Respecto al topónimo portugués Panóias, Erwin Koller dice que "não parece absolutamente absurdo incluir neste contexto [colonización sueva de Gallaecia] as várias povoações chamadas Panóias (uma das quais na diocese de Braga), nome de difícil interpretação mas seguramente baseado en Pannonias. Segundo Piel "seria tentador de ver nestes topónimos uma lembrança da pátria panónica dos suevos"" (Schwaben).
Se sabe con certeza que San Martín, el Dumiense, era de Pannoniae, donde existía un santuario al aire libre en un monte sacro que frecuentaban los adoradores de ídolos, costumbre pagana que más tarde procuraría corregir en su De Correctione Rusticorum. En su infancia el santo también acudía a ese monte suplicando gracia, suponemos que antes de su conversión. Debemos preguntarnos, pues, qué monte era ese ("ab idolorum cultoribus monti huic inditum fuisse. Etenim puerilem aetatem agebat S. Martinus, dum teste Chartuicio montem hunc precandi gratia frequentabat", Monasteriologiae Regni Hungariae, Damiani Fuxhoffer).
Martino seruata nouo, Gallicia, plaude:
Sortis apostolicae uir tuus iste fuit.
[...]
Pannoniae, ut perhibent, ueniens e parte Quiritis
Est magis effectus Gallisueba salus.
(Venancio Fortunato, Carmina, libro 5,2)
Como sospechaba Koller, el topónimo Panóias portugués, y más concretamente el del lugar que ocupa el famoso santuario prerromano de Panóias en Vila Real, efectivamente figura como Pannonias en varios documentos medievales, de los que extraigo el siguiente ejemplo en el que se se refiere la existencia de una iglesia dedicada al propio San Martín en Panóias:
"de ecclesia vocabulo Sancti Martini hic in Pannonias inter Palacios et Anta" (año 1086, CODOLGA: Liber Fidei Sanctae Bracarensis Ecclesiae) - probablemente el lugar de São Martinho de Anta.
Podemos plantearnos razonablemente si la patria del Dumiense no sería la Panóias galaica en lugar de la Panonia húngara. Primeramente por la razón aducida por Koller de que los topónimos portugueses Panóias, limitados a la Gallaecia, seguramente sean de origen suevo, un recuerdo de la patria panónica de los colonos; y en segundo lugar, por la existencia en Panóias (Vila Real) de ese importantísimo santuario prerromano, pagano, que menciona la biografía de San Martín situándolo muy próximo al lugar de su nacimiento, y que probablemente funcionó como revulsivo espiritual para que el santo, tras su peregrinación por Oriente, regresase a su patria para efectuar la conversión de los suevos galaicos o galisuevos al cristianismo.
Santuario de las Fragas de Panóias (Vila Real) con los tanques y las escaleras talladas en la roca.
(C) Dolores González de la Peña
(C) Dolores González de la Peña
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