domingo, 30 de septiembre de 2018

El mañego taita ("padre") y la inscripción a DEO TETAECO de Villamiel

Martín Galindo rescata el origen prerromano de la expresión mañega taita, "padre" ("Taita, una joya lingüística de mañegos y lagarteros", Sierra de Gata Digital, 2016). Por otra parte, Olivares Pedreño y Ramajo Correa analizan el significado de la inscripción de Villamiel dedicada a un DEO TETAECO remitiéndonos también al significado de padre que tiene esta base en diversas lenguas indoeuropeas: "ai. tatá (padre); gr. tétta (padre); alb. tatë (padre); lat. tata (padre en la jerga infantil); cymr. tad (padre); corn. tat (padre); lett. tēta; lit. tētis, tētïs (padre), tetà (tía); checo táta (papa), dĕda (abuelo); sans. tāta (papá), tātya (paternal); esl. dĕda, dĕd (abuelo); rus. táta (tío); fris. tatte (padre)" ("Un altar votivo procedente de Cilleros dedicados a los dioses lusitanos Arentia y Arentius, y precisiones sobre otra inscripción votiva de Villamiel (Cáceres)", Veleia, 2015).

En ninguno de los dos artículos se menciona la relación directa existente entre el apelativo actual y la inscripción de Villamiel, casi dos milenios anterior, que serviría para demostrar efectivamente la pervivencia de léxico lusitano (lengua prerromana) en las falas de Xálima. El Deus Teta de la inscripción hará referencia al Dios Padre, bien sea éste Júpiter o quizá alguna divinidad especial del panteón lusitano.

En la actualidad habría que permitir la homilía en fala, dirigiéndose al Deus Taita, de esta forma se excusaría al anciano párroco de los Tres Lugares de pensar continuamente la traducción de la misma al castellano y se fomentaría el uso de la lengua fuera del ámbito familiar, dotándola de prestigio: estando en Valverde del Fresno se me ocurrió entrar en la iglesia justo en medio de una misa en la que el cura hacía verdaderos esfuerzos para corregirse y no decir, por ejemplo, apóstolos. Resulta fundamental que la Iglesia fomente el uso de las lenguas minoritarias, que ya sabemos que siempre están ausentes de los sempiternos ámbitos de prestigio, escolar, académico, político, pero también del religioso. Y ahora que se ha traducido el Nuevo Testamento al mañego sería la ocasión perfecta.


El Taita Eterno del Divino Morales en la iglesia de San Martín de Trevejo.

martes, 25 de septiembre de 2018

El Santo dos Croques de Valverde del Fresno: un culto litolátrico de origen lusitano en Xálima

Bolo granítico en medio del pueblo de As Ellas. Me lo mostró la vecina que sale en la fotografía que, junto a su marido, tuvo la amabilidad de enseñarme el pueblo y contarme una curiosa historia. Les quedo muy agradecida. (C) Dolores González de la Peña, 2018.

En As Ellas se cuenta que la enorme piedra de la fotografía bajó rodando la montaña hasta detenerse en medio del pueblo, atrapando a una familia que quedó bajo ella. La leyenda puede encuadrarse dentro del folklore legendario relativo a las piedras, tan corriente en el mundo celto-atlántico. En el reducto de Xálima sin lugar a dudas pervivirán cientos de historias como ésta o pertenecientes al foklore de los mouros (1), sin embargo no han sido recopiladas todavía de forma monográfica; rescato otra del libro Relatus cortus en fala (Adisgata):

"Volvendu a u 1614, ten lugal a historia. A genti seia da misa du Espiritu Santu i de volta a u lugal daban tres cabezazus a unha pedra chamá “U Barrocu Campanina”, con a intención de que u Espíritu Santu les concederá tres deséus, pedra que inda hoixi existi" (fragmento de la historia contada por Alfredo Guerrero, de Valverde del Fresno, a su nieto Raúl Guerrero Payo).

Barrocu Campanina. (C) Casa rural Los Montejos - Ruta de senderismo "A Lapa".

