En nuestras últimas correrías de este verano por el Ulster seguimos la estela de naufragios de la Armada Invencible por el libro de David Revelles, En los confines de Hibernia: Tras la leyenda de la Armada Invencible en Irlanda.
Una de estas excursiones partió de la playa de Kinnagoe Bay, donde comimos un sandwich de mature cheddar contemplando las heladas aguas del Mar del Norte un tanto pensativos, tal vez por las ominosas presencias de los náufragos de la Trinidad Valencera, muchos de los cuales perecieron en aquella misma costa, ahogados o congelados, pues los irlandeses despojaron de sus ropas a los supervivientes como parte del botín del naufragio.
Playa de Kinnagoe Bay, donde naufragó la Trinidad Valencera.
(C) Dolores González de la Peña
Algo más animados, y ya caminando por Moville hacia el cementerio de Cooley sin un objetivo claramente relacionado con el histórico desastre naval, nos encontramos con una paisana que llevaba una bolsa de apetitosos scones de pasas, a los que no nos invitó. Todavía lo recuerdo con pesar, motivado por el escueto sandwich. Entablamos conversación con ella a propósito de la distancia del cementerio, y pronto averiguó que éramos españoles, momento a partir del cual su mirada comenzó a detenerse en mí con un no sé qué de misterio, pero sin recelar de mis intenciones hacia sus scones. Al cabo de un rato nos confesó su secreto: en su familia había gente de pelo y ojos oscuros (me miró de nuevo como señalándome), y según creían eran descendientes de los náufragos españoles de la Spanish Armada que se había hundido en sus costas. Tal vez la explicación sea reelaboración que actualiza, a través de un suceso moderno, la antigua tradición de la llegada de los Míl Espaíne, los ancestros de los irlandeses llegados de Galicia.
Esto explicaba las miradas previas hacia mi persona, pues debía de encarnar en el imaginario irlandés el prototipo de gipsy española a punto de sacar la bola de cristal de la mochila para improvisar una lectura del futuro. De pronto me sentí como Cuéllar en el crannog de los MacClancy 400 años antes, también identificado con un gitano español y perseguido por ello por los nativos que querían que les dijese la buenaventura leyéndoles la palma de la mano.
Esto explicaba las miradas previas hacia mi persona, pues debía de encarnar en el imaginario irlandés el prototipo de gipsy española a punto de sacar la bola de cristal de la mochila para improvisar una lectura del futuro. De pronto me sentí como Cuéllar en el crannog de los MacClancy 400 años antes, también identificado con un gitano español y perseguido por ello por los nativos que querían que les dijese la buenaventura leyéndoles la palma de la mano.
Cruz en el cementerio de Cooley, Moville. (C) Dolores González de la Peña.
Muy emocionados por este encuentro con una auténtica descendiente de los Black Irish, o tal vez de los Hijos de Míl, llegamos al cementerio de Cooley, donde mi amiga Susana descubrió en una lápida colectiva del primer sector entrando a la derecha el nombre de Marino, ¿o tal vez Mariño? Naturalmente, con la emoción nadie se acordó de fotografiarla. A todos nos pareció muy posible que el nombre del difunto, Marino o Mariño, fallecido unas cinco generaciones después del naufragio de la Trinidad Valencera, fuese un nombre familiar originado por el hecho de ser su ancestro el primer Black Irish: un marino náufrago de la Spanish Armada.
Sitio del hundimiento de los barcos españoles donde viajaba Francisco de Cuéllar. Es otro punto de la costa irlandesa, al norte de Sligo. Concretamente se señala la isla de Inishmurray (Ennis Murrg), así como el crannog de los MacClancy, una islita en medio de un lago, posiblemente el Lago Melvin (mapa de Irlanda c. 1589 tomado del estudio de J.J. McDermott: Rosclogher Castle: a Gaelic lordship center on Lough Melvin, County Leitrim).
También seguimos de cerca la pista del capitán Cuéllar, otro supuesto ancestro de los Black Irish. El relato autobiográfico de sus aventuras en Irlanda resulta extraordinario y de un alto valor etnográfico. En particular sobresale por lo épico la defensa del crannog de los MacClancy que sostuvo con ocho supervivientes más del naufragio haciendo frente a una guarnición inglesa, a la que derrotaron solos mientras los habitantes de la islita se refugiaban en los montes. A pesar de la hipótesis de J.J. McDermott, que sitúa la acción en Rosclogher, nosotros pensamos que fue en el crannog de Inis Caoin (Inishkeen), antigua residencia del clan no lago Melvin (Lough Melvin). En el extremo Este del lago se localiza el lugar de Garrison, topónimo que evidentemente alude el puesto de donde salió o donde acampó la guarnición inglesa que sitió a los españoles.
NOTA 3/12/20: una tradición local recogida por la profesora Cristíne Ní Shíoda en la base de datos de duchas.ie refiere que efectivamente el crannog de los Mac Clancy se encontraba en el lago Melvin (Lough Melvin) "which was formerly connected with the mainland by a draw-bridge in the arch of which can be seen in the water on a clear day. and a large earthen mound on the mainland marks the defences which guarded the head of the bridge. This was the castle which first gave shelter to the crews of the shipwrecked vessels of the Spanish Armada, who had to fight their way from the Sligo coast to Mac Clancy's stronghold".