El fenómeno fónico más llamativo de las lenguas célticas es la aspiración de ciertas consonantes, en virtud de la cual los sonidos se transforman en otros con los que guardan cierta relación fonológica. Según Patrick Weston Joyce (Irish Names of Places, v. I, pg. 19) en la escritura irlandesa la aspiración se indica colocando un punto sobre la letra original o una h tras ella; mediante este recurso las letras / sonidos originales se conservan en la escritura aunque su pronunciación esté completamente alterada; por el contrario, en la versión inglesa de los topónimos irlandeses estos nuevos sonidos aspirados son expresados en la escritura sin respetar la conservadora norma precitada, utilizando directamente las letras que representan los nuevos sonidos surgidos tras la aspiración.
Uno de los sonidos que presenta aspiración es la nasal bilabial [m] que pasa a pronuciarse [w]. En la escritura irlandesa la nueva pronunciación se indicaría colocando una h a continuación del sonido etimológico (mh), y según la norma inglesa se usaría directamente la letra que representa el nuevo sonido (w).
Teniendo presente esta prevención, que la m > w, podríamos empezar con Kirknewton (Escocia) restituyendo un etimológico nemeton, "recinto sagrado", cuya aspiración (nemheton) acaba por grafiarse a la inglesa (newton), convirtiendo casi en tarea imposible averiguar si la toponimia del tipo Newton está motivada por el establecimiento de nuevas granjas o por la presencia de sacellos o recintos sacros celtas; a no ser en casos puntuales, como este de Kirknewton, donde la lectura "círculo del nemeton" o "templo del nemeton" viene como anillo al dedo (véase Iglesias y círculos de piedra para la etimología de kirk) habida cuenta de la existencia de los círculos de piedra de Hethpool en Kirknewton, y del antiguo topónimo Medionemeton en la zona del muro de Antonino, próxima a Kirknewton.
Resulta interesante constatar que la teima de considerar de origen celta estos recintos sacros, sacellos o nemetos, ya proliferaba entre los antiguos romanos.
Asimismo, es incluso posible que la toponimia galesa que contiene el término newydd, "nuevo", sea, por lo menos en algún caso, un ejemplo de confluencia entre newydd y la escritura fonética, a la inglesa, de un antiguo nemed con aspiración (v. Johan Kaspar Zeuss: Grammatica Celtica, donde recoge la forma escocesa nemed = sacellum y galesa nwf = sacer). Quizá la presencia de dólmenes, considerados templos o recintos sagrados en la antigüedad, haya motivado los topónimos galeses Plas Newydd y Tynewydd (Annals and Antiquities of the Counties and County Families of Wales, Thomas Nicholas). En A history of the Island of Mona or Anglesey Angharad Llwyd nos informa de que "on a farm called Ty Newydd is a cromlech". ¿Coincidencia?
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