La tradición de darse croques contra una piedra en la ermita del Espíritu Santo, entre Valverde y As Ellas, para que se conceda algún deseo podría parecer a primera vista de origen gallego, pues inmediatamente pensamos en el Santo dos Croques de la Catedral de Santiago (la costumbre actualmente no está permitida para preservar la integridad de la escultura que se cree representa al Maestro Mateo y forma parte del Pórtico de la Gloria). No obstante, el primer texto referente a este culto litolátrico aparece en la inscripción de Lamas de Moledo (Castro Daire - Portugal) en antigua lengua lusitana, dentro del área de la Lusitania prerromana en la que se sitúa el reducto de Xálima. Para lo que nos interesa selecciono la parte de la inscripción que trata de la actividad de golpearse contra una piedra o de golpear una piedra: "[...] CROVCEAI [...] PETRANIOI".

CROVCEAI podría ser forma verbal en imperativo, conservada en las falas de Xálima como "estai - estei" (2ª p. pl. presente de imperativo), y PETRANIOI es un claro derivado de PETRA, "piedra". Asimismo, en el fragmento seleccionado destacan otros dos hechos fonéticos propios del lusitano, de las hablas galaico-portuguesas, y las falas de Xálima, la preferencia por los diptongos decrecientes (OU y AI).

No resulta improbable una traducción como "golpeaos / golpead [...] contra la piedra". Se trata de un documento de carácter sacro en el que se describe algún tipo de sacrificio animal a la divinidad, resultando compatible con la propuesta que estamos formulando de que, al mismo tiempo, se ejecutase el ritual de darse croques en la piedra.


La autora junto al pedrón (posible Santo dos Croques) de Lamas de Moledo (Castro Daire) en 2006.

Para Hübner la inscripción de Lamas de Moledo estaba escrita en una lengua ignota propia de esta región, la Lusitania (“lingua eius regionis propria scripta quam ignoramus”, CIL II, 416) y en CIL II, 738 se tenía como testimonio bárbaro y extraordinariamente corrupto escrito en latín (“portentose corrupta an barbara habenda sint Latinis litteris scripta”). Resulta bastante aclaratorio observar cómo Madoz definía el dialecto de San Martín de Trevejo, de forma muy parecida a la opinión que Hübner tenía de las inscripciones en lusitano: "sus habitantes usan un dialecto ininteligilble, formado por palabras castellanas y portuguesas, todas adulteradas".

Con posterioridad fueron apareciendo más documentos epigráficos que confirmaron la existencia de la paleolengua de carácter indoeuropeo denominada lusitano, cuya dispersión geográfica tuvo precisamente su centro muy cerca de Xálima. Resultaría muy extraño que las falas de Xálima, en el corazón de la Lusitania, no tuviesen nada que ver con la antigua lengua lusitana, con esa aparentemente extraña, corrupta y bárbara lengua. 


Dispersión de las inscripciones en lengua lusitana.


(1) Burguet Fuentes en "Salvaleón: ciudadela fantasma y enclave legendario", 2000, menciona una leyenda "de una princesa encantada en una gran culebra bastarda, adornada de grandiosa melena, que cuidaba grandes tesoros" (cito por el libro de Xosé-Henrique Costas González, O valego, Xerais, 2013, pg. 84). La leyenda claramente se encuadra en el folklore de los mouros, o mejor, de las mouras encantadas en forma de serpiente.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Toponimia mayor y gentilicios de Xálima

Trevejo / Trebellu


Don Ramón Menéndez Pidal llegó medio siglo tarde a Xálima; tras hospedarse en el pazo Ojesto de San Martín en 1910 no fue hasta 50 años después, con 91 años y ya sin necesidad de atenerse a precauciones ideológicas de ningún tipo, que se ocupó brevemente de exponer la cuestión filológica de la filiación de las Falas de os Tres Lugaris y de arrojar alguna luz sobre el origen de los principales nombres de lugar del territorio:

"Trevejo, cuya etimología evidente Trebellius, conocido nombre romano, excluye su invención en el siglo XII. En conclusión, el que en este tan pequeño territorio de Jálama los dos principales centros de población lleven tales nombres, Eljas-Trevejo, nos prueba la existencia allí de gentes enraizadas en el terreno desde tiempos célticos" (Enciclopedia lingüística hispánica, V. I, CSIC, 1960, pg. 52).

La etimología del topónimo Trevejo o Trebellu no resulta tan evidente como le parecía a Pidal, aunque su hipótesis del nombre propio de origen romano sea la más aceptada por el peso debido a la autoridad del maestro. Antonio M. Castaño Fernández completa el análisis del topónimo Trevejo añadiendo la de Pedro Machado, relativa al Trebelho de Vila-Real (Portugal) y al Trebello de Pontevedra; para este último autor el nombre de lugar provendría del sustantivo trebelho, "trebejo, utensilio, pieza del ajedrez" (Los nombres de Extremadura. Estudios de toponimia extremeña, 2004).

