domingo, 28 de octubre de 2018

El bosque flotante: Nabucodonosor en A Coruña

Son muchas las leyendas en torno a la Torre de Hércules, una de ellas es la que se cuenta en la Historia de España de Alfonso X: el pueblo de los almujuces, adorador del fuego, conquistó la ciudad de A Coruña evitando ser vistos desde el speculum del faro camuflando sus naves con ramas, con lo que parecerían de lejos un bosque flotante. Sobre la identidad de este pueblo hubo varias hipótesis (si fueron celtas, vikingos, vascones...) que recoge Francisco Javier González García en «Las fuentes del relato de la invasión de los almujuces en la Estoria de Espanna de Alfonso X el Sabio» (Mélanges de la Casa de Velázquez, 42-1, 2012, pg. 185-203). El autor acaba por concluir que el motivo del bosque flotante podría ser una creación literaria, un invento del atelier alfonsí, y no proveniente, por lo tanto, de ninguna fuente histórica islámica.

Pero la identidad étnica de los almujuces, madjus (medas, persas), la encontramos en otro texto:

"... ou somet de la tour il composa une ymaige de cupure regardant vers la mer et lui bailla en la main ung mireoir ayant une telle vertu que sil advenoit que gens de guerre se missent en la mer en intencion de voulloir faire mal a la cite soudainement leur ost et leur venue apparoit en ce mireoir et dura jusques au temps de Nabugodenozor qui adverty de la propriete du mireoir emplit tellement ses gallees de branches et de bois verd et fueillu que sembloit ung bois et que au mireoir napparut autre chose que boys. Parquoy les courongniens non congnoissans ce que le mireoir leur monstroit ne se garnirent point darmures et ne se mirent pas en armes ainsi quilz avoyent acoustume de faire quant leurs ennemis venir veoyent. Et Nabugodenozor les surprint par un matin et print la cite et destruisit le miroir et la lampe" (Recueil des hystories de Troyes, Raoul Le Fèvre, f. 344-345: "Comment le noble Hercules fonda la cite de Courongne sur la tombe du tirant Gerion").

Existió, asimismo, una leyenda contada por Megástenes según la cual el gran monarca de Babilonia  después de haber sometido Tiro se habría llegado a las Columnas de Heracles (A. Haggerty Krappe: "Une légende de Coruña", Bulletin Hispanique, 1931, pg. 193-198).

Ni Krappe conoció a los almujuces del texto alfonsí, ni en la bibliografía usual sobre éstos aparece mención alguna al camuflaje arbóreo de la flota de Nabucodonosor acercándose a Las Columnas (Recueil de Raoul Le Fèvre). Así por ejemplo, A. González Blanco comenta que Alfonso X "nada cuenta de la expedición de Nabucodonosor" ("A propósito de algunos mitos de la historiografía hispana y de sus fuentes", Estudios Románicos, 6, 1989, pg. 1627-1634); la relación e identidad entre ambas fábulas sobre los almujuces y la expedición de Nabucodonosor la establecemos ahora por primera vez, dejando para otra ocasión la investigación del motivo del camuflaje arbóreo o dazzle como posible táctica naval persa en la antigüedad. La veracidad de estas historias a lo mejor simplemente estriba en el histórico sometimiento de las colonias fenicias (incluidas las de Iberia) a la autoridad de Babilonia.

Relieve asirio del British Museum. (C) Dolores González de la Peña, 2013.

Parece que un resto del asedio de A Coruña por Babilonia podría encontrarse en la novela de caballerías El libro de Ponthus, hijo del rey de Galicia y de la bella Sidonia, hija del rey de Bretaña. En esta ocasión la entrada de las tropas en "Couloigne" se ejecuta mediante otro disfraz: camuflados de mercaderes y cargados de plata, seda y especias para comerciar, los babilonios ocultaban sus armas bajo la ropa (BNF, Le livre de Ponthus..., f.1).


viernes, 26 de octubre de 2018

Límites de la encomienda de Trevejo

A partir del privilegio en el que el rey Fernando II concedía la encomienda de Trevejo a la orden de San Juan de Jerusalén, por su participación en el cerco de Cáceres (s. XII), el historiador Domingo Domené establece unos exiguos límites territoriales para la misma: "los límites de Trevejo se establecían «per Cabeçam de Salama, per Cabeça del Castañar sicut aqua cadit in Elgia…». Salama es lo que hoy llamamos Jálama y el Castañar es el castañar, hoy llamado El Soto" ("Orígenes históricos y pervivencia de A Fala", Alcántara, nº 68, 2008).

Al reducir la "Cabeça del Castañar" al Castañar de Ojesto en San Martín de Trevejo, llamado El Soto / O Soito (el bosque), la extensión de la encomienda por el norte iría del Castillo de Trevejo a Villamiel y a San Martín, sin pasar a As Ellas ni llegar a Valverde del Fresno por el oeste ni a Cilleros por el sur. E identificando la Cabeza del Castañar con O Soito de San Martín de Trevejo el autor defiende que la villa se habría llamado antiguamente San Martín del Castañar.

