían los seres megalitóforos o portadores de grandes piedras.



jueves, 19 de julio de 2018

"La confirmación de los usos lingüísticos a través de Internet. A propósito de la palabra lejío" / Jiménez Cano

Este artículo del profesor Jiménez Cano, publicado en 2016 en Topos Digital, surge de una anécdota durante una sobremesa con sus amigos, todos ellos profesores universitarios. La palabra "lejío" sale en la conversación, provocando la curiosidad sobre su significado y etimología. Sobre la marcha o poco después, el profesor tira de los recursos electrónicos disponibles, encontrándose con mi discreta entrada de 2009 en el blog (El Lejío), que amablemente cita íntegramente en su corpus de forma un tanto desordenada (sin respetar el orden cronológico de todo corpus). 

"Salvo que la curiosidad filológica lleve a alguno de los amigos a indagar y asegurar posteriormente el origen y el significado, lo habitual suele ser que la palabra se vuelva a sumergir en el olvido". Parece que la etimología y, en consecuencia, el significado de la palabra no estaban claras para el filólogo (hispanista). Me resulta francamente sorprendente: aunque ningún hispanista controle absolutamente todas las etimologías románicas, creía que ésta era vox populi.

Resultados filtrados de Google sobre la búsqueda "lejío" significado antes de 2016 (fecha de la publicación del artículo de Jiménez Cano).

El caso es que por las fechas en que el autor comienza su estudio para verificar si es posible confirmar los usos lingüísticos de una palabra mediante los recursos electrónicos, no había mucho en Internet (como se ve en la imagen). En primer lugar, un blog con una entrada de 2013 (posterior a la mía), el diccionario Educalingo (que reduce el término al latín lixivium, "lejía"), luego mi entrada (perfectísima, salvo que no cité por obvio, y estar vivo y lexicalizado el término lejío en Extremadura, ningún diccionario de extremeño, como pudo haber sido el de Viudas Camarasa), y en cuarto lugar otro diccionario, el DIRAE, que sólo recoge, de nuevo, al lejío como pariente de la lejía. Insatisfecho con los resultados, que ponían en evidencia que los blogueros teníamos más razón que un santo y acertábamos más que los lexicógrafos, el profesor corta por lo sano y empieza su investigación de otra forma: "si la indagación comenzara con el uso como fuente de información de los recursos fiables que acarrea Internet". 

No voy a extenderme en más detalles sobre la pertinencia de este tipo de investigaciones así planteadas, que en realidad deberían formularse como una cuestión epistemológica (¿cómo aprendemos a aprender?). Pasaré sólo a las conclusiones, que el autor expone en forma de preguntas:

1. "¿son los nuevos subgéneros hipertextuales fuentes necesarias para la fijación y estandarización de las variables gramaticales y léxicas de la lengua española?"

MI RESPUESTA: sí, en la medida en que resulten fiables y exactos, valoración que depende, como en todo, del criterio y los conocimientos de la persona que los consulta.

2. "¿qué grado de control de la información en red debe tener un profesor de lengua española para discriminar la validez de los usos lingüísticos en aquellos casos en los que no exista todavía una norma gramatical o léxica fijada por el uso general?"

MI RESPUESTA: no ha de tener control sobre la información de la red (véanse posibilidades de ejercer un control de nivel bajo en la respuesta 3), ha de saber manejar los recursos electrónicos disponibles y tener un alto grado de conocimientos en su campo para separar el grano de la paja. En el caso analizado se demuestra finalmente que es correcto dentro de la norma extremeña pronuciar y escribir "lejío".

3.¿Qué grado de fiabilidad puede tener el tipo de información lingüística y metalingüística disponible en la red para las personas interesadas en un mejor conocimiento y en un uso más apropiado de la lengua española?

MI RESPUESTA: la certeza sobre si una información es fiable o no, volvemos a lo que dije antes, depende del criterio, conocimientos, destrezas profesionales, estrategias de aprendizaje, etc. de la persona que realiza la consulta, no de la apariencia más o menos impresionante del recurso consultado (en este caso: humildes blogs / diccionarios electrónicos institucionales). Todo el proceso de comprobación epistemológica expuesto en el artículo constituye un buen ejemplo de cómo validar y confirmar, contrastando, la información obtenida de cualquier fuente.

De todas formas, para aquellos casos en que los criterios y conocimientos del consultante estén en proceso de formación existe la posibilidad de listar webs o sitios recomendados por expertos, o incluso, la posibilidad de homologarse como sitio web recomendado por tal o cual colegio profesional, por sus contenidos educativos.


miércoles, 18 de julio de 2018

Manaia sea ela! El Cid en Fonsagrada

Descubrí hace poco en el grupo de trabajo Toponímia da Gallaecia (Facebook) que existe un restaurante en Fonsagrada que tiene este curioso nombre: "Manaia sea ela!". Al entrar en su web dan esta explicación: "é unha expresión fonsagradina que solía empregarse antigamente para referirse a unha muller que tiña moita valentía". Aclarado el significado general de la expresión, podemos pasar entonces a examinar ese Manaia en su contexto. En mi opinión, Manaia ha de ser una variante más del famoso apelativo "Meo annaia", "Mio anaya", "Mianaya", "Mienaya", "Mennaia", etc. sobrenombre por el que era conocido, entre otros, Álvar Fáñez, el brazo derecho del Cid Campeador. 

