Hay bastante seguridad a cerca de que los topónimos Espenuca (Coirós), Espenica (Ordes), Espélugues (Lourdes, Francia), Lespugue (Francia) o Espluga (varios en Cataluña) provienen del latín spelunca, "gruta, sima, caverna, antro, cripta". La orografía de estos lugares, su enorme fuerza telúrica, ha determinado que el ser humano experimentase en ellos el miedo al abismo, al mundo inferior o infernal. Por esta razón con frecuencia se encuentran antiquísimos santuarios en las speluncae: es el caso de Santa Aia o Santa Baia da Espenuca en Coirós, y el del santuario magdaleniense de Espélugues, que forma parte del mismo sistema de cuevas que alberga la de Massabielle (Lourdes), donde la fée Aquero, la Señora, se le apareció e Bernardette Soubirous.
Reverso de la doble Venus paleolítica de Lespuge.
Spelunca en latín es sinónimo de specum, cuyo diminituvo speculum o speculam aparece en el famoso texto de Orosio que sitúa una de estas speculae o speluncae en
Brigantia; aunque los críticos y el propio Orosio se empeñen en confundirla con el término homónimo speculum, "espejo". La ubicación de Brigantia, la altísima, hasta hace no mucho
se establecía en la zona de Betanzos, a un paso de la eminencia de A
Espenuca, donde Bregond pudo haber visto Irlanda desde su asiento de
piedra.
"Ecclesiam uocabulo Sancte Eolalie qui est iuxta farum Precantium [...] et nuncupant eam Carolio et alia ecclesie Sancte Marine" (año 966, Tumbo de Sobrado). Me permito hacer una pequeña corrección a la lectura de farum, proponiendo en su lugar fanum, "templo", aunque ahora mismo dé un poco igual qué era lo que había en A Espenuca: Flavium Brigantium, Farum Brigantium o Fanum Precantium. Sin mucha duda parece que este documento escrito tras la invasión y derrota de los normandos por Ramiro podría estar haciendo referencia a la iglesia de Santa Baia de A Espenuca, en Coirós, y a la vecina iglesia de Santa Mariña de Lesa, lo que cuadraría con la famosa inscripción de A Espenuca, que se ha puesto en relación, precisamente, con una primera invasión normanda. Respecto a la equivalencia Carolio = Coirós: la etimología de Coirós no está muy clara, pero el nombre es compatible con la latinización Carolio, Corioli, como aparece en el testimonio "per collem Corioli et per bibitorium de Aranga", o Curiolos.
La existencia de un castro, castellum o fortaleza en A Espenuca se documenta por primera vez en el siglo IX:
"sca. Eulalia in castellum ad Asperunti" (año 830) - la lectura correcta ha de ser Asperunci, que se deduce de este otro caso: "Pelagius monacus de Asperunca" (año 1202).
En A Espenuca de Coirós se ha buscado en vano la sima que le habría dado nombre, aunque existen un par de candidatos más que aceptables: el Pozo da Moura, formado por el río Mandeo en la falda del monte, y la Pedra da Señora, en su cumbre, una piedra hueca con taffoni o alveolos, semejante a la Pedra Cavada de Gondomar o a la que conforma el santuario rupestre de Los Barruecos en Malpartida de Cáceres.
"Ecclesiam uocabulo Sancte Eolalie qui est iuxta farum Precantium [...] et nuncupant eam Carolio et alia ecclesie Sancte Marine" (año 966, Tumbo de Sobrado). Me permito hacer una pequeña corrección a la lectura de farum, proponiendo en su lugar fanum, "templo", aunque ahora mismo dé un poco igual qué era lo que había en A Espenuca: Flavium Brigantium, Farum Brigantium o Fanum Precantium. Sin mucha duda parece que este documento escrito tras la invasión y derrota de los normandos por Ramiro podría estar haciendo referencia a la iglesia de Santa Baia de A Espenuca, en Coirós, y a la vecina iglesia de Santa Mariña de Lesa, lo que cuadraría con la famosa inscripción de A Espenuca, que se ha puesto en relación, precisamente, con una primera invasión normanda. Respecto a la equivalencia Carolio = Coirós: la etimología de Coirós no está muy clara, pero el nombre es compatible con la latinización Carolio, Corioli, como aparece en el testimonio "per collem Corioli et per bibitorium de Aranga", o Curiolos.
La existencia de un castro, castellum o fortaleza en A Espenuca se documenta por primera vez en el siglo IX:
"sca. Eulalia in castellum ad Asperunti" (año 830) - la lectura correcta ha de ser Asperunci, que se deduce de este otro caso: "Pelagius monacus de Asperunca" (año 1202).
En A Espenuca de Coirós se ha buscado en vano la sima que le habría dado nombre, aunque existen un par de candidatos más que aceptables: el Pozo da Moura, formado por el río Mandeo en la falda del monte, y la Pedra da Señora, en su cumbre, una piedra hueca con taffoni o alveolos, semejante a la Pedra Cavada de Gondomar o a la que conforma el santuario rupestre de Los Barruecos en Malpartida de Cáceres.
De la Pena da Señora, la misma Señora que vio Bernardette en Lourdes, en el estudio de Veiga Ferreira y Sobrino Ceballos, "Espenuca. Inscricións, edificios e lugares máxicos" (Anuario Brigantino 2012), se recogen dos testimonios de Vales Vilamarín a cerca de esta presencia:
- "Según Hilario García López (12 sep. 1939), en la Pena da Señora había allí un encanto y que una señora aparecía muchas veces bailando debajo de la peña".
- "Un paisano contaba hace años a don José Castrillón (tiene este señor actualmente unos 78 años) que pasando el padre de aquel por ante dicha piedra, vió a la señora sobre ella y oyó que le decía:-Ven aquí, que che hei de dar unha cousa moi bonita".
Del Pozo da Moura se cuenta la siguiente leyenda en Vilamourel, recogida por Veiga y Sobrino: "antigamente dicíase que se caías neste remuíño do río Mandeo afogabas por moito que souberas nadar. Un señor da casa do Pazo ía co seu sobriño para a feira do Vinte e debía cruzar o río para chegar ata alí; antigamente había moita riada e o home caeu ó río. Por moito que o buscaron non houbo maneira algunha de atopalo. Un home díxolles que debían buscalo pola noite, que verían descender unha luz da parte de Espenuca e que esta mesma luz os ía guiar ata atopar ó seu familiar. Así o fixeron e, cando estaban chegando á veira do río, xa viron a luz descender de Espenuca". Iker Jiménez ha considerado a estas luces misteriosas de A Espenuca un caso más de avistamientos OVNI (véase la fotografía de los OVNIS de A Espenuca en su libro Encuentros: La Historia de los avistamientos O.V.N.I. en España).