Esto no es exacto ya que la expresión "cabeza de" equivale a la latina caput aquae y hace referencia al nacimiento de un río, generalmente en la zona elevada de una sierra o montaña. Así encontramos que uno de los afluentes que vierte al Eljas por la derecha, tal y como señala el documento ("así como cae su agua en el Eljas") es el Arroyo del Castañar, que nace al norte de Valverde del Fresno, en la frontera con Portugal.

Planimetría del IGN con el Arroyo del Castañar a su paso por Valverde del Fresno.

Los límites de la encomienda de Trevejo continuaban por el río Eljas abajo hasta un punto indeterminado, y luego volvían a subir por Balbellido (no logro encontrarlo) y Las Tinajas (bajo Cilleros), siguiendo por la sierra (posiblemente la de Santa Olalla) hacia otra cabeza, la de Bombarón,  donde nace el Arroyo Bombarón o de la Atalaya, cerca de Hoyos.

Antigua planimetría del IGN con el Arroyo Bombarón o de la Atalaya.


Minuta cartográfica del IGN, con Las Tinajas (abajo). Se observa todavía toponimia de la familia lingüística gallego-portuguesa: La Mariñeira.

Proporcionamos, de esta forma, la versión ampliada de la extensión original de la encomienda de Trevejo, donde cabían los pueblos de Valverde del Fresno, Eljas, San Martín, Villamiel, Cilleros y Hoyos. La traducción del documento de donación del rey Fernando II, que se encuentra en la Historia Civitatense de Antonio Sánchez Cabañas (BNE, f. 62r y 63v) nos ha permitido identificar correctamente los topónimos Bombarón y Tinajas (1):

"doy y concedo... el castillo mio de Trevejo, el cual está entre Monsanto y Alcántara y Coria, con todas las derechuras y pertenencias por sus términos: por la Cabeza de Jálama, por la Cabeza del Castañar, así como el agua cae en Helga, corre arriba [abajo] y vuelve arriba por Balbellido a la Cabeza de Tinallas y de ahí por la sierra a la Cabeza de Bombarón y va a Garganta Vieja y va en derecho arriba a la Cabeza de Jálama arriba nombrada, y de ahí por todos sus términos grandes y pequeños, nuevos y antiguos".

La peculiaridad de estos dos topónimos radica en su carácter gallego-portugués, siendo posiblemente los testimonios más antiguos de topónimos gallego-portugueses en el territorio de la encomienda de Trevejo.

Bombarón es sin duda un "bom varão", un bonhome, en alusión, tal vez, a algún eremita, alcalde o personaje relevante que tendría su vivienda en el curso del río. No escapa la relacion entre el hidrónimo Bombarón y la advocacion de la iglesia de Hoyos, Nuestra Señora del Buen Barón o del Buen Varón, en la que aparece castellanizado el hagiotopónimo gallego-portugués. Según José Luis Rodríguez Plasencia "Nuestra Señora del Buen Varón es una imagen sedente, negra, fechada en el siglo xiii, que antaño estuvo recogida en una antigua capilla y hoy se venera en la iglesia parroquial de Hoyos, de donde es patrona. La imagen tiene en la espalda dos argollas para ser transportada en una lanza, ya que se trata de una imagen de campaña. Fue encontrada en una cueva próxima al arroyo de Bombarón" ("Apariciones marianas en Extremadura", Revista de Folklore, 2012). La aparición de la imagen en la cueva refuerza la interpretación del referente de "bom varão" como un hombre santo o ermitaño.

El topónimo Tinajas o Tinallas podría venir motivado por el afloramiento en superficie de restos de tegulae de un asentamiento romano (Casillas Antúnez: "Los estudios toponomásticos en Extremadura: estado de la cuestión", en Toponimia de España, ed. Gordón Peral, 2010). Aunque yo me inclino por la posibilidad de que en el lugar se encuentre un campo de urnas cinerarias, es decir, que haya sido un lugar de enterramientos en tinaja, similar al que supone Martín Galindo en Eljas ("Sepulcros y ritos funerarios en el área de la Sierra de Jálama", Sierra de Gata Digital, 2015). Existen ejemplos de campos de urnas próximos en Elvas (Portugal) o en Malpartida de Cáceres.

(C) Martín Galindo, 1993. Reconstrucción hipotética de los campos de urnas de Eljas a partir de los restos arqueológicos, los testimonios de hallazgos de tesoros, y la existencia de leyendas de tesoros de moros sobre los hoyos de Eljas estudiados por el autor.

