viernes, 12 de octubre de 2012

Otras Troyas

Dún Aengus, es decir, el palacio de Eneas (Inis Mór, Islas Aran, Irlanda), según un antiguo dibujo de un tal Maltuy o Moltuy. (C) Centro de Visitantes de Inis Mór.

"De clanna Huamoriis Aeneas & Conquovarus paulo ante Salvatoris adventum sub Mauda Connactiae regina floruerunt, ab hoc Dun-aengus ingens opus Lapidea sine Coemento supra altissimam maris crepidinem e vastae molis rupibus erectum adhuc extat in Aranna magna sinus Galviensis" (Roderic O'Flaherty, en su historia medio inventada, como tantas, Ogygia, 1685).

Aquí también tenemos nuestras Troyas, son los castelos que está estudiando Manuel Gago en su blog Capítulo 0, en la serie "Repúblicas de Homes Libres". Como el Dún Aengus irlandés, son ingentes obras de piedra sin cemento situadas en alturas escarpadas de la costa, vastas moles de piedra. El último que nos presenta es el impresionante castelo de la ínsula de Touriñán: O Castelo da Fin da Terra.

sábado, 6 de octubre de 2012

Lobadiz

El castro de Lobadiz (Ferrol) es un clásico castro costero en una pequeña península que sobresale separando la playa de Doniños de la pequeña cala de Lobadiz. Frente a él, a unos dos cables (400 m), están los dos islotes de As Gabeiras. Hace tiempo tuvo que ser un enclave similar al de Baroña y al de tantos otros cabicastros celtoatlánticos que han corrido mejor suerte. Cuenta una leyenda que había un puente que comunicaba el castro con As Gabeiras.

Hoy, el acceso al castro, de hecho concretamente el parapeto de entrada, se encuentra destrozado por las construcciones ilegales que se hiceron allí varios amigos del veraneo a pie de playa gratis, costumbre corriente en Ferrol, donde en 2010 se destaparon 125 chabolos irregulares en las playas del municipio. En el blog de fotografía de Juana Prieto Luna puede verse un reportaje gráfico de parte del castro con Las casetas de Lobadiz.

Volviendo al asunto del puente y del topónimo Lobadiz, en el mapa de A Coruña de Francisco Coello (1865) la punta del castro recibe el nombre de Punta Gabeiras o de Levadizo, y en la Historia de Ferrol de Montero Aróstegui (1859) se nos cuenta que el desembarco de los ingleses en 1800, aquel que desencadenó la Batalla de Doniños o de Brión (en la que, por cierto, los ferrolanos les vencimos), se realizó junto a la Punta Levadiza, frente a las islas Gabeiras. Puede que la historia del puente esté relacionado con esta denominación anterior, Punta de Levadizo o Levadiza, o puede que la leyenda del puente sea la versión costera de la frecuente leyenda de los túneles bajo los castros del interior.

Punta Gabeiras o de Levadizo según el mapa de Coello de A Coruña, 1865. (C) Instituto Geográfico Nacional de España.

Como es difícil sostener que había un puente de más de 400 m entre el castro y las islas, y mucho menos un puente levadizo, habrá que justificar el topónimo de otra forma. La alternancia de las formas Levadiza / Lobadiz, sugieren la base prerromana *LPT-, que es la misma base que se encuentra en el nombre del promontorio gallego citado por Ptolomeo como Lapatiacorum. De hecho hay quien lo situa por aquí: "A promontorio uero de Finibus Terrae usque ad sequens promontorium quod Prioris apellant et antiquitus Lapatiacorum seu Trileucum [...] miliaria XC" = Desde el cabo Fisterra hasta el siguiente cabo que se denomina Prior, que los antiguos llamaban Lapatiacorum o Trileucum hay 90 millas" (Paralipomenon Hispaniae, de Juan Margarit, s. XV). Trileucum podría venir de su forma triple, con los tres cabos de Prioriño, Prior, y en medio el pequeño promontorio de San Xurxo da Mariña, donde se sitúa, a su vez el cabicastro de Lobadiz.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El ídolo de Barxacova

Composición de piedras que crea la forma de un ídolo antropomorfo con boina. Se localiza en el fondo de una de las sepulturas excavadas recientemente en la necrópolis de San Vitorio, San Lourenzo de Barxacova (Ourense). (C) Ángel Facio.

Antonio Blanco Freixeiro se fijó en que en la necrópolis de A Lanzada con frecuencia la cabeza del difunto reposaba o se disponía sobre un ímbrice, pero no encontró más paralelismos en Galicia; sí localizó una necrópolis del Mediodía de Francia en la que se disponía la cabeza del difunto sobre una tuile creuse, que, como las de A Lanzada, parecía funcionar como almohada de piedra.

