Los musulmanes en sus dominios de Al-Andalus utilizaron indistintamente las formas Shantamariyya / Shantabariyya para referirse a la amplia región que antes se denominaba Celtiberia. Salta a la vista que Shantamariyya o Shantabariyya son adaptaciones del nombre original a la fonética árabe. En la base de la primera, y en el contexto cultural no cristiano de Al-Andalus, no cabe argumentar ninguna reinterpretación del topónimo original como hagiotopónimo cristiano (Santa María); Shantamariyya ha de considerarse una variante fónica de Shantabariya, en la que se produce una sustitución de una bilabial por otra. La reinterpretación o conversión en hagiotopónimo se produce mucho después, cuando los territorios pasan al dominio cristiano: "por Santa María vos vayades passar, vayades a Molina que yaze más adelant" (Poema de Mio Cid), "e por ende os cativos a yan sempr' aorar, e Santa Mari' a vila de Faaron nomẽar por aquesta razon foron" (Cantigas de Santa María, Alfonso X).
Dentro de los territorios celtizados de aquella Celtiberia fronteriza, amplia y desigual por la que corrían el Tajo y el Guadiana, los dueños de Al-Andalus creyeron conveniente seguir manteniendo la distinción entre sus extremos: Shantamariyya as-Sharq (de oriente), en Albarracín, y Shantamariyya al-Gharb (de poniente), en el Algarve portugués. Ello es una pequeña muestra de su unidad territorial, de que se consideraban la misma entidad.
Que en Teruel haya estado la Celtiberia oriental, Shantamariyya as-Sharq, no resulta una gran sorpresa, puesto que Albarracín fue el territorio que habitaron los celtíberos lusones, que tocaban con el nacimiento del Tajo. Albarracín, en contra de las evidencias y conclusiones de la mayor parte de los historiadores y arqueólogos, que consideran Teruel territorio íbero, fue celtíbero, o lo que es lo mismo, un establecimiento de celtas en Iberia. Nos lo dicen las fuentes clásicas: "lusones, quoque orientales sunt, et ipsi ad fontes Tagi pertingentes" = los lusones también son de los celtíberos orientales, se sitúan junto al nacimiento del Tajo (Estrabón). Los geógrafos e historiadores árabes continuaron ligando el territorio de Celtiberia, su Santaberia, a las montañas donde nace el Tajo (notas a la Geografía de España, Idrisi, ed. 1974), esto es, a Albarracín, mayormente conocida como Shantamariyya Ibn Razin o as-Sharq.
La existencia de una Celtiberia occidental, Shantamariyya al-Gharb, se deduce de la existencia probada de la oriental, que explica el nombre de la occidental. Pero también del advenimiento de celtas lusitanos al territorio inmediato al Algarve. Según Plinio: "celticos a celtiberis ex Lusitania advenisse manifestum est" = los celtíberos [de la Beturia céltica, entre Guadalquivir y Guadiana,] manifiestan que los celtas llegaron de Lusitania. En esta nueva traducción del enigmático pasaje de Plinio estoy considerando a celtiberis un ablativo agente del verbo en forma pasiva, lo que explicaría la difícil presencia de dos ablativos en la oración, solo uno indicaría procedencia, y el otro sería un agente. Es probablemente cierto que a este extremo de la Península llegaron pueblos celtas procedentes de la vecina Lusitania, originando otro establecimiento celta en Iberia, de población mixta celtíbera.
La conexión no pasa solo por ser ambos territorios los dos extremos de la Celtiberia musulmana: varios autores, entre ellos Schulten, consideran que lusitanos y lusones conformaron un único grupo étnico, claro que Schulten piensa en un desplazamiento del Este al Oeste, más acorde con la idea de la celticidad centroeuropea.
Pedro Bosch Gimpera dice que "en el centro de España, bajo la capa céltica se hallan los restos de un pueblo indígena análogo a los lusitanos y que llevaba su mismo nombre [...] Puede creerse que tanto los lusones como los lusitanos representaban los restos de una antigua población eneolítica, perteneciente a la antigua cultura de las cuevas" (El poblamiento antiguo y la formación de los pueblos de España).
La emigración de antiguas poblaciones celtas desde el Oeste al Este siguiendo la diagonal del Tajo coincide con los datos arqueológicos que nos aseguran "la importancia de la vía del Tajo como eje vertebrador de la neolitización de la Meseta" (JJ Guijarro, Cazadores y campesinos: la neolitización del interior de la Península Ibérica).
Por otra parte, los celtíberos llegaron hasta la Galia Narbonense o Braccata, en donde el etnónimo también se convirtió en hagiotopónimo, aunque distinto: "Superior Yspania Gallia Braccata apellatur, ubi tanta est insolentia tantusque fastus nec non et arrogancia copiosa. Est sita ad occidentem, ubi est Sanctus Tiberius", en lugar de celtiberos.
Que en Teruel haya estado la Celtiberia oriental, Shantamariyya as-Sharq, no resulta una gran sorpresa, puesto que Albarracín fue el territorio que habitaron los celtíberos lusones, que tocaban con el nacimiento del Tajo. Albarracín, en contra de las evidencias y conclusiones de la mayor parte de los historiadores y arqueólogos, que consideran Teruel territorio íbero, fue celtíbero, o lo que es lo mismo, un establecimiento de celtas en Iberia. Nos lo dicen las fuentes clásicas: "lusones, quoque orientales sunt, et ipsi ad fontes Tagi pertingentes" = los lusones también son de los celtíberos orientales, se sitúan junto al nacimiento del Tajo (Estrabón). Los geógrafos e historiadores árabes continuaron ligando el territorio de Celtiberia, su Santaberia, a las montañas donde nace el Tajo (notas a la Geografía de España, Idrisi, ed. 1974), esto es, a Albarracín, mayormente conocida como Shantamariyya Ibn Razin o as-Sharq.
Cabezo de Alcalá, Azaila (Teruel). Oppidum celta en Iberia.
La conexión no pasa solo por ser ambos territorios los dos extremos de la Celtiberia musulmana: varios autores, entre ellos Schulten, consideran que lusitanos y lusones conformaron un único grupo étnico, claro que Schulten piensa en un desplazamiento del Este al Oeste, más acorde con la idea de la celticidad centroeuropea.
Pedro Bosch Gimpera dice que "en el centro de España, bajo la capa céltica se hallan los restos de un pueblo indígena análogo a los lusitanos y que llevaba su mismo nombre [...] Puede creerse que tanto los lusones como los lusitanos representaban los restos de una antigua población eneolítica, perteneciente a la antigua cultura de las cuevas" (El poblamiento antiguo y la formación de los pueblos de España).
La emigración de antiguas poblaciones celtas desde el Oeste al Este siguiendo la diagonal del Tajo coincide con los datos arqueológicos que nos aseguran "la importancia de la vía del Tajo como eje vertebrador de la neolitización de la Meseta" (JJ Guijarro, Cazadores y campesinos: la neolitización del interior de la Península Ibérica).
Por otra parte, los celtíberos llegaron hasta la Galia Narbonense o Braccata, en donde el etnónimo también se convirtió en hagiotopónimo, aunque distinto: "Superior Yspania Gallia Braccata apellatur, ubi tanta est insolentia tantusque fastus nec non et arrogancia copiosa. Est sita ad occidentem, ubi est Sanctus Tiberius", en lugar de celtiberos.