(1) Aparecen transcritos como Monbaron y Tiguallas en la versión del documento en latín de Carlos de Ayala Martínez, y Salama es interpretada por el autor como Salamanca.

domingo, 21 de octubre de 2018

El milagro de la suela de la sandalia de San Gonzalo

La versión más antigua conservada sobre el carácter milagroso de la sandalia de San Gonzalo, obispo santo, y sobre el poder del santo para hundir las naves normandas que asolaron Galicia, la encontramos en un manuscrito del s. XVII redactado por Mauricio Caniego, canónigo y maestrescuela de Mondoñedo (Papeles varios de topografía española, MSS/18225 de la BNE, f. 121). Transcribiré las dos, por lo que aclaran sobre el tipo de milagro que se operaba en la fuente de A Zapata, y la ubicación del antiguo ex-voto mariñeiro pintado con la escena del hundimiento de las naves normandas.

"San Gonzalo fue obispo por este tiempo de Mondoñedo, donde en San Martín es venerado por santo su cuerpo, que está en un sepulcro y encima un altar. No se sabe al cierto qué año fue obispo, ni de dónde era, como todos los demás, sino que los vecinos de San Martín de Mondoñedo le veneran, y de una sandalia suya o suela del zapato con que celebraba de pontifical, según se debe creer, toman reliquias, y de todas enfermedades se curan metiendo la zapata en una fuente en donde bebía el santo, que está junto a la iglesia, y se ven maravillosos efectos de salud que cobran muchos, y es remedio de que usan todos los circunvecinos. Muéveme a que este santo era obispo por los años de 968 ver que en salapilla deste santo está pintado un milagro que obró Nuestra Señora por su medio, y fue que como los nortmandos, conque ya por este tiempo eran cristianos, infestasen las costas de Galicia, y en esta de San Martín de Mondoñedo temiesen de su crueldad, acudieron a valerse del santo obispo los moradores vecinos, y él subió a un alto que está instante de la iglesia camino del mar, donde se descubre mucho, y descubrió las naves. Postrado en tierra hizo oración, y cada vez que levantaba las manos, como otro Moisés los brazos, se iba una nave a pique, y tantas, que sólo quedó una, y libre la tierra de estos enemigos. Este milagro está pintado, y con esta memoria [...] Por cuanto fue este santo obispo de San Martín de Mondoñedo, no pudo ser en tiempo del rey D. Ramiro primero, que fue la primera vez que los normandos se fuesen en España, año de 747".

Fuente de la Zapata, San Martiño de Mondoñedo (O Caritel, Foz).
(C) Dolores González de la Peña, 2018.

Evidentemente podemos ofrecer algunas conclusiones, como que el santo no hizo brotar una fuente arrojando su sandalia, tal y como se cree en la actualidad, sino que su sandalia era una reliquia de la que se arrancaban pequeños fragmentos (hoy no quedará nada) y además se sumergía en la fuente de A Zapata para, a continuación, beber esa agua curativa. El nombre de la fuente parece estar relacionado con la suela o sandalia milagrosa.

Respecto al prodigio del hundimiento de las naves normandas, comprobamos que no fue realizado por Dios a petición del santo (como se cuenta en las versiones actuales del milagro), sino por la Virgen Nuestra Señora (la antigua divinidad dueña del clima).

Lauda de estola (representación del difunto en actitud postrada y orante) del museo de la basílica de San Martiño de Mondoñedo.
(C) Dolores González de la Peña, 2018.

El texto tiene algunos errores de escritura, en particular ese "salapilla" donde estaba pintada la escena del hundimiento de las naves normandas. Caniego pudo haber querido escribir "la capilla" o bien "la lapilla", es decir, la propia lauda o lápida de su sepulcro, o quizá el frontal. En las pinturas restauradas que se conservan en las capillas de la basílica no quedan restos de ninguna composición marina de estas características, por ello me inclino por esta última posibilidad, por una lauda sepulcral pintada con figuraciones de barcos (o un solo barco, que es el que queda en la pintura según la descripción de Caniego) y una representación del difunto postrado con los brazos elevados (lauda de estola), motivos propios de la iconografía funeraria celto-atlántica y sueva.

Repostería local en forma de sandalia o zapata de San Gonzalo; el relleno es tipo tarta de Mondoñedo. Si ya no podemos arrancar trocitos de sus sandalias, por lo menos podemos comerlas.
(C) Dolores González de la Peña, 2018.