Mio anaya / Mienaya / Mennaia es una fórmula híbrida de posesivo romance + el sustantivo vasco anaia, "hermano de varón". Esto no significa que Álvar Fáñez fuese hermano del Cid en sentido literal (de hecho no lo era; los eruditos están indecisos entre si era sobrino o primo), sino más bien compañero inseparable en la vida y en el campo de batalla, por su valentía, que a lo largo del poema épico se pone de relieve en más de una ocasión, así como la confianza que el Cid depositaba en él. Intuyo, pues, que la fórmula Mienaya / Mennaia, "compañero de lucha, lugarteniente", pasó al gallego como Manaia, conservándose milagrosamente en la expresión fonsagradina dedicada a la mujer valerosa: ¡que mi capitán, mi compañero en la lucha, mi hermano del alma sea ella!

La formación híbrida de este tipo de tratamientos cariñosos con posesivo la registra Menéndez Pidal* también con el euskera aita, "padre": "Mi echa" (1104), "Mi ecta" (1149). Por supuesto que el posesivo podía acompañar a sustantivos de origen árabe (Mio Cid = señor), o romance (Mie vida, Mea sole = Miña vida o Meu sol, que decimos aquí). Todos ellos fueron utilizados en un registro familiar, por lo que resulta difícil encontrar en los textos medievales gallegos, de tipo jurídico, casos como estos con el posesivo. A pesar de ello, en gallego medieval se documenta esta fórmula, así como los sustantivos comentados por Pidal, por ejemplo (base de datos del CODOLGA):
  1. "de Cidi Didaci media. villa de Eita Didaci media" (Celanova)
  2. "Cidi Didaci" (988, Samos)
  3. "Anaia Vimaraz" (1024, Celanova)
  4. "Meu Cidi" (1199, Sobrado)
  5. Uxor mea Mia Sol (Sobrado)
También conservamos el curioso topónimo Casmiñavida (Guntín) = Casa de Miña Vida, probable nombre o apelativo cariñoso de una mujer. Miña casiña, meu lar! Y en documentos medievales "in loco qui dicitur Pena de Meu Dono " (1269, Ourense).

La fórmula Mienaya / Mennaia pudo haber entrado en Galicia con la difusión del cantar, o pudo haberse adoptado durante el feudalismo, sin necesidad de ligar su presencia en Fonsagrada al Poema del Cid.

Aunque a la vista de ese "Cidi Didaci" tan tentador, a lo mejor resulta que el de Vivar era de Viveiro. Kambiytur o al-Qambiytur, aparece así nombrado por los historiadores árabes, lo que se asemeja más a un Cambeador (de la Cofradía dos Cabaleiros Cambeadores) que a otra cosa, y así, de un plumazo, solucionamos la vieja polémica sobre la etimología del inexplicable epíteto Campeador. Ahora entenderemos, por ejemplo, que fuese designado para ir a recaudar los tributos o parias, función propia de un campsor o cambista de moneda. Quizá, aquello de "perro gallego" era más exacto de lo que se pretende.

*Menéndez Pidal: "Chamartín", RFE, XXXV, 1951, pg. 1-7.




martes, 17 de julio de 2018

Influjo del elemento 'legionario romano' en la lengua española

A propósito de la reciente publicación en el Diario de Sevilla de una entrevista con la profesora Pons, de la Facultad de Filología de Sevilla, sobre sus trabajos como divulgadora de diversas cuestiones relativas a la lengua española, he visto reacciones de sorpresa ante el titular: "Que se diga 'jigo', 'jarto' o 'jambre' se debe a la influencia del euskera, no del árabe".

La influencia del vasco en el paso de la f- inicial latina a la h- aspirada del castellano, para después acabar desapareciendo la aspiración (h muda) (faba > jaba > haba), salvo en Andalucía occidental y Extremadura ("quien no diga jacha, jigo y jiguera, no es de mi tierra") no es una teoría de la profesora Pons (ni ella dice que lo sea), ya tiene un siglo, y fue desarrollada por el padre de la filología hispánica, Don Ramón Menéndez Pidal, principalmente en su conferencia "Influjo del elemento vasco en la lengua española" (Conferencia en Guernica en el III Congreso de Estudios Vascos, 1922). 

El Maestro se basaba fundamentalmente en que la f- latina se conservaba en casi todas las lenguas románicas salvo en gascón y en castellano, dos áreas lingüísticas limítrofes con el territorio del euskera, cuyo sistema fonológico carecía en los estadios más antiguos del fonema /f/. Asimismo reconocía, pero como quitándole importancia, que el fenómeno de la pronunciación de f- como h- aspirada ya se producía en latín, considerándose un vulgarismo: las clases populares decían haba (con aspiración) en vez de faba. Su objetivo, al pretender el origen vasco de esta pronunciación aspirada de la f-, era prestigiar el castellano por el supuesto influjo euskera, evitando así reducir el fenómeno de la aspiración a su origen vulgar (como tantos otros que crearon el germen de las lenguas románicas) y aquí cito el final de su conferencia:

"Para todo el que rinde culto al pasado como fuerte [¿fuente de?] preparación para el presente y para el porvenir, el vasco, resto único de las lenguas primitivas de España y de Aquitania, despierta el mayor interés de veneración que puede despertar ninguna otra reliquia de la más remota antigüedad, abriendo ante nuestros ojos un abismo atractivo de misterioso interés. Y este interés se ensancha aún con las consideraciones que acabamos de hacer [f- > h- aspirada es de origen vasco] ya que nos llevan a la conclusión que indiqué al principio: creo que puede confirmarse el influjo del elemento vasco y de las lenguas ibéricas afines en el desarrollo de muy principales características de la lengua española".

