sábado, 29 de febrero de 2020

Pazo y castro de Dioño (Touro)


Nuevo castro frente al Pazo de Dioño (Touro), aparentemente sin inventariar según el Visor PBA de la Xunta de Galicia. Se trata de una muestra más de los complejos agroganaderos de la Edad del Hierro que se habrían formado alrededor de un *palatiom (> pazo) anterior, una "casa absidal propia de los pastores de la Edad del Bronce anexada a su recinto pecuario" (hipótesis de Moralejo-Best).

Nuestra propuesta etimológica para el topónimo Dioño < Decanus, en la acepción administrativa rural que recoge el glosario de Du Cange (1), implica la pérdida de la oclusiva sonora intervocálica procedente de la sonorización de la sorda correspondiente (decanus > de(g)año), cierre del primer formante del diptongo resultante (deaño > diaño) y variabilidad del mismo (diaño / dioño), como sucede, por ejemplo, en el nombre propio Diago / Diogo.

La familia toponímica de esta serie sería: Degaña (Cerdido), Pobra do Deán (Pobra do Caramiñal). La división administrativo-religiosa que se infiere de estos nombres de lugar aconseja encuadrarlos junto con los topónimos O Convento (cfr. O Convento y la letra C invertida en la toponimia de Gallaecia).

Asimismo, siguiendo la propuesta de Xosé Lluis García Arias (Toponimia asturiana: el porqué de los nombres de nuestros pueblos), que plantea que Vigaña (Grau; Belmonte de Miranda) posee una estructura similar a la del topónimo Degaña asturiano, formada sobre vicus, podríamos incluir Vioño (A Coruña) como derivado de vicus, siguiendo las mismas fases evolutivas que acabamos de exponer para Dioño. Aunque en los casos gallegos (Dioño y Vioño) sería más sencillo partir de las bases decu- y vicu- más sufijo -onus; posibilidad que viene sugerida por el Begoña vasco, que mantiene la vocal temática de vicu- (Valeriano Yarza Urquiola, "Notas sobre toponimia de origen romano en Bizkaia", Fontes Linguae Vasconum, 2015, nº 120, pgs. 345-384).

(1) Decania: Certa quantitas agrorum excolendorum, jurisdictioni decani subjecta = determinada extensión de terreno de cultivo sujeta a la jurisdicción de un deán o decano.
Decani vilatici: Ministri rurales, præpositi culturæ villæ vel definitæ alicujus agrorum quantitatis, operas laboresque rusticorum dirigentes [...] = administradores rurales al frente de los trabajos agrícolas de una villa o agro, que dirigen las tareas de los rústicos.

lunes, 10 de febrero de 2020

O Convento y la letra C invertida en la epigrafía de Gallaecia

Castro de Marrás (Melide). La croa recibe el nombre de O Convento, mientras que las parcelas agrícolas al pie de la entrada al recinto, con mejor acceso y orientación para labores de cultivo, se denominan Castro (raíz indoeuropea k̂es-, "cortar [el territorio], separar, parcelar"). (C) Capa catastral del Visor PBA de la Xunta de Galicia, Vuelo Americano de 1956-57.

Castro de Sas (Paderne). La croa recibe el nombre de O Convento, asimismo el parcelario situado al sur con la mejor orientación para el cultivo recibe el nombre de Castro. (C) Capa catastral del Visor PBA de la Xunta de Galicia, Vuelo Americano de 1956-57.

En nuestra opinión la denominación de O Convento para estos dos recintos del Hierro, en lugares tan separados entre sí, se debería a que compartían el mismo sistema de organización social galaico-romana que San Isidoro definía así: "vici et castella et pagi hi sunt qui nulla dignitate civitatis ornantur, sed vulgari hominum conventu incoluntur" = "Los vicos, castelos y pagos son los que no alcanzan la categoría de civitas y están habitados por una comunidad de hombres vulgares". Parece, entonces, que el contenido (la población que vive organizada en una comunidad o conventus) y la forma de organización sociopolítica motivan el nombre del continente (el recinto o croa habitacional), en una suerte de metonimia que, por otra parte, es relativamente frecuente (cfr. p. ej. el topónimo O Consistorio - Paderne, o A Xurisdición - Outes). 

