miércoles, 7 de noviembre de 2018

El anillo de un hombre libre

La traducción que suele ofrecerse de la leyenda grabada en el anillo de San Gonzalo, O Bispo Santo, es "no quiero ser regalado ni vendido", presuponiendo que el objeto habla por sí mismo para manifestar su deseo de no separarse de su dueño. "Nolo esse datus neque venum datus".

Pero otra lectura posible surge si consideramos que el emisor del mensaje ha sido el propio obispo, o que éste suscribe el lema de un antiguo anillo que llegó a sus manos. El verbo venum dare (el supino en dare venum implica poner en venta) podría haberse usado con el matiz jurídico que adopta cuando se trata de personas que son vendidas como siervos, perdiendo así su libertad. San Gonzalo, portador de un anillo de cualidades élficas, que habría inspirado a Tolkien, manifiesta su condición de hombre nacido libre, un estatuto jurídico que no todos los seres humanos poseían en aquella época (siglo XI). Quizá por ello la libertad sería más preciada que ahora.

Su férrea voluntad de no entregarse ni ser vendido como siervo a otros, situación de cautiverio y sumisión a la que se veían abocados los supervivientes derrotados en las guerras de la antigüedad, se manifiesta en la inscripción anular, e imaginamos fácilmente hasta qué punto podría llegar a defender su estatus de hombre libre si recordamos la leyenda del milagro que operó enfrentándose desde la costa gallega contra la flota normanda.


Anel do Bispo Santo (museo de la basílica de San Martiño de Mondoñedo).
Es mejor morir de pie que vivir de rodillas.
(C) Andregoto Galíndez, 2018.

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