Con esta estrategia, la característica de ser una venerable reliquia de remota antigüedad se contagia también al castellano, que pasa a ser en parte heredero del vasco, nada más y nada menos que tocado y euskerizado en su sistema fonológico. Pero ¿quién no desea prestigiar su lengua? Y si además se es un genio, como lo fue el ilustre hispanista, salen teorías tan impactantes y originales, aunque probablemente falsas.

En el Miles Gloriosus (El legionario fanfarrón) de Plauto se ilustra la forma vulgar de hablar de los legionarios jugando con este defecto: "feminas octo in urceum" (8 mujeres en la pota), en lugar de "heminas octo in urceum" (8 medidas en la pota).

No haré una recopilación exhaustiva, ni siquiera un apéndice al Appendix Probi, pero en latín hay documentados casos de hebris en lugar de febris, haba por faba, y al revés (ultracorrecciones que demuestran que existía el defecto), fordeum en lugar de hordeum, fostis en lugar de hostis, feminas en lugar de heminas, etc.

La pronunciación de f- inicial latina como h- aspirada era considerada vulgar en latín, y un defecto utilizado por los autores de comedias para provocar la risa fácil. Es bastante más posible que haya sido un fenómeno latente y originario de las zonas más militarizadas del Imperio, con elevada presencia de clases populares y malhablados legionarios con sus canabae; zonas como precisamente Aquitania y las dos Beturias (Extremadura y Andalucía occidental). Pero a lo mejor esto no deja de ser otra hipótesis dentro del friquilingüismo, como la de Gregorio Salvador, que defendió la posibilidad de que los hablantes de castellano hubiesen perdido la dentadura por falta de flúor en las aguas de Castilla, imposibilitando la pronunciación de la fricativa labiodental al carecer de uno de los puntos de articulación (v. estado de la cuestión en FJ Calvo del Olmo, "Una frontera lingüística en las lenguas románicas: La pérdida de f- latina en castellano", Abehache, nº 2, 2012).

lunes, 16 de julio de 2018

Florderrei

Para Gonzalo Navaza (Fitotoponimia galega, 2006) el topónimo Florderrei (Riós y Vilardevós) no es un fitotopónimo que aluda a elementos vegetales, como podría parecer a primera vista, sino un topónimo creado a partir de un nomen possesoris de origen germánico, tal vez un Falderedi o un *Floreredi, nombre que permitió "logo de perderse a conciencia da súa orixe, unha interpretación popular como 'flor de rei', favorecida tal vez polo paralelismo co topónimo veciño de Monte (de) Rei" (pg. 278).

Por su parte, Fernando Cabeza Quiles no duda de que esta toponimia en Rei (Palas de Rei, Neira de Rei, Monterrei, etc.) haga referencia a posesiones de un rey, o tierras de realengo (Toponimia de Galicia, 2008 sub "Voz de Rei"). En general la mayoría de los investigadores dan por supuesto que la etimología de estos reyes de la toponimia es el latín regem, "soberano, rey". Y así es, pero sólo en algunos casos, en el resto, -rrei o Rei es un hidrónimo proveniente del término prerromano galaico-lusitano REVE, "río", estudiado por Francisco Villar y bien documentado en la epigrafía galaico-lusitana. Por este motivo, la afirmación de Navaza de que "temos tamén un hidrónimo Río de Florderrei (en Vilardevós), que toma o seu nome do da entidade de poboación máis próxima", es justamente al contrario, siendo la población la que toma el nombre del río.

REVE > REE > REI. Algo de esto habíamos visto ya cuando tratamos Bozarrei y el nombre del río de Lugo Rei Chiquito, que no describe evidentemente a un soberano pequeño, sino a un río pequeño. Se produce, entonces, una bonita interpretación popular del río como rey, pero sin base etimológica alguna.

Otra prueba fundamental de que el -rrei de Florderrei proviene del étimo prerromano REVE es que precisamente en Florderrei Vello apareció una de las aras dedicadas a REVE, el río divinizado, con el siguiente texto: REVVE REUMIRAEGO FRONTO... Presenta la particularidad de que el hidrónimo aparece duplicado bajo dos formas, una completa REVVE, y otra apocopada REU-. Como si dijéramos "AL RÍO REUMIR / RAMIR" o algo semejante. No son extrañas las tautologías en la toponimia; con ellas se acumulan en un mismo nombre de lugar variantes o traducciones de un mismo referente a las diversas lenguas que se van superponiendo en el territorio. Ahora veremos otro interesante caso de topónimo tautológico, el de Florderrei.

Ara a REVE en el Museo Provincial de Lugo. REO PARAMAEGO. (C) Andregoto Galíndez.

