domingo, 3 de octubre de 2021

Siega Verde (Salamanca)

Publiqué este artículo por primera vez en la web Celtiberia.net en 2007
bajo el pseudónimo de Onega.
Fotografías: Dolores González de la Peña.

En Europa, el arte rupestre paleolítico al aire libre se circunscribe casi exclusivamente a la Península Ibérica, con excepción del descubrimiento aislado de Fornols-Haut. En concreto puede establecerse una amplia zona en torno al valle del Duero. El descubrimiento del primer yacimiento data de 1981, cuando se localizó el grabado de Mazouco, situado cerca de Freixo-de-Espada-à-Cinta. El gran descubrimiento posterior es el yacimiento de Siega Verde, situado a lo largo del río Águeda entre Villar del Ciervo y Villar de Argañán, en Salamanca, cerca de Ciudad Rodrigo.

La situación junto al cauce de un río es una constante en este tipo de yacimientos; también los locales con los grabados del Vale do Côa se ubican junto a la ribera del río Côa. Este dato puede ponerse en relación con el carácter sagrado de los cursos fluviales para los antiguos lusitanos, posible pervivencia que se habría originado en el paleolítico y se mantendría hasta hace poco, como refleja Leite de Vasconcelos (1) contándonos que para atravesar el Miño hacia Arbo (Galicia) había que llevar una piedrecilla en la boca para no hablar durante la travesía: “falar provocaría a saída de espíritos sobrenaturais, habitadores da água [...]. Quem atravessava um rio, ou lhe punha uma ponte, profanava o seu dominio”; era preciso realizar una ceremonia propiciatoria de las antiguas divinidades fluviales. Otras curiosas supersticiones que nos cuenta: ríos que reclaman víctimas para no salirse de sus cauces, sacrificios para aumentar la potencia creadora de peces, purificación y curación por inmersión en sus aguas. Y dice “se a água dos rios se torna objecto de tanta superstiçao, o povo nao esquece da mesma forma os rochedos em que ela bate”.

Ondulaciones producidas en las rocas de la ribera del Águeda por la erosión del agua.


Panel 10: preciosísimo panel con superposición de un caballo en primer plano y un bóvido mirando en sentido opuesto. Bajo el caballo hay una línea sinuosa cubierta de barro que podría figurar la corriente de agua de la que emerge, siendo el único caso en que un artista paleolítico representa una superficie de contacto bajo un animal, o si se prefiere, un elemento del paisaje.

Estamos en un santuario rupestre al exterior, variante contextual de los santuarios rupestres en cueva. Para de Balbín Behrmann y Alcolea González (2) el arte rupestre al aire libre de Siega Verde, los conjuntos del Côa, Mazouco y Domingo García son la adaptación de grafías paleolíticas que hasta hace poco sólo se conocían en cueva, a la geomorfología exterior de la región del Duero, que carece de ellas. Las superposiciones de animales, por ejemplo, son un tema que se produce tanto en el arte rupestre en cueva como en el exterior. En la cueva de Chauvet encontramos varios casos de superposiciones, y también en el Vale do Côa.

Panel 3 de Penascosa (Vale do Côa), uno de los más emblemáticos del valle, compuesto por animales sobrepuestos y enfrentados, tema bastante corriente en el arte cuaternario entre los periodos Gravetiense y Magdaleniense.

Panel 5 de Penascosa (Vale do Côa): cabra montés de perfil absoluto en la que se observan las características extremidades inacabadas frecuentes en el arte paleolítico.

El yacimiento de Salamanca se organiza de forma similar a la de los numerosos conjuntos clásicos en cueva, en paneles con cierta unidad donde se utilizan las formas naturales -marmitas de gigantes y los relieves cóncavos de los paleolechos fluviales- para situar figuras o sugerir las formas de los animales.

Panel 5: situado en un recinto natural de rocas, es uno de los más llamativos del yacimiento. Las figuras están piqueteadas, en el interior del bóvido se distingue, según la guía de interpretación, la figura de un cánido. Sobre él y a la derecha, un prótomo de caballo y el de otro cuadrúpedo, también un soliforme.

Se documenta la existencia de dos técnicas, piqueteado e incisión, y su empleo se debe a criterios temáticos. Piqueteado - bovinos, équidos y signos complejos. Incisión - cérvidos y cápridos.

Sector izquierdo del gran panel número 8 con un équido piqueteado que presenta el despiece característico de todos los caballos de este yacimiento, con los distintos rasgos anatómicos marcados: crin y líneas que señalan el cambio del color del pelaje y la pata.

