Decía Estrabón que los lusitanos tenían la antiquísima costumbre de examinar el vientre de los hombres, principalmente de sus enemigos, y extraer presagios de la inspección de los intestinos. También, "son dados a los sacrificios, y examinan las entrañas sin separarlas del cuerpo; se fijan además en las venas del costado, y adivinan palpando"; o "los lusitanos hacían sacrificios y examinaban las vísceras dentro del cuerpo, las venas y el pecho, palpando". Existen multitud de traducciones de Estrabón III 3, 6-7 y todas hacen referencia al palpamiento adivinatorio de las entrañas, que no se extraían.
Dos mil años después, en zonas aisladas de Galicia, en el límite con León, Taboada Chivite registra todavía el palpamiento, apalpadoiro o examen del vientre durante la última noche del año con el fin de adivinar el futuro; un residuo o versión atenuada de la hieroscopia lusitana que conocemos por Estrabón, en la que los sacerdotes o palpadores oficiaban sagis velantes (cubiertos por el sagum).
Dos mil años después, en zonas aisladas de Galicia, en el límite con León, Taboada Chivite registra todavía el palpamiento, apalpadoiro o examen del vientre durante la última noche del año con el fin de adivinar el futuro; un residuo o versión atenuada de la hieroscopia lusitana que conocemos por Estrabón, en la que los sacerdotes o palpadores oficiaban sagis velantes (cubiertos por el sagum).
Telesforo, el proto-Apalpador o arúspice de Astorga oficiando cubierto con el sayo (Museo de León).
2 comentarios:
Que interessante esta achega!
Parabéns!
Certo é, unha achega moi suxerente...a pequena imaxe do auríspice, que eu non coñecía, lembroume a pía ritual de San Andrés de Teixido que foi atopada por Rafael Usero no cemiterio da localidade e que na hora o cura usaia de recipientario de estampas e demáis na parte dereita do altar, nunhas condiciós lamentabeis.
Canto o feito de "tocar e adiviñar" había unha tradición na miña infancia cedeiresa na que os adultos nos daban un lixeiro coscorronciño, ou simplemente pasaba os cotenos pola cabeza, e adiviñaban o que comeramos. Era unha especie de xogo ou coña, cando non se pasaban e daban un pouco forte de máis.
Gosto deste bló, co teu permiso puxen un vencello ao meu.
A mandare.
Publicar un comentario