Visto el segundo elemento del compuesto, pasamos al primero, que podría corresponder al superestrato germánico suevo: fluss, "río". Habida cuenta de que el latín flos-floris, "flor", experimenta rotacismo radical, es muy probable que el sustantivo germano haya sufrido una identificación temprana con esta palabra latina, o bien experimentado la misma evolución con rotacismo. Así pues *Fluss Reve > Flos Rei > Flor de Rei, sería un hidrónimo tautológico en lengua germana y céltica o paleoeuropea, Río Rei. No obstante, el río galaico Florius ("Florius amnis" del Promontorio Céltico) documentado por Plinio, sugiere también la posibilidad de una forma céltica paleoeuropea *flos-flor, "río", cognada del germano fluss, "río".

domingo, 15 de julio de 2018

El hidrónimo Eume

El río Eume nace en Río Pequeno, que da paso al Pieles, en la Serra do Xistral (Lugo).

Minuta cartográfica del IGN.

Respecto al hidrónimo Pieles, cabe suponer su origen a partir del latín pila, "concavidad para depósito de agua", en diminutivo plural: pilellas > pielas (con pérdida de la -l- intervocálica y simplificación de la geminada -ll- propia del gallego). Esta misma etimología ha de tener el topónimo zamorano Peleas, de pilellas con yeísmo (pileyas) y posterior eliminación de la semiconsonante antihiática. Dudo de que el hidrónimo Pieles no haya sufrido algún tipo de corrupción, puesto que en la documentación medieval galaica siempre encontramos Pielas, siendo imposible argumentar que se trate de un femenino plural en -es, como en asturiano:
  • arroyo de Piellas - año 841 (Lugo)
  • Lama de Pielas - año 977 (Xubia)

El uso de denominadores como Río Pequeno frente a Río Grande (por ejemplo, otro de los nombres del río Xubia) está motivada evidentemente por el tamaño del río (cfr. Rei Chiquito, en Lugo), pero no sólo, porque en el caso del Eume se aplica al lugar de su nacimiento. Desde esta perspectiva, la denominación Pequeno podría encajar en el sistema de linajes fluviales que he desarrollado a partir de la propuesta de los potamónicos parentales de Xaverio Ballester, esbozada en "Hidronimia paleoeuropea: una aproximación paleolítica" (2007) y en "Deva y otros devaneos arqueoibéricos" (2009).

Frente a las raíces reconstruidas de la hidronimia paleoeuropea a las que estamos acostumbrados, todas ellas relacionadas con conceptos hídrico-fluviales como "agua", "fluir", "cauce", "tragar", "moverse", etc. Ballester nota una tendencia a la denominación parental humana en el sistema de nomenclatura de los hidrónimos paleoeuropeos, que explica por un tabú lingüístico: "los yakutos llaman 'abuela' al río, mientras que todavía en época reciente los rusos llaman 'mamita' (matuska) a los grandes ríos". Según el autor, son las raíces ama, ana, aba, apa como términos de parentesco humano que designan a la madre, a la abuela, o al padre, las que aparecen en un subsistema de la antigua hidronimia europea. Como ejemplos recientes de que efectivamente se produjo este hecho está el nombre del río Marne < Matrona, y en Galicia los numerosos casos de Madre de Auga (A Mezquita), A Madredauga (O Saviñao), Rego da Madre (Foz), Regueiro da Madre (O Páramo), Fonte de Boamadre (A Teixeira), Fonte da Madroa (Vilariño de Conso) o mismamente el título poético de Padre Eume, que recuerda a la fórmula Tiberinus Pater de los romanos.

El origen del sistema de nomenclatura basado en los nombres de parentesco humano pudo haber sido causado por tabú lingüístico, como defiende Ballester, como mero tratamiento de respeto al río; pero también por equiparación entre los linajes humanos y los intrincados sistemas fluviales. Así, descubrimos que en la hidronimia paleoeuropea la nomenclatura de los ríos conserva trazas de una jerarquía de parentesco o filiación humana que no sólo se reduce al tratamiento de Madre / Padre.

Hay ríos que se consideran hermanas entre sí, como el Sor, que nace en Ambosores (latín sor = hermana) y compite en la carrera de la leyenda de "Las tres fuentes hermanas", o el Suir irlandés, que forma parte del sistema fluvial de las Three Sisters (tSiuir = hermana en gaélico irlandés). Respecto al Sor, JJ Moralejo no descartaba que la documentación medieval "Saur" fuese pseudo-latinización de un original Sor ("Hidronimia prerromana de Gallaecia", Onomástica Galega II, 2013, ed. Kremer). 

Hay ríos hermanos, como el Frade (Bueu), afluente del Bispo (trasladada la jerarquía familiar a la eclesiástica), o el Frei Bermuz, afluente del Eume, que nace en la zona de las medoñas do Galiñeiro (Aranga), en un lugar llamado precisamente Monte das Tres Irmás, por brotar en él las fuentes del Frei Bermuz, la del río de Labrada y la del rego da Loba, que vierte al Mandeo. 

Ríos que podrían ser nietos o sobrinos, si hacemos caso de la antigua forma Nepta > Neda, que podría ser el antiguo nombre del actual río Belelle: "incipit in ipsa aqua quae intrat in ipso fluuio de Nepta" (año 977, Xubia).

