martes, 3 de diciembre de 2013

Esqueuomorfos

La primera vez que tuve contacto con esta palabreja que parece sacada de un relato de Lovecraft, y que aún no sé muy bien cómo escribir, fue leyendo un texto de Pena Graña, en el que sostenía que la decoración de las cámaras de los megalitos galaico-portugueses eran esqueuomorfos de tejidos o tapices: "as pinturas dos dolmens galegos como xa temos mencionado noutro lugar e tempo representarían, seguramente, esquevomorfos de motivos de tecidos e de colgaduras (Pena, ex Luis Monteagudo García 1995)".

El esqueuomorfismo es la pervivencia de una forma necesaria e intrínseca al objeto original como simple decoración "inútil" de otro posterior que lo sustituye. Serafín Moralejo define el esqueuomorfismo como"la presencia en un objeto de rasgos formales que carecen de motivación en relación con sus funciones o condiciones de su producción y que tan solo pueden explicarse como atavismos" (Formas elocuentes). Para Julio Caro Baroja el esqueuomorfo es "una adaptación de una forma impuesta a un objeto por el material con que está construído, a otro objeto análogo pero fabricado después con material diverso". El ejemplo más claro que me vino a la memoria fue el de las jarras y cuncas de ribeiro tejidas con mimbre y por ello con un diseño en forma de bandas verticales de ondas.

Jarra de mimbre de Arxeriz.

El sistema de fabricación de la jarra de mimbre, así como su función, es el que determina su aspecto. Después viene la transformación de la estructura en motivo decorativo, que surge cuando pasa a emplearse otro material que no soporta idéntico tratamiento, y a pesar de ello se quiere mantener el recuerdo del diseño original. Así nacieron, ciñéndonos a la jarra de ribeiro, aquellos engendros de jarras de plástico amarillo pálido con onditas en relieve (amarillas por el color del mimbre, con onditas porque pretendían imitar el tejido de cestería). Así nacieron también las maravillosas cuncas de Sargadelos decoradas con onditas esqueuomórficas.

 Tapiz bereber que recuerda la decoración de Dombate.

Bruno Barbatti (Berber carpets of Morocco: the symbols, origin, and meaning) encuentra semejanzas entre el arte Paleolítico y algunos de los motivos de los tapices bereberes. A mí me resulta atractiva la idea de que originariamente las frías cámaras de piedra de los dólmenes pudieran haberse decorado o abrigado con tapices para hacerle más agradable la estancia al difunto, a semejanza de su morada cuando estaba vivo; el ajuar funerario que se introducía en ellas cumplía una función similar. Quizá por necesidad de economizar las materias primas o por garantizar la perdurabilidad de estos tejidos se comenzó a representar su estructura pintada, prescindiendo de los objetos textiles originales. Aunque sospecho que considerar este caso un ejemplo de esqueuomorfismo podría acabar convirtiendo cualquier representación pictórica o escultórica en esqueuomórfica del objeto representado. Creo que para poder considerar un objeto esqueuomorfo de otro ha de haber continuidad entre ambos (así las jarras de ribeiro), no ser uno representación de otro. Es decir, en el caso textil, son esqueuomorfos del tartán los tejidos ilustrados con prints o estampados de cuadros escoceses, y no lo serían unas fotografías o dibujos del tartán.

Por lo que he podido averiguar fue Elizabeth Shee Twohig la que comenzó a introducir en 1981 los esqueuomorfos en el arte megalítico, con el "skin skeuomorph" que le parecía ver en algún ortostato de la Arquinha da Moura, y con los esqueuomorfos de tejidos de la cista de Göhlitzsch (arriba). Me parece que Shee utiliza erróneamente el término con el significado de silueta o dibujo esquemático. Por lo demás, W. Andrae en 1931 ya había sugerido que algunos relieves de los murales asirios estaban inspirados por los tejidos de los tapices, con patrones a base de rectángulos, como si fuesen tapices esculpidos en piedra.

3 comentarios:

Carlos Arias dijo...

Ultimamente atopo o nome de Luis Monteagudo con moita frecuencia. Hai uns días, nunha conversa, alguén contou que, nunha homenaxe que se lle rendera polos anos 90, un técnico de museos creo que italiano dixera que se aparece un individuo ante unha vitrina e di que hai un erro nalgunha ficha invormativa, se ante a demanda de identificación responde 'O profesor Luís Monteagudo', en todos os museos de Italia, Grecia e Chipre abrirán a vitrina e corrixirán o erro consonte as súas indicacións.
Bicos

Andregoto Galíndez dijo...

Boísima anécdota que non coñecía :) e que me creo totalmente.
Biquiños

Carlos Arias dijo...

Contouma Chisco Fernández Naval, a propósito dunha carambola insólita da vida.
Bicos