viernes, 8 de marzo de 2019

Piedras de agua

Publicado por mí en Celtiberia.net en marzo de 2006,
con el pseudónimo de Onnega

Según Sobrino en su Corpus petroglyphorum Gallaeciae “quod ad scutrillas [cazoletas] attinet habentur ut receptacula sanguinis victimarum”, y esta idea vuelve a cobrar fuerza en la actualidad: para Monteagudo (1) las cazoletas de Monte do Boi (Baiona, Pontevedra) constituyen una mesa de sacrificios; Pena Graña (2) también define como mesa de ofrendas los grabados de Rego dos Pazos (San Xurxo de Torres, Vilarmaior, A Coruña). Fuera de Galicia, Grande del Brío incluye en su estudio sobre eremitorios altomedievales una "mesa" similar en el lugar de Peñas del Pico o Cuevas de los Moros (Valcuevo, Salamanca): "un abrigo, bajo el cual hay grandes cazoletas, canalillos, rebajes y orificios simétricamente dispuestos, junto a una especie de altar [...]. Digamos que las cazoletas pueden considerarse, en principio, motivos de tradición prehistórica, aunque, posiblemente, con perduraciones hasta la época altomedieval" (3). El rebaje que enmarca el grupo de cazoletas de Valcuevo puede observarse también en la fotografía adjunta de Monsanto.


Monsanto (Portugal): "As Tijolas da Dona". (C) Andregoto Galíndez, 2006.

Respecto a la pervivencia del motivo hasta época altomedieval: es una posibilidad. Otra sería la reutilización de un lugar sagrado como eremitorio, "no es esta la primera vez que lo prehistórico y lo altomedieval coinciden o se yuxtaponen [...], prácticamente todos los asentamientos monásticos se hallan en lugares en los que dejaron testimonio de su paso gentes de otras épocas" (3). 

En la literatura sobre petroglifos son muy conocidos dos documentos medievales del año 950 (Tumbo de Celanova, nº 86 y 88).

1. inuenimus in alia petra burgarios sculbtos

2. reperimus in duas petras natiuas duos sculptos et quadratos burgarios

3. inpronauimus ad petras burgatas unas et alias simile tertiarias, ubi burgarios construxerunt de antiquo tempore.

En la edición de Emilio Sáez y Carlos Sáez hay una coma tras “burgatas” que favorece una lectura “llegamos a las piedras burgadas, unas y otras (todas ellas) parecidas a las inclinadas, donde se construyeron burgarios en la antigüedad” (a). En mi opinión la lectura debe ser “llegamos a las piedras, unas burgadas, y otras parecidas a las inclinadas, donde se construyeron burgarios en la antigüedad” (b), lo que reflejaría mejor los dos tipos de piedras que se encuentran nuestros exploradores. Para la lectura (a) sobra “unas et alias”, hubiese bastado con “inpronauimus ad petras burgatas simile tertiarias, ubi burgarios construxerunt de antiquo tempore”. De estos tres textos se deduce que los burgarios o bien se esculpen en la piedra, o bien se construyen con piedras:

-Burgarios esculpidos: por defecto no son cuadrados, ya que cuando lo son esta cualidad se especifica. Lo que implica la existencia de otra forma más común, sin duda la redonda.

-Burgarios construidos: “construxerunt” es término exclusivamente arquitectónico. Así, la descripción de varios burgarios levantados con piedras inclinadas (tertiarias) tiene necesariamente que tener un reflejo real en algún tipo de construcción.

Identificación de esta tipología con referentes arqueológicos conocidos


Como punto de partida tendremos en cuenta que la denominación es la misma para ambos tipos y que, por lo tanto, la función tenía que ser la misma. En Ourense todavía se les llama burgas a dos manantiales termales de la ciudad. Por otro lado el nombre común “burgado” se emplea en varias lenguas romances peninsulares para referirse al caracol, caracterizado por su concha en forma de espiral. La mayor parte de los autores (4) coinciden en que los burgarios esculpidos en las piedras son pilas de agua de forma cuadrada (lacos) o hemiesférica (cazoletas), dejando fuera del análisis una posible relación entre el nombre (burgario), los diseños de espirales y círculos concéntricos (caracoles o burgados), y el agua (surgencias termales o burgas). Con base en los siguientes criterios prefiero establecer la identidad burgarios = petroglifos con diseños de espirales y círculos concéntricos, con variante de cuadrangulares concéntricos (diseños tipo alquerque):

-Primero por su denominación, que etimológicamente entiendo que se refiere a la forma burgada del caracol (espiral), donde lo que prima es un diseño de elementos concéntricos.