Xosé-Henrique Costas González no ofrece explicación etimológica alguna pero señala que "é un topónimo que podemos achar en varios lugares de Galicia, pero a forma Trevejo non a achamos por ningures no dominio castelán, polo que poderiamos pensar que ese Trevejo é un topónimo galego castelanizado" (O Valego. As falas de orixe galega do Val do Ellas, 2013, pg. 111). Si bien es cierto que Trevejo no se encuentra en el dominio lingüístico castellano, sí se encuentra Trevijano (Logroño), que sin duda es topónimo derivado de Trevejo > Trevijo, con inflexión e > i por yod.

En resumen, hasta ahora podemos contar con dos opiniones sobre la etimología del topónimo Trevejo, o bien su origen se remonta a un nombre de posesor romano, Trebellius, o bien su nombre hace referencia a utensilios indeterminados, tal vez aperos de labranza, o cualquier otra herramienta, arma, etc.

Me extraña mucho que no se haya formulado todavía la propuesta evidente y que creo más razonable, que vincularía el nombre de lugar Trebellu con el sustantivo prerromano indoeuropeo treba, "tribu, núcleo habitacional de un grupo, castro, etc.", documentado en los compuestos teonímicos Trebarune y Trebopala de una inscripción (1) de Sabugal en antigua lengua lusitana (Cabeço das Fraguas, concello de Sabugal, ubicado a menos de 30 km en línea recta desde Valverde del Fresno), forma etnónimos prerromanos como el de los Arrotrebas galaicos y se documenta como topónimo prerromano lusitano en la forma Tribola (batalla de Tribola en la que participó Viriato), además de aparecer ampliamente diseminado como topónimo antiguo en el dominio territorial de las lenguas itálicas con diversas variantes (Trebia, Trebula). En la documentación gallega medieval tenemos el testimonio del año 1101 en el que se recoge el actual San Xiao do Trebo (Cariño - A Coruña) como Trebula: "in uilla de Carino et alia in sancto Juliano de Trebula, et alias in Cetaria, et in Narraone" (documentos del priorato de Xubia). Puede seguirse un detallado análisis sobre la toponimia del tipo *TREBA, en la obra de Fernando Cabeza Quiles, Toponimia céltica de Galicia, ed. Toxosoutos, 2014, pg. 427-44.


Ribera Trevejana. (C) Planimetrías del IGN.

El sustantivo treba en diminutivo y bajo su forma masculina (indicando variación de tamaño en la alternancia de género) dio nombre en primer lugar al núcleo de Trevejo o mejor Trebellu, seguramenente de origen prerromano, cerca de Villamiel, pasando a determinar después el nombre de la villa de San Martín de Trebellu (anteriormente San Martín dos Viñus). También ha creado el hidrónimo Ribera Trevejana, afluente del río Basádiga. Si seguimos el curso de la ribera hasta su nacimiento podremos comprobar que los arroyos que la forman nacen alrededor del castillo de Trebellu. Nos encontramos por lo tanto ante un topónimo indicativo de un núcleo habitacional de una tribu céltica lusitana mantenido al menos durante dos milenios, "que nos prueba la existencia allí de gentes enraizadas en el terreno desde tiempos célticos" (Pidal).


Cumbre del Xálima desde San Martín. (C) Dolores González de la Peña, 2018.

Respecto al gentilicio mañego circula la idea de que se trata de una aféresis sincopada de *(san)martiniego, pero también cabría considerarlo derivado arcaico del orónimo prerromano Sálama, con pérdida de la -l- intervocálica propia del lusitano, *Saama > Samañego > Mañego. De esta forma, el gentilicio vendría motivado por habitar los vecinos de San Martín la falda del monte Xálima, probando la existencia del doblete patrimonial *Sama - Xálima a partir de la forma prerromana Sálama, de carácter hidronímico.

