domingo, 22 de marzo de 2020

La contaminación del aire: vehículo de transmisión del coronavirus

Si uno se fija en los países y regiones más afectadas por el coronavirus verá que son las zonas más industrializadas del planeta, como China, el norte de Italia, el País Vasco, Cataluña, Madrid, Francia, Alemania... Se podrá pensar que al ser las regiones que concentran más industria y negocios son también las más pobladas y masificadas, y que, por lo tanto, la transmisión entre personas, único vector que se contempla en esta crisis sanitaria, es más elevada, de ahí la táctica propuesta del confinamiento y la distancia social.

Si uno cruza los mapas de contaminación del aire (polución atmosférica) con los de la incidencia del COVID-19 verá que aproximadamente coinciden. Aquí podríamos pensar que, por supuesto, la polución atmosférica empeora las enfermedades de las vías respiratorias. Con este enfoque formulado así, la polución no sería causa de transmisión, sino un factor ambiental que acentuaría los síntomas de la enfermedad.

Pero el asunto no es tan sencillo. Un grupo de científicos de las Universidades de Bolonia, Bari, Milán y Trieste apuntan que las partículas en suspensión, las PM10 y 2,5 (Particulate Matter de 10 y 2,5 micras), son vectores de transporte de muchos contaminantes químicos y biológicos, incluyendo a los virus, tal y como se describe en la literatura científica más reciente para algunas infecciones virales (véase la bibliografía que citan al final de su trabajo). Es decir, que el coronavirus se transmite por el aire viajando en el polvo, en el polen y en otras partículas contaminantes en suspensión, pudiendo alcanzar largas distancias. Según el estudio de Leonardo Setti et al., que podemos leer íntegro aquí Relazione circa l’effetto dell’inquinamento da particolato atmosferico e la diffusione di virus nella popolazione (en italiano), las partículas en suspensión forman además un sustrato sobre el cual el virus podría permanecer activo bastante tiempo, desde unas horas hasta varios días.

Los autores analizan el índice de contaminación del aire en Italia entre el 10 y el 29 de febrero y evidencian que supera los límites legales de concentración de partículas PM10; a continuación correlacionan este factor con la mayor incidencia de casos de contagio acaecidos el 3 de marzo. Se trata de una correlación lineal y directa entre contaminación del aire y contagio por coronavirus, con su mayor expresión en la Pianura Padana (Valle del Po).

En sus conclusiones solicitan medidas restrictivas para contener la contaminación atmosférica, dado que ya se ha informado en casos precedentes de la elevada difusión de las infecciones virales en relación con altos niveles de contaminación por partículas atmosféricas. De ahí, supongo, que el Gobierno de Italia haya decidido cerrar ayer todas sus industrias salvo las esenciales.

Como nuestro sistema capitalista se basa en la contaminación y supongo que no renunciaremos a él fácilmente, tendremos que acostumbrarnos a vivir con mascarillas y a los paros industriales forzosos entre marzo y abril. Mientras nos llegan, sugiero tomar precauciones y salir a la calle a comprar el pan ataviados con un shemagh, que lavaremos cada vez que se useInstrucciones para llevar el shemagh: Cómo atar un shemagh.

lunes, 16 de marzo de 2020

Adiante, Avelino!

En el Fugas del 6 de marzo Ramón Nicolás acaba de publicar una reseña sobre una obra dedicada al estudio de la figura del desconocido poeta gallego Avelino Díaz (Riotorto, 1897 - Buenos Aires, 1971), autor de los poemarios Debezos y Pallaregas. Podemos leerla en su blog: 

El caso es que, nada más comenzar la lectura de la reseña, me di cuenta de que Nicolás confundía la prístina figura de Avelino Abelleira, condenada a un "abandono túzaro", con la de Avelino Díaz, también condenada inexplicablemente al "ostracismo": "A finais dos anos oitenta, por volta da vella Facultade de Filoloxía de Mazarelos, aparecían con frecuencia carteis cun enigmático lema que, se a memoria non me traizoa, rezaba "Avelino, adiante!". Sospeito que esa reivindicación sería por Avelino Díaz, poeta que foi de Riotorto e que morreu en Buenos Aires, cidade na que desenvolveu unha intensa actividade dentro da colectividade galega".

