martes, 30 de julio de 2019

De bodega y boutig


Al sustantivo attegia documentado en la sátira XIV de Juvenal ("maurorum attegias" = cabañas de los moros) se le supone un origen céltico (cfr. Billy y Chambon más abajo). Bajo la forma apocopada Tei- pudo haber sobrevivido en la toponomástica galaica, si nos atenemos a la hipótesis que sostiene Cossue (Miguel Costa) en Umha de celtas: Casa e Estábulo (blog Fror na Area, 2010, con un amplio avance publicado en Celtiberia.net en 2007). La propuesta de Miguel Costa ha sido sintetizada por Cabeza Quiles en un capítulo de A Toponimia celta de Galicia (Toxosoutos, 2014, pg. 477-479: "Tadoufe, Teibade, Teibalte, Teibel..."):

"Os posibles celtismos *tei, "casa" (que só estaría presente en Galicia como topónimo), e vasco *tegi, "alpendre" (este aínda hoxe con valor apelativo), terían correspondencias moi parecidas nas antigas e actuais linguas celtas, caso do irlandés antigo tech, címrico ou galés antigo tig, címrico actual ty, córnico antigo ti, todos co significado de "casa"; e bretón antigo boutig, literalmente "casa de (para) as vacas", é dicir, "corte", palabras celtas que Pokorny no seu Indogermanisches Etymologisches Wörterbuch dá como procedentes dunha base indoeuropea *(s)teg-, "cubrir, tapar", que tamén daría os vocábulos latinos tego, "cubrir, tapar", tectu(m), "teito", tegula(m), "tella" (en canto a cubrición dunha casa), toga, "toga" (en canto a vestido que cubre o corpo dunha persona), etc." (Cabeza Quiles, op. cit., pg. 477).

En relacion con lo anterior, sugiero extrapolar la etimología de boutig a las formas ibéricas bodega y bo(d)iga (1) pues en el galaico-lusitano de San Martín de Trevejo (Cáceres) todavía se mantiene la acepción de "establo" para boiga. Así: "Bóiga d'adentru, adega do vinho, bóiga d'afora, loja dos animais" (Leite de Vasconcelos, "Portugues dialectal da região de Xalma (Hespanha)", Revista Lusitana, 1933, V. 31, nº 1-4, pg. 164-275); "Boiga (bodega) non é só almacén onde se garda o viño, é todo cuarto situado na planta baixa, tanto onde se garda o viño coma onde se gardan os animais, así temos boiga dos cochinus ou cortella, boiga das ovellas ou cortellu, boiga dos animais (vacas e cabalos) ou corte e boiga, sen máis, que é a do viño por antonomasia" (Costas González: "Valverdeiro, lagarteiro e mañego: o "galego" do Val do Río Ellas (Cáceres)", 1999). También en Vasconia la cuadra era "denominada establo y bodega" (Barandarián, Ganadería y pastoreo en Vasconia, 2000, pg. 216 - cfr. también el euskera beitegi, "establo"). El gallego bodega no conservaría más que una acepción residual, que recoge Estraviz: "Dependência acessória à casa, sem pisos nem janelas, onde se guarda palha, aparelhos de lavrança e outras cousas".

Un examen detallado de los topónimos Bodega (por ej. A Bodeguiña y Botica, en el entorno del Castro de Xestal en San Clodio - Ortigueira) y Botella (O Pazo de Irixoa, del diminutivo *boticula) tal vez pueda arrojar alguna luz más sobre este nuevo compuesto posiblemente emparentado con Busto, "boustom (ide. *gwou-stH2-o- ‘lugar para vacuno’)": JJ Moralejo en Callaica Nomina, 2007, pg. 42. Busto y bodega tendrían así la misma estructura morfológica con modificador antepuesto (2). La etimología común de boudig y bodega refrendaría la existencia de una base *teg / tig en galaico-lusitano, cuyo origen pasamos a revisar en relación con attegia.

"A Boiga do Viñu" en San Martín de Trevejo. Boiga d'adentru.
"O que vinu a esta boiga e nun bebeu viñu, ¿a qué vinu?".
(C) Andregoto Galíndez, 2018.

En consonancia con los nuevos datos genéticos que apuntan a un posible sustrato paleolítico de origen norteafricano en Galicia (3), es preciso volver a analizar la primera parte de la propuesta de Álvarez Delgado ("Etimología de "attegia" y sus relacionadas", Boletim de Filologia, tomo X, 1949, pg. 64-76). El autor suponía un origen líbico-bereber para el latín ateggia a partir de los hallazgos de Tovar, que documentó en cheljia tegin = "casa" y en bereber del Sus tigem = "choza":

"La entrada en celta de elementos africanos ha sido apuntada y confirmada por mí en el citado trabajo sobre magalia / mappalia. Seguí en esto la teoría de Fr. Von Velden, en que afirmó que el céltico primitivo se sobrepuso a una capa no indoeuropea, africana de origen, a la que el celta tomó algunos elementos. Y éste es un buen principio metodológico del celta, pues los elementos no indoeuropeos existentes en celta, pero no en las lenguas hermanas, deben pertenecer a ese substrato" (pg. 74). Tras esto, paradójicamente, asegura que "en el caso del céltico teg / tige el indoeuropeísmo de la voz está fuera de duda  [...] ya que sale claramente del radical indoeuropeo del latín tego y su indoeuropeísmo morfológico está garantizado por la ya citada forma griega pariente. Sólo pudo actuar aquí el sustrato africano como elemento de contaminación" (pg. 74). Da la impresión de que iba bien encaminado hasta que alguien le hizo ver que no estaba bien mezclar lo céltico (entendido entonces como ario, reciente y procedente de Centroeuropa mediante el mecanismo invasionista) con lo africano, resultando esta solución para contento de todos, que sostiene la existencia de dos palabras homófonas y sinónimas, bereber tegin, "choza", celta teg / tige, "casa", de origen independiente.

