viernes, 13 de julio de 2018

La niebla de la A8 en un documento del siglo VI

El fenómeno meteorológico de la niebla de la A8 entre Vilalba y Lourenzá, como era de suponer, no es nuevo (producto del cambio climático) ni desconocido, salvo para los que tuvieron la ocurrencia de llevar el trazado de la autovía por ahí. Ya existía en el pasado, y era tan persistente que daba nombre a uno de los montes que servía de límite al condado medieval de Montenegro, al que pertenecían Vilalba y Mondoñedo: "pertransiens ad Nepulario montem in directum, finitur ad flumen Euue, ibi intromititur in mare" (= pasando directamente el monte Neboeiro, se acaba en el río Eo, allí donde entra en el mar; fuente CODOLGA, año 572, Tumbo Viejo de Lugo).

Aunque no encontramos en la actualidad ningún monte Neboeiro en la zona de Vilaba, sí aparece un Leboreiro / Lubureiro / Lugureiro (variantes de la minuta cartográfica) junto a la villa, que podría provenir del latín nebulario, con sustitución de alveolares n->l- y líquidas -l->-r-. Hasta este punto baja en ocasiones la niebla desde O Fiouco, desparramándose por el otro lado hasta Ribadeo.

El Nepulario que citamos, vinculado a la zona del Eo, es distinto del que menciona Cabeza Quiles en su Toponimia de Galicia en la entrada Nibueiro (Teilán - Bóveda, Lugo), que supongo que se referirá a este otro texto: "per ipsum montem Uulturaria ubi (di)cent Nebulario et descendit ad illum rogium que descendit de Remesar" (fuente CODOLGA, año 791, documentación de Monforte).

La toponimia Nebueiro / Neboeiro / Nibueiro / ¿Leboreiro? nos remite, por lo tanto, a la niebla (lat. nebula), no a la nieve ni a las nubes, como podría parecer tras la pérdida experimentada por el gallego de la -l- intervocálica latina (nebulario > neboeiro). Con estas espesas brétemas está relacionada la figura mitológica del concitador de tempestades, que mejor que un Nubeiro, será un Neboeiro. Y hasta es posible que estos montes denominados así por la espesa niebla que los cubría se creyesen también habitación de los demonios tempestarios.

A falta de las medidas antiniebla prometidas en el tramo de la A8 donde habita el Neboeiro sugiero recurrir a los viejos remedios en caso de extrema necesidad:
  • Oración para pasar el Alto do Fiouco, en latín parece más efectiva pero puede que la memoria falle con los nervios (puede llevarse escrita, colgada del retrovisor):
Vobis praecipio immundissimi spiritus, qui has nebulas, seu nubes concitatis
"Os conjuro espíritus inmundos, que convocáis a las nieblas o a las nubes"
  • También podría funcionar este otro conjuro, elegido de entre los que recogió el Padre Cunha Brito ("Etnografía Minhota", Revista Lusitana 1912):
"Neboeiro, fuge dai,
Qu'ai bem na Maria Andrésa
Co'as papas na caldeira
P'ra te pôr na moleira!"

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