Eljas / As Ellas / Erges


Topónimo e hidrónimo opaco donde los haya, fue examinado por Menéndez Pidal, que se limitó a compararlo con el Herly francés (proveniente del céltico Herliacum). La forma plural del nombre, ya notada por este autor, obliga a considerar un referente de carácter múltiple de al menos dos elementos. Un étimo posible, que explicaría tanto la evolución portuguesa (Erges) como la lagarteira (Ellas), podría ser el latín illas ecclesias, de donde * As Ellejas > As Ellas, "las iglesias", que sería indicativo de la repoblación del territorio en la Edad Media mediante la implantación de iglesias-fortaleza. En portugués se documentan las variantes ergueja / ergueija / egreija / egreja / irgueija / igreija, algunas con anticipación de la erre del grupo -gr- procedente de -gl-: ecclesias > eglejas > egrejas > erguejas... forma frecuente en la toponimia extremeña y salmantina, como Herguijuela (del diminutivo ecclesiola). También erejas, que perfectamente puede evolucionar a Erges bajo influencia de los plurales femeninos en -es propios del superestrato astur-leonés (Pidal). En este sentido, un documento de la catedral de León del año 953 otorgado por Ordoño III menciona unas "ecclesias in alhauce de Salamantica, quantas edificaberunt ibidem populatores patris mei qui fuerunt de Legione", edificadas en el s. X por los repobladores de Ramiro II procedentes de León. Este alfoz llegaba posiblemente hasta el enclave de Trevejo.


Mapa con el enclave de repoblación de Trevejo (Trevejo, Cilleros, Villamiel y San Martín) según el Diccionario Geográfico de Tomás López, León y Palencia.

El gentilicio lagarteiro de As Ellas evidentemente se interpreta popularmente como relacionado con los lagartos, de ahí la representación reciente del grabado de uno de estos reptiles en la fuente de la Plaza Mayor de As Ellas, pero conviene mejor con la actividad vitivinícola de la comarca, que se refleja en el nombre del río Lagares (Trevejo), en el antiguo nombre de San Martín (dos Viñus), en el propio topónimo de Cilleros o Cileirus (de cella vinaria, "bodega") o en la proliferación de boigas de viñu particulares, la posibilidad de derivar el gentilicio lagarteiro del leonesismo lagareta, "depósito para pisar la uva", de donde saldría lagareteiro, "encargado del oficio de pisar la uva", tal vez por la dedicación a esta actividad como forma principal de ganarse el sustento en el pasado en As Ellas. Se aplica el nombre popular de lagareta también a los numerosos sepulcros antropomorfos excavados en la roca, que se encuentran labrados exentos y sobre todo in situ, trabajados en la roca madre, desde el castillo de Trevejo a As Ellas, pasando por la Dehesa de Villalba (Villamiel) a El Palancar (Valverde del Fresno). 


Fuente de la Plaza Mayor de As Ellas, con el lagarto. (C) Dolores González de la Peña, 2018.

Eljas fue una aldea fortificada de la que aún quedan vestigios de dos torres y una muralla que se denominaba La Cerca y daba nombre a la villa en algunos mapas antiguos.


MapasValverde del Fresno, La Cerca y Salvaleón en el "Mapa y descripzion de la parte que corresponde a la Provinzia de Estremadura" (1751). (C) Biblioteca Virtual de Defensa.

Valverde del Fresno / Valverdi do Fresnu

Salvaleón


Poco se puede añadir al topónimo, completamente transparente en su significado, a no ser que pretendamos remontarlo o emparentarlo con alguna de las formas documentadas para El Bierzo (prerromano Bergidum): "alia uinea in Bericio cum sua cuba de octo metros in sancto Martino" (año 1015, documentación de Astorga). Formas como ésta en caso genitivo (*Vallem Bericii) podrían haber originado nuestro Valverde, mostrando la característica pronunciación como oclusiva dental d de la africada sonora medieval. Según Costas no cabe aducir, como propuso Leite de Vasconcelos, que el topónimo haya sido Valverde do Freixo, pues no hay documentación antigua que apoye esta posibilidad (pg. 109).