En un estudio de Pierre-Henri Billy y Jean-Pierre Chambon, "Pour la mise à jour du "Thesaurus Galloromanicus": un article d' essai: ATTEGIA" (Revue de linguistique romane, 1990, nº 54), también centrado en la celticidad, o mejor, galicidad, de attegia, se recoge entre las acepciones del término la de «caisse de bois où l'on couche les morts». Resulta significativo que el desplazamiento semántico desde cobijo hacia sepultura aparezca también en el bereber teg / tegue, término que Marcy (apud Ávarez Delgado, pg. 72-75) traduce en contexto funerario como estela (funeraria) o sepulcro, y subraya que "es muy frecuente en bereber pasar de uno a otro en los sentidos de choza, muro, casa, morada, habitación, tienda, sepulcro y poblado".

Parece razonable, por lo tanto, retornar a la idea original de Álvarez Delgado de la existencia en céltico de un sustrato lingüístico no indoeuropeo, de origen norteafricano (probablemente de cronología antigua, paleolítica), al que remitirían las formas tech del irlandés antiguo, tig del galés antiguo, el euskera tegi, el segundo elemento de los compuestos boutig del bretón antiguo y del galés antiguo, así como los de nuestros bodega y adega (este último con la misma estructura morfológica que el latín attegia, a su vez, préstamo del bereber). Por otra parte, el nombre propio femenino lusitano y britano Boudica sería también susceptible de esta interpretación (Hispania Epigraphica, reg. nº 21474: "Boudica Flacci f(ilia)", Sabugal, Guarda), en el sentido de "cobijo, refugio del ganado vacuno" o algo similar: en sánscrito duhitar (inglés daughter, "hija") es literalmente "la que guarda y ordeña el ganado" (el nombre del rol laboral que desempeña la hija dentro de la estructura familiar acaba por usarse como nombre del vínculo de parentesco, o como frecuente nombre personal de las hijas, en el caso de Boudica).

(1) "Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula", Clare Bycroft, Ceres Fernández-Rozadilla, Clara Ruiz-Ponte, Inés Quintela, Ángel Carracedo, Peter Donnelly y Simon Myers, Nature Communications, 551 (2019). Véanse nuestras conclusiones sobre este estudio en Galicia: o berce atlántico.

(2) En el caso de la pareja busto / stabulum la estructura morfológica es inversa: *bou-sto / *sta-bou.

(3) O bien, reducir el antiguo bretón boutig al latín apotheca, "almacén", del griego apotheke, etimología que se viene aplicando como segura a nuestros bodega y boiga, y al boutique francés. Aunque para Zeuss boutig, glosado como stabulum en las Glossae Cambricae Oxonienses sea sin duda un compuesto con tig, "domus", más bou, "vaccam", que pervive en beudy, "domus vaccarum", y en bawdy, "domus stercorum". 

lunes, 29 de julio de 2019

Loureiro

Evidentemente la etimología del topónimo Loureiro podrá coincidir con la del arbusto llamado loureiro, pero no parece un argumento suficiente la motivación para nombrar un lugar la presencia de un simple laurel. "Uilla Laurarius" (año 927, Sobrado); "illa leira de Loureiro" (sin fecha, Sobrado). Los destinos del suelo, su uso para aprovechamiento forestal, ganadero, agrícola, etc., son los principales motivadores de la toponimia del medio rural.

En el Glosario de Du Cange encontramos LAURARIUS, variante de "Labrarius seu Laborarius, Colonus, agricola"; es decir, loureiro < labrarius, "colono, agrícola = habitante del agro", podría ser homónimo del sustantivo loureiro < laurarius, "laurel".

Esta otra etimología que proponemos para el topónimo Loureiro y Laboreiro (1), relacionada con la actividad agrícola, se evidencia en el entorno del Castro de Loureiro en Forcarei: según la ficha que redactó Elixio Vieites en 2011 para Patrimonio Galego "está nos arredores do lugar de Loureiro, rodeado de terras dedicadas á agricultura, aínda que hoxe están case abandonadas". Así, Castro Loureiro pudo haber recibido su nombre a partir de un *(predio) laborario, motivado por la especialización del terreno. 

Entre los testimonios de topónimos Laurario de la base de datos del CODOLGA:

  • Sancto Joanne de Laurario ab integro (año 747, Lugo)
  • villam nominatam hic in Lavrario territorio Froilani subtus castro Papidi (año 1054, Samos)

De la misma familia:
  • "ortum suum de Chaym quem labrat Martinus Galego. Iten per xxti solidos per baçellar quod laurat Fernandus Alegre" (1122, Mondoñedo)
  • "et deinde per lauradios de Abileira per suos marcos" (1259, Ramirás)

El proceso de vocalización de la oclusiva bilabial en posición implosiva (o del grupo muta cum liquida), si se produjo en fecha lo suficientemente temprana, como podría estar indicando el Laurario del año 747, pudo propiciar que este grupo au secundario evolucionase de la misma forma que el diptongo au latino original (aurum > ouro).

Castro Loureiro en Senra, Oroso. El topónimo Senra indica también un aprovechamiento agrícola del terreno: lat. seminare > senrar, "sembrar".

