En la documentación medieval gallega el verbo latino fero, "llevar", se especializa en contextos de deslinde como sinónimo de "enfilar" para indicar por dónde pasaba o a dónde se dirigía directamente la demarcación territorial imaginaria. Hay innumerables ejemplos que muestran cómo las formas personales de fero pasan a conjugarse como las de ferio, "herir", aunque son fácilmente distinguibles de éstas por ir acompañadas normalmente de la preposición in, que introduce el lugar de destino. Algunos ejemplos tomados del CODOLGA:
año 886, Ourense: "et inde ad Sanctum Ciprianum de Periola; et ferit per cacumina montis Cuminalis"
año 964, Pombeiro: "medietate integra, usque in aqua de Arenas; siue in Uillares, que est super Uilla Mironi usque fert in aqua de Peduca"
Según el Padre Santa Rosa de Viterbo (Elucidário, 1798): "Ferir: partir, demarcar, entestar [...] He trivial nas demarcações antigas".
María del Pilar Álvarez Maurín (Diplomática Astur-Leonesa, 1994, pg. 140) indica que "el verbo fero significaba en latín 'llevar, dirigir, encaminar'. Meyer Lübke encuentra en el antiguo portugués la expresión ferit en terra de, que se utiliza para indicar un límite". No hay ninguna duda, por lo tanto, acerca del origen de la fórmula a partir del verbo fero, un verbo de movimiento.
Al ignorar la existencia de un arcaico ferir procedente del verbo latino polirrizo fero, fers, tuli, latum, "dirigirse, enfilar", la expresión "ferir en los moros" ha sido objeto de un pequeño debate filológico erróneamente planteado sobre la función sintáctica de su complemento.
Folgar Fariña (1) negaba la función locativa de la expresión "ferir en los moros" considerando a "en los moros" un complemento directo (lastimar, herir a los moros = herirlos); la preposición "en" sólo se utilizaría, según el autor, para indicar una Aktionsart durativa. En cambio, reconoce una función locativa para otra ocurrencia, "los mares que fieren en las riberas dAffrica". Siempre operando desde la etimología de ferir como procedente del verbo transitivo latino ferio, "lastimar, herir", la función locativa se explicaría según Folgar por la deriva semántica que se habría producido en ferir (ahora con el sentido de "tocar") al llevar un sujeto inanimado.
García-Miguel (2), que considera locativos estos complementos, explica por qué incluye ferir en su estudio aunque "no es ni verbo de movimiento ni verbo de localización". Evidencia, así, que no está pensando en el ferir procedente de fero, que sí es verbo de movimiento, sino en el procedente de ferio, "herir, lastimar".
"Caualgó a muy grand priessa, et fue ferir en los moros llamando Sanctiago"
Para nosotros, en cambio, la fórmula no es más que la que aparece en los documentos galaicos de delimitación con el verbo fero seguido de locativo: "vai ferir no lameiro do Lodeiro". El sentido es siempre el mismo, "enfilar, dirigirse directamente a un punto situado delante". Podemos también asegurar una acepción militar arcaica, "dirigir las tropas contra el enemigo", que se rige por la misma preposición in.
No es correcto, por lo tanto, incluir en el mismo lema el verbo ferir con el sentido de "limitar, lindar, confinar y enfrentar" y el verbo ferir transitivo con el sentido de "causar daño a alguien" (p. ej. Leandro Carré Alvarellos: Diccionario galego-castelán, 1951).
(1) "El complemento preposicional del tipo "matar en ellos" en la primera Crónica general de España", Actas del I Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Vol. 1, 1988, pgs. 347-356.
(2) "Los complementos locativos", Sintaxis histórica de la lengua española, Vol. 1, Tomo 2, 2006 (Primera parte, La frase verbal), pgs. 1253-1338