sábado, 19 de enero de 2013

O Requeixo y O Retiro

Nuestros abundantes topónimos Requeixo, sinónimos de los menos frecuentes Retiro (8 casos en la base de datos de Toponimia de Galicia) se originan en el latín recessus, "retiro, lugar solitario, escondrijo, lugar oculto", influido tal vez por el término recessio, "fondo", de la misma familia. La pronunciación con sonido oclusivo velar sordo [rekésu], propia del latín clásico, se ha conservado fosilizada en la toponimia del noroeste peninsular, sin evolucionar hacia el sonido fricativo interdental que tenemos, sin ir más lejos, en la actual recesión.

En la base de datos del CODOLGA una mención de la documentación del monasterio de Celanova nos sitúa un mal latinizado Recasio en un lugar arrinconado o retirado: "cum omuntiolos qui sedent in angulbus quod dicunt Recasio ". En el mismo documento aparece también como "Rekeiso".

Según García Arias "el terreno angosto y encajonado en un valle se conoce en algunos puntos de nuestro dominio lingüístico [astur-leonés] con el nombre de requexu; de ahí que esta misma expresión pase a designar un ‘lugar oculto y retirado’".

Para este autor "la etimología más aceptada parte de la propuesta hecha por Menéndez Pidal para quien se trata de un derivado del latín *QUASSIARE [> quejar] aunque Piel vea bien la relación con *CAPSEUM ‘maxilar’ propuesta por Meyer-Lübke creyendo que se trata de una aplicación metafórica tomada de la anatomía".

Julio Concepción en su Diccionario etimológico de toponimia asturiana incide en las mismas notas: terreno escondido, al abrigo de los vientos, terreno arrinconado, retirado del viento, "se trata de lugares todos ellos recogidos, escondidos sobre el entorno, retirados de los rayos del sol y sombríos en ciertas épocas del año" (sub Requeixada).

Cabeza Quiles en su Toponimia de Galicia nos dice que "de acordo co seu significado de caixa orográfica, pode vir da palabra do latín serodio *recapseu, é dicir de capsa, 'caixa', máis o prefixo re-".

Por lo que se ve, las etimologías propuestas tratan de buscar cadenas fónicas compatibles evolutivamente con el resultado Requeixo (QUASSIARE, CAPSEUM, CAPSA) sin tener muy en cuenta la adecuación semántica, salvando la de Cabeza Quiles. En la propuesta que formulo (1), recessum, "retiro", la propiedad semántica es completa.

Entre los valores de este término cabe destacar uno que se da con frecuencia en nuestros testimonios medievales de repartos de tierras y deslindes: la fórmula "accessus vel recessus" o "exitus et recessus", que significaba que la extensión de terreno correspondía en su integridad, desde la parte de delante, por donde se accedía, hasta el fondo o cul de sac.

(1) Tras escribir esta entrada me he encontrado en Google con que Martínez Díez en Pueblos y alfoces burgaleses de la repoblación, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1987, ya había dicho lo mismo respecto a un Requejo burgalés: del latín recessus, "lugar apartado, retirado, rincón". Con esto podemos dar por cerrado el asunto del origen de los topónimos Requeixo, Requexu y Requejo.

sábado, 5 de enero de 2013

Un barco llamado caballo

(C) Anxo Martínez. Embarcación del Museo Nacional de Irlanda.

Cabalgaduras son los navíos a los que andan sobre la mar.

En la antigüedad y en todas las lenguas europeas, sobre todo en las de la fachada atlántica, el término utilizado para designar a los équidos, equus, hippos, nack, cabalo, horse, etc. se aplicaba indistintamente tanto a los caballos como a los navíos, dificultando la identificación de algunas famosas embarcaciones de la antigüedad; empezando por el caballo de Troya, y continuando por la constelación de Pegaso y su compañero el pequeño Equuleus que navegan el mar celeste, por poner un par de ejemplos de los más conocidos.