Novias y vestales romanas de senis crinibus

El pasaje de Festo en que refiere el aderezo de los cabellos de las novias romanas ha sido bastante comentado y mal comprendido: "senis crinibus nubentes ornantur, quod [h]is ornatus vetustissimus fuit, quidam quod eo Vestales virgines ornentur" = "las novias se adornan con senis crinibus porque este adorno es vetustísimo, o porque las vírgenes vestales se adornan así". La frase senis crinibus es completamente clara para cualquiera que conozca un poco el latín, significa cabellos de anciano o de anciana (senis es el caso genitivo del latín senex, de donde "senectud", por ejemplo). El hecho de que las novias romanas, como las vestales, llevasen cano o ceniciento el cabello, resulta completamente incomprensible desde una óptica moderna, de ahí que se haya interpretado senis como el numeral sex, "seis", inventando de la nada complejos peinados de boda divididos en seis trenzas. Incluso presentando un póster sobre las seis trenzas (seni crines) de las vestales en la reunión del Archaeological Institute of America de 2013:


Quizá se vea mejor en otro pasaje, "albam crinibus infulisque" = blanco cabello y cinta en la frente", en el cual se describe el cabello y adorno de la Sibila de Cumas según el poeta Estacio, el mismo que llevaban las vestales. Así pues, el cabello blanco o gris, natural o empolvado con ceniza, fue en una época remota ornato de profetisas, vírgenes consagradas a Vesta, y novias. En este último caso, y tratando de responder a la pregunta de Festo de por qué las novias romanas llevaban el pelo blanco, probablemente empolvado con ceniza, cabría pensar en la costumbre antiquísima de muchas culturas de cubrirse el cabello con ceniza como señal de luto, o en las bodas (The Jewish Life Cycle, Ivan G. Marcus, pg. 155), evidenciando un rito de paso o la muerte temporal.

Churruchana, Churruchao y Turuptiana


Una de las dehesas de Villamiel (Cáceres) se denomina La Churruchana, nombre que también lleva la ribera que la atraviesa. Este curioso topónimo lo encontramos, asimismo, en Galicia en Santiago de Compostela (O Churruchao - vinculado al Castelo da Rocha Forte) y en Coirós (Ruínas do Churruchao), y como apellido de la familia de Os Churruchaos o Turrichaos, conocida por la participación de uno de sus miembros en el asesinato del arzobispo de Compostela Suero Gómez de Toledo en el s. XIV.

Según un documento que proporciona Domingo Domené, el nombre de la Churruchana se entendió como Torre Susana: “a do dicen la Torre Susana, en la dehesa de Villalba" ("Los Reyes Católicos: el final del desmadre", Sierra de Gata Digital, 2012). La tradición gallega explica, en cambio, el topónimo y apellido Churruchao o Turrichao como proveniente de turris plana (lat. planum > chao / chan, en gallego-portugués). Quizá Turris Planum = Chao da Torre.

Lo que parece evidente es la relación del nombre de lugar con la existencia de una torre, veremos ahora qué tipo de torre. En la Churruchana de la Dehesa de Villalba fue probablemente donde apareció una estatua-menhir decorada con motivos geométricos de ondas propios del megalitismo (ídolo de Villalba), por lo que podríamos estar ante toponimia derivada de Torrucha, topónimo que indica la existencia de recintos-torre:

"prácticamente idénticos en organización y estructura a los recintos de altura y fortificaciones, los recintos-torre presentan un rasgo diferenciador esencial respecto a aquéllos: su localización en el llano [...] la estructura de estas construcciones suele responder a plantas regulares, de tendencia rectangular e incluso trapezoidal, con uno o más recintos realizados con aparejo ciclópeo. Su extensión media oscila entre los 300 y 400 m2 [...] La adopción del término "torre" para referirnos a esta variante de construcción ciclópea se debe fundamentalmente a razones de toponimia, ya que resulta muy frecuente encontrarnos vocablos como "Torruco", "Torruquillo", "Torrecilla", "Torreón", "Torrucha"" ("Poblamiento prerromano y recintos ciclópeos de La Serena (Badajoz)", Rodríguez Díaz y Ortiz Romero, 1989).

Bien derivados de Torrucha (a su vez proveniente del latín turrem, "torre"), bien procedentes del latín turris (in) planum (fortificación en llano, no en altura), el topónimo Churruchana / Churruchao indicaría la existencia de un recinto fortificado prerromano. En el caso de O Churruchao de Santiago de Compostela, además de la fortaleza medieval de Rocha Forte, bajo la cual pudo haber existido otra anterior, tenemos muy cerca los petroglifos de armas del Castriño de Conxo, datados en el Bronce Final; y en La Churruchana de Villamiel, suficientes hallazgos arqueológicos que demuestran un asentamiento continuado desde el Bronce Final a la época romana.

Petroglifos del Castriño de Conxo. (C) Megaliticia, 2015.

