Publiqué este artículo por primera vez en 2007 en la web Celtiberia.net con el pseudónimo de Onnega.
A Jugimo, porque me mostró este increíble lugar.
Y a Brandan, siempre presto al estudio
de las misteriosas formas berroqueñas.
En Los Barruecos de Malpartida (Cáceres) existe una piedra caballera hueca* a cuyo interior se accede por una estrecha entrada.
Entrada al recinto santuario de Los Barruecos. (C) Carmen Rabasco.
El habitáculo es holgado: dentro caben con comodidad unas tres o cuatro personas erguidas, pues su altura máxima es de 2.05 m. El suelo de la roca sobre la cual descansa la piedra caballera ofrece un aspecto liso, apto para contemplar tumbado, si se quiere, las pinturas que ocupan el interior del bolo granítico. No existe aislamiento acústico de este camarín con respecto al exterior, y la poca luz que penetra es suficiente para contemplar en buenas condiciones los paneles.
La superficie se encuentra erosionada en forma de alveolos o tafonis sobre los cuales se pintaron con pigmento rojo varios motivos mayoritariamente esquemáticos, entre los que destacan puntuaciones o digitaciones, reticulados... Las puntuaciones aparecen desde el paleolítico a menudo sobre relieves redondeados como los de Cueva del Moro (Tarifa).
En el exterior se encuentran trazas de pintura, así como en el dintel interno de la entrada, marcada también con una cazoleta situada en el suelo y, de forma significativa, en el límite entre ambos espacios externo e interno (sagrado).
Salida del recinto vista desde el interior. La altura es de 25 cm. (C) Onnega, 2007.
El panel más importante es el 5 (clasificación de Sauceda Pizarro) y, según los autores que lo han estudiado hasta ahora, plasmaría “un cuadrúpedo semiesquemático sobre el que se observa un antropomorfo portando un elemento y un tocado” (1). En mi opinión, los motivos figurativos de este panel, situados bajo las digitaciones, podrían estar representando dos animales enfrentados en contacto, estando apenas esbozado el de la izquierda y bastante completo el de la derecha, incluso parece que se aprovechó parte de un resalte natural de la superficie para insinuar la pata trasera.
Panel 5. (C) Onnega, 2007.
La cronología de estas pinturas podría corresponderse con la del asentamiento del Neolítico Final de Los Barruecos, según Sauceda Pizarro, “apuntando, en cualquier caso, hacia la etapa inicial y plena del Calcolítico en Extremadura, principios y mediados del III Milenio a.C., coincidiendo así con la establecida y tradicionalmente aceptada por autores como Ripoll, Jordá o Blázquez, que sitúan el momento de mayor apogeo de este fenómeno en el Calcolítico” (1).
Piedra caballera hueca en cuyo interior se encuentra este diminuto santuario. (C) Onnega, 2007.
*La situación del santuario se señala en el plano de distribución de grabados y pinturas del parque como P2.
(1) Mª Isabel Sauceda Pizarro, Pinturas y grabados rupestres esquemáticos del Monumento Natural de Los Barruecos. Malpartida de Cáceres, Junta de Extremadura, 2001.
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