Aquí venimos a desentrañar el embrollo de los dos Avelinos, y a limpiar el cristal cubierto de vaho que empaña la lembranza del auténtico e irreal Avelino al que estaban dedicados los enigmáticos carteles de la Praza de Mazarelos que tanto intrigaron a Ramón Nicolás.

Debemos a la potencia creativa de un tal Donato A. Meixide la invención de la biografía ficticia de Avelino Abelleira, o Abilleira (así figura en una de sus principales obras), en la cual, con extremada sutileza, se van desgranando los lugares más comunes manoseados por los biógrafos de los galeguistas. La promoción y reivindicación de la figura senlleira de Avelino Abelleira con el objeto de que se le dedicase alguna vez el Día das Letras Galegas, se la debemos a los propietarios de la Imprenta Tórculo (sita en la Praza de Mazarelos) y a algunos alumnos de la vieja Facultade de Filoloxía de Santiago de Compostela, entre los que es posible que estuviese Lois, cuyo apellido ahora mismo no recuerdo, y hasta también es posible que nunca lo supiese.

Todos los datos que conocemos sobre Avelino Abelleira se publicaron en Babel. Diario de Mazarelos el 18 de mayo de 1989. El periódico, impreso en papel de estraza, se distribuyó durante una xuntanza que tuvo lugar esa misma noche del día 18 para rememorar la vida y obra del ilustre e inexistente galeguista; la convocatoria fue debidamente anunciada con pegada de cartelería en la zona de Mazarelos unos días antes. No conservo los carteles, sí el periódico, del que extraigo algunos datos esenciales de la biografía del polígrafo ourensano:


Avelino Abelleira (Ourense, 1890 - Oxford, 1956), ingresó en el Seminario, de donde salió para estudiar Derecho por libre en Santiago. En 1910, al salir de un examen, comienza su amistad con Otero Pedrayo tomando unas cuncas en la Rúa do Franco. Finalizados sus estudios, ambos regresan a Ourense, donde forman una tertulia literaria de corte modernista con Risco, Cuevillas... El grupo edita la revista La Centuria. En 1921, ya integrado en el pensamiento nacionalista, asiste a la tercera Asamblea das Irmandades da Fala. En 1925 consigue el primer premio en los Xogos Florais de Porriño. En 1926 "publica na editorial Lar un curioso estudio sobre a gandeiría da montaña luguesa titulado Outra vaca ó millo". Asimismo, mantiene una fluida correspondencia (inédita, por desgracia) con las grandes figuras del país: Alexandre Bóveda, Castelao...


1931 es un año clave en su vida, durante una comida en el restaurante Alameda se produce una alusión a su condición de homosexual. La estrechez social de la época le obliga a emigrar a Reino Unido, donde se integra en la cátedra de Literaturas Hispánicas de la mano del Dr. Robert Smith-Lopes (catedrático de paleontología brasileira). Su despacho en Oxford se convierte en un santuario de peregrinación democrática durante el franquismo. Avelino Abelleira fallece en Oxford en 1956 a causa de unas fiebres de Malta. Su biblioteca permanece en Londres, custodiada por uno de sus más íntimos colaboradores sin que las autoridades gallegas hayan hecho nada para recuperarla.


Otras publicaciones de Avelino:

  • Achegamento dende o estructuralismo lingüístico ós nomes dos cans no Sul de Ourense
  • Lexitimidade, poder local e conflictivo nunha aldea de Lugo
  • Divinity and celtism in Spain
Esperamos haber resuelto las dudas sobre la dedicatoria de la cartelería que rezaba "Adiante, Avelino!", restituyendo el orden y el mérito que corresponde a uno de los miembros más relevantes y fabulosos de la Xeración Nós. Non te esquecemos Avelino!