Junto al camino real de la Serra do Bocelo, que discurre atrincherado en esta parte, cortando parte de los túmulos, se han señalado en esta fotografía la mámoa próxima a la Pena da Moura, el famoso Forno dos Mouros y frente a él un enorme bolo granítico.
Muchos monumentos megalíticos se sitúan en relación con ciertos elementos naturales que en el pasado habrían poseído un significado simbólico especial. Es muy posible que la elección del emplazamiento de los mismos, junto a monumentos naturales, se deba a que los constructores de megalitos heredaron el simbolismo, las tradiciones y el folklore asociados a estos lugares (Criado Boado y Vaquero Lastres: Monumentos, nudos en el pañuelo..., Espacio, Tiempo y Forma, 1993). De ello se desprende que hubo continuidad y tansmisión entre las poblaciones epipaleolíticas y neolíticas.
Es el caso evidente del Forno dos Mouros de Moruxosa, en Toques, opuesto a un enorme y peculiar bolo granítico. Entre ambos, la posterior trinchera del camino real, que corta e invade parte de la masa tumular del Forno.
Lo sorprendente es que el folklore de origen paleolítico pueda haber llegado hasta nuestros días. Leandro Carré Alvarellos en Las leyendas tradicionales gallegas sitúa aquí precisamente la de "La viga de oro y la viga de alquitrán", en la cual la búsqueda del tesoro de los mouros transcurre entre el Forno y la Pena da Moura. "Pues cuando la gente habla es que algo hay", decía el ciego que de joven había intentado encontrarlo.
Monumento natural de Pena da Moura. Se trata de un enorme peñasco vertical precedido de un bolo granítico sobre el cual apoya una lancha. Según mi amiga Susana este tipo de estructuras naturales podían haber inspirado las de los dólmenes. Aquí, en un subterráneo, transcurre el desenlace de "La viga de oro y la viga de alquitrán".
"[...] de Thomateo [actual rego de Timateo], sigue al Camino Real que pasa de la villa de Arzúa a Lugo [Camiño Real do Bocelo], y esquina de la Cerradura de María Morena, vecina de Paradela, deslindándose hasta aquí de la Feligresía de San Pedro da Porta, de aquí vuelve hacia L. al Marco da Moura, de esta a la Mámoa del Abrigadoiro, confrontando con la Feligresía de San Paio de Paradela, y vuelve al N. a la Mámoa do Couso do Catarrán [...]".
El campo de túmulos megalíticos que recorre el cordal ha dejado su huella toponímica en la advocación del santuario de Santo Antoíño de Toques, derivada del sustantivo anta, "dolmen".
No se trata de una hipótesis novedosa, sino refrendada por la evidencia. En Valencia de Alcántara nos encontramos con el dolmen de San Antón. Por su parte, la Grande Enciclopédia Portuguesa y Brasileira sugiere que el topónimo portugués Antoínha guarda relación con anta, "edificação dolménica", por lo que sería una variante del diminutivo antinha. Y podemos considerar sin lugar a dudas que el topónimo Antões es un derivado de anta, pues existen megalitos en la Herdade dos Antões (Pavia). V. "As antas de Portugal: nomes populares", de Luís Chaves, imprescindible estudio en el que se apunta también el posible nombre común touca para estas construcciones. Se da el caso de que Toques se documenta por primera vez bajo las formas Tochas (1174) y Toqua (1199); formas latinizadas que quizá aludan a la figura de touca o capelo de las edificaciones megalíticas.
Lo mismo ocurre en la toponimia alpina, Tono, hipocorístico de Antoine, aparece como Togne o Tougne en el Valais central para designar cairns o menhires, mostrando su relación etimológica con anta: "les montagnards emploient ce nom propre déformé (Togne, Tougne, Tognet) comme un nom commun et s'en servent pour désigner ce que les alpinistes appellent un caim, un steinmann, un homme de pierre. C'est la signification qu'il faut donner, semble-t-il, à quelques noms de lieux valaisans qui s'appliquent à des sommets ou à des portions de hauts pâturages. Exemple: Le Tonio de Merdesson, sur Sierre; La Tougne (A. S.), mieux Le Tougne, Hérémence; Le Tonet, Le Tounet (Lirec et Cottier, Anniviers *)" (Jules Guex, La montagne et ses noms. Études de toponymie alpine, 1946, pg. 169).
Lo mismo ocurre en la toponimia alpina, Tono, hipocorístico de Antoine, aparece como Togne o Tougne en el Valais central para designar cairns o menhires, mostrando su relación etimológica con anta: "les montagnards emploient ce nom propre déformé (Togne, Tougne, Tognet) comme un nom commun et s'en servent pour désigner ce que les alpinistes appellent un caim, un steinmann, un homme de pierre. C'est la signification qu'il faut donner, semble-t-il, à quelques noms de lieux valaisans qui s'appliquent à des sommets ou à des portions de hauts pâturages. Exemple: Le Tonio de Merdesson, sur Sierre; La Tougne (A. S.), mieux Le Tougne, Hérémence; Le Tonet, Le Tounet (Lirec et Cottier, Anniviers *)" (Jules Guex, La montagne et ses noms. Études de toponymie alpine, 1946, pg. 169).
NOTA do 23/2/25:
No Catastro de Ensenada (parroquia de Codesoso) o nome do dolmen do Forno dos Mouros ven como "Mámoa do Abrigadoiro", por terse utilizado como refuxio. Tanto o dolmen como a Pena da Moura ("Marco da Moura" no Catastro de Ensenada) foron moimentos que ó destacar na paisaxe foron empregados como fitos de demarcación territorial.
"[...] de Thomateo [actual rego de Timateo], sigue al Camino Real que pasa de la villa de Arzúa a Lugo [Camiño Real do Bocelo], y esquina de la Cerradura de María Morena, vecina de Paradela, deslindándose hasta aquí de la Feligresía de San Pedro da Porta, de aquí vuelve hacia L. al Marco da Moura, de esta a la Mámoa del Abrigadoiro, confrontando con la Feligresía de San Paio de Paradela, y vuelve al N. a la Mámoa do Couso do Catarrán [...]".