Pero invalida la etimología latina la existencia de un asentamiento entre los Galaicos Lucenses mencionado por Ptolomeo, Turuptiana, que podría encajar en los resultados Turruchana > Churruchana. Nos lleva a suponer un étimo prerromano *TUR, "montículo", a partir de la base indoeuropea TEU, "hicharse", de Pokorny. Siendo estos montículos restos de antiguas fortalezas, a modo de tells, yacimientos arqueológicos en forma de montículos.

sábado, 20 de octubre de 2018

Bandeira

En Verín, según el glosario de Constantino García, se conserva el sustantivo bandeira con la acepción de "conjunto de malladores". De la misma se deduce un significado original compatible con las definiciones que encontramos en el Du Cange:

  • banderia = viris qui sub banderia seu vexillo militant (facción que milita bajo una bandera o estandarte)
  • banderium = cohors militaris (destacamento militar)
  • bandia = bandus, districtus, jurisdictio (distrito, jurisdicción territorial)


Es posible, por tanto, sostener la existencia del topónimo Bandeira (varios lugares) en nuestro territorio con el significado de distrito o jurisdicción, en particular refiriéndose a una de las partes que integran la entidad jurídica territorial, su población, es decir, al conjunto humano sujeto y ligado por un vínculo político o pacto.

La antigüedad de esta modalidad de convivencia política puede rastrearse mediante la epigrafía hasta la serie de inscripciones dedicadas al dios Bandue, que según Rosa Pedrero Sancho ("Aproximación lingüística al teónimo lusitano-gallego Bandue/Bandi", 1997), sería el dios de los vínculos (parentesco, clanes, tribus, ciudades y pueblos) por lo que siempre aparecería acompañado de un epíteto de carácter local (toponímico): Calaico, Veigebreaegus, etc.

Los matices militares de Bandua o Bandue que resalta Blanca García Fernández-Albalat, así como la interpretatio romana de Bandua como Marte, se explicarían en mi opinión por la adopción de un vínculo político basado en la militarización por la necesidad de establecer pactos para la defensa territorial, posiblemente en la época del asedio romano de Gallaecia y Lusitania (v. Olivares Pedreño, Los dioses de la Hispania céltica, pg. 165 y ss.: "Bandua, el protector de la comunidad", para el asunto de la dispersión territorial de la epigrafía de Bandua en Lusitania y Gallaecia).

Podemos descartar una etimología de Bandeira a partir de la época de las invasiones germanas, puesto que se documenta con anterioridad a las mismas el sustantivo prerromano teonímico Bandue, del cual parece derivar, relativo al pacto político y a la divinidad que lo tutela. La etimología de Bandeira es, como la de Bandue, la propuesta por Holder, el radical indoeuropeo BAND-, "atar, ligar". La entidad sería en mi opinión, más que nada, la abstracción de un vínculo de carácter sacro que sufrió un proceso de evemerización convirtiéndose en dios.

La doble acepción recogida en el Du Cange para banderia, relativa al conjunto humano vinculado por un pacto político-militar (conservada con restricción de su significado en Verín) y relativa al estandarte o enseña que los representaba dificulta establecer el significado de los topónimos Bandeira, pudiendo ser indicativos de la existencia de una de estas antiguas jurisdicciones o bien ser lugares donde se izaban estandartes en épocas posteriores (Outeiro dos Pendóns - Santa Mariña de Augas Santas; Pau da Bandeira - Ferrol).

El concejo de Casas de Millán en el s. XVII

Una de las dos piezas que formaban el rollo de justicia o picota de Casas de Millán. Se custodia en una vivienda del pueblo, tras su hallazgo casual. 
(C) Dolores González de la Peña, 2006.

Muy pocos pueblos pueden presumir de conservar tan bien la historia de sus instituciones como Casas de Millán. En el s. XVII el obispo de Coria detallaba en un manuscrito de los fondos de la Biblioteca Nacional la constitución del concejo u órgano de gobierno del pueblo: "en las Casas de Millán el concejo se constituye de dos alcaldes ordinarios, de tres regidores, dos perpetuos y uno anual; el un perpetuo es de Don Diego Esteban (1) y le tiene Joan Fernández Retortillo y el otro le tiene Joan Lorenzo en propiedad. No son hidalgos los regidores perpetuos, y el regimiento anual se provee y da un año a hidalgo y otro año a pechero [...] el procurador de concejo no tiene voto en las elecciones, ni el mayordomo, ni entran en los concejos ordinarios. Para eligir los alcaldes y regidor anual y los demás oficios se nombran doce electores el segundo día de Pascua, y el mesmo día nombran oficiales para el año siguiente [...] llévanse los nombrados al Corregidor y los confirma si no hay defecto o nulidad. Los doce electores se nombran seis por los dos alcaldes y los otros seis por los regidores".

El texto continúa, y puede leerse en su integridad en el MS/6216: Obras de Don Pedro Carvajal, obispo de Coria. f. 316r y 317v. El documento no carece de aportaciones interesantes para la historia política de la época, pues la introducción del pechero en el gobierno local parece resultado de la revolución comunera, así como la elección de los alcaldes por parte de electores que, un tanto circularmente, son elegidos de entre el pueblo por parte de los órganos de gobierno.