Mayor interés filológico encontramos en el topónimo Salvaleón, antigua fortaleza abandonada que según la tradición fue el origen de la población que se desplazó a Valverde en el s. XIV (Antonio Corredera: "Valverdi: ¿Pur qué a chamamus Valverdi du Fresnu?", 2009). En mi opinión el topónimo es con seguridad de origen árabe, probablemente procedente de la frase Yabal al-Uyun = "Monte de las Fuentes"; gran cantidad de topónimos hispanos rematados en -león se deben a una reinterpretación romance de la expresión árabe al-Uyun (p. ej. Gibraleón) como referencias al felino o al antiguo reino de León. En la demarcación territorial del concello de Valverde encontramos justo sobre Salvaleón los topónimos de origen mozárabe Fumadel y Juanel, que nos indican con claridad el habla mozárabe (lengua románica teóricamente extinguida y derivada del latín, muy similar al gallego-portugués) de la población originaria de Salvaleón.

"allase incorporada [a] esta villa el término de la villa y plaza de armas destruida Salvalion y asi mismo el de la aldea o caserios de la Granja cuya santa imagen se alla en esta Sta. Iglesia. La fundacion de ella no hay noticia, solo en la plaza ppca. se alla una fuente de canteria con las armas de Trajano Emperador esculpidas en una lapiz" (Capellán Rodrigo Morillo Velarde, Valverde del Fresno, 1794: Diccionario Geográfico de Tomás López, Extremadura, f. 224). Ignoro dónde estará en la actualidad el relieve con las armas de Trajano, posiblemente integrando alguna colección privada del pueblo.

Villamiel / Vilamel


"De Vilamel / Ni busques nora ni mulhel". El refrán con retranca que aplican los mañegos a sus vecinos nos sirve de pretexto para estudiar el topónimo en sus dos variantes. Que yo sepa Villamiel no es famosa por su miel, como Hoyos lo es por su queso, así que la relación del nombre de lugar con este producto derivado de la apicultura podría ser sólo aparente.

La toponimia gallega del tipo Vilamil suele explicarse a partir del nombre de posesor germano Wiliamiro, lo que tal vez situaría el momento en que se aplicó al lugar esta denominación en la época del reino suevo de Gallaecia, cuya mayor expansión llegó hasta Mérida y la Bética durante el reinado de Requila (s. V). Cabe también la posibilidad de que estemos ante un compuesto híbrido de la palabra latina villa + el orónimo precéltico *MEL, "elevación, montaña, roca", supuesto que encajaría con la situación elevada del pueblo.

Hoyos / Foius


Existen varios lugares que incluiremos en este pequeño estudio por vecindad, aunque se encuentran en la zona geográfica que los habitantes de Xálima denominan Extremadura, a la cual sienten que no pertenecen totalmente, tan fuerte es el hecho diferencial lingüístico y cultural del reducto de Xálima. Una muestra de que se consideran fuera de Extremadura es la conversación sobre los dulces mañegos que sostuve en San Martín, donde me dijeron que allí no se hacían "perrunillas, como en Extremadura" (entonces me pregunté dónde estaba, si aquello no era Extremadura...).

Los pueblos vecinos, como Hoyos o Cilleros, tienen sus nombres propios en castellano y en fala. Se podría considerar la nomenclatura en fala como exotopónimo, es decir, un nombre de lugar otorgado por hablantes de fuera de la comunidad, aunque no estemos totalmente seguros de que no haya sido a la inversa, y que la toponimia en fala de estos lugares haya sido la original traducida posteriormente al castellano.

El nombre de este pueblo proviene del latín fovea, "hoya, depresión en el terreno", de donde el masculino foveum, "hoyo". Como voz toponímica alude con frecuencia a la existencia de fosos para cazar lobos (fogium lupalem), pero también a la existencia de excavaciones de origen minero, como las localizadas por el arqueólogo Antonio González Cordero en el término municipal vecino de Perales del Puerto (comunicación personal, septiembre de 2018).

Cilleros / Cileirus


Derivado del latín cella, "bodega", en probable alusión a depósitos para grano o cellas vinarias. Se trata de un nombre de lugar muy común en Galicia (Celeiro de Mariñaos - Barreiros, Lugo) que Fernando Cabeza Quiles (Toponimia de Galicia, pg. 249) pone en relación con depósitos para grano pertenecientes a antiguos monasterios: "celeiros dos antigos mosteiros onde os aforados debían depositar o foro anual en forma de diferentes colleitas".

