"Fasta, boi! Vorta!... Bamo, boi. Fasta, Marinheiro. Vorta, Brilhante! Diacho!"
Finalmente he tenido que rehacer esta entrada. Será la acepción poética del latín afflare, "alentar, animar, mover, excitar", la candidata elegida para explicar la expresión del gallego-portugués "(a)falar os bois" y del asturiano "(a)falar les vaques", pues en estas frases se conserva el viejo sentido de afflare: soplar, echar el aliento, insuflar, impulsar, apoyar. Incluso el sentido de "acariciar" del posible derivado de afalar, afalagar, estaba ya presente en el latín cuando nos decían los antiguos poetas que Céfiro acariciaba con su aliento las flores, impulsando así su crecimiento.
- "El viento de Zéfiro afalagava las flores" (mismo uso que afflare).
La evolución de afflare hacia afalar y falar se explica fácilmente por el desarrollo natural de una vocal epentética, afalare, y aféresis condicionada (a)falar por la especialización semántica.
La voz humana como soplo, como aliento que acaricia, como expiración, porque a fin de cuentas la voz se genera afflando, expeliendo el aliento o el aire através de los órganos de la fonación. La misma relación entre aliento y voz existía también en griego clásico entre pneuma (aliento, viento) y phone (sonido), refiriéndose el phone a la acústica del pneuma.
Me lo han soplado, se oye todavía para dar a entender que nos han dicho algo. En latín se utilizaba sufflare (sufflare aliquid alicui), y en francés se conserva en expresiones como "qui vous a soufflé cela (aux oreilles)?".
Según se estudia en la actualidad fue Saussure el que describió el signo lingüístico como formado por dos caras, los sonidos y el significado asociado a ellos. Realmente la articulación del signo en estos componentes puede remontarse por lo menos a los nominalistas, que utilizaron el concepto de flatus vocis para referirse a lo que nosotros llamamos significante. La voz expelida. Abelardo decía que el lenguaje humano era un flatus vocis. Ya hasta va pareciendo que no es novedad relacionar (af)flare con falar.
Según Carré Alvarellos, Eladio Rodríguez y Franco Grande "(a)falar os bois" significa "guiarlos, conducirlos; dar voces a estos animales para que aceleren el paso o cambien de rumbo" (Diccionario de Diccionarios), es decir, animarlos, excitarlos (mismas acepciones que el afflare latino).
Me lo han soplado, se oye todavía para dar a entender que nos han dicho algo. En latín se utilizaba sufflare (sufflare aliquid alicui), y en francés se conserva en expresiones como "qui vous a soufflé cela (aux oreilles)?".
Según se estudia en la actualidad fue Saussure el que describió el signo lingüístico como formado por dos caras, los sonidos y el significado asociado a ellos. Realmente la articulación del signo en estos componentes puede remontarse por lo menos a los nominalistas, que utilizaron el concepto de flatus vocis para referirse a lo que nosotros llamamos significante. La voz expelida. Abelardo decía que el lenguaje humano era un flatus vocis. Ya hasta va pareciendo que no es novedad relacionar (af)flare con falar.
Según Carré Alvarellos, Eladio Rodríguez y Franco Grande "(a)falar os bois" significa "guiarlos, conducirlos; dar voces a estos animales para que aceleren el paso o cambien de rumbo" (Diccionario de Diccionarios), es decir, animarlos, excitarlos (mismas acepciones que el afflare latino).
En castellano "falar os bois" tiene su equivalente en "halar los bueyes", no existe *"hablar con los bueyes":
- "Cuando uno viene del campo y sabe lo que es recolectar el café, y jalar las vacas y todas estas cosas..." (Una patria de propietarios y no de proletarios)
- "Gregorio se tiró al suelo y empezó a jalar los bueyes pa lao del paredón" (Cantos de elote tierno, María Mayela Padilla)
- "Cuando ya acabó de hacer la leña, que ya se iba a ir pa su casa, empezaron a jalar los bueyes y las guarniciones empezaron a dar de sí" (Cuentos españoles de Colorado y Nuevo Méjico)
En resumidas cuentas estamos ante otra forma romance, llena de matices, de expresar la capacidad humana del habla: el castellano cuando habla, fabula (fabulare > hablar), en cambio los gallegos, portugueses y asturianos, cuando falan, acarician como Céfiro, impulsan con su aliento, hacen sonar sus instrumentos de viento - órganos de fonación (afflare > (a)falar).
A Faladora (Affladora) podría acomodarse al sentido de afflare, "soplar". El topónimo vendría motivado por ser un lugar ventoso. También se acomodarían a la base afflare, "hablar", otras dos propuestas existentes: la que relaciona su nombre con la capacidad de sus crestones de pizarra de devolver la voz en forma de eco (faladora), y la que relaciona el topónimo con el antiguo camino que discurría por su dorsal, por el cual los arrieros afalarían sus recuas.
Eólicos en A Faladora (As Pontes de García Rodríguez).
Otro orónimo próximo que podría hacer referencia a las condiciones climatológicas de esa parte del cordal es A Coriscada, de corisco, "golpe de agua fria con viento" (Marcial Valladares).
3 comentarios:
A entrada anterior xa era especulativa, pero esta éche fantasiosa mesmo... E a referencia aos Volksgeister faladores ou afagadores... en fin...
Volksgeister!!! nunca tal escoitara, aínda estou aqueloutrada, e por enriba, que argumentos! que flatos máis ben afflatos!
ad-fab(u)lari: 'hablar a/ con': a-falar : Virgilio, Bucólica o Écloga Primera hace ver cómo el pastor habla a sus cabritas: "Ite meae, felix quondam pecus, ite, capellae": "Ide, ide, meas cabuxas, ganado un día feliz" (La Faladoira como camino de arrieros parecería opción)
En cambio afflare> *affalacare: afalagar/ afagar (ap. Falagán) compite ventajosamente con el "palomo ladrón" arábigo que reconoce el drae
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