(1) Diego Esteban de Carvajal, comendador de Castroverde de la Orden de Santiago; era sobrino del obispo de Coria, Pedro de Carvajal.

lunes, 15 de octubre de 2018

Iccona Loiminna: una Potnia Theron

Desde que en 1981 Jan G.P. Best identificase a la diosa lusitana Iccona de la inscripción de Cabeço das Fráguas (Guarda - Portugal) con la diosa gala Epona, la relación etimológica entre ambas a partir del indoeuropeo *IKWO, "caballo", se ha aclarado definitivamente, siendo asumida por la totalidad de los investigadores. Nos permite afirmar que en el extremo occidental de Europa el étimo indoeuropeo se conservó prácticamente igual, mientras que en ciertas lenguas célticas se habría operado el esperado paso KW>P: "gr. ikkos "Pferd" sich linguistisch zu den späteren Formen Hippia und hippos verhalten, genauso verhalten der Q-keltische göttinname Iccona und der vond diesem abgeleitete Eigenname Icconius sich zu ihren gallischen Äquivalenten Epona und Eponius" ("Zur frühindoeuropäischen sprache in lusitanien", Jan G. P. Best, Talanta - Proceedings of the Dutch Archaelogical and Historical Society, vol. 13, 1981).

Es bien conocida la regla evolutiva según la cual la -n- intervocálica se pierde en gallego-portugués sobre el siglo XII, de ahí que no nos sorprenda comprobar que es tanto o más factible que el gallego-portugués égoa provenga del celta lusitano iccona que del latín equa, porque es posible fonéticamente y por proximidad geográfica. Esta posibilidad iría en consonancia con la hipótesis del indoeuropeísta Isidoro Millán González-Pardo, que presentó en 1980 (III Coloquio sobre las lenguas y culturas paleohispánicas. Lisboa, 5-8 noviembre 1980) una interpretación del documento de Cabeço das Fráguas a partir de palabras gallegas actuales. Para Antonio Tovar "la relación de las tres primeras palabras con supervivencias en lengua gallega no deja de ser arriesgada" (comunicación en el mismo coloquio). Se entiende que el riesgo estriba fundamentalmente en las conclusiones que podrían deducirse si se demostrase que estas inscripciones en lusitano antiguo son comprensibles a partir del gallego-portugués actual. Entonces, ¡arriesguémonos un poco más!

Una vez establecido el carácter de divinidad equina de la Iccona lusitana, y su parentesco con la gala Epona, una Potnia Theron o Dueña de los Animales Salvajes, será más fácil identificar el epíteto que le sigue en el texto, loiminna, a partir de su posible descendiente, el gallego aloumiñar (equivalencia de diptongos oi / ou del portugués y el gallego). Veamos algunas definiciones de este verbo:
  • "acariciar. dícese, generalmente, hablando de animales bravos, o montaraces" (Marcial Valladares, 1884)
  • "darlle bo trato ó gando" (Gran Diccionario Século 21)
Según esto, nos encontraríamos ante una antigua divinidad prehistórica, equina, que representa a la Dueña de las Bestias, capaz de dominarlas mediante la caricia y responsable de su bienestar y cuidado. La frase  actual "égoa que aloumiña" no sería, bajo esta luz, una frase en una lengua románica (derivada del latín), sino el resultado de la evolución de una lengua céltica (el antiguo lusitano).

Relieve de una Potnia Theron en San Antoíño de Toques (A Coruña).
(C) Dolores González de la Peña, 2015.

sábado, 13 de octubre de 2018

As Mezas, Homem de Pedra

En el planalto o penichaira fronteriza entre los tres concellos de Sabugal, Navasfrías y Valverde del Fresno, la Serra das Mezas porta un nombre significativo que podría aludir a la meseta o elevación del terreno, pero también al carácter de mensulas o mesas de los dólmenes. No sería la primera vez que éstos se denominan vulgarmente mesas; sin ir muy lejos, en Almeida de Sayago encontramos el dolmen del Casal del Gato en un municipio cuya denominación proviene del árabe al-maida, "la mesa".

Dolmen del Casal del Gato en Almeida de Sayago. (C) Dolores González de la Peña, 2007.

En la Sierra de las Mesas aparecieron, efectivamente, dos túmulos (mámoas) de 11 metros de diámetro, cubiertos de coraza pétrea de granito, uno de los cuales conserva visibles en su interior varios ortostatos que formaban la cámara funeraria del megalito (João Carlos Caninas, et al.: "Estructuras monticulares antigas na fronteira Sul do concelho do Sabugal", Sabucale, nº 1, 2009). Además, el lugar conserva una interesantísima leyenda fronteriza que nos resulta muy familiar, pues se repite en varios puntos de nuestra geografía siempre en relación con la existencia de túmulos funerarios y antiguos límites territoriales (1): en el punto más elevado de la Sierra de las Mesas y a 1265 metros de altitud, «existia uma grande mesa, na confluência dos distritos portugueses de Lamego e da Guarda e das províncias espanholas da Estremadura e de Castilla y Léon. Era nessa grande mesa que os quatro bispos se reuniam, analisavam e discutiam as questões de cada bispado, cada um sentado no seu território» ("A mesa dos cuatro bispos", Capeia Arraiana, 2008). Otros autores sitúan la mesa de los cuatro obispos un poco más alejada, junto al nacimiento del Coa (Carvalho da Costa, Corografia Portugueza, 1868, v. 2, pg. 160)

Posible localización de la "mesa dos catro bispos" según el blog Capeia Arraiana. Se trata del mojón territorial 669 que, como se ve, tiene aspecto de dolmen o mesa. Sobre ella se ha grabado una cruz de término que no podemos percibir bien por la baja resolución de la fotografía.
(C) Capeia Arraina, 2008.