Ríos gemelos: posiblemente el topónimo Arauzo de Miel (Burgos), documentado como "Arabuzo de Gemielle" en 1062, proceda del término latino gemellus, en el sentido hidronímico que estamos proponiendo.

Teniendo presente esta posibilidad, el hidrónimo Eume, bien haya sido en origen Ume (como defendía Isidoro Millán González-Pardo*), bien haya sido un compuesto bitemático E-Ume (como pensaba don Edelmiro Bascuas**), puede considerarse en relación con el hidrónimo euskera Urumea, compuesto cuyo segundo elemento es el sustantivo vasco umea, "niño, pequeño". Tiene sentido al observar el nombre que continúa llevando, en otra lengua, el río en su nacimiento, Río Pequeno, y asimismo se encuadra en la hipótesis que venimos exponiendo sobre la existencia de un subsistema paleoeuropeo de nomenclatura hidronímica basado en el de los linajes familiares humanos. Parece que el sustantivo ume / umea, "pequeño", conservado por la lengua preindoeuropea vascuence pudo haber estado diseminado por toda Europa, a la luz de casuística como Umia (Pontevedra), Uma (afluente del Tea), Eume (A Coruña), Irimia (nacimiento del río Miño en Lugo), Urumea (Navarra-País Vasco) y Umeälven (Suecia).

* Toponimia del Concejo de Pontedeume y Cartas Reales de su puebla y alfoz, 1987.
** Estudios de hidronimia paleoeuropea gallega, 2002.




viernes, 13 de julio de 2018

La niebla de la A8 en un documento del siglo VI

El fenómeno meteorológico de la niebla de la A8 entre Vilalba y Lourenzá, como era de suponer, no es nuevo (producto del cambio climático) ni desconocido, salvo para los que tuvieron la ocurrencia de llevar el trazado de la autovía por ahí. Ya existía en el pasado, y era tan persistente que daba nombre a uno de los montes que servía de límite al condado medieval de Montenegro, al que pertenecían Vilalba y Mondoñedo: "pertransiens ad Nepulario montem in directum, finitur ad flumen Euue, ibi intromititur in mare" (= pasando directamente el monte Neboeiro, se acaba en el río Eo, allí donde entra en el mar; fuente CODOLGA, año 572, Tumbo Viejo de Lugo).

Aunque no encontramos en la actualidad ningún monte Neboeiro en la zona de Vilaba, sí aparece un Leboreiro / Lubureiro / Lugureiro (variantes de la minuta cartográfica) junto a la villa, que podría provenir del latín nebulario, con sustitución de alveolares n->l- y líquidas -l->-r-. Hasta este punto baja en ocasiones la niebla desde O Fiouco, desparramándose por el otro lado hasta Ribadeo.

El Nepulario que citamos, vinculado a la zona del Eo, es distinto del que menciona Cabeza Quiles en su Toponimia de Galicia en la entrada Nibueiro (Teilán - Bóveda, Lugo), que supongo que se referirá a este otro texto: "per ipsum montem Uulturaria ubi (di)cent Nebulario et descendit ad illum rogium que descendit de Remesar" (fuente CODOLGA, año 791, documentación de Monforte).

La toponimia Nebueiro / Neboeiro / Nibueiro / ¿Leboreiro? nos remite, por lo tanto, a la niebla (lat. nebula), no a la nieve ni a las nubes, como podría parecer tras la pérdida experimentada por el gallego de la -l- intervocálica latina (nebulario > neboeiro). Con estas espesas brétemas está relacionada la figura mitológica del concitador de tempestades, que mejor que un Nubeiro, será un Neboeiro. Y hasta es posible que estos montes denominados así por la espesa niebla que los cubría se creyesen también habitación de los demonios tempestarios.

A falta de las medidas antiniebla prometidas en el tramo de la A8 donde habita el Neboeiro sugiero recurrir a los viejos remedios en caso de extrema necesidad:
  • Oración para pasar el Alto do Fiouco, en latín parece más efectiva pero puede que la memoria falle con los nervios (puede llevarse escrita, colgada del retrovisor):
Vobis praecipio immundissimi spiritus, qui has nebulas, seu nubes concitatis
"Os conjuro espíritus inmundos, que convocáis a las nieblas o a las nubes"
  • También podría funcionar este otro conjuro, elegido de entre los que recogió el Padre Cunha Brito ("Etnografía Minhota", Revista Lusitana 1912):
"Neboeiro, fuge dai,
Qu'ai bem na Maria Andrésa
Co'as papas na caldeira
P'ra te pôr na moleira!"

jueves, 12 de julio de 2018

El ramo de San Andrés de Teixido. Una tradición cambiante

Allá por 1921 Don Federico Maciñeira y Pardo de Lama escribía con su estilo ampuloso que el romeiro que peregrinaba a San Andrés de Teixido debía volver con el ramo: "procedentes de las fragosidades de aquellas vertientes, véndense en el lugar, los días de romaxe, ramas de tejo y largas varas de avellano -de cuya naturaleza, al decir de la mitológica fábula, era también la vara con que Apolo obsequió a Mercurio (no olvidemos que arriba dejamos los amilladoiros o montones de Mercurio) sirviéndole luego de caduceo-, y los peregrinos las adquieren, atando las ornamentales ramas con largas cintas al extremo de la vara, a guisa de penacho, del cual cuelgan a su vez las metálicas efigies del Santo y algunas rosquillas de pan", y luego añadía en nota, "los romeros del norte de Galicia y de Asturias ya no llevan generalmente el ramo de tejo, pero sí la vara de avellano desprovista de todo adorno; lo cual nos indica cómo poco a poco va cayendo en desuso lo tradicional" (San Andrés de Teixido. Historia, leyendas y tradiciones, Litografía Roel, A Coruña, pg. 87-88).