(1) Para Castro Laboreiro (Portugal) o Leboreiro (Melide) se asume como etimológica su más antigua documentación ("monte Leporario", "campus Leporarius"), relacionando por lo tanto el topónimo con un derivado del latín leporem, "liebre". Nosotros no descartamos que los numerosos testimonios de "Leporario" sean falsas latinizaciones de un *Laborario, "agrícola", forma conservadora frente a *Labrario > *Laurario > *Loureiro.


domingo, 21 de julio de 2019

Casal dos Ovos y Castro de Santa Mariña - Ferrol

Castro de Santa Mariña (Ferrol). No tiene pérdida: se sitúa junto a dos de los depósitos de agua de Santa Mariña y en paralelo a la Carretera de Catabois. Para Moralejo padre, el topónimo Catabois indicaba un lugar desde donde se veían o vigilaban los bueyes (1), lo que da cuenta de la ubicación estratégica de estos recintos en relación con los lugares de paso de las grandes manadas de hervíboros durante la prehistoria.

Porta de Neira con la situación del Castro de Santa Mariña y los caminos que lo rodeaban, que se han mantenido en la estructura urbana de la ciudad, como la Carretera de Catabois.
(C) Vuelo Americano 1956-57 (Visor PBA de la Xunta de Galicia).

La Porta de Neira indica la entrada al ámbito perimetral castreño (2); su etimología podría remitir al latín nigram > Neira, por su orientación a poniente, mientras que en Fene, por ejemplo, existe la Porta do Sol. El camino continúa rodeando el castro, hoy agrarizado y convertido en un recinto destinado a huertas.

Recinto del Castro de Santa Mariña en un mapa de la Biblioteca Virtual del Ministerio de Defensa (1867).

  1. Probablemente el nombre Casal dos Ovos venga motivado por el nombre con el cual se designó en algún momento el asentamiento. ¿El topónimo tendrá algo que ver con los huevos? ¿Quizá estaban especializados en la producción de huevos y en la cría de gallinas ponedoras? Como alternativa, preferimos remitir el topónimo al germano HOBA, un modo de propiedad agraria. Según Du Cange: "modus agri cum habitatione coloni: Colonia" = forma de propiedad agraria con vivienda para los colonos: Colonia. Según esta idea, el castro permanecería habitado con continuidad hasta la época altomedieval por gentes que sufrieron un proceso de aculturación de influencia germana, posiblemente sueva. La entrada del Glosario de Du Cange es más extensa y recoge todo tipo de variantes y acepciones relacionadas, que sin duda tienen aplicación en el estudio de nuestra toponimia: hovia = "villa vel curtis; hovina; huoba; hueba salica = quæ pertinet ad salam" (expresión que tratamos en otra ocasión como étimo del topónimo asturiano Baselgas); etc.
  2. Una segunda propuesta etimológica parte de un supuesto *Casal dos Suevos / Soevos, que al pronunciarse produce la asimilación de la s- inicial de Suevos / Soevos a la -s final del artículo anterior; el resultado *Casal dos Oevos favorece la etimología popular con la palabra ovos, *Casal dos Ovos, bien por semejanza fonética, bien por ultracorrección si el hablante la percibe como un castellanismo (huevos). El topónimo Casal dos Ovos sería por lo tanto un étnico relativo al pueblo germano de los suevos, como Suevos (Arteixo, Mazaricos, A Baña y Ames; documentado Soevos en la Edad Media) o Suegos (O Vicedo)

(1) Compuesto morfológico del latín captare > catar, "ver, mirar, observar, etc." más un complemento directo, en este caso, bois (Toponimia gallega y leonesa, 1977, pg. 337-340).
(2) Otros topónimos que encontramos en los accesos perimetrales castreños son Boqueira o Pasaxe.

viernes, 19 de julio de 2019

Veterineum -> Vedro

En latín clásico veterinam bestiam era todo aquel animal que era guiado o llevado en reata; formado a partir del verbo veho, "dirigir, conducir" (según interpretación de Verrius Flaccus). "Aetas veterinorum dentibus indicatur" (Plinio, Historia Natural) = la edad de las bestias de carga se conoce por sus dientes; en el texto explica la dentición de los caballos y los asnos.

Resulta muy interesante comprobar que para Dauzat los topónimos franceses Védernat y Védrine(s) podrían derivar de un alcume personal generado a partir del nombre latino de estos animales (La toponymie française, 1960), o quizá de vetus, "viejo".

En mi opinión no hay necesidad de recurrir a los nombres propios personales. Las formas veterinum o veterinam, "animal de carga, que es conducido", darían en gallego *vedriño y *vedriña, resultados que podrían ser sentidos como diminutivos de vedro / vedra, grado positivo del adjetivo procedente de veterum / veteram, "viejo"Así pues, perfectamente coussum uetus (doc. Santa Comba de Naves, 1230) podría ser la latinización de un *couso vedriño, "camino de arriería o curso que seguían las reatas", repensado e hipercorregido como si se tratase de un *couso vedro, "camino antiguo".

En la zona del Alto de Paleu (Riotorto) los topónimos Vedro Grande y Vedro de Borducelo, en el contexto de los camiños de arrieiros de origen prehistórico, cuadrarían con la etimología que estamos proponiendo: (cursum) veterineum > vedriño -> vedro. Parecen validar esta propuesta los numerosos Os Vedriños concentrados exclusivamente en Lugo (según el buscador Toponimia de Galicia): en Ribeira de Piquín, Trabada, A Pontenova, Pol, A Pastoriza, Castro de Rei y Riotorto. Así como el asturiano Bedriñana (Villaviciosa), que Xulio Concepción remite al nombre propio romano Veterinus, siguiendo la propuesta que Deslandes (apud Dauzat) formula brevemente sin mencionar el importante detalle de las bestias veterinas para el Védrines del Dictionnaire étimologique des noms de rivières et de montagnes en France, 1978.