Su documentación más antigua es la forma Celleirolo, que aparece en una delimitación territorial del año 1226: "divido sive determino easdem villas a Trevello per serram de Celleirolo, et exinde per montem de Tinnallas per aguas vertentes". El diptongo decreciente ei muestra ya el carácter gallego-portugués del topónimo, sufijado por el diminutivo de origen latino -olo, que hubiese evolucionado a *Celeiró. Por lo que parece, los hablantes optaron por utilizar la forma positiva del topónimo, eliminando la sufijación diminutiva; la forma actual en plural apunta a un incremento, a partir de la Edad Media, de estos depósitos para excedentes de productos agrícolas.  


(1) Convendría realizar un barrido de las montañas alrededor de San Martín, desde As Malladas a las Torres de Fernán Centeno, en busca de las "piedras con letras" que, según uno de mis informantes, abundan en su entorno, pues podrían contener más de una inscripción en lengua lusitana.

La coleta de Viriato y la posible filiación lusitana de las falas de Xálima

Hace dos mil años el historiador griego Estrabón dejó escrito que el peinado masculino de los lusitanos era como el de las mujeres (Geografía, libro III), llevaban por lo tanto una melena larga y suelta, tal vez con algún recogido que para el gusto clásico del autor podría calificarse de femenino. En la traducción al latín de la edición de Casaubon se expresa así: "crines mulierum in modum demittunt, mitris faciem velati pugnant", dando a entender, además, que luchaban con la cara cubierta (1); pero cualquiera se fía de las traducciones, como veremos enseguida.

Hasta ahora no se conocen esculturas de guerreros lusitanos o galaico-lusitanos melenudos que encajen en la descripción de Estrabón; se ha logrado establecer en cambio la funcionalidad de las saunas castreñas, identificando los vestigios arqueológicos de estos edificios con los lugares que usaban los lusitanos, según el historiador griego, para tomar baños de vapor mediante piedras candentes sobre las cuales vertían agua. Resulta difícil llegar a encajar las descripciones etnográficas de la antigüedad con los referentes arqueológicos que han llegado incompletos y fragmentados hasta nuestros días, en el caso de las saunas teníamos los edificios pero nos faltaba una adecuada traducción del texto griego, que se interpretaba erróneamente como que los lusitanos hacían una especie de yogur en vasos de piedra (se ve que el griego no fue nunca plato del gusto de nadie). En el caso del peinado masculino lusitano teníamos el texto, pero nos faltaban estatuas de guerreros greñudos... o eso pensábamos hasta que conocimos la existencia del ídolo de Villalba (colección particular, San Martín de Trevejo), descrito y fotografiado por Martín Galindo: "Las cabezas sueltas de guerreros y la estatua gigante de un ídolo", Sierra de Gata Digital, 2015. Se trata, efectivamente, de una estatua de guerrero encuadrable en la tipología galaico-lusitana y cuya cabeza recuerda a la de Rubiás (Ourense), tiene la particularidad de que el pelo "está representado por geométricas ondas y una especie de coleta recorre las zonas superior y occipital de la testa" (Martín Galindo), el fuste de la estatua menhir también está recorrido por ondas geométricas más propias del arte del megalitismo, que podrían estar representando la continuación de una exagerada melena que cae por la espalda y los costados. Hasta aquí mostramos el encaje perfecto entre la descripción del ídolo de Villalba y el texto estraboniano relativo al peinado masculino de los lusitanos.


Recreación del ídolo de Villalba a partir de las fotografías y descripción de Martín Galindo.
(C) Dolores González de la Peña

Por si fuera poco, nos encontramos ante una pieza muy relevante de altísimo valor etnográfico pues su envés muestra un arcaico peinado con recogido equiparable al moño anudado de los suevos, al chonmage de los guerreros samurais japoneses o al culan de los irlandeses (El peinado del hombre de Clonycavan).

Moño suevo anudado a un lado de la cabeza. (C) Dolores González de la Peña, exposición "In Tempore Suevorum", 2017, Ourense.

Pero supera cualquier expectativa descubrir a continuación que el peinado masculino de los lusitanos descrito por Estrabón hace 2000 años y que puede verse en la cabeza tallada del ídolo de Villalba, aproximadamente de la misma época o algo anterior, resistió los avatares de las modas hasta el siglo XVIII, siendo el peinado tradicional de los mañegos de San Martín de Trevejo, según podemos leer en el "Cuadro de Costumbres" de José López Vidal, publicado en la Revista de Extremadura (Tomo XII Cuaderno V-VI - 1910 mayo 1, pg. 230-234, y Tomo XII Cuaderno CXXXIV - 1910 agosto 1, pg. 356-360):

"O mayor distintivu en tos os vellos i mais mozus era a Coleta que consistía en uma trenci do pelu que le queia encima das costas con o pelu mui largo patras i dos laus i mutilá a cabeza encima da frenti".