En Barxacova se trasciende la función de mero soporte a modo de lecho pétreo del difunto, ya que la disposición de las piedras recrea, como decíamos, una figura antropomorfa.

Uno de los ídolos con boina de El Soldán. (C) Herederos de García Bellido.

Tres ídolos semejantes aunque de bulto redondo fueron recogidos por Julio Carro en 1933 en la necrópolis del Soldán, unas tumbas de un camino al norte del municipio de Santa Colomba de Somoza (Maragatería, León). Uno de ellos está expuesto en el Museo Etnográfico Provincial de León, catalogado con el nombre de ídolo de La Somoza, aunque su apelativo es "Etni".


Tumbas de la supuesta necrópolis púnica, tal vez columbario romano, tal vez cualquier otra tipología a la cual adscribirla, del Soldán. (C) Ángel Facio, 2008.

Se desconoce por completo la función de los tres ídolos del Soldán, o el motivo de su colocación en las tumbas. Tomás Mañanes, en el Catálogo de la Exposición de Las Edades del Hombre (Astorga, 2000), sugirió una relación de estos ídolos de La Somoza con los lares viales o los manes, y por ello les atribuyó una cronología romana, aunque dentro de la religión popular rural, fuera del culto oficial urbano (fuente: ficha de Etni, Museo Etnográfico Provincial de León).

El tocado de ambos llama la atención por su parecido con la boina de nuestros paisanos, prenda o complemento cuyo origen tal vez sea más remoto de lo que se creía.

Más información sobre la importante necrópolis de Barxacova:

Blog oficial de las excavaciones: San Vítor de Barxacova
Artículo del blog Capítulo 0: San Vítor de Barxacova. Os baleiros habitados

Milton en Nemancos

Mapa de Gallaecia Regnum, Mercator (ca. 1611). (C) Instituto Geográfico Nacional de España.

El territorio de Nemancos, antiquísimo arciprestazgo de la diócesis de Santiago de Compostela, trajo de cabeza a los eruditos ingleses durante un tiempo, un tiempo en que no existían Internet, Google, ni la cartografía digital a disposición de cualquier curioso, y la colaboración tenía que hacerse a golpe de correspondencia: "I shall be very thankful to any of your Miltonic correspondents who may illustrate the line in Milton's Lycidas, "Looks towards Namancos or Bayona's hold" by suggesting what place in Spain Milton intended by Namancos" (The Gentleman's Magazine, volumen 70.I, 1800).

Milton, el famoso poeta inglés, escribió unos versos a la muerte de su amigo el capitán King, fallecido en un naufragio en 1637 cuando regresaba a Gales. A vuelo de ángel contempla el océano en su búsqueda e imagina que tal vez esté:
Sleep'st by the fable of Bellerus old,
Where the great vision of the guarded Mount
Looks toward Namancos and Bayona's hold;
 (Lycidas)

[Dormido por la fábula del viejo Bellerus, donde la gran mole del monte vigía mira hacia Namancos y la fortaleza de Bayona].

Nadie en aquella época conocía Namancos o Nemancos, y hubo quien sugirió que la búsqueda se realizaba entre Numancia y la Bayona francesa, a lo que se opusieron voces autorizadas aludiendo al carácter interior, no costero, de Numancia, incompatible con naufragios. La consulta de un atlas de Mercator de la época de Milton, donde se observaron claramente Namancos y Bayona, resolvió el problema situando la inspección del ángel en las costas de Galicia. Así, Milton retomaba la mítica relación entre los finisterres atlánticos, puesto que el ángel inspector remontaba su vuelo, según se cree, desde el monte Saint Michael de Cornualles.

Por mi parte yo me inclino a pensar que el monte vigía que mira hacia Namancos y Bayona, uno de los lugares posibles del naufragio de su amigo (sino el más probable), es el monte y promontorio del cabo Finisterre gallego, en la Costa da Morte. No entiendo que haya en el segundo verso, "Where the great vision of the guarded Mount", una alusión velada a ninguna aparición del arcángel San Miguel en alguno de los dos montes Saint Michael, desde donde contemplaría las costas de Galicia.

Situado Nemancos en su sitio, queda Bayona. Es posible que Milton no consultase solo un Mercator, sino también una guía de navegación. En Le petite flambeau de la mer, ou la veritable guide des pilotes cotiers, aunque posterior, se lee que Corcubión se denominaba fuera de aquí y en 1763 Baye de Corcovion o Corco-Bayona, la bahía de Cork (irlandés corcaigh, "marisma").

martes, 25 de septiembre de 2012

Calzadas romanas y vías de ferrocarril

Debido a la orografía del terreno, desde Narbona hasta Salses la carretera moderna se ha superpuesto casi totalmente al camino romano, y cuando no ha sido así es el más exigente trazado del ferrocarril el que ha ocupado la vía romana" (Moreno Gallo, La ingeniería en los caminos romanos).