Vedra (A Coruña) podría incluirse en esta serie, si proviene de (viam) veterineam > *Vedriña -> Vedra, pues es paso de otro camiño de arrieiros.

Vista poco agraciada del Forno dos Mouros (Muruxosa, Toques) desde el interior del profundo Camiño Real que transcurre por la Serra do Bocelo. En la cara opuesta nace el Rego do Couso (1) motivado su nombre por el cursus veterineus o camiño real de arriería que a lo largo de milenios (2) ha acabado formando una trinchera.
(C) Andregoto Galíndez, 2015.

(1) De hecho, la Mámoa do Forno dos Mouros también se llamó Mámoa do Couso VelloMámoa do Marco do Couso Vello o Mámoa da Fieira, según los datos aportados por Martínez Salazar (BRAG, nº 30, 1909). Deducimos de la información de este investigador que se trata del Forno dos Mouros porque está en el límite entre la parroquia de Brañas (Toques) y Sobrado, además, uno de los buscadores de los tesoros de los mouros contaba a su modo que el dolmen que desmantelaron era de corredor y una de las piedras tenía "un letrero".

(2) La datación calibrada de las pinturas del dolmen oscila entre 3910-3870 BC ("Direct radiocarbon dating of megalithic paints from north-west Iberia", K.L. Steelman, F. Carrera Ramírez, R. Fabregas Valcarce, T. Guilderson & M.W. Rowe, Antiquity, 2005, nº 79, pg. 379–389).

martes, 16 de julio de 2019

Prexegueiro / Pexegueiro

Pensar que la toponimia de este tipo deriva siempre del frutal denominado pexegueiro (prunus persica o melocotón silvestre) supone ignorar que los topónimos en muchos casos son fósiles que conservan palabras hoy inexistentes, homónimas de otras en uso.

Me parece más razonable, por ejemplo, suponer que un predio recibió el nombre de Prexegueiro por estar destinado a la praesecam, a la hierba o leña que se corta con antelación para almacenar como pasto seco para el invierno, o para reserva de combustible.

En croata existe přieseka, "intercisio" (Jirecek, 1884) como nombre de lugar y del trabajo que se ejecutaba en estos sitios:
  1. "Silvam totam а loco qui vocatur Preseka, cum pratis omnibus usque ad fluvium qui dicitur Suitaua"
  2. "Consuetudo, quod ad succidendam silvam, quod preseca dicitur, laboretur"
En el Glosario de Du Cange también aparece preseca, limitado al servicio de cortar la leña del bosque.

Y en un documento de Rocas del año 1007 encontramos "in Cebrarios medietate de ipsa ecclesia et de ipsa villa; in Presegariolo ecclesia sancti Salvatoris" (CODOLGA), topónimo que parece más adecuado explicar como predio *praesecarium del que se extrae hierba o leña con antelación (latín praeseco), que motivar su nombre por la existencia in illo tempore de un pequeño pexegueiro.

domingo, 14 de julio de 2019

Las granjas castreñas: de Codeso y Cottage

"KARTA UENDITIONIS QUAM FECIT EGILO DE UILLA CODEGIO" (Sobrado, año 827)

Codexo o Codeso en la toponimia de Galicia son nombres de lugar que en algunas ocasiones (cuando no sea pertinente su explicación como fitotopónimos relativos al piorno) procederán del indoeuropeo (1) bajolatinizado cotagium, término bien conocido por los famosos cottages ingleses (v. Du Cange, sub cota 2). La evolución propuesta tiene en cuenta la inflexión de a en e por la yod siguiente, así como la esperable lenición de -t- intervocálica en -d-. Asimismo, Codeseira, que sería el predio perteneciente al Codexo / Codeso, una granja o cottage cuya fundación tal vez sea de origen neolítico. Ejemplo: Pazo de Codeseda (Leira - Ordes).

Castros de Castelo (A) y de Torre de Mira en Dordaño (B) (Oza-Cesuras). El topónimo Codeseira bajo Piornal parece excluir el carácter de fitotopónimo del primero; por otra parte Codeseira ocupa la misma ubicación que el topónimo Granxa sobre el castro de Torre de Mira, en lo que parece un caso de redundancia: A\B {Codeseira, Piornal} \ {Granxa} = {Piornal}; A ∩ B {Codeseira, Piornal} ∩ {Granxa} = {Codeseira o Granxa}. En el centro de los castros, Ameixeira(s) < illa mansionaria. (cfr. Pértegas y Ameixeiras).

La tempranísima aparición de una Villa Codegio en el año 827 en la documentación gallega es completamente transparente en este sentido, conduciéndonos necesariamente a la etimología Villa *Cotagio. La forma Codegio es casi un siglo anterior a las ocurrencias con despalatalización, tipo Codeso, por lo que no cabe aducir que la primera sea una forma palatalizada de la segunda a partir del latín cutissus, "piorno".


Codeseira del Castro de Rebordelo, en San Román de Retorta (Guntín). Al pie del castro se encuentra el pazo de Casa da Torre.

El Castro de Retorta presenta, además, la particularidad de haber conservado su predio vinculado al mismo y a su familia en una época tan tardía como es el siglo XII. Sabemos que no se trata de un caso único, pero sí es el único documentado junto con el de Poutomillos: "Castrum de Retorta cum omnibus hereditatibus pertinentibus castro illi et familia integrum absque aliquo herede". Lo mismo con el castro próximo de Poutomillos: "Castrum de Fiac cum Ecclesia Sancti Martini de Poutemillos et hereditatibus castro predicto pertinentibus et familia". Ambos textos se encuentran en el Tumbo Viejo de Lugo, año 1123 (Fuente: CODOLGA). Se dona "el Castro de Retorta con todas las heredades pertenecientes al Castro y a la familia, entero [y a perpetuidad] salvo que no queden descendientes". ¿Podríamos darle al término familia en un documento tan tardío la acepción de gens o de clan?

