lunes, 1 de julio de 2019

La versión gallega del cuento de Barbazul. ATU 312

Son muchas las incógnitas que quedan sin resolver si nos ceñimos a la versión del cuento Barbe-Bleue de Perrault, que se clasifica, junto con el de Sherezade de Las mil y una noches, en el tipo 312 de la clasificación de Aarne-Thompson-Uter (The Maiden Killer - el asesino de doncellas, o mejor, de esposas).

¿Cuál es el propósito final de la historia? Suele decirse, y así me lo contaron a mí también, que en el cuento se castiga la malsana curiosidad femenina; parecería que es mejor vivir en la ignorancia y en la confianza ciega que indagar y enfrentarse a la verdad. Discrepo totalmente.

La interpretación de Clarissa Pinkola en Mujeres que corren con los lobos (1994, cap. 2: "La persecución del intruso: el comienzo de la iniciación", pg. 36-62) es más elaborada y casi más terrorífica que el propio cuento de Perrault: nos habla de un depredador interior, el autoengaño, que nos invita continuamente a negar las evidencias para vivir ingenuamente en la fantasía que hemos creado y que nos mantiene inmóviles en una relación o situación que acabará por destruirnos o ser inconveniente para nuestra realización personal.

Los enigmas del cuento: ¿por qué Barba Azul tiene la barba azul? ¿por qué asesina a sus mujeres? ¿cuál fue la razón de que matase, entonces, a la primera? ¿qué representan las puertas, la llave que sangra incesantemente, los vestidos manchados de sangre indeleble?

Según la obra de Shuli Barzilai, Tales of Bluebeard and his Wives from Late Antiquity to Postmodern Times (2009) a la que nos acercamos a través de la reseña de Vaz da Silva, "Bluebeard transposes up to our time the theme of knowledge acquisition and sexual initiation contained in the Genesis episode [Genesis Rabbah (the midrashic commentary on the book of Genesis)]". Nos vamos aproximando algo más al motivo central de los relatos del tipo ATU 312. 

Todo el misterio del cuento quedará revelado en cuanto leamos la versión gallega del prototipo.

O siñor el rei e a vella

   Contos Populares da Galiza, Lois Carré-Alvarellos, Porto, 1968


Foi unha vez un rei que casaba coas mulleres mozas da sua terra, e despois que tiñan o primeiro fillo, facíâs matar, porque, asegún ele dicía, dimpois de pasal-o apreto, a muller perdera o milhor que tiña; porque unha pedra, un pano, ou unha táboa onde se fai un burato pra tirar por ele calquera cousa que está do outro lado, xa endexamais volta a se pechar.

Nas terras do siñor el rei, había una nena moi linda, e a sua nai que era moi velliña, tiña moito tino pra que ningún criado do siñor el rei a vise, mas, un día, viuna un, e quíxolla levar ao siñor el rei, e levouna, e foi tan gustante o siñor el rei de a ver, que quixo casar con ela, e casou, que ninguén podía se opoñer; pasado o tempo, a nena ía ter un fillo, e non facía senón chorar porque xa sabía o que lle agardaba; a velliña sua nai moito aloumiñaba n-ela, e pedíalle que non chorara que xa ela arranxaría.

E a nena tivo un fillo, e a vella que non saía do pé de ela, cando comprendeu que o siñor el rei dispuña as cousas pra que a matar, faloulle e díxolle:
- Por qué vai facere eso, meu siñor el rei?
-E, daquela, é que ti non sabías que é o que fago sempre? Porque, a muller cando tivo un fillo non volve ser o que foi, perdeu o millor.
-Non, siñor, non é así, -dixo a vella a chorar, -si vostede fose gustante eu amostraríalle que non hai tal. Non a mate, pol-a Virxe!, siñor, -pediulle caendo de xionllos.
-Facerás o que dís, mas, sabe, que se non atinas a me convencere mátote tamén a ti.
-Seia, siñor; daquela veña; -e levou ao siñor el rei veira do río.
En de chegando â ribeira, a velliña pillou unha pedra, chegouse â mesma veira, e pumba!, mergullou a pedra na i-auga.
-Viu?, -díxolle fachendosa a vella ao siñor el rei cando a i-auga dimpois de ter pasado a pedra axuntárase de novo facendo circos, -sómoslle así as mulleres, dimpois que o fillo nasce, voltamos pechar como a i-auga, onde caeu a pedra.
E diz que o siñor el rei quixo de se convencer e gracias â destrucia da vella non fixo matar a aquela muller.

Frente al cuento de Perrault, en la versión gallega se parte del conocimiento previo y general por parte de todos los vecinos de que el rey, que podemos imaginar hierático y de avanzada edad, con larga barba gris azulada, hace matar a sus mujeres tras desvirgarlas y esperar a que den a luz: pierde el interés y se deshace literalmente de ellas ya que quedan imperfectas, con un burato ("perdeu o millor"). Las repudia como objetos furados e inservibles una vez cumplida su función.

En el cuento se manifiesta la confusión e ignorancia masculinas sobre la fisiología reproductiva; el hombre considera que el burato producido por el desvirgamiento sirve para abrir el canal del parto y facilitar la salida del niño que presupone que ya estaba dentro. El relato se retrotrae, entonces, a una época remota, posiblemente prehistórica, en la cual se desconocía el papel del varón en la concepción (el niño ya estaba dentro, y él se limitaba a hacer el burato y esperar a que saliese).

En la versión de Perrault, mucho más moderna, se ha corrido un tupido velo sobre los motivos del feminicidio o rechazo (muerte simbólica), que se conservan en el cuento gallego recogido en Cambre. Barbe Bleue se articula en torno a la averiguación por parte de la última consorte de lo que les ha sucedido a las anteriores. A pesar del uso de las metáforas relativas a la llave (pene), las cerraduras (vagina) y la sangre (desvirgamiento / parto), en el cuento de Perrault no se llega a exponer que la causa de la muerte de las mujeres de Barba Azul ha sido el hecho de haber mantenido con ellas una relación sexual y  haberlas dejado con un horroroso burato. El secreto de Barba Azul del prototipo ATU 312, que hemos descubierto gracias a la versión gallega, se desvirtúa y corrompe con Perrault. De repente, muy interesadamente, es la curiosidad femenina la que se convierte en causa de la muerte de sus esposas.

Sheela na gig apotropaica del museo del condado de Cavan en Ballyjamesduff.
(C) Anxo Martínez, 2011.

Nos asomamos por un momento al terror e incomprensión ancestrales que causaba en la supersticiosa mentalidad prehistórica el misterioso burato femenino del que salían los niños; a pesar de la bella metáfora de la piedra y el agua, nunca se cierra. 

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