Me pregunto si en el accidentado noroeste peninsular pudo haberse producido la misma reutilización de las infraestructuras viarias romanas para el trazado del ferrocarril; lo que explicaría la escasez de hallazgos de vías romanas en el norte de Galicia y Asturias, estarían ahí, pero debajo de las vías, ocultas en el lugar más evidente. Seguiremos sin AVE, sí, pero circulando por viejas traviesas que descansan en firmes calzadas milenarias.

Otro indicio cierto de reutilización o de intención de reutilización del trazado viario romano es el extraño concurso que creó la Real Academia de la Historia en 1858, un premio que se desarrolló durante varias anualidades, que prestaba especial atención a la documentación de las vías romanas y en el que participaron varios ingenieros. El premio se entregaba a aquellas personas que enviasen un mínimo de 100 km documentados de calzada, pues "la red viaria era un modelo idóneo para programar el trazado del futuro ferrocarril español" (Álvarez Sanchís, en la obra conjunta 250 Años de arqueología y patrimonio, RAH, 2003). Creo que no solo interesaba la red viaria romana como modelo para programar el trazado de nuestro ferrocarril; recuperando las antiguas calzadas se podía ahorrar parte del trabajo de ingeniería (trincheras, plataformas), ya que estas obras civiles romanas resisten el paso de los milenios sin inmutarse. Así se explica que entre las condiciones para concurrir al premio se exigiese el "diseño del perfil longitudinal de la vía, que determine el movimiento de ascensión y descensión de la misma; y si no, se procurará acotarla de 100 m en 100 m, con relación a un plano horizontal inferior a ella. El plano se traerá en escala de 1/100.000" (de Rodríguez Morales, Calzadas romanas, propaganda o utilidad).

Puesto que hubo, como se ha señalado en la cita de Moreno Gallo, aprovechamiento y reutilización de las infraestructuras romanas para el ferrocarril, el ancho de vía vendrá impuesto por la calzada previa sobre la que se asienta: dentro de los márgenes de esa plataforma habrá que situar los raíles a una distancia tal que no se vea condicionada la estabilidad del tren.

De todas formas ¿quién no ha escuchado la historia del ancho de vía y los carros de los romanos? Hasta en la web del AVE Madrid-Málaga puede leerse esa extraña leyenda urbana que parte del ancho de las calzadas romanas, suficientes para el paso de dos carros: "de tanto pasar carros, se crearon unos surcos en las calzadas que llegaban a tener una considerable profundidad, creando así una especie de carriles. Esto propiciaba que aquellos carros que no tuvieran el ancho normal encontraran muchas dificultades para circular, rompiéndose fácilmente sus ruedas. Las calzadas romanas han llegado hasta nuestros días puesto que dio [sic] origen a los caminos, y éstos a su vez se convirtieron en carreteras y vías de tren. En el fondo el tren no es más que la carreta tirada por bueyes actualizada". Todo esto es delirante, y además parece una de esas míticas redacciones de Guillermo Brown.


  (C) Instituto Geográfico Nacional. La Coruña, por Francisco Coello, 1865.

En el mapa de Francisco Coello se puede ir siguiendo la línea que indica posiblemente el proyecto de trazado del ferrocarril en Galicia, que parte del límite con Lugo, junto a un tramo señalado como "vestigios de la calzada romana", rematando en Montefurado, donde los indicios de la calzada y otras obras de ingeniería romanas son más que patentes. Resta determinar si todo este itinerario proyectado, y el realizado, siguió aquel " modelo idóneo para programar el trazado del futuro ferrocarril español" que era la red viaria romana. La pinta es que sí.


Picholeiros

Así se denominaban los habitantes del barrio compostelano del Picho de la Cerca, situado extramuros de la ciudad y que actualmente es la Rúa Virxe da Cerca. El término picho según el Dicionario de dicionarios (USC - Instituto da Lingua Galega) significa canal o caño que conduce agua a una fuente.