(1) En Noruego Antiguo kot ,"cabaña", en Inglés Antiguo y Medio cot, cote, en Francés Antiguo cotage... proceden del IE *geu- en palabras que denotan un hoyo o una forma redondeada (Carl Darling Buck, A Dictionary of Selected Synonyms in the Principal Indo-European Languages, 2008, pg. 460-461).

viernes, 12 de julio de 2019

Armenteiro y Pereiro

Castro de Cimadevila (Frades) con su Armenteiro y su Pereiro.
(C) Visor PBA de la Xunta.

Para Cabeza Quiles el topónimo Armenteiro derivaría del nombre personal en nominativo Armentarius, que "tiña inicialmente o significado de 'pastor de gando vacún'", en cambio Armenteira "é a evolución galega da palabra latina armentaria, abundancial [...] de armentum 'gando maior' (vacas e bois)" (Toponimia de Galicia, 2008, pg. 49). A la vista del mapa del Visor PBA, por la proximidad al castro de Cimadevila, parece que tanto Armenteiro como Armenteira designarían predios destinados a los armenta, rebaños de ganado bovino, sin que sea necesario el recurso al nombre propio (nomen possesoris) en el caso de los topónimos del tipo Armenteiro.

Pereiro y topónimos afines normalmente se consideran derivados del latín petram, "piedra". La proximidad al castro podría servir para argumentar que habría ruinas visibles, moreas de piedras de las viviendas castreñas o de alguna muralla, en el momento en que se nombró el predio. Pero aquí vamos a proponer una etimología diferente en relación con otra palabra utilizada para nombrar al ganado, pecora: de pecorarius, seguramente "terreno dedicado al ganado menor". Como derivados existen las formas pegureiro y peeiro, "pastor", que permiten suponer el paso evolutivo intermedio *pereiro, con síncopa de la labiovelar [ɡʷ].

Castro da Aurela, San Cibrao da Pregación (Friol, Lugo). También con un Pereiro tras el castro, ¿de petram o de pecoram?

jueves, 11 de julio de 2019

Continuidad del asentamiento castreño: formas "ad portam" e "in aggesta"

Aldea de Porta en San Boulo de Caaveiro (A Capela), en la puerta de entrada
al Castro do Cruceiro de Porta.

La toponimia puede verificar que los asentamientos castreños se habitaron en la mayor parte de los casos sin solución de continuidad hasta hoy en día, posicionamiento que adoptan entre otros autores Arizaga y Ayán. El nombre de la aldea de Porta evidencia el movimiento de la población de este castro hacia su periferia, situándose no en un lugar cualquiera de la misma, sino en la puerta de entrada de su recinto fortificado. El topónimo nos informa también de un recuerdo que se transmitió intergeneracionalmente: el conocimiento de la vieja estructura habitacional, siendo uno de sus elementos arquitectónicos más relevantes el acceso a la misma, de alto valor simbólico y funcional. La situación ad portam mantiene, más que otras ubicaciones periféricas, el vínculo con el interior del recinto.

Por su parte el núcleo habitado de A Xesteira, en lugar de provenir del latín genesta, "xesta, retama", podría incluirse en este grupo de topónimos que hacen referencia a los elementos constructivos que forman los castros. Nuestra propuesta es remitir los Xesteira  / A Xesteira inmediatos a los castros a un derivado del latín (terraaggesta, "aterrazamiento, terraplén, valado, cómaro, parapeto". Aggesta > *Axesta > A Xesta y derivados, con falsa segmentación por interpretación de la a- inicial como artículo femenino (cfr. el caso de Agrela, A Grela, Grela). Otros nombres que designan las defensas de tierra que delimitan los castros y el montículo o modoña son, entre otros, Croa / Corna (< lat. corona), Roda, Aurela / Ourela y Toupeira / Teupoeira. Este último topónimo me parece que es el que mejor coincide semánticamente con los Xesteira (de aggesta) que estamos viendo.

Evidentemente *Axesteira > (A) Xesteira y la forma secundaria en masculino Xesteiro, que indicaría un menor tamaño, también podrán nombrar predios o curros para el ganado rodeados y protegidos inicialmente por terraplenes tipo cómaros bastantes elevados (castronelas), o simplemente nombrar lugares donde había una acumulación (sentido literal de aggesta) o concentración de ganado: Xesteiro do Amiudal, Xesteiro das Bestas (San Bartolomeu de Xesta, A Lama - Pontevedra). Amiudal, como el topónimo asturiano Miudeira (El Franco), es un abundancial derivado de (pecora) o (res) minuta, "ganado menor" (varias ocurrencias en la base de datos del CODOLGA, desde el año 934).

Aggesta o toupeira. (C) Carlos Lastanao, 2013.

Suflețel-Moroianu considera que el rumano agést es el único derivado romance del latín aggestus, con el significado de "barrera de troncos, tierra y piedras producido por arrastre del agua, terraplén, fortificación" ("Termes géographiques d'origine latine et romane en roumain", 2010). No resultaría extraño encontrar sólo en gallego y en rumano los únicos descendientes de una palabra latina; se trata de las zonas más extremas de la Romania, que conservan rasgos lingüísticos arcaizantes. Los derivados del término aggestum en rumano fueron examinados en profundidad por Tofil Teaha en su artículo "Lat. aggestum în limba română" (Dacoromania. Serie Noua, III-IV, 1998-1999, pg. 75-79), donde recomienda que antes de considerar agést el único derivado del latín aggestum convendría examinar el corpus léxico interrománico para comprobar si existen variantes a nivel dialectal en italiano, galorromance y español (pg. 79).

