- "usque in Fonte calada" (año 1039, documentos de la Catedral de Astorga)
- "cartulam de pomare de Fonte Calada cum suo terreno" (año 1047, Cartulario da Sé de Coimbra)
- "de ecclesia Sancti Martini de Fonte Caada" (año 1209, Tumbo de Toxos Outos) = actual Fontecada
- "et inde ad fontem in Caada, et inde ad capud de monte Agudel" (año 1227, Tumbos de Sobrado)
- "per caput de monte Rotundo et inde a Fonte Incayada" (año 1230, Tumbos de Sobrado)
Moralejo Laso en su Toponimia Gallega y Leonesa (Pico Sacro, 1977, pg. 102 y pg. 130-131), se inclinaba a pensar que el nombre de las fuentes Fontecada (Santa Comba), Foncalada (Oviedo) y Honcalada (Valladolid) derivaba probablemente de cal (< latín calx), en alusión a que las mismas estaban caleadas. Desmontaba así la hipótesis de Piel, que prefería el étimo canalata, "encañada", que serviría para explicar los casos galaico-portugueses (con pérdida de -n- y -l- intervocálicas), pero no el asturiano Foncalada. Para el caso gallego de Fontecada refiere en nota, asimismo, que el secretario municipal le dijo "que no se recuerda fuente caleada o blanqueada alguna [...] pero que existe en la cima del lugar una fuente muy quieta o queda, hoy llamada Pozo de Arriba, con agua todo el año".
El étimo más verosímil en mi opinión es el adjetivo calata, derivado del verbo *calare, relacionado con el latín cala, "pocillo, vaso = kalathos", y calarius, "fabricante de calas" (Glosario de Du Cange). El referente u objeto aludido sería, en esta hipótesis, la pía a modo de recipiente o vaso que recoge el agua del manantial. Fernando Cabeza Quiles (Toponimia de Galicia, sub A Fonte de Sanabarrigas) propone para Fontataza (Guitiriz) que "talvez conteña -é só unha posibilidade- o castelanismo taza no canto da palabra pía, en canto a recipiente cóncavo de pedra".
Fuente de Foncalada en Oviedo, utilizada como lavadero público hasta principios del siglo XX. Del blog de Juan Crespo, Lavaderos Públicos. Fotografía por cortesía de Laura Bécares.
Parece ser que la construcción de la fuente ovetense se atribuye al reinado de Alfonso II (siglo IX), aunque siguiendo modelos constructivos romanos. Según la propuesta etimológica que acabamos de exponer, la construcción, o por lo menos la existencia de una fuente anterior, dataría de época romana precisamente por la designación calata > calada, "con pila o pocillo". El término cala es propio de la época de romanización de la península, y rápidamente cayó en desuso, sin dejar más vestigios en el léxico y la toponimia que estos nombres fosilizados de antiguas fuentes.
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