En el territorio de Sabugal, vecino a Xálima, existe el orónimo Serra do Homem de Pedra, que hará alusión a la existencia de una estatua menhir, similar al ídolo de Villalba (Villamiel) descrito por Martín Galindo. Otros investigadores han puesto en relación los frecuentes hallazgos arqueológicos de estelas de guerreros con escudo y lanza (como la de San Martín de Trevejo) con el topónimo Homem de Pedra: "parece evidente que o mesmo é “um homem de pedra” e que “homens de pedra” poderiam ser colocados no centro de estruturas pétreas, com e sem tumulus, isto é, definindo espaços monumentalizados de carácter evocativo, comemorativo, sepulcral, sagrado, ritual, etc. Esta questão conduz-nos ao célebre, embora longínquo, achado de Hirschlanden (Stuttgart), já da Idade do Ferro, estrutura com tumulus delimitada por anel pétreo no topo da qual se implantaria uma estátua de guerreiro" ("Nova peça insculturada da região raiana do Sabugal (Beira Interior,Portugal): uma primeira abordagem", Raquel Vilaça, Marcos Osório, André Tomás Santos, Actas IV Xornadas Raianas - Sabugal, 2011).


Estela de guerrero (homi de peira) de San Martín de Trevejo. (C) Dolores González de la Peña, 2018.

(1) Cristo de Mouraz, en la necrópolis tumular de Os Xuncos de Mouraz (A Coruña): don Federico Maciñeira nos informaba de que era "un gran crucero de piedra con amplia base, que sirve de mojón para dividir sobre aquel ángulo las parroquias de Maañón, Grañas, Devesos y Couzadoiro, diciéndose en la localidad que sentados al pie de esa cruz pueden comer los cuatro respectivos curas sin salir de sus feligresías" (Bares. Puerto hispánico de la primitiva navegación occidental, ed. de Fermín Bouza-Brey, Santiago de Compostela, CSIC, 1947pg. 65-66).

martes, 9 de octubre de 2018

La calle con más números de España

La calle con más números o portales de España no se encuentra en Barcelona o en Madrid, está en Galicia y tiene 969 portales, superando en casi 300 a la Gran Vía de Les Corts (Barcelona) que ostenta el récord falso de ser la calle con mas portales / números de España. Nuestra Estrada de Castela recorre dos ciudades contiguas, Ferrol y Narón, y llega hasta el portal número 969 sin que falte ningún número. ¡Ahí queda eso!

Último portal, número 969, de la Estrada de Castela, la calle con más portales de España.
(C) Andregoto Galíndez.

domingo, 7 de octubre de 2018

Los verracos desaparecidos de Valverde del Fresno: símbolos jurisdiccionales

En un texto de Emilio Jaraiz Rivas encontramos la siguiente coplilla que escuchó en Valverde del Fresno:

"En el barrio de Las Cortes
está la justicia entera:
está la Loba y la Osa,
y la Rede barrendera"

("La Raya Cáceres-Portugal. De la monumental Alcántara al frondoso Valverde", Revista Alcántara, 2001, pg. 236).

Como el autor pasa por encima del refrán sin acometer la pertinente exégesis de por qué en el barrio de Las Cortes de Valverde estaba toda la justicia al completo, señalaremos lo que resulta evidente y no tan claro: el microtopónimo Las Cortes ya alude en sí mismo al concepto de justicia civil, lo mismo que el rollo (también denominado "justicia") era símbolo jurisdiccional, y la red barredera lo era de la justicia divina (parábola de la red, Evangelio de Mateo, 13: 47-50). Nos quedan, pues, los nombres de la loba y la osa, con los que se aludirá seguramente a dos esculturas de verracos hoy desaparecidas, o tal vez a los remates del antiguo rollo o picota en forma de cabezas de estos animales. Es corriente denominar las esculturas de verracos con diversos nombres que aluden a su carácter zoomorfo indeterminado: oso y jabalí (Pontedeume - A Coruña), mula (Villardiegua de la Ribera - Zamora), porca (Murça - Portugal), toro (Salamanca), etc. En Valverde del Fresno encontramos el primer caso en que una de estas esculturas se identifica con una loba.