Castro de Quenllas do Forno (O Buriz), al que parece pertenecer esa estructura en forma de  apéndice, como un antecastro o castronela situada bajo él en el mapa del Visor PBA. El topónimo que identifica este lugar, Xestas, indicaría según nuestra hipótesis que se trata de un foso y un valado construido mediante terras aggestas.

Torres de Mens en Malpica de Bergantiños. Las Torres se construyeron sobre un castro de la Edad de Hierro cuya estructura de fosos, valados y antecastro puede observarse perfectamente en el Visor PBA de la Xunta de Galicia. El microtopónimo Xesteira que figura en el registro catastral del Visor da nombre al sector donde realizamos esta fotografía en 2016, el terraplén defensivo rodea toda la zona.
(C) Dolores González de la Peña, 2016.

miércoles, 10 de julio de 2019

La segunda vida de los pazos

Una se queda con un sabor agridulce tras la lectura, imprescindible, del trabajo de Arizaga y Ayán, "Etnoarqueología del paisaje castreño: la segunda vida de los castros" (Los pueblos de la Galicia céltica, 2007, pg. 445-531).

Si en Galicia "el hábitat campesino disperso se ha mantenido con bases firmes sobre (casi) el mismo territorio que ocuparon los castreños prerromanos y postromanos hasta al menos el siglo XX" (pg. 453), si las excavaciones del Castro de Viladonga llevadas a cabo por Chamoso Lamas "obligaban a la investigación gallega a tener en cuenta esos ejemplos de perduración de los castros como espacio habitacional en época tardía, como una pervivencia de la tradición en las áreas rurales" (pg. 482), si con la romanización "la zona meridional galaica y los asentamientos del litoral, muestran una honda transformación urbanística y arquitectónica, mientras que otras áreas del Conventus Lucensis mantendrían la tradición indígena" (pg. 486), si del total de los 103 castros estudiados en A Terra de Lemos e Oincio "el 62 por ciento se mantiene ocupado como emplazamiento habitacional hasta la actualidad: en el 26 por ciento la aldea tradicional se ubica en el propio castro, mientras en el 35,9 por ciento de los casos se sitúa al pie" (pg. 498), si en A Terra de Lemos el 32 por ciento de los castros alberga en la croa o al pie del recinto la iglesia parroquial (pg. 498), etc. ¿Es lícito hablar de "apropiación simbólica y cristianización de los poblados fortificados de la Edad del Hierro" (pg. 512)? Porque una comunidad no se apropia de algo si ya es suyo.

Si tratamos de continuidad deberíamos explicar la creación de núcleos habitacionales nuevos (aldeas) en los recintos castreños o en su periferia como resultado natural de la tendencia a la mejora y comodidad de la vivienda, mientras que en el casco viejo o croa se derrumbaban viviendas antiguas, otras nuevas se iban construyendo fuera, conservando el núcleo fortificado los edificios institucionales, manteniendo por lo tanto su valor simbólico para la población. Por esta razón las primeras iglesias parroquiales, centros de reunión y cohesión social (cfr. el concepto de juntas de freguesia), se situaron donde les correspondía como instituciones que vinieron a cumplir una función política (asamblearia) similar a la que existiría en la Edad del Hierro. La ubicación de iglesias en los castros no obedece, como defienden los autores, a "una clara estrategia de sanción simbólica de un espacio antiguo" (pg. 498).

Pazo de Barallobre al pie del Castro de Barallobre (Santiago de Barallobre - Fene). El pazo fue derruido en 1979 tras considerar el Concello que era la mejor opción ubicar en el solar un Instituto (actual IES O Pazo).

Vista la relación de continuidad castro-aldea y castro-iglesia parroquial como pervivencia del hábitat y su institución de cohesión social, propuesta que ni mucho menos es aceptada por la comunidad de investigadores ("la comunidad investigadora gallega se decanta en su mayoría por posturas maximalistas a pro de la transformación profunda y definitiva del paisaje cultural del noroeste con la llegada de Roma" (pg. 484-485), ¿qué relación de continuidad se establece entre el par castro-pazo, ese tercer elemento vinculado al castro ignorado por los arqueólogos?

Para ser consecuentes con la etimología indoeuropea de *palatiom, "recinto neolítico para el ganado", la cronología relativa de ambas estructuras es inversa a la de las parejas castro-aldea y castro-iglesia parroquial: pazo-castro. Según deducimos manejando argumentos filológicos, los recintos fortificados de la Edad del Hierro se habrían formado en su gran mayoría alrededor de un curro neolítico para ganado ya existente con anterioridad, ¿apropiándose simbólicamente de un espacio previo? Evidentemente no, pues ya era suyo, y tampoco ha de verse motivo simbólico en la construcción de un recinto de habitación estable y completamente funcional.

Así, podríamos suponer que un desequilibrio ecológico a favor de los pastos de invierno a media altura de los valles (cfr. toponimia del tipo Invernegas, Invernallas, Invernadeiro, etc.), que comenzarían a ser frecuentados por el ganado durante un mayor periodo de tiempo, determinó la formación de asentamientos estables junto a ellos en la Edad del Hierro. Se trataría de otra versión de la continuidad del paisaje cultural, semejante a la que enuncian Parcero Oubiña, Criado Boado y Santos Estévez para los petroglifos del área de Fentáns, ligados a pastos de brañas: "their presence is related to the control of pasture and the paths leading betwen different parts of the ancient landscape" ("Rewriting landscape: incorporating sacred landscapes into cultural traditions", World Archaeology, V. 30, nº 1, 1998, pg. 159-176).