El microtopónimo Picho de la Cerca figura en el plano de Santiago de Compostela que se incluye en el mapa de La Coruña de Francisco Coello (1865), disponible entre los fondos cartográficos del Instituto Cartográfico Nacional, en el siguiente enlace:

http://www2.ign.es/fondoscartograficos/Cartografias_G/0455_30-A-11.jpg

lunes, 24 de septiembre de 2012

El Turuñuelo de Portezuelo

Son unas cuantas las menciones a la existencia de un dolmen en el término municipal de Portezuelo (Cáceres). Normalmente se cita como principal referencia el trabajo de Galán y Martín, "Megalitismo y zonas de paso en la cuenca extremeña del Tajo", publicado en Zephyrus (1991-1992), pero que yo sepa nadie lo ha localizado hasta ahora, ni existen fotografías de él en la bibliografía usual. El ya clásico volúmen VIII de la revista Extremadura Arqueológica (2000) también lo incluye en su inventario citando la referencia a Galán y Martín.


A su vez, Galán y Martín no parece que lo hayan visto y utilizan como fuente para documentarlo el trabajo de Beltrán Llorís, Estudios de arqueología cacereña (Zaragoza, 1973). La obra de Beltrán menciona una única vez el supuesto dolmen de Portezuelo en el mapa arqueológico de la provincia que realiza el autor, que incluye precisamente dos errores de ubicación que entiendo que podrían explicar la inexistencia de ese dolmen de Portezuelo que nadie conoce. Los números 41 a 47 que corren a lo largo de la orilla norte del Tajo se corresponden según Beltrán con: Serradilla (41), Mirabel (42), Cañaveral (43), Eras del Garrote (44), Portezuelo (45), Vega de Guadancil (46) y Ceclavín (47). Queda claro que se produce un baile entre Portezuelo y Vega de Guadancil, confusión en virtud de la cual se atribuiría el símbolo utilizado para los dólmenes a ambos lugares.

En el texto de Beltrán solo se comentan para esta zona los conocidos dólmenes de Garrovillas: Vega y Arroyo de Guadancil y Cerro de la Horca, remitiéndose en la bibliografía a Mélida, concretamente al Catálogo Monumental de Cáceres y al artículo Monumentos megalíticos de la provincia de Cáceres (RABM, 1920, t. 41). Mélida por su parte no hace mención alguna a dólmenes o criptas funerarias en Portezuelo.

A pesar de estas adversidades hay fundamentos para suponer la existencia de un túmulo megalítico en Portezuelo, y es el topónimo Turuñuelo que se localiza en su término municipal. Y allí nos hemos encaminado a efectuar la comprobación arqueotoponímica necesaria.


Efectivamente se trata de un gran túmulo, como indica su nombre, una elevación artificial que ha sido aprovechada para situar un vértice geodésico y un depósito de agua, indicios más que suficientes para asegurar su cualidad de colina artificial (faltaría tal vez una torreta de alta tensión, o un eólico). Sobre él se observan restos de una probable coraza pétrea y de lo que pudo haber sido una plataforma. La ubicación del túmulo, al borde del antiguo camino que comunicaba Garrovillas de Alconétar con Coria, pasando el Tajo por las barcas de la Luria (mapa de Cañaveral del IGN, 1946), sugiere asimismo que el túmulo pudo haber sido utilizado como atalaya o puesto de observación, un caso parecido al de la medorra de Fanegas (Vilasantar, A Coruña), túmulo megalítico reutilizado por los romanos.

Hace algo más de un siglo estos restos eran descritos por Vicente Paredes como un castillejo: "el Turuñuelo es el cerriel del Torruño castil viejo mencionado en el deslinde. Está inmediato al cordel ó camino pastoril
por el que transita el ganado, y cerca de allí pasa el río por un puente de barcas de los que llaman lurias. En lo alto del cerro hay las ruinas de un castillejo" (Repoblación de la Villa de Garrovillas, Plasencia, 1897).

El Turuñuelo de Portezuelo se documenta como Turunolum en el año 1234 en otro documento de deslinde entre los términos de las diócesis de Coria y Alcántara, siendo el propio Turuñuelo (como sucede con tantos túmulos gallegos y portugueses) una de las marcas fronterizas, y otra el río de Fresneda.

Como señala Casillas Antúnez, las variantes "Tiriñuelo (Coria), Tiriñuelos (Casillas de Coria) o Turuñuelo (Portezuelo), son indicios claros de yacimientos arqueológicos" (Historia y toponimia de la tierra de Coria, 2008).

¿Yacimientos arqueológicos de qué tipo? habitualmente estos túmulos albergan dólmenes, cámaras funerarias de piedra, como bien saben los aficionados al megalitismo, que conocerán el dolmen de la Granja del Toriñuelo (Badajoz).

Toriñuelo o túmulo que cubre el dolmen de la Granja del Toriñuelo.

Resulta curioso que en la Bretaña francesa también se emplee el término turumel para significar túmulos megalíticos, y también hormigueros. Doblemente curioso: en Galicia a los túmulos megalíticos en algunas zonas se les denomina formigueiros.