En la descripción de López Vidal se incide también en el rasurado de la frente de los mañegos, y aparentemente se representa una tonsura frontal en el ídolo de Villalba. La tonsura era frecuente en el mundo céltico insular (hombre de Clonycavan) y en general entre los guerreros de la antigüedad euroasiática (samurais).

Esta pervivencia tan prolongada en el tiempo resultaría increíble si no estuviese sustentada en tres fuentes (Estrabón, estatua-menhir de Villalba, "Cuadro de Costumbres" de López Vidal); me atrevo a decir que es un caso único de perdurabilidad milenaria sin parangón conocido. Ello me lleva a plantearme la posibilidad de que hayan sobrevivido otras costumbres y tradiciones lusitanas en el reducto de Xálima, como la lengua. ¿Serán las falas de Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo descendientes directas de la lengua prerromana denominada lusitano, que habría sufrido una evolución similar y paralela a la del latín hacia las lenguas romances?

Ahora que está de moda el pensamiento único políticamente correcto de mostrar fastidio y desinterés por la cuestión del origen de las falas de Xálima, que atañe a la lingüística diacrónica o histórica, para mostrar, en cambio, una aparente preocupación institucional por su preservación, que atañe a una ausente política lingüística, parece que la llamada "tercera pola" del tronco galaico-portugués podría dejar de serlo para convertirse en matriz, pasando el gallego a ser lusitano exterior.

(1) Se conserva en la misma colección privada de San Martín de Trevejo una cabeza esculpida en piedra cubierta la parte superior por un casquete tipo Leiro, fotografiada y descrita por Martín Galindo en "Las cabezas sueltas de guerreros y la estatua gigante de un ídolo", Sierra de Gata Digital, 2015. Tal vez sea el referente de la cita estraboniana sobre la mitra con la que se cubrían los lusitanos en la lucha. 

jueves, 6 de septiembre de 2018

Sortelha y las sortes suevorum


La nueva revista Somos Sierra de Gata tiene una sección dedicada a la Fala dos Tres Lugaris, que admite escritos en fala o investigaciones sobre la fala redactadas en cualquier lengua; otra de las secciones contiene artículos sobre los municipios vecinos, con breve información etimológica sobre el origen de los topónimos. En el número 1, de 2018, se analiza Sortelha (Sabugal) cuyo nombre se pone en relación con el castellano sortija por la forma anillada o circular de sus murallas. En mi opinión el étimo es el latín sorticula, "suerte", pero no en el sentido que evoluciona finalmente hacia sortija (anillo) por utilizarse estos objetos para echar la suerte o adivinar el destino, según se cree. Sorte en latín altomedieval designaba el lote de terreno que correspondía en un reparto de territorio (1), por lo que Sortelha podría ser vestigio de uno de estos repartos, quizá uno de los famosos lotes que les correspondieron a los suevos, dado que la frontera suroeste del reino suevo de Gallaecia caía precisamente por esta zona hasta Sierra de Gata, y fue este sistema de lotes o suertes el que utilizaron los germanos para establecerse en el territorio.

De regreso tras mi visita a la Sierra de Gata, he consultado la Toponímia Portuguesa, de Almeida Fernandes, donde critica la opinión de Pedro Machado ("tal vez do lat. sorticula [...] de sortelha, sortilha "anel", por causa do feitio do castelo"), inclinándose por la misma etimología que propuse, la "solução sorticula, uma sors da divisão tercenária gôtica da propriedade romana", salvando la no minúscula discrepancia de atribuir a los godos, y no a los suevos, el reparto territorial.

(1) "El término sors y relacionados en el Liber Iudicum. De nuevo el problema de la división de las tierras", L.A.G. Moreno, 1983: "documentación legal y diplomática merovingia así como itálica de la misma época señalan indubitablemente que el significado más usual del término sors -junto a otros más restringidos como reino o región [...]- era el de propiedad fundiaria, tanto en el sentido de conjunto patrimonial transmisible hereditariamente -de donde la noción restringida de herencia paterna- como en el de finca o dominio aislado o formando parte de un conjunto patrimonial más amplio".