¿Castreños? ¿No será mejor paciegos?

Camelia del Pazo de Oca.

jueves, 4 de julio de 2019

Y de pazo y (p)aileach

La recurrencia con la que los pazos galaicos aparecen anexados en la periferia de los castros, siendo continuación de las instalaciones pecuarias castreñas, y el hecho de que en algún caso éstos conserven el nombre de pazo (cfr. Castro Pazoi, Sobrado) nos lleva a preguntarnos con qué nombres se conocían éstos en la época prerromana. Castro, por supuesto, es una palabra de origen latino, así como castelo.

Pazo de Piñeiro (Caamouco, Ares). Camino que comunica el pazo con el castro, tras la reja del fondo. (C) Dolores González de la Peña, 2019.

El profesor Moralejo, en el artículo de referencia que venimos usando en esta serie de entradas (1) comienza su estudio con la siguiente consideración: "para la etimología [de pazo] empezaré por remitirme al término irlandés aile 'barrière, défense, protection' (LEIA A-32), con ide. *p inicial eliminada como es de regla en lo céltico [...] Pero también tenemos la alternativa de traer a colación términos como el irlandés ail 'rocher, grosse pierre' (LEIA A-29), el celta lepóntico palam, parece que 'piedra, estela, lápida' [...]. La cosa todavía puede complicarse con los actuales pala, paleira, refugios (de pastores) en cavidades o paredes rocosas, términos comunes todavía vivos en Galicia y Portugal".

Para ser más precisos, habría que desarrollar esta idea que dejó perfilada el profesor analizando en detalle qué nombres irlandeses provienen de (p)aile, "defensa, protección", étimo que en mi opinión no debería diferir del que origina ail, "piedra", al que le suponemos también *p inicial eliminada.

Patrick Weston Joyce (The Origin and History of Irish Names of Places, 1995, V. I, pg. 293) en el epígrafe dedicado a Aileach indica: "the circular stone fortresses already described under the words cathair and caiseal, were often called by the name aileach [ellagh], a word which signifies literally a stone house or stone fort, being derived from ail, a stone". 

Interior del recinto amurallado circular de Grianán Ailigh (Donegal).
(C) Dolores González de la Peña, 2017.

Así, parece segura la relación entre el *(p)aileach irlandés,  y el término *palatiom indoeuropeo, neolítico, que acabó evolucionando en gallego-portugués a pazo / paço y formas afines, pasando de la acepción "aprisco para el ganado" a la de "casa grande, casa forte" que tiene en la actualidad. Estas fortalezas fueron sedes de las dinastías reales irlandesas (v.g. el clan Uí Néill de Grianán Ailigh), surgidas a partir de la propiedad del ganado (los dueños del ganado), como los pazos lo fueron y lo son de la llamada pequeña nobleza rural gallega (nótese la diferente percepción de un mismo hecho). ¿Será nuestra nobleza rural heredera, en algún caso, de linajes familiares castreños?

La perduración de las formas de ocupación del territorio se explica, según Parcero Oubiña, porque la "ocupación y dominio romano en el noroeste no siempre implicó una modificación importante", "dentro de la escala de análisis actual, referida al paisaje de subsistencia [...] no hay un nuevo modelo de paisaje, no hay una concepción diferente de la relación entre las comunidades y el medio, de ocupación y explotación del entorno. La constitución de un paisaje productivo propio del campesinado es algo que corresponde a los grupos prerromanos. Una alteración significativa de esta forma de paisaje no se va a registrar hasta el momento en que los castros se abandonan y aparece un nuevo tipo de comunidades, de paisaje, caracterizado por aldeas abiertas con unos patrones de posición bien diferentes" (La construcción del paisaje social en la Edad del Hierro del noroeste ibérico, 2002, pg. 147-148). Matizamos la apreciación de Parcero Oubiña con el argumento que estamos manejando de que el abandono de los castros no fue, en muchos casos, total, permaneciendo en uso su *palatiom, "redil", lo que posibilitó que el sistema productivo ganadero de origen castreño se perpetuase con la misma articulación del paisaje que existía en la Edad del Hierro.

(1) "Arco(s), Busto(s), Pazo(s) ¿toponimia de ganadería?" (As Tebras Alumeadas, 2005).

lunes, 1 de julio de 2019

La versión gallega del cuento de Barbazul. ATU 312

Son muchas las incógnitas que quedan sin resolver si nos ceñimos a la versión del cuento Barbe-Bleue de Perrault, que se clasifica, junto con el de Sherezade de Las mil y una noches, en el tipo 312 de la clasificación de Aarne-Thompson-Uter (The Maiden Killer - el asesino de doncellas, o mejor, de esposas).

¿Cuál es el propósito final de la historia? Suele decirse, y así me lo contaron a mí también, que en el cuento se castiga la malsana curiosidad femenina; parecería que es mejor vivir en la ignorancia y en la confianza ciega que indagar y enfrentarse a la verdad. Discrepo totalmente.

La interpretación de Clarissa Pinkola en Mujeres que corren con los lobos (1994, cap. 2: "La persecución del intruso: el comienzo de la iniciación", pg. 36-62) es más elaborada y casi más terrorífica que el propio cuento de Perrault: nos habla de un depredador interior, el autoengaño, que nos invita continuamente a negar las evidencias para vivir ingenuamente en la fantasía que hemos creado y que nos mantiene inmóviles en una relación o situación que acabará por destruirnos o ser inconveniente para nuestra realización personal.

