Galician Countess Ilduara Eriz, owner of the rock crystal chess from Celanova Monastery (Ourense)
Resumen
Presentamos una evidencia
definitiva de carácter léxico, la mención a un juego incompleto de ajedrez de
cristal de roca en la donación fundacional de la condesa Ilduara Eriz (s. X) al
Monasterio de Celanova, que demuestra que la noble gallega fue su propietaria
original.
Palabras clave: ajedrez; objetos interculturales; arte islámico;
cristal de roca; mujeres.
Abstract
It will be shown a lexical evidence, the mention of an
incomplete rock crystal chess in the deed of gift made by Countess Ilduara Eriz
(X century); it proves that the Galician aristocrat was its owner.
Key words: chess; cross-cultural objects; Islamic art; rock crystal; women.
Recientemente, en un artículo de la autoría de Therese Martin [1], se presentaron las nuevas
vías de investigación que se abren como resultado del hallazgo de partículas
metálicas doradas tanto en el juego de ajedrez de cristal de roca del
Monasterio de Celanova como en el sello de calcedonia grabado con el nombre de
Ermesinda de Carcasona, condesa de Barcelona.
El trabajo de Therese Martin
es parcialmente un estudio de género en el que se destaca la relevancia de
determinadas mujeres pertenecientes a las elites de la Plena Edad Media hispana.
Así pues, en lo que respecta a la certeza sobre si el ajedrez de cristal de
roca del Monasterio de Celanova perteneció previamente a la condesa Ilduara
Eriz (s. X), la seguridad debería ser absoluta antes de abordar discursos de
género acerca de la propiedad femenina de ricas piezas interculturales de
origen exótico.
No obstante, la autora
parece eludir este requisito cuando manifiesta que el juego de ajedrez no se
mencionaba en la donación que Ilduara realizó en el año 938 al Monasterio de
Celanova. Por lo tanto, y siguiendo a Martin, la conexión entre Ilduara y las
ocho piezas del ajedrez de Celanova no se puede probar fehacientemente, aunque parece
verosímil que hubieran sido de su propiedad, pues así lo supuso Camón Aznar, el
primer investigador que las dio a conocer.
En esta situación de
incertidumbre y suposiciones, nuestra breve aportación pretende demostrar definitivamente
que las ocho piezas que hoy se conservan en el Museo de la Catedral de Ourense,
las de un incompleto juego de ajedrez tallado en cristal de roca que
previamente poseyó el Monasterio de Celanova, fueron antes, sin asomo de duda, patrimonio
familiar de la condesa Ilduara Eriz. Esto es así porque las piezas se detallan
en el documento fundacional de Celanova datado en septiembre del año 942 [2], aunque evidentemente
no se mencionan como un juego de ajedrez, sino como redomas iraquíes.
Según indican Casamar y
Valdés [3] siguiendo a Gómez Moreno y
a Sánchez Albornoz, durante la Alta Edad Media era corriente denominar, y así
consta en los documentos de la época, como redomas iraquíes (“arrotomas irakes”)
a los objetos tallados en cristal de roca, por su forma y por su procedencia. Entre
las redomas medievales se encuentran los frasquitos, botellitas y piezas de
ajedrez, todo en cristal de roca, que integran diversas colecciones de iglesias,
monasterios y museos, como las tres piezas de ajedrez que decoran
el arca de San Felices (San Millán de Yuso – La Rioja).
Atendiendo a esta
prevención léxica, en un trabajo previo de nuestra autoría [4] localizamos en el
documento que contiene la donación de Ilduara Eriz a Celanova (septiembre del año 942) el
texto relativo al juego de ajedrez, ya incompleto entonces y formado por nueve
redomas iraquíes, una más que en la actualidad. En nuestra opinión la
pieza que falta pudo haberse roto, extraviado o sustraído.
Una copia fiel del documento original se custodia en la Biblioteca Nacional de España; es el manuscrito Escrituras de varios monasterios (MSS/18387), donde encontramos la referencia a las nueve redomas iraquíes o figuritas de ajedrez de cristal de roca. Son citadas entre el ajuar más delicado, “vasa vitrea, concas aeyraclis II, arrodomas sic aeyraclis VIIII, et navicella bizath” (fol. 19V), que pasaría a integrarse en el servicio litúrgico de Celanova. Así por ejemplo, la navicella, que se refiere a la naveta litúrgica para el incienso, habiendo algún caso de navetas talladas en cristal de roca, como la del Museo Diocesano de Albarracín, en forma de pez y de factura renacentista (s. XVI).
Estos mismos elementos de la donación son considerados en el Glosario de Du Cange como parte de los ministeria sacra (v. sub lito); según el mismo glosario el ministerium sacrum es el conjunto de "sacrorum vasorum, donariorum, et ornamentorum, atque adeo vestimentorum Ecclesiae congeries et apparatus, quod ad Dei ministerium haec omnia consecrata sint".
Fig. 3. A caballo entre la segunda línea de la captura de pantalla del manuscrito y la tercera puede leerse “arrodomas sic aeyraclis VIIII”. Escrituras de varios monasterios, s. XVIII, Biblioteca Nacional de España, Madrid, MSS/18387, fol. 19V (imagen procedente de los fondos de la Biblioteca Nacional de España).
[1] Martin,
Therese (2021): “Glimpses of gold: material evidence of cross-cultural
connections in a rock crystal chess set and a countess’s seal (10th-11th c.)”. En:
Archivo Español de Arte, vol. 94,
núm. 375, Madrid, pp. 201-214.
[2] Díaz y Díaz, Manuel C. (1989): "El testamento monástico de San Rosendo", Historia, Instituciones, Documentos, 16.
[3] Casamar Pérez, Manuel
/ Valdés Fernández, Fernando (1999): “Saqueo o comercio. La difusión del arte
fatimí en la Península Ibérica”. En: Codex aquilarensis: Cuadernos de investigación del Monasterio de Santa María
la Real, núm.
14, pp. 133-160.
[4] González de la Peña, Dolores (2016): “Las redomas iraquíes de Ilduara”, Arqueotoponimia. En: <http://arqueotoponimia.blogspot.com>. Consulta: 02-02-22.
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