No toda la comunidad científica acepta una cronología paleolítica para estos yacimientos: la polémica comienza en los yacimientos del Côa, afectados por el proyecto de construcción de un embalse. El gobierno portugués obliga a Electricidade de Portugal a que investigue la datación de los grabados y se contacta con Bednarik y Watchman. Los resultados obtenidos por estos investigadores apuntan a una edad holocena para los grabados del Côa, y en consecuencia se cuestiona la cronología paleolítica de los demás yacimientos al aire libre de la península. Bednarik (3) mediante el análisis de la microerosión, técnica experimental diseñada por él mismo en 1992, los data sobre 6500+-2000 BP, aunque señala que “this age estimate is only tentative as no micro-erosion calibration curves are available for Portugal”. Watchman realizó mediante AMS un análisis del contenido de radiocarbono en muestras de concreciones minerales formadas sobre los grabados, obteniendo datos tan extraordinarios como que una locomotora grabada hace 100 años en el valle tenía una edad de 6500 BP. Estos datos aparecen reflejados en el estudio de Bednarik junto con otros argumentos como la inexistencia de especies extinguidas en las representaciones portuguesas. Pero “la ausencia de fauna extinta no es un criterio que pruebe la cronología no paleolítica de un yacimiento artístico. Si fuese así, la mayor parte de las cuevas consideradas como paleolíticas deberían rechazarse como tales. El argumento es, de hecho, al contrario: la presencia de fauna extinta constituye un criterio incuestionable para atribuirle una edad paleolítica a una representación artística” (4). Zilhão (5) rebatió en un excelente artículo todos los argumentos anteriores, denunció el empleo de métodos de datación experimentales y poco fiables, así como un profundo desconocimiento del contexto arqueológico por parte de estos investigadores.

Conjunto del gran panel número 8: a la izquierda caballo rampante, hacia la derecha y en un piqueteado más fino otro équido. La gruesa línea piqueteada que atraviesa el panel por el medio es el lomo de un enorme bóvido, del que se observa uno de sus cuernos asomando en la parte inferior derecha. En este panel hay una diferencia en la erosión del soporte horizontalmente: la zona inferior estuvo sumergida y presenta una superficie muy pulida, y al contrario, la zona que no llegó a estar cubierta por el agua es de un aspecto más áspero, por la acción del viento. Es un interesante dato que podría contribuir a la datación de los grabados, realizados antes de una época (a determinar) en la que hubo una importante subida del nivel de las aguas durante un largo periodo de tiempo.

Sector inferior derecho del gran panel número 8 con la cabeza del bóvido en perspectiva oblícua. El cuerno delantero se piqueteó en la zona que después quedó sumergida (aspecto pulido y oscuro). El cuerno de atrás, en la zona expuesta al viento, tiene distinta textura y en el piqueteado se encuentran concentraciones ferrosas que le dan ese aspecto rojizo. Presenta el característico despiece en el morro.

NOTA

Los números de los paneles se corresponden con los números de la guía de interpretación del yacimiento de Siega Verde y con los utilizados en la monografía de Antonio Martinho Baptista: No tempo sem tempo. A arte dos caçadores paleolíticos do Vale do Côa, Vila Nova de Foz Côa, Parque Arqueológico, 1999.

REFERENCIAS

(1) José Leite de Vasconcelos: “Superstições de rios, encaradas geneticamente”, en Etnología. I, Lisboa, Imprensa Nacional, 1938, pg. 521-39.

(2) Rodrigo de Balbín Behrmann y José Javier Alcolea González: "Siega Verde et l’art paléolithique de plein air: quelques précisions sur son contenu, sa chronologie et sa signification", en Les premiers hommes modernes de la Péninsule Iibérique. Actes du Colloque de la Commission VIII de l’UISPP, João Zilhão, Thierry Aubry y António Faustino Carvalho (eds.), pg. 205-236, 2001, Portugal. 

(3) Richard G. Bednarick: "The Côa petrogliphs: an obituary to the stylistic dating of Palaeolithic rock-art", Antiquity, 1995, 69, pg. 877-83.

(4) Rodrigo de Balbín Behrmann y José Javier Alcolea González, op. cit.

(5) João Zilhão: "The age of the Côa valley (Portugal) rock art: validation of archaelogical dating to the Palaeolithic and refutation of scientific dating to historic or proto-historic times", Antiquity, 1995, 69, pg. 883-901.

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