Los enigmas del cuento: ¿por qué Barba Azul tiene la barba azul? ¿por qué asesina a sus mujeres? ¿cuál fue la razón de que matase, entonces, a la primera? ¿qué representan las puertas, la llave que sangra incesantemente, los vestidos manchados de sangre indeleble?

Según la obra de Shuli Barzilai, Tales of Bluebeard and his Wives from Late Antiquity to Postmodern Times (2009) a la que nos acercamos a través de la reseña de Vaz da Silva, "Bluebeard transposes up to our time the theme of knowledge acquisition and sexual initiation contained in the Genesis episode [Genesis Rabbah (the midrashic commentary on the book of Genesis)]". Nos vamos aproximando algo más al motivo central de los relatos del tipo ATU 312. 

Todo el misterio del cuento quedará revelado en cuanto leamos la versión gallega del prototipo.

O siñor el rei e a vella

   Contos Populares da Galiza, Lois Carré-Alvarellos, Porto, 1968


Foi unha vez un rei que casaba coas mulleres mozas da sua terra, e despois que tiñan o primeiro fillo, facíâs matar, porque, asegún ele dicía, dimpois de pasal-o apreto, a muller perdera o milhor que tiña; porque unha pedra, un pano, ou unha táboa onde se fai un burato pra tirar por ele calquera cousa que está do outro lado, xa endexamais volta a se pechar.

Nas terras do siñor el rei, había una nena moi linda, e a sua nai que era moi velliña, tiña moito tino pra que ningún criado do siñor el rei a vise, mas, un día, viuna un, e quíxolla levar ao siñor el rei, e levouna, e foi tan gustante o siñor el rei de a ver, que quixo casar con ela, e casou, que ninguén podía se opoñer; pasado o tempo, a nena ía ter un fillo, e non facía senón chorar porque xa sabía o que lle agardaba; a velliña sua nai moito aloumiñaba n-ela, e pedíalle que non chorara que xa ela arranxaría.

E a nena tivo un fillo, e a vella que non saía do pé de ela, cando comprendeu que o siñor el rei dispuña as cousas pra que a matar, faloulle e díxolle:
- Por qué vai facere eso, meu siñor el rei?
-E, daquela, é que ti non sabías que é o que fago sempre? Porque, a muller cando tivo un fillo non volve ser o que foi, perdeu o millor.
-Non, siñor, non é así, -dixo a vella a chorar, -si vostede fose gustante eu amostraríalle que non hai tal. Non a mate, pol-a Virxe!, siñor, -pediulle caendo de xionllos.
-Facerás o que dís, mas, sabe, que se non atinas a me convencere mátote tamén a ti.
-Seia, siñor; daquela veña; -e levou ao siñor el rei veira do río.
En de chegando â ribeira, a velliña pillou unha pedra, chegouse â mesma veira, e pumba!, mergullou a pedra na i-auga.
-Viu?, -díxolle fachendosa a vella ao siñor el rei cando a i-auga dimpois de ter pasado a pedra axuntárase de novo facendo circos, -sómoslle así as mulleres, dimpois que o fillo nasce, voltamos pechar como a i-auga, onde caeu a pedra.
E diz que o siñor el rei quixo de se convencer e gracias â destrucia da vella non fixo matar a aquela muller.

Frente al cuento de Perrault, en la versión gallega se parte del conocimiento previo y general por parte de todos los vecinos de que el rey, que podemos imaginar hierático y de avanzada edad, con larga barba gris azulada, hace matar a sus mujeres tras desvirgarlas y esperar a que den a luz: pierde el interés y se deshace literalmente de ellas ya que quedan imperfectas, con un burato ("perdeu o millor"). Las repudia como objetos furados e inservibles una vez cumplida su función.

En el cuento se manifiesta la confusión e ignorancia masculinas sobre la fisiología reproductiva; el hombre considera que el burato producido por el desvirgamiento sirve para abrir el canal del parto y facilitar la salida del niño que presupone que ya estaba dentro. El relato se retrotrae, entonces, a una época remota, posiblemente prehistórica, en la cual se desconocía el papel del varón en la concepción (el niño ya estaba dentro, y él se limitaba a hacer el burato y esperar a que saliese).

En la versión de Perrault, mucho más moderna, se ha corrido un tupido velo sobre los motivos del feminicidio o rechazo (muerte simbólica), que se conservan en el cuento gallego recogido en Cambre. Barbe Bleue se articula en torno a la averiguación por parte de la última consorte de lo que les ha sucedido a las anteriores. A pesar del uso de las metáforas relativas a la llave (pene), las cerraduras (vagina) y la sangre (desvirgamiento / parto), en el cuento de Perrault no se llega a exponer que la causa de la muerte de las mujeres de Barba Azul ha sido el hecho de haber mantenido con ellas una relación sexual y  haberlas dejado con un horroroso burato. El secreto de Barba Azul del prototipo ATU 312, que hemos descubierto gracias a la versión gallega, se desvirtúa y corrompe con Perrault. De repente, muy interesadamente, es la curiosidad femenina la que se convierte en causa de la muerte de sus esposas.

Sheela na gig apotropaica del museo del condado de Cavan en Ballyjamesduff.
(C) Anxo Martínez, 2011.

Nos asomamos por un momento al terror e incomprensión ancestrales que causaba en la supersticiosa mentalidad prehistórica el misterioso burato femenino del que salían los niños; a pesar de la bella metáfora de la piedra y el agua, nunca se cierra.