Fotografía del ramo de San Andrés según la revista Galicia Terra Meiga.
Se pueden observar las ramas de tejo, la hierba de enamorar en flor y dos sanandresiños, la escalera y el clavel marino,
todo atado al extremo de la vara de avellano.

Casi un siglo más tarde la composición del ramo de San Andrés había variado un poco. En un incunable que poseo de la revista Galicia Terra Meiga. Revista de etnografía galega e o mundo celta, nº 1, mes de San Xoan, 2000, monográfico dedicado a "San Andrés de Teixido. Historias de Romeiros e Peregrinos", se describe como sigue: "el ramo de San Andrés se hace con una vara de avellano, ramas de tejo, la Herba de Namorar y los Sanandreses, que son figuritas de miga de pan elaboradas a mano por los artesanos del lugar y que hacen referencia a la vida del santo: la mano, la barca, el pez, el pensamiento, la figura del santo... y otras, ya que -como sabemos- San Andrés fue pescador" (pg. 8).

Como vemos permanecen los elementos vegetales, añadiéndose la herba de namorar, pero en cambio los dos colgantes del ramo, la efigie metálica del santo y las rosquillas (que todavía se venden para consumo engarzadas en una vara, unas blancas de azúcar y otras morenas), son sustituidas por una simbiosis de ambos elementos, los sanandreses, figuras de miga de pan que representan al santo y su vida. Entiendo que con esta sustitución se trató de abaratar costes ya que la efigie metálica podría resultar cara para el romeiro. También, o por lo menos en la fotografía del año 2000, han desaparecido las largas cintas con que se ataba el conjunto al extremo de la vara de avellano.

Me alegra conocer el importante detalle descrito por Maciñeira de que las rosquillas formaban parte del ramo, ya que emparenta al ramo de San Andrés con los espectaculares ramos asturianos, donde el pan es el auténtico protagonista.

Ramo asturiano de la romería de los Mártires de Valdecuna.
(C) María D. Rodríguez Fernández, de su blog Harina y gasolina, 2014.

El ramo asturiano, vestido de blanco, parece que lleva incorporado el hábito del romeiro que va a San Andrés; en realidad no es un hábito, sino el blanco sudario que viste al difunto peregrino en vida. Los panes en forma de croissants son, asimismo, equiparables a la cruz de San Andrés.

Otro importantísimo elemento descrito por Maciñeira era la costumbre de colgar la efigie del santo en el ramo. Se trata de una tradición milenaria que, según Daniel García de la Cuesta ("Jesucristo era un madero y María era una piedra", 2018), podría remontar al culto oriental de Cibeles y Atis, introducido en Roma en el siglo II a.C.: "llevaban el tronco [que representaba a Atis] hasta el templo [...] de lo alto, entre las ramas, dejaban colgando una figurita de Atis".


Antiguo ramo dibujado por Francisco Mª de la Iglesia en Cecebre (1888): "Ramo de mazapán y frutas en dulce, rodeado de rebanadas de queso y azucarillos sobre una regueifa cortada por ambos lados que sirve de base (como en el nº 1), y adornado con dalias y frutas naturales. Este ramo lo entrega el vicario saliente al entrante" (ms. Folk-lore, archivo Galiciana Dixital).

domingo, 8 de julio de 2018

miércoles, 4 de julio de 2018

Dos talasónimos recuperados en la desembocadura del Eume

Cualquier día de estos tengo que dedicar una entrada al nombre del río Eume, que creo de origen preindoeuropeo, emparentado con el hidrónimo vasco Urumea, y con el Umeälven de los saami (Laponia), y por supuesto, con nuestro Umia. No parece posible defender que el nombre de nuestro río sea de origen bretón, como sostiene Víctor Alonso Troncoso en su estudio "El relato eumés de las tres fuentes hermanas: ¿un antiguo mito fluvial?", Anuario Brigantino, 2016. Según este autor, y da la impresión de que se basa en un trabajo del profesor J.J. Moralejo que cita entre paréntesis, los nombres del Eume, Sor, Landro y Masma pudieron haber sido traídos por los colonos bretones que se asentaron en el norte de Galicia y oeste de Asturias en el s. V d.C. Moralejo nunca afirmó tal cosa en su "Hidronimia prerromana de Gallaecia", Onomástica Galega II, ed. Kremer, 2013.

Recuperamos con su ubicacion original dos talasónimos de la desembocadura del Eume en el mar: el Areal das Croas en medio de la foz (nº 16 del dibujo) y el Areal das Vacas al final del puente, en el lado de Cabanas (nº 9 del dibujo), zona de la actual rotonda.


(C) Juan Valentín García, capellán de Pontedeume, 1798, para el Diccionario Geográfico de Tomás López, provincia de A Coruña. BNE MSS/7297, folio 260.