Guadalupe López Monteagudo señala en su estudio "Mitos y leyendas en torno a las esculturas de verracos" (1984) que es necesario "reseñar la perduración de tal simbología en época posterior a la de su erección" (pg. 167), y cita el estudio de Fernández Oxea: "merece la pena hacer notar la presencia de representaciones de cabezas de verracos en los rollos o picotas de algunos pueblos cacereños, como Belbís de Monroy y Valverde de la Vera. La hipótesis de que tales cabezas hubieran sido aprovechadas de verracos antiguos que existieran en las cercanías, no es descabellada, puesto que dichos pueblos están dentro del círculo de dicha cultura [cultura vetona o de los verracos]. [...] la presencia de estas cabezas de suidos en monumentos erigidos a fines del siglo XV o comienzos del XVI acusa una persistencia que podrá o no tener relación con las obras prehistóricas, pero que no deja de ser sospecha en región como la extremeña, tan apegada a sus tradiciones y tan conservadora de sus ritos y costumbres" (cito por la obra de Monteagudo, pg. 167). Continúa la autora afirmando que la relación entre el rollo de ajusticiar y las esculturas zoomorfas prehistóricas aparece también en Portugal: en Bragança y Torre de Dona Chama.

Con la coplilla conservada en Valverde del Fresno deja de ser una suposición lo que plantean Fernández Oxea y Monteagudo, verificándose por primera vez que las esculturas zoomorfas protohistóricas de verracos fueron símbolos jurisdicionales.

Pelourinho de Torre de Dona Chama rematado por cabezas zoomorfas, junto al verraco protohistórico marca de jurisdicción. (C) Visit Mirandela / Mirandela Turismo: Pelourinho de Torre de Dona Chama.

Un caso de diptongación de o abierta en la antigua lengua lusitana

Según la hipótesis de Schürr la diptongación de o abierta y e abierta tónicas procedentes del sistema fonológico latino habría sido general en el conjunto de la Romania en época preliteraria, para, a continuación, producirse la monoptongación de esos diptongos en lenguas como el gallego-portugués, por lo que no quedarían restos visibles de la misma. Dámaso Alonso con bastante acidez le respondió que en teoría no hay obstáculo alguno para suponer que en una época sin testimonios escritos hayan sucedido las cosas más asombrosas, e indemostrables.

Pero en las épocas preliterarias hay testimonios epigráficos. Si analizamos la inscripción de Lamas de Moledo (Castro Daire - Portugal) en busca de restos de diptongación, bien sea de léxico patrimonial o posibles préstamos del latín, topamos con las palabras UEAMINI y PORCOM. En la segunda palabra (PORCOM = puerco) se observa que la o abierta tónica no muestra evidencias de diptongación, posiblemente por encontrarse en sílaba trabada (por-com), contexto que impediría la pronunciación con exagerada apertura. La otra palabra, UEAMINI, es posiblemente la primera vez que se intenta grafiar la pronunciación exageradamente abierta de una o tónica por escribas que se manejaban adecuadamente en latín (Rufino y Tiro, que escribieron el documento epigráfico) y no fueron capaces de reconocer en el sonido extraordinariamente prolongado y de apertura modulada la o breve latina de HOMINE, "hombre". Así, lo escribieron no ya como un diptongo ue / ua (como encontramos en documentos medievales: uemne, uamne), sino como el triptongo uea. Llamo la atención sobre la sílaba libre (uea-mi-ni), contexto que favorecería la exageradísima apertura de la o, frente a por-com; también hay que notar el posible influjo de las vocales siguientes, cerradas, cuya presencia tiende a abrir la vocal precedente por contraste en el que la cantidad silábica desempeñaría un papel fundamental (germen de los procesos metafónicos).

Nada nos autoriza, sin embargo, a suponer diptongación en lusitano antiguo, ni en el galaico-portugués primitivo, como quería Schürr, pues parece evidente que el caso de la grafía UEA en lugar de O se debe a la interferencia lingüística o incapacidad de los escribas de reconocer un sonido extraño a su sistema fonológico. En todo caso, estaríamos ante la constatación temprana (siglo V) de la hipótesis de Francisco A. Marcos-Marín que pensaba que en la Edad Media los diptongos procedentes de las vocales abiertas tónicas no eran exactamente diptongos, sino que eran sentidos por el hablante como realizaciones de los fonemas /Ɔ/ y /ɛ/ ("La diptongación protohispánica", 1999).

La comprensión de la inscripción de Lamas gana claridad con la interpretación que estamos proponiendo del término UEAMINI-CORI que la encabeza, que posiblemente se refiera a los "grupos humanos" locales que realizan la ofrenda. La propuesta parte de que la inscripción se data aproximadamente en el siglo V, fecha en la que se inicia el proceso que lleva a la diptongación de la o abierta tónica, y se sustenta sobre todo en la presencia documentada epigráficamente de los dos expertos escribas que transcriben un documento en una lengua que no es la suya.