-Segundo, su función y de nuevo con apoyo lingüístico: la denominación puede señalar que se trata de representaciones de una burga o manantial. Rozas (5) señala algunos argumentos: “la toponimia que hace referencia al agua en un grupo considerable de petroglifos, la localización de muchos petroglifos en los márgenes de zonas de pasto que se encharcan cuando hay lluvias, la forma de las combinaciones circulares que reproduce las ondas del agua”. Y para el petroglifo de Pozo Ventura (Poio, Pontevedra) Sartal Lorenzo (6) sugiere que “un posible significado para los motivos del Pozo Ventura quizás esté relacionado con el agua, y con su posible existencia en tiempos prehistóricos que hoy la toponimia remarca (Pozo Ventura es el topónimo del lugar que hace referencia a un pozo que hoy está abandonado; además está cerca de un riachuelo). De esta manera una probable explicación para la existencia del petroglifo en ese lugar vendría dada por la necesidad de delimitar el recurso acuífero (Bradley, Criado y Fábregas, 1993-1994)”.

-Tercero porque hubo un primitivo diseño de cazoletas (recipiente para líquidos) dispuestas en círculo con una ocupando el centro, que fue el que originó el motivo posterior de círculos lineales concéntricos (7).

En resumen: las llamadas mesas de sacrificio, cuajadas de petroglifos con diseños fundamentalmente de círculos concéntricos serían, como se ha dicho en numerosas ocasiones, representaciones de los movimientos del agua. Esta forma de reflejarla pudo deberse a la observación de surgencias o manantiales termales (burgas), de ahí el nombre burgarios o “petras burgatas” (Celanova, 88).


Surgencia termal o burga. Paralelo formal: detalle de anillos concéntricos y coviña central en una surgencia junto al campamento romano de Aquis Querquennis. Embalse de As Conchas (Ourense). (C) Andregoto Galíndez, 2006. 

Los burgarios construidos con piedras inclinadas encajan en las llamadas saunas castreñas, que en un principio se interpretaron como crematorios, y hoy, desechada esa función por el papel principalísimo que desempeñan en ellas las canalizaciones y los depósitos de agua, se piensa que eran parte de algún ritual de purificación o iniciación por medio del agua.

(1) “La religiosidad callaica”, Anuario Brigantino, 19, 1996.

(2) Esta estación fue descrita por el Grupo Arqueolóxico da Terra de Trasancos: “Gravados rupestres en San Xurxo de Torres”, Anuario Brigantino, 22, 1999. Fotografía y comentarios de Pena Graña en http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2605

(3) Ramón Grande del Brío: Eremitorios altomedievales en las provincias de Salamanca y Zamora, Librería Cervantes, Salamanca, 1997.

(4) Por ejemplo, André Pena Graña incide en la idea del burgario como pila o receptáculo. Dice: “Las oquedades de las palas se llaman en Galicia burgarios cuando son obra de la providencia o de la naturaleza, y burgarios cuadratos (el burgario cuadrato es el lacus latino), cuando devienen de la acción de la piqueta del cantero”, “Entronización real celtoatlántica en la Trebopala, Crougintoudadigo o Toudopalandaigae”, 2005, Celtiberia.net [el enlace ya no está activo].

(5) Roberto Rozas: “El significado de los petroglifos”, en Reflexiones sobre el arte rupestre prehistórico de Galicia, coord. FJ Costas Goberna y JM Hidalgo Cuñarro, Asociación Arqueolóxica Viguesa, Vigo, 1998.

(6) Miguel Anxo Sartal Lorenzo: “Petroglifos Pozo Ventura e Outeiro da Choqueira. Poio, Pontevedra”, 1999.

(7) Onnega: “Coviñas, cazoletas o cúpulas. Modelos de dispersión no dishomogénea”, 2005, Celtiberia.net, junto con el comentario a ese mismo artículo el 16/03/2005 11:56:11.


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