Esta forma de organización en comunidades gentilicias o conventus tendría su reflejo en la epigrafía del noroeste en el conjunto de inscripciones en las que aparece la letra C invertida como indicadora de la adscripción a una unidad organizativa.

Aunque el signo ɔ viene siendo identificado por la mayor parte de los autores como una abreviatura de centuria (Tovar), o de castro / castelo (Mª Lourdes Albertos, apud Pereira Menaut, "Los castella y las comunidades de Gallaecia", Zephyrus, 1982, pgs. 249-267), nosotros consideramos, con Hübner, y a partir de los hallazgos proporcionados por el examen de la microtoponimia local, que el signo es la abreviatura de conventusun tipo de organización social comunal indígena carente de la estructura política compleja de las civitas y diferente de los conventos juridicos romanos, con los que acabaría por confluir (1). Sobre esta organización sociopolítica conventual se superpondría durante la romanización, con un cambio de escala, la organización político-religiosa con el CONVENTUS como "Districtus, diœcesis Episcopi" (Glosario de Du Cange). Existe algún indicio más sobre esta relación, como el nombre del Castro do Bispo (Mántaras - Irixoa), que sugiere la motivación del nombre de lugar por ser, él mismo, otro conventus (diócesis episcopal). Probablemente por esta razón prácticamente a cada recinto habitacional del Hierro (Convento) le corresponde en la actualidad una parroquia.

La situación de las iglesias parroquiales en la croa de los castros o al pie del recinto es un hecho sorprendente que no se ha explicado de forma satisfactoria. Bouhier (La Galice: Essai geographique d'analyse et d'interpretation d'un vieux complexe agraire, 1979V. 2pgs. 1279-80) nota este aspecto, tratado ya por López Cuevillas y Serpa Pinto, que lo justificaban como cristianización de antiguos cultos paganos:

"En réalité, les relations sont beaucoup plus étroites et beaucoup plus profondes que celles d'une simple superposition de cultes. [...] la plupart de ces "castros" localisent les sièges paroissiaux, ce qui signifie concrètement que, même lorsqu'elle ne se trouve pas à l'interieur de la couronne ou au pied de l'oppidum, l'église n'en est jamais eloignée de plus de quelques centaines de mètres [...]. [...] à chaque "castro" corresponde très souvent une paroisse. [...] nous nous gardons bien de laisser entendre, comme l'a fait Ramón Otero Pedrayo, par une expression malheureuse, qui semble avoir dépassé sa pensée réelle, que la paroisse galicienne plonge ses racines dans le passé "celte". Mais on est bien obligé de convenir que les rapports flagrants existant, dans les zones moyennement ou fortement castrisées, entre la répartition des "castros" et celle des sièges de paroisses, militent en faveur d'une étonnante et imposante continuité dans le peuplement".

Aquí Bouhier se equivocaba al cuestionar a Otero Pedrayo; el estudio del microtopónimo O Convento como nombre de las croas demuestra una continuidad de las estructuras sociopolíticas y territoriales, que hunden sus raíces en el pasado celta.

Ara con la dedicatoria CONVE[N]TENE localizada en el Escoural da Ruxida, Fraguas - Santo Estevo de Parga (Guitiriz), muy cerca del núcleo de Os Curveiros (Friol). Museo Arqueolóxico Provincial de Lugo. (C) Dolores González de la Peña.

Sugerimos retomar la idea de Norah Joliffe (2) que suponía que el nombre correcto de la divinidad británica Coventina era en realidad Conventina, diosa de un conventus o comunidad de legionarios germanos estacionados en Carrawburgh. La retomamos aquí sin aplicar la acepción militar que proponía Joliffe para el término conventus, sino el sentido de comunidad civil que nos proporcionan el texto citado de San Isidoro y, por ahora, los dos microtopónimos O Convento localizados como nombre de sendos recintos del Hierro.

(1) Santos Yanguas, sobre la naturaleza del conventus frente a la civitas, su función religiosa, que "encubre una función política y administrativa", y sobre "la división eclesiástica en obispados [...] basada en las divisiones administrativas romanas en conventus": El ejército y la romanización de Galicia: conquista y anexión del Noroeste de la Península Ibérica, 1988, pgs. 71-85.

(2) "Dea Brigantia", Archaeological Journal, XCVIII, 1941, pgs. 36-61.