"Et ibi equus ligneus ex arte Minerve occulte fabricaretur, ut per eum in Troia introiretur" = y allí, en la isla de Tenedos, se fabricará en secreto una nave, y con ella se entrará en Troya. Esta es la acepción náutica del latín equus ligneus, y del griego hippos dourateos.

(C) André Motta de Lima. Cavalinho do mar, embarcación de Gamboa (Salvador de Bahía, Brasil).

Son muchos los autores que han tratado el asunto de la antigua equivalencia caballo-navío, desgraciadamente en obras técnicas poco asequibles y difíciles de encontrar que apenas sí han tenido trascendencia.

Alfonso X en Las siete partidas (siglo XIII) diserta ampliamente sobre esta cuestión bajo el título En que manera ficieron los antiguos semejante de los navios a los caballos. Todo lo que nos cuenta puede sintetizarse en este brevísimo haiku del Rey Sabio: "cabalgaduras son los navíos a los que andan sobre la mar".

Nache en germano antiguo designaba a una embarcación de río ("equum fluviatilem"), y también al caballo, porque los nombres por los cuales se conoce a los caballos suelen aplicarse también a las embarcaciones (Glossarium germanicum, Wachter, 1737). Digamos de paso, que el equivalente griego de esa barca o equum fluviatilem, es el hipopótamo, más que caballo de río, barca fluvial.

"Equus, navis symbolum; nam navigationem antiquiores per equitationem adumbrabant" = el caballo es emblema del navío, porque los antiguos entendían la navegación como equitación (Comentarios a Virgilio, de Heyne Lemaire, 1819).

Un santo, irlandés ¡cómo no!, San Finbar, navegó en uno de estos barcos-caballo al encuentro de San Brandán. Nos lo cuenta Xerardo de Cambre en el siglo XII: "et equo viri Dei pro vehiculo et navigio fungens, super aequoreas absque remo et velis transvectus undas, solo fidei gubernaculo sustentatur", en estas, se encontró con San Brandán, que venía en otro navío mayor, un barco-ballena, "cumque longius in mare sic equitando progressus fuisset, apparuit ei S. Brendanus super marinum cetum obviam veniens".

Dice el Cambrense que el barco-caballo de San Finbar se consevó en la catedral de Cork hasta su muerte, momento en que se hizo una réplica en miniatura de plata y oro que se tenía en gran reverencia. Es más que probable que en la catedral de Cork hubiese una embarcación votiva, bien la barca de San Finbar o cualquier otra en forma de pequeño exvoto, como la del Museo Nacional de Irlanda que ilustra esta entrada, con su mástil, remos y timón, tan similar al caballo de San Finbar que describe el Cambrense. Y es que los templos atlánticos están llenos de naves (véase para el Mediterráneo, el artículo recopilatorio El caballo de Troya. Nuevos argumentos para una explicación náutica del caballo de madera, de Ruiz de Arbulo, en particular el apartado "Las ofrendas de barcos a los dioses") .

 Capilla del dolmen de Stivel, situada en la Comuna de Vieux Marché, Bretaña.


Y me pregunto qué tipo de caballo será el talasónimo que bordea toda nuestra costa: Punta do Cabalo, O Cabalo, O Cabaliño. ¿Tal vez aquellos islotes con aspecto de navíos de piedra de los que hablaba Artemidoro? Otro talasónimo, Equoranda, la frontera navegable mediante barca, ha originado elucubraciones varias, pues no supo establecerse relación entre el curso de agua que servía de limes y la raíz EQUO- considerada únicamente como "caballo" ("problème épineux d' Equoranda, nom qui est souvent donné a des frontières, principalement à des courses d'eau").

The Archaelogy of maritime landscape contiene una cita muy interesante de Beck sobre este talasónimo: "for some reason horses have been prominent in the minds of seamen for a long time. All along the coasts of the British Isles, Ireland and North America we find White Horse, Horse, Black Horse and Colt Island as well as many bluffs or headlands incorporating the word"; alguna razón que el autor no consigue entrever, y que podría ser la doble acepción navío / caballo de la palabra en cuestión.

Embarcación del Museu de Marinha de Lisboa con ojo de monstruo marino o cetáceo pintado en la proa.