En el primer caso, y a pesar de lo interesante que sería el microtopónimo As Croas como indicativo de un castro sumergido (una de las legendarias ciudades asolagadas de las Rías Altas) del que sólo son visibles sus croas o partes más elevadas, que emergen del mar, finalmente nos inclinamos por el sentido metafórico de croa, "elevación", en alusión al bajío arenoso que queda al descubierto con marea baja (1), rechazando por casi inviable que haya habido un asentamiento castreño en medio de la desembocadura del Eume. Aunque quedaría precioso, como un Mont Saint-Michel bretón, pero para eso ya tenemos a nuestro San Miguel de Breamo, tal vez de origen bretón (si seguimos la idea de V. Alonso Troncoso).

Vítor Garabana, en el grupo de trabajo Toponìmia da Gallaecia (Facebook), me informa amablemente de que As Croas son dos, A Grande y A Pequena, ya geolocalizadas en la web Nomes na Costa Ártabra. Microtoponìmia da costa (talasonìmia). En su artículo "Os talasónimos da costa Ártabra. Colleitas de nomes mediante entrevistas ás xentes do mar" (Madrygal, 2014, 17), habla de "brañas y croas no interior das rías", lo que sugiere la aplicación de descriptores terrestres a accidentes marinos, por similitud. Aunque cabe la posibilidad de que esas brañas y croas, hoy en el interior de algunas rías, hubiesen sido tierras interiores asolagadas.

Por su parte, el Areal das Vacas podría venir motivado por la existencia de vacas mariñas, término que según Carme Ríos Panisse, Nomenclatura de la flora y fauna marítimas de Galicia II (1983), en Pontedeume y Ares tiene el significado de morsa, y en Sada, además, el de foca. Por lo tanto podríamos estar ante un vestigio fosilizado como microtopónimo de la existencia pretérita de estos mamíferos marinos en la ría. La misma autora también recoge vaca con el significado de buey (marisco), pero no en la ría de Ares.

(1) Dicionário, Estraviz, sub croa.



lunes, 2 de julio de 2018

Una leyenda sobre la formación de las Rías Altas

En Google Earth cualquiera puede ver perfectamente que el origen geológico de las Rías Altas y el de las Baixas es distinto.

Las Rías Altas -sobre todo se perciben mejor las del Golfo Ártabro (Ferrol, Ares, Betanzos y O Burgo)-, siempre estuvieron en contacto con el océano, observándose un páleo-Golfo Ártabro idéntico al actual y sumergido por deslizamiento y ligero estiramiento de la plataforma continental a unos 150 km al norte de la costa, entre los puntos 1 (páleo-Cabo Ortegal) y 2 (páleo-chaflán de A Costa da Morte).

Por su parte, la costa oeste de Galicia, que llegaba hasta el punto 3 (páleo-Cabo Finisterre) a 600 km de la costa actual, sufrió un estiramiento mucho mayor, así como una fractura o rift en forma de depresión longitudinal paralela a la costa actual (punto 4) que cortó abruptamente los ríos del frente atlántico, que en algún caso cayeron en cascada al océano, como el Ézaro o Xallas. Esto explica por qué los ríos que forman las rías de la costa oeste de Galicia son cortos y encajonados; en realidad estamos viendo una pequeña parte de su recorrido, su nacimiento y tramo inicial, pues la desembocadura original hoy está sumergida 600 km al oeste, bajo el punto 3. Concretamente bajo mi número 3 intuyo lo que podría haber sido la desembocadura del páleo-Ulla en la páleo-Ría de Arousa.

Bajo el punto 3, desembocadura del río Ulla, a 700 km de Monterroso; sobre él, el cabo Finisterre cuando era todavía más finis terrae. (C) Google Earth y A. Galíndez.

Evidentemente, toda la parte de Galicia sumergida por estos antiquísimos procesos geológicos nunca tuvo nombres, pues por entonces, en eras geológicas de incierta denominación, no existíamos los seres humanos. Aunque quizá sí quede constancia de eventos posteriores consecuencia de estos procesos, pero ya dentro de una cronología humana, en forma de vestigios toponímicos y leyendas. 

Aunque resulte evidente esta interpretación de la imagen de satélite, a partir de la cual se deduce que las tierras sumergidas en el punto 3 formaron parte de Galicia hasta que se desprendieron de ella, conviene citar la opinión de un experto como Vidal Romaní: en 1996 plantea que la tectónica de placas dio lugar a “dos grandes eventos geodinámicos de la costa gallega [...]. En la costa oeste se producirá un estiramiento y adelgazamiento de la corteza que es la causa del fraccionamiento de la misma en un rosario de bloques que llega desde 600 km al oeste de la costa atlántica hasta la Galicia continental. En la costa norte, y como resultado de la colisión entre la placa euroasiática y la placa de Iberia, tendrá lugar entre el cretácico y el eoceno un breve intervalo de subducción, a consecuencia del cual se producirá el levantamiento del borde costero con la elevación del cabo Ortegal y la emersión de la rasa cantábrica, junto a la formación de la fosa oceánica que delimita la península Ibérica en su parte norte entre los Pirineos y cabo Ortegal” (1).

Son, pues, dos procesos distintos: en la formacion de las Rías Baixas hay estiramiento y ruptura, que crea dos perfiles de costa distintos (actual y sumergido), y en las Altas, elevación, lo que permite la conservación del perfil de costa duplicado en lo que hemos denominado páleo-Golfo Ártabro, con pequeñísimas diferencias que pasamos a evidenciar gracias al folklore de las Rías Altas.

Es muy conocida la leyenda etiológica según la cual Dios (sospechamos que está cristianizada, y que en la versión primitiva fue A Vella) descansó en la costa gallega apoyando su mano en la tierra; la huella de los dedos de Dios son los surcos de las Rías Baixas.

Es mucho menos conocida la leyenda de Abad (Moeche) de la carrera de las tres fuentes hermanas, estudiada por Bouza-Brey 1942, Risco 1962, y en 2016 por Víctor Alonso Troncoso en un artículo publicado en Anuario Brigantino ("El relato eumés de las tres fuentes hermanas: ¿un antiguo mito fluvial?").

La leyenda presenta la peculiaridad de que es única en el folklore gallego (2). En mi opinión se relaciona con la formación de las Rías Altas en época remota.

"Naceron tres fontes moi xuntas, como tres irmás e o mar prometéulles que lles daría unha persoa todolos anos á primeira das fontes que chegase deica il. As tres puxéronse a camiñar, mais coa envexa que se tiñan, algo cansas, botáronse a dormir, mais antes acordaron que a primeira que espertase había chamar polas outras. Espertóu unha, e en lugar de compril-a promesa de espertar ás outras, marchóu ela soia, caladiñamente e procurando que non a viran. Logo espertóu outra, e vendo que non a chamaran, marchóu furiosa, anque tamén caladamente, pra que non o soupese a terceira. Cando ésta acordóu, atopouse soia, e emprincipióu a correr como unha tola, choutando por riba de montes e penedos, e chegóu primeiro que as irmás. É o río das Pontes de García Rodríguez, que todolos anos tén de renda unha persoa que lle dá o mar, e por eso brúa tanto e é tan falso".

En el mito, como se ve, sólo se identifica claramente al río Eume, que aparece mencionado como "río das Pontes de García Rodríguez". Para las otras dos hermanas se han supuesto el río Sor y el Landro o bien el Masma, pues todos nacen próximos (en O Xistral). Pero dado que las hermanas corren juntas, podría defenderse con seguridad que una de ellas haya sido el Xubia, que además pasa por Moeche. En cuanto al Sor, cabe señalar su homonimia con el latín sor, "hermana", y el hecho de que su curso se forma en Ambosores (¿dos hermanas?) donde se juntan dos ríos. Xaverio Ballester tiene un interesante estudio (Deva y otros devaneos arqueoibéricos, 2009) sobre la tendencia paleoeuropea a nombrar los ríos como si se tratara de linajes humanos: el Marne ( < Matrona). En el sistema fluvial de las Three Sisters irlandesas (rios Barrow, Nore y Suir), el Suir lleva un nombre que en irlandes significa hermana (3).

Volviendo a nuestro mito fluvial: la carrera de las tres hermanas es una carrera geológica para formar la paleotopografía de las Rías Altas. Uno de los ríos alcanza el mar antes que los demás, y de ello queda constancia en la leyenda y en el perfil del antiguo Golfo Ártabro sumergido a 150 km de la costa actual, donde se observa un sistema fluvial primigenio ligeramente distinto al moderno, cuya estructura, de haberse mantenido en el tiempo lo suficiente, pudo haber sido observada por el ser humano y plasmada en forma de mito.


Alonso Troncoso encuentra evidencias de esta leyenda en las Islas Británicas, lo que le sirve, junto con el folklore de las ciudades asolagadas, para formar la hipótesis de su introducción en Galicia cuando el establecimiento bretón del siglo V d.C. En mi opinión, tanto el tipo de mito de la carrera de los tres ríos como el de las ciudades asolagadas, a ambos lados del océano Céltico, corresponden a mitos etiológicos de sociedades que presenciaron modificaciones importantes de su entorno natural costero.


Podemos concluir afirmando que las dos leyendas etiológicas sobre la formación de las rías gallegas (los dedos de la mano de Dios y la carrera de las tres fuentes hermanas) representan los dos diferentes procesos geológicos de formación de las Rías Baixas y Altas de Galicia.

(1) De Méndez y Rey, "Perspectiva histórica del conocimiento geológico de las rías gallegas", Journal of Iberian Geology, 2000.
(2) Me indica amablemente el profesor Marcial Tenreiro Bermúdez que la misma leyenda aparece diseminada en Portugal. Efectivamente: fue estudiada por Leite de Vasconcelos en sus Tradições populares de Portugal 1882 ("o somno dos ríos"), y en ella participan, según las versiones, tríadas de ríos diferentes. Guadiana, Tejo y Douro (v. de Mondim da Beira); Tamega, Douro y Tejo (v. de Famalicão); Douro, Tejo y Minho (v. de Porto); Mondego, Zezere y Alva (Serra da Estrela). La distribución de la leyenda en el ámbito galaico-lusitano imposibilita, en mi opinión, justificar su filiación bretona al aparecer en el país vecino, donde no hubo presencia histórica de colonos bretones.
(3) "On the rivers of Ireland, with